Curso Virtual “Organización y Participación” PRIMERA UNIDAD: “ORGANIZACIÓN: POSIBILIDAD DE EXISTENCIA SOCIAL Y POLÍTICA” Objetivo: Reconocer que las distintas formas de organización de niños y niñas pueden ser una herramienta que facilite la existencia social y pública en sociedades que tienden a relegar a la infancia al ámbito privado. En esta Unidad intentamos un análisis de lo que es hoy la organización de niños/ as y su potencial social y político. Para ello aventuramos una hipótesis por la cual consideramos que las organizaciones de niños/ as trabajadores y de la calle y en general niños de los sectores populares surgidas en los últimos treinta años, así como las organizaciones nogubernamentales en favor de los niños y las organizaciones populares por la defensa de los derechos de los niños, constituyen las bases iniciales de un contemporáneo movimiento social en formación. TEMA 1: Qué entendemos por organización Es importante considerar que la palabra “organización” refiere a múltiples formas de articulación en función de un objetivo. Esto vale en el campo biológico, en el campo social, cultural, económico, laboral, productivo, lúdico etc. etc. Nada, podríamos decir, es totalmente carente de organización en la vida cotidiana personal y colectiva; hay innúmeras formas de entender aquello de “organización”. Incluso, las teorías del caos, señalan a éste como una forma de organización, la caótica. En esta Unidad entendemos por organización en el campo estrictamente social, aquellas formas de articulación colectiva que los niños se van dando y que responden a las finalidades que generan y sostienen la motivación para mantenerse articulados, unidos, es decir, organizados. En el fondo, es una forma de dotarse de un mínimo de estructura para asegurar la dinámica en que se sustenta para la consecución de un proyecto consensuado, en este caso, entre pares. Por su finalidad, por su composición, por su dimensión o extensión, podemos levantar una variada tipología de lo que entendemos por ·”organización infantil”. Hablamos de grupos, de club, de asociación, de movimiento, etc, atendiendo a diversas características. Área de Formación y Capacitación Virtual Ifejant Curso Virtual “Organización y Participación” Algo más que asociacionismo infantil El asociacionismo infantil es tan viejo como nuestras sociedades. Pero difícilmente irrumpió como un verdadero movimiento social ni en Europa ni en el continente. La animación de florecientes organizaciones infantiles fue responsabilidad de adultos y éstos no configuraron un movimiento de relevancia social en favor de los niños hasta la fecha. Experiencias como la Organización de Pioneros en Cuba, el Frente de Niños Sandinistas en Nicaragua merecerían un estudio más especializado; experiencias como la de los Boys Scouts son quizá de las más generalizadas a nivel internacional involucrando a diversos sectores de la sociedad y a Estados, pero que, en nuestra opinión, no ha contribuido a transformar ni la ideología dominante sobre la infancia, ni las prácticas pedagógicas con niños; su estructura jerárquica además coloca a los adultos como representantes y protagonistas del movimiento Scout. Esto no significa desconocer los aportes que miles de jóvenes y adultos han recibido de su pase por los Scouts; pero desde el punto de vista de su impacto en la transformación social y política creemos que carece de fuerza antagónica, de inspiración de oposición y alternativa, de contenido de intereses de sectores populares. Sin embargo, aunque comprensiblemente, es de los movimientos más aceptados por la sociedad en todos sus estratos, por el Estado, por las FF. Policiales, etc. pues finalmente son funcionales al orden establecido terminan reforzando una cultura de infancia subordinada en una sociedad adultista. 13 Pero en orden a la realidad actual en algunos países, el Perú es uno, hay sectores del movimiento scout integrados con otras organizaciones de niños, niñas y adolescentes en las que aportan a partir de una experiencia que viene de cumplir cien años de existencia fecunda. El movimiento scout en sus niveles màs iniciales, tiene un potencial innovador en materia de culturas de infancia que puede significar, en el marco de la propia Convenciòn sobre los Derechos del Niño, un aporte sustantivo a nivel mundial. En todo caso los movimientos surgen también como resultado de una voluntad histórica, como fruto de un trabajo intencionado. Se trata de un complejo y convergente dinamismo de la vida y la lucha y la organización de base, es allí que se puede ir forjando un movimiento como movimiento social articulado a otros dinamismos y sujetos sociales por la búsqueda de objetivos comunes. 13 Ver Madeshda Krupskaya: LA EDUCACION COMUNISTA, LENIN Y LA JUVENTUD, ed. Nuestra Cultura, Colección Mano y Cerebro, N° 4, Madrid, p. 87. Área de Formación y Capacitación Virtual Ifejant Curso Virtual “Organización y Participación” Hay que señalar que no toda forma de asociacionismo infantil o de colectivos configuran una organización popular de niños. Pero no se trata ni de forzar ni de contraponer lo que bien podría ser una etapa a lo largo de un proceso orientado en una perspectiva social, pedagógica, cultural y política emancipadora. El objetivo es enfatizar que se reserva el concepto de organización a colectivos con intereses más sociales en su proyecto, con representatividad, con cierta articulación y centralización orgánica, con cobertura territorial y con opinión social. En efecto son numerosas las formas de asociacionismo infantil en parroquias, escuelas, barrios a partir de intereses religiosos, académicos, recreativos, deportivos, etc. Son