Usos múltiples El tímbre de las ocho Armando Meixueiro Hernández Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán Se oyó el Grito de Independencia en la ceremonia de las 8. Es lunes 13 de septiembre en una escuela primaria de nuestra querida República Mexicana. Si enfocamos esta escuela podría ser en el Bajío, en la Baja California, en la Península de Yucatán, o en cualquier lugar próximo al Golfo de México o el Pacífico. Acaban de dar las ocho horas en punto. Fiel a su rutina repiquetea la estruendosa chicharra y los alumnos limpios y uniformados bostezan las alegrías del fin de semana. Las puertas se cierran. Se forman mecánicamente en el lugar asignado desde el principio de año y somnolientos, se disponen a honrar a la bandera. La escolta de la escuela, integrada por los mejores alumnos de sexto año, ya está lista para realizar su ritual. Algunos padres de familia se incorporan, con respeto, a la ceremonia. El director toma el micrófono, da una señal y ahuyenta los últimos rumores. ¡Saludar, ya! Se escucha la intermitente banda sonora de la presentación de bandera. La escolta exhibe el lábaro patrio con aires de marcialidad frustrada. Los niños saludan al estandarte nacional con la convicción de los atisbos escrutadores de sus maestros, sin poder evitar que algunos alumnos, más cansados que retadores, exhiban el codo caído y pegado al cuerpo. Culmina la marcha del grupo selecto de sexto año. Se hace un silencio de tambores y el sonido de una trompeta grabada incita a ordenar al director: ¡Firmes, ya! U n a pausa breve, distorsión de bocinas anquilosadas y el Himno Nacional que se escucha y se canta sin escrúpulos de entonación: ¡Meeexicaaaanos al griiito de gueeeeerra..! Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 2. Septiembre-Octubre 2010. Bicentenario y Educación Otro silencio momentáneo al finalizar el himno, sólo interrumpido por la voz aguda de una niña que lee frente al micrófono como poeta dadaísta, mientras desfilan por detrás muchachos sosteniendo dibujos alusivos en pliegos de cartulina. Entre las frases entrecortadas del discurso de la niña es posible distinguir palabras como Bicentenario Independencia Héroes que nos dieron patria Hidalgo, padre Morelos y sus sentimientos Fusilaron Doña Josefa organizó Iturbide dirigía Derrotaron al Ejército realista Y los Insurgentes Consumación ¡Viva México! Los alumnos reaccionan con un ¡Viva! Aplauden desde las filas ordenadas por grupos y un niño inquieto de quinto año le comenta a su compañero: - Mi papá dice que no hay nada que festejar este año - ¿Por qué? Interroga el amigo sorprendido, tallándose la cara con la manga del suéter. - Porque la situación está muy fregada ¿Hay algo que festejar en este Bicentenario de la Independencia? Esta es la pregunta que nos motiva a escribir en el segundo número de Pálido Punto de luz y aquí presentamos un abanico de respuestas que nos invitan a reflexionar en los claroscuros educativos de un hecho tan crucial para nuestra cultura. Armando Meixueiro Hernández Director de Pálido Punto de Luz Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 2. Septiembre-Octubre 2010. Bicentenario y Educación Director de Pálido Punto de Luz visite http://palido.deluz.mx Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 2. Septiembre-Octubre 2010. Bicentenario y Educación