12.4. El Sexenio democrático (1868-1874): Intentos democratizadores. La revolución, el reinado de Amadeo I y la Primera República. Tras el triunfo de la revolución Gloriosa y el abandono de España de Isabel ll, los sublevados piden a la Junta Revolucionaria de Madrid que se nombre un gobierno provisional de carácter centrista. El General Serrano fue proclamado regente y el general Prim presidente del gobierno provisional. Tras esto, se disolvieron las Juntas, se desarmó a la Milicia Nacional y se produjeron unas elecciones por sufragio universal masculino que dieron la mayoría a la coalición de unionistas, progresistas y demócratas. Tras esto, el gobierno de coalición comenzó a elaborar un nuevo texto constitucional, la Constitución de 1869. La Constitución de 1869 es la primera Constitución democrática de la historia de España. Se caracteriza por: 1. Se proclama la soberanía nacional. 2. El Estado se declara monárquico, pero en la división de poderes, el poder legislativo permanecía exclusivamente en las Cortes, el rey tan sólo las promulgaba y no podía vetarlas por lo que sus poderes quedaban bastante limitados. 3. Las Cortes eran bicamerales (Congreso y Senado) elegidas por sufragio universal masculino. 4. Amplios derechos (manifestación, reunión, asociación…) y libertades (libertad de enseñanza, de religión). Aunque el Estado debía mantener el culto católico Proclamada la Constitución, el trono de España estaba vacante. La principal tarea del gobierno provisional fue la búsqueda de un nuevo monarca para España. Entre los candidatos al trono había varios candidatos pertenecientes a importantes Casas Reales europeas. Era preciso encontrar un candidato para el trono español, se barajaron varios nombres. Prim puso como condición que debía ser demócrata y no Borbón. Finalmente Prim propuso a Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel, rey de Italia. Gracias a las gestiones llevadas a cabo por Prim, Amadeo acepto el trono de España. Fue proclamado rey por las Cortes en noviembre de 1870. El nuevo monarca tuvo que hacer frente a una difícil situación ya que su principal apoyo, Prim, fue asesinado en un atentado poco antes de que el rey llegase a España. El reinado de Amadeo de Saboya (1871 – 1873). Amadeo de Saboya, era un hombre con una concepción democrática de la monarquía y miembro de una dinastía que gozaba de gran popularidad. Sin embargo, aunque contaba con el apoyo progresista, Amadeo era un rey extranjero que desconocía España y su cultura. Amadeo contó con el apoyo de los progresistas moderados y los unionistas, pero encontró una fuerte oposición entre los republicanos, los borbónicos y los carlistas. Además, la aristocracia nunca le llegó a aceptar, la Iglesia tampoco debido a que su dinastía había tenido conflictos con el Papa y el pueblo lo consideró como un rey extranjero y no fue un rey querido. Los principales problemas que tuvo que afrontar fueron: 1. Problemas económicos de la Hacienda, por lo que tuvo que recurrir a la emisión de más deuda pública. 2. Reactivación del carlismo. El nieto de Carlos María Isidro se autoproclama como Carlos VII produciéndose la tercera guerra carlista y causando problemas en el Norte de España. 3. La guerra de independencia de Cuba. 4. El aumento de las huelgas obreras. El gobierno ilegalizó la Internacional obrera. Ante la situación de inestabilidad y los problemas del reinado, Amadeo de Saboya se sentía solo y sin apoyos, por lo que tomó la decisión de renunciar al trono y regresar a Italia. Ante el vacío de poder y sin alternativas al trono, el Congreso y el Senado optaron mayoritariamente por proclamar la República en febrero de 1873. La Primera República (1873 – 1874). Ante el vacío de poder y careciendo de candidatos viables para España, el Congreso y el Senado, proclamaron la República por mayoría en febrero de 1873, (258 votos a favor y 32 en contra). Con la proclamación de la República se puso fin a muchos siglos de monarquía (desde el siglo VI). Desde un punto de vista práctico, la República llenó el vacío de poder, sin embargo, con una Hacienda en crisis, la guerra carlista, la desconfianza del ejército, los problemas laborales y sociales, el problema agrario y la falta de apoyo internacional (excepto Suiza y Estados Unidos, ningún gobierno le dio el reconocimiento), hacían difícil