pocas las formas de organización que aseguren niveles más profundos y englobantes de esas instancias colectivas, de esos grupos. En el caso de los Niños y adolescentes Trabajadores (NATs) y Niños en situación de calle (NACs), fuertemente marcados en su personalidad por la necesidad de sobrevivir, lo que tiende a favorecer un cierto individualismo, la formación de grupos o colectivismo cancela automáticamente esa situación. En pequeñas unidades productivas de NATs éstos encuentran -quizá- otras posibilidades de enfrentar esa "cultura individualizante" de la lucha personal y/o familiar por la sobrevivencia. Sin embargo, pueden existir formas de trabajo cooperativo, pero que paradójicamente dejan intocada dicha cultura individualizante. Tenemos que recordar que también desde una perspectiva no popular se enfatiza la importancia del grupo, del colectivo, pero como un trampolín al individualismo o al arribismo. De allí la relevancia de la intencionalidad social, educativa, axiológica de la formación de grupos de niños y la necesidad de que ésta experiencias aporten un valor agregado a los intereses personales y a la gratificación personal. Cuando hablamos de organización infantil queremos apuntar a algo más que asociarse y hacer algo juntos. En la experiencia del Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos – Manthoc- y de los Programas Educativos para NATs, en el caso peruano, se percibe un problema: la ausencia de una organización de niños de carácter masivo y popular hace que esas micro-experiencias que son cada una de las 50 bases del MANTHOC a nivel nacional o esos círculos auto educativos de la escuela tengan un techo relativamente bajo. Esto les acontece también a experiencias como la del sindicato de lustrabotas de la ciudad de Ica, al sur del paìs y es esto lo que se ha Área de Formación y Capacitación Virtual Ifejant Curso Virtual “Organización y Participación” constatado en el 1er. Encuentro Latinoamericano de NATs celebrado recientemente en Lima: una cantidad de pequeños grupos o colectivos de NATs carentes de un referente organizacional que los saque de su micro-clima al mismo tiempo que transforme y refuerce su vida y acción local. No se trata sólo de una coordinación, esto podría ser un paso; se trata más exigentemente de confluir en formas orgánicas que se basen simultáneamente en la dinámica que surge de la base, la urgencia de una incidencia socialmente útil y por ende significativa para el conjunto; que permitan una relación e interdependencia con otras organizaciones en la inspiración sin dependencia o discriminación; que recoja la inspiración y la experiencia de otras organizaciones de base sin perder su sensibilidad y carácter infantil. Señalamos cinco elementos que cuando van desarrollándose dotan de perfil de organización a los grupos. 1.- Su carácter de estabilidad frente a formas más coyunturales de juntarse. 2.- El carácter de intencionalidad organizada frente a cierto espontaneismo. 3.- La búsqueda de objetivos que desde sus diversos niveles y campos específicos apunten a dotar y desarrollar la fuerza social de la organización en vistas al cambio. 4.- El sentido, la conciencia y el sentimiento que se es parte de un proyecto social que si bien es percibido como una globalidad no por ello es menos nítido en su carácter emancipatorio. 5.- La experiencia real y permanente de ser responsables y por ello con una posibilidad cotidiana de autodeterminación. Organización: una herramienta para la construcción de ciudadanía. Se considera pertinente en este acápite centrado en tres cuestiones simultáneamente conceptuales y prácticas: la de ciudadanía, la de niñez y adolescencia, y la de organización, lo que implica: La posibilidad de elaborar un concepto de ciudadanía desde la experiencia y la reflexión de los niños, niñas y adolescentes. Es decir, aceptar que eventualmente tomando como ángulo la realidad de la niñez y adolescencia, se abre un reto para resignificar lo que hasta ahora se ha entendido por ciudadanía. Se podría asumir que partir de la niñez y de la adolescencia, es hacerlo desde nociones, desde conceptualizaciones. Pero, en el fondo, es tomar Área de Formación y Capacitación Virtual Ifejant Curso Virtual “Organización y Participación” como eje epistemológico a sujetos concretos, en este caso tan sujetos como el resto de la especie: los niños, niñas y adolescentes de la que son parte. En este sentido, se trata de una invitación a deconstruir y a construir representaciones heredadas de ciudadanía, incluso de ciudadanía legal, ciudadanía étnica, ciudadanía femenina, etc. Pero repensar eso de ciudadanía desde los niños y adolescentes, es colocarse no en un acto meramente intelectual, conceptual. Se trata de encarar la cuestión de poder que subyace a todo discurso sobre la llamada ciudadanía. Reelaborar una práctica que se quiera ciudadana desde los niños y adolescentes, es un proceso cargado de tensiones, de complejidades y de conflictos. Pues ciudadanía es una manera de entender las relaciones sociales en igualdad, libertad y no sometimiento o dependencia, no en una jerarquía que discrimina y excluye. Y es que se va siendo ciudadanos no sólo dentro de coordenadas históricas complejas, sino en tejidos culturales variantes. Finalmente hacer una experiencia de ciudadanía infantil que se expresa en forma organizada, colectiva, vale decir, no como una sumatoria de individualidades, sino como cuerpos que son portadores de cierta representación de sus pares y que buscan ser reconocidos como tales, constituye un reto a encarar. Área de Formación y Capacitación Virtual Ifejant