220-51566 octubre 8 de 2002 REF: FACULTADES DE LA JUNTA DIRECTIVA Me refiero a su comunicación radicada en esta Entidad con el número 2002-01-121016, a través de la cual formula una serie de interrogantes que serán resueltos en el orden propuesto, previa aclaración de que la tercera pregunta no se responderá, habida consideración que dentro de las facultades de la Superintendencia de Sociedades no se encuentra la de prestar asesoría sobre asuntos que no se relacionen directamente con las funciones que le asigna la ley. Adicionalmente, la calificación de conductas constitutivas de algún tipo penal corresponde a la Fiscalía General de la Nación, previa denuncia de los hechos que se consideran delictivos. Hecha la salvedad legal que antecede, se procede a renglón seguido a dar el concepto solicitado, en forma por lo demás general sobre el tema que le compete. 1) ¿ La junta directiva de una sociedad puede elegir como representante legal a una persona que no reúne los requisitos estatutarios? Sobre el presupuesto de que los estatutos de una sociedad contienen las reglas de conducta que han de regir el ente económico, el cual en el desarrollo de su vida jurídica puede provocar en aquellas modificaciones, adiciones o sustituciones por parte del máximo órgano social, se puede concluir inicialmente que las mismas, además de tornarse en obligatorias no solo para los asociados actuales y futuros, sino del mismo modo para quienes ostentan la calidad de administradores; se convierten en oponibles a terceros una vez se realice la correspondiente inscripción en la Cámara de Comercio del domicilio social. Del mismo modo, siguiendo los lineamientos señalados por la Ley 222 de 1995 (art. 22), los miembros de las juntas o consejos directivos y el representante legal, ostentan el carácter de administradores de una sociedad, por lo que deben encaminar su labor al logro de los fines propuestos por el ente social, para lo cual deben respetar los estatutos1, que son precisamente la carta fundamental que tiene la empresa para cumplir con el objeto para la cual fue creada. Visto lo anterior, y deduciendo que se trata de una sociedad anónima, en donde la facultad de nombrar al representante legal recae directamente en la junta directiva2, tenemos que si los estatutos le señalan los requisitos que debe reunir la persona que va a actuar en nombre de la compañía, a ellos habrán de estarse, so pena de su violación y con las consecuencias que de la misma se deriven, pues no puede olvidarse que al tenor de los dispuesto en el artículo 24 de la Ley 222, los administradores responden solidaria e ilimitadamente de los perjuicios que por dolo o culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o a terceros. Resulta oportuno manifestarle que el nombramiento o revocación de los administradores, solo se encuentra sujeta al registro en la cámara de comercio, siempre que se hayan observado respecto de las mismas las prescripciones legales o estatutarias3, en donde aquel conservará tal carácter hasta tanto no se cancele dicha inscripción mediante el registro de un nuevo nombramiento o elección4. 2) Puede la junta directiva autorizar pagos habiéndoles demostrado con documentos en gerente de la sociedad el pago de lo reclamado’ Teniendo en cuenta que buena parte de la respuesta ya se encuentra en el numeral primero, solo basta con señalar lo siguiente: De perogrullo resulta concluir que si la obligación ya ha sido pagada, la misma simplemente ha desaparecido, por lo que al realizar nuevamente su cancelación, se origina lo que suele conocerse como pago de lo no debido, con lo cual se debe recurrir al Código Civil (artículos 2313 y 2315), cuando faculta al solvens repetir en contra del accipiens por la prestación pagada. 1 En concordancia el artículo 196 del C de Co Artículo 440 ibidem 3 Artículo 163 ibidem 4 Artículo 164 idem 2 Siguiendo a los tratadistas Mazeaud y De Juglart en su obra Lecciones de Derecho Civil, “ pagar lo no indebido es ejecutar una prestación a la cual no está obligado, y sin tener la voluntad de pagar la deuda de otro. El solvens se convierte en acreedor y el accipiens en deudor de la restitución” . Se deduce por tanto, y partiendo de la base que la inexistencia de la deuda es la primera condición básica para que se configure el pago de lo no debido, si se realiza algún desembolso en la forma como usted lo señala en su escrito, queda por iniciar el proceso respectivo a fin de recobrar lo abonado de más, sin perjuicio, se insiste, de la responsabilidad que les cabe a las personas que asintieron en su pago de acuerdo al artículo 24 ya citado.