El cultivo del frijol, historia e importancia.

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IMPORTANCIA DE LOS CULTIVOS REPRESENTADOS POR FENALCE
El cultivo
del fríjol,
historia e importancia
El fríjol
es, dentro de las leguminosas de grano, la
especie más importante para el consumo
humano. Se cultiva prácticamente en todo el mundo, en 129 países de los cinco continentes, se reporta la producción de fríjol,
según la FAO. América Latina es la zona de mayor producción y
consumo, se estima que más del 45% de la producción mundial
proviene de esta región, donde es considerado como uno de los
productos básicos de la economía campesina.
Los estudios arqueológicos indican que el fríjol común (Phaseolus vulgaris), es originario del continente americano. Se han
encontrado evidencias, con antigüedad de 5000 a 8000 años, en
algunas regiones de México, Estados Unidos y Perú. Existe un
acuerdo relativo que indica a México como su lugar de origen, que
también se disputa el Perú, por encontrarse allí prototipos de las
especies silvestres de los cinco grupos de frijoles más cultivados.
Hay evidencias que señalan que en toda Mesoamerica se
sembraban los cultivos de fríjol, maíz, calabaza y ají, que constituyeron la principal fuente alimenticia de las culturas que habitaron
esta región, desde hace más de 8.000 años.
Se dice que al principio del siglo XVI, fueron los españoles
quienes llevaron a Europa las primeras semillas de fríjol. Años después los portugueses lo difunden en varios países africanos.
Con respecto al valor nutritivo, el fríjol es considerado como
una de las principales fuentes de proteína, especialmente para
aquellas poblaciones de bajos recursos y dentro de los productos
básicos en la seguridad alimentaria de las áreas rurales y de bajos
ingresos. El contenido de proteína varía de acuerdo al genotipo;
en general, es de un 24%, superando al maíz y la papa en cantidad
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Mayo - Junio 2010
y calidad. Además el frijol es rico en hierro y es una buena fuente
de fibra y carbohidratos.
PRODUCCIÓN MUNDIAL
El frijol, según la FAO se produce en 129 países. La producción mundial entre 1961 y 2007 ha estado en promedio en 15
millones de toneladas. En el 2008 se produjeron 20.935.000, con
un rendimiento promedio mundial de 730 kilos por hectárea.
Entre los países más productores se destacan en orden de
importancia, expresados en porcentaje de producción mundial:
India 19%, Brasil 17%, Myanmar 12%, Estados Unidos 6% y
México 6.%. Estos países contribuyeron con el 66% del total producido. Colombia solo representa el 0.8% de la producción mundial. En cuanto a rendimientos el de mayor productividad es Canadá con 2.12, Estados Unidos con 2.0 y Chile con 1.85 toneladas
por hectárea. El rendimiento de Colombia está en 1.1 toneladas
por hectárea.
En general el mayor consumo per cápita se da en países con
bajo ingreso per cápita. Los de mayor consumo son: Nicaragua,
Cuba, Brasil, Uganda y Salvador. En Colombia el consumo es de
3 kilos por persona.
En el mundo predomina el cultivo de plantas de tipo arbustivo, cuyos granos son las que más se comercializan a nivel
mundial.
A nivel mundial se comercializaron 2.8 millones de toneladas.
Los mayores exportadores son: China, Myanmar, Canadá y estados
Unidos. Los mayores importadores de fríjol son: India, que es a la
vez el mayor productor, Japón, Estados Unidos, Argelia y Malasia.
Cultivos
PRODUCCIÓN EN COLOMBIA
El fríjol es un componente esencial
en la dieta de los colombianos, por su alto
contenido de proteínas de bajo costo y
desde el punto de vista social es un generador de ingresos, al emplear gran cantidad de mano de obra. Por su gran adaptación se cultiva en casi todo el país.
El consumo del fríjol con la arepa
de maíz y el arroz tiene su razón de ser, ya
que su uso en esta ración alimenticia,
aumenta la utilización de las proteínas
del los dos cereales, debido a la complementariedad de los aminoácidos; por esta
razón se consigue una mayor eficiencia
nutritiva.
En Colombia existe una amplia
gama de preferencias regionales por la
forma, el color y tamaño, lo que origina la
heterogeneidad de las variedades sembradas en las zonas productoras. En el
país se cultivan dos tipos de fríjoles, de
acuerdo con los sistemas de producción,
los volubles de crecimiento indeterminado o de enredadera, y los arbustivos o de
arbolito de crecimiento determinado.
