Los pueden pedir que la Comisión remita el acuerdo al Consejo para su adopción con rango de Decisión, es decir, de texto de Derecho comunitario. INTERLOCUTORES SOCIALES forme a las orientaciones que figuraban en el primer documento de la Comisión. Los interlocutores sociales expresaron muy claramente su apoyo al fomento de la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Por lo que se refiere a la forma y el nivel adecuados a la actuación en este ámbito, se admitía por lo general la conveniencia de que se produjera una iniciativa de la Comisión. Cuando menos, un texto comunitario podría recomendar distintas medidas y normas; además, se sugería la adopción de una medida marco comunitaria de carácter vinculante, al objeto de formular orientaciones que pudieran ser aplicadas a nivel nacional, local o de empresa. Numerosas respuestas también apoyaban el desarrollo del papel activo de los interlocutores sociales en la elaboración de los principios y en su aplicación a través de convenios colectivos. Tras haber estudiado las reacciones suscitadas por su documento, la Comisión decidió lanzar la segunda ronda de consultas previstas en el apartado 3 del artículo 3 del Acuerdo sobre la política social. El 5 de julio tres organizaciones (UNICE, CEEP y CES) anunciaron su intención de entablar negociaciones sobre el tema y, más concretamente, sobre el permiso parental. Finalizadas las negociaciones, estas tres organizaciones concluyeron un Convenio Marco el 14 de diciembre, que seguidamente remitieron a la Comisión solicitando, al amparo del apdo 2 del art. 4 del Acuerdo sobre la Política Social, su aplicación mediante decisión del Consejo a propuesta de la Comisión. La Comisión aprobó su propuesta de Directiva el 31 de enero de 1996, en la que se tenía en cuenta el carácter representativo de las partes contratantes, la legalidad de las cláusulas del acuerdo marco y el respeto de las disposiciones relativas a las PYMEs. Aunque la base jurídica correspondiente no contempla la participación del Parlamento Europeo en el procedimiento legislativo, la Comisión le remitió la propuesta a título informativo, lo que permitió al Parlamento Europeo publicar el 15 de marzo del 96 un dictamen sobre el tema. La Directiva fue aprobada el 29 de marzo del 96 y oficialmente adoptada el 3 de junio. El 5 de julio del 95 la Comisión . puso en marcha la primera fase de una consulta relativa a la carga de la prueba en asuntos de discriminación por razón de sexo. Los interlocutores sociales expresaron su punto de vista, pero indicaron que no tenían intención de llevar a cabo ninguna negociación al respecto. Posteriormente, la Comisión decidió consultar a los interlocutores sociales sobre el contenido de una posible propuesta en este ámbito. Por otra parte, el 27 de septiembre de 1995 la Comisión inció la primera fase de una consulta sobre la flexibilidad de la jornada laboral y la seguridad de los trabajadores. Habida cuenta de la compleji- Los interlocutores sociales han expresado claramente su apoyo al fomento de la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. En julio, la Comisión puso en marcha la primera fase de una consulta sobre la carga de la prueba en asuntos de discriminación por razón de sexo. dad de las cuestiones abordadas, la Comisión consideró que el plazo de seis semanas era insuficiente para recibir las opiniones de los interlocutores sociales. La Comisión tuvo que esperar hasta abril de 1996 para decidir, tras haber examinado todas las respuestas recibidas con motivo de esta consulta, que era conveniente seguir adelante y poner en marcha una segunda fase de consulta a los interlocutores sociales en relación con el posible contenido de una propuesta. El 19 de junio, los interlocutores comunicaron oficialmente a la Comisión que deseaban entablar negociaciones conforme al artículo 3 del Acuerdo sobre la política social. El 14 de noviembre de 1995 la Comisión aprobó una Comunicación (COM /95/ 547 final) que tenía por objeto conocer el punto de vista de los interlocutores sociales y las instituciones de la UE sobre la consulta y la información a los trabajadores, en relación con las consecuencias de la Directiva sobre los Comités de Empresa Europeos para otras propuestas, pendiente de aprobación por el Consejo, en las que figuran disposiciones relativas a la información y la consulta de los trabajadores.