el éxito de la república. La Republica fue apoyada por los sectores populares de la sociedad pero los grupos sociales más poderosos (burgueses, aristócratas, alto clero y mandos militares) siempre fueron hostiles a los republicanos. Además se dudaba de su capacidad para mantener la seguridad y el orden público. En tan sólo 10 meses hubo cuatro presidentes de gobierno distintos (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar). En un principio, al frente de la República, Estanislao Figueras convocó a las Cortes con el objetivo de elaborar una Constitución acorde con la situación republicana y tomó las primeras medidas reformistas: se eliminaron los impuestos de consumo y las quintas, dos de las principales demandas populares. Esta última medida nunca fue puesta en práctica por la necesidad de contar con una fuerza armada. En mayo de 1873 se celebraron elecciones a Cortes constituyentes en las que se redujo la edad para ejercer el derecho a voto a los 21 años. Las elecciones se caracterizaron por el elevado índice de absentismo cercano al 60%. Tras Figueras, el gobierno pasó a manos de Francisco Pi y Margall, que quedó como encargado de elaborar una constitución federal para España. Con la elección como presidente de Pi y Margall, se produce un enfrentamiento entre los republicanos (transigentes e intransigentes) y surge el cantonalismo1. Esta inestabilidad dentro del partido produce la dimisión de Pi y Margall y el nombramiento de Nicolás Salmerón, quién va a iniciar acciones militares contra los cantonalistas acabando con la insurrección, pero dimitió ya que se negó a firmar las penas de muerte impuestas por el Ejército a los cantonalistas por considerarse moralmente incapaz. Tras esto, la presidencia recayó en Emilio Castelar, mucho más conservador. Su programa se redujo, básicamente, a restablecer el orden; porque, si bien había finalizado el movimiento cantonal, quedaban otros focos de desorden: la guerra con los carlistas en el norte y la guerra de Cuba. Castelar quiso gobernar de manera autoritaria respaldándose únicamente en los sectores conservadores. Como no tenía la mayoría en las Cortes, las suspendió momentáneamente y buscó el apoyo del ejército. Ante esta situación, Figueras, Pi y Salmerón llegaron al acuerdo de plantear una moción de censura para forzar su dimisión cuando se reanudasen las Cortes. La intención de este grupo de izquierdas era volver a controlar el gobierno. El 3 de enero de 1874, se abrieron las Cortes y el gobierno de Castelar fue derrotado por 120 votos contra 100. La moción de censura había funcionado y se iba a producir un nuevo gobierno de izquierda pero cuando los generales votaban el nuevo gobierno, se produce un golpe de Estado dirigido por el general Pavía que entró en el hemiciclo con la Guardia Civil y disolvió las Cortes. El poder tras esto pasa a un gobierno en manos de una coalición de unionistas y progresistas que lidera el general Serrano y que gobierna siguiendo la constitución de 1869, pero bajo un régimen republicano. Bajo su reinado se pone fin definitivamente a los cantonalistas y se silencia de momento a los carlistas. Tras todos estos acontecimientos la opinión popular se siente decepcionado por la República y empieza a apoyar la idea de la vuelta a la monarquía de la mano de Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II que en este momento era cadete en la academia militar británica de Sandhurst. Alfonso sabedor de que tenía una importante oportunidad para reinar en España, el 1 de diciembre firmó el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas del Castillo , que resumía el programa de su gobierno: Una monarquía de carácter conservador y católico que garantizaría el funcionamiento del sistema político liberal y restablecería la estabilidad política y el orden social. Antes de que fuese elegido por la vía democrática. en diciembre de 1874, se produce el pronunciamiento militar de Arsenio Martínez Campos en Sagunto a favor de la restauración monárquica y proclamó rey de España a Alfonso, hijo de Isabel II, como Alfonso XII. 1 El cantonalismo fue un movimiento insurreccional promovido por los republicanos intransigentes en 1873. Su objetivo era formar un Estado federal a partir de pequeñas unidades independientes (cantones) que establecerían acuerdos libres entre ellos.