Las siembras también varían de
acuerdo con los diferentes sistemas de
producción y con las zonas. En los climas fríos predomina el monocultivo y el
relevo con maíz. En clima medio y cálido
moderado, se siembra en monocultivo y
en sistemas de asociación, relevo e intercalado con otras especies.
Durante los últimos 20 años, el área
de fríjol ha variado entre 164.600 hectáreas, con una producción de 132.150
ton y un rendimiento de 803 kg/ha., y
120.000 has, 132.000 ton, con un rendimiento de 1.1 ton/ha en el año 2009.
El 93% del área de fríjol está en la
zona Andina, el resto se siembra en los
valles interandinos y la costa atlántica. El
58% de la producción viene de las variedades arbustivas y el 42% de las variedades volubles.
Aun cuando el fríjol se siembra en
muchas regiones del país, la mayor producción se concentra en 5 departamentos
que contribuyen con las dos terceras partes del la producción. Ello es debido a las
condiciones de suelo, clima y a la gran
tradición que existe en su siembra.
En el 2009 los mayores productores fueron: Antioquia con
30.000 ton., Huila con 26.000,
Tolima con 19.000, Santander
con 16.000 y Cundinamarca
con 12.000 toneladas.
El país no ha sido autosuficiente y ha importado anualmente
cantidades que van entre 20.000 ton
y 50.000 ton, las cuales provienen de
Ecuador, Estados unidos, Canadá, China
y Chile.
El productor de fríjol en el país pertenece a la denominada economía campesina, de tipo minifundio, con un área promedia de siembra de una hectárea, en un
70% son tierras propias y la otra parte
corresponde a lotes en arriendo o en participación.
Por las características tecnológicas y
topográficas de los suelos de ladera en las
que se desarrolla el cultivo, no se utilizan
prácticas modernas de mecanización, ni
altos niveles de tecnificación, lo cual se traduce en bajas productividades, pero convierte el fríjol en una actividad altamente
generadora de empleo. Se utilizan más de
100 jornales por hectárea.
Las familias de los pequeños productores cosechan esta leguminosa, como alimento de autoconsumo por su calidad
nutricional y sus excedentes son comercializados, lo cual constituye un soporte
económico del sistema productivo de sus
predios. El cultivo del fríjol incentiva la
permanencia de la población en el campo,
estimula la generación de empleo y mejora la sostenibilidad de otros cultivos al utilizarse como cultivo de rotación.
Los esfuerzos del gobierno nacional,
de FENALCE y otras entidades vinculadas al desarrollo del cultivo, se han tradu-
cido en una mejora en las prácticas de
manejo, aun cuando el uso de la tecnología
es mínimo. Los bajos niveles tecnológicos,
sumados a las imperfecciones del mercado, se constituyen en un factor en el atraso
de su desarrollo.
El mejor desempeño de los cultivos
en los últimos años, como consecuencia
del mejoramiento tecnológico, ha venido
reduciendo la necesidad de importar en
la medida que se ha aumentado la producción.
En Colombia se trabaja en el mejoramiento del fríjol desde 1929, pero fue en la
década del 50 en que se dio gran énfasis a
la investigación es este cultivo. La primera
variedad mejorada que salió al mercado
fue la Diacol Nutibara, después vinieron
la Diacol Nima, Diacol Calima y el ICA
Gualí. En cuanto a materiales volubles
se destaca la gran diversidad que existe en
el país, pero las más sembradas son las de
tipo Cargamanto en Antioquia, el Mortiño
en Nariño y Los Bola Roja en el altiplano
Cundiboyacense. El ICA entrego en toda
su historia 38 variedades de fríjol, pero
solo unas pocas se continúan sembrando.
A partir de los años 90 cuando el ICA
dejó de investigar, esta misión fue encomendad a Corpoica pero debido a la falta
de recursos, está labor se redujo considerablemente. Adicionalmente, por el carácter de cultivo minifundista, no se ha contado con los estímulos que se han dado a los
cultivos de tipo comercial en los planes de
desarrollo del gobierno, ni tampoco de la
empresa privada.
El Centro Internacional de Agricultura
Tropical, CIAT, como centro piloto de la
investigación mundial de esta leguminosa,
ha suplido en parte la iniciativa gubernamental, aunque su experiencia no ha sido
aprovechada en forma amplia y suficiente.
el Cerealista
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