CONJUNTIVITIS Concepto Casi la totalidad de las afecciones inflamatorias irritativas o infecciosas del ojo, las podemos agrupar bajo el epígrafe de "ojo rojo". Se trata de un proceso inflamatorio o hemorrágico del segmento anterior del globo ocular, en la mayor parte de las ocasiones debido a procesos patológicos cuyo substrato es la conjuntiva, la córnea, la esclera, la úvea, los párpados o el aparato lagrimal. En el ojo rojo pueden aparecer básicamente tres tipos de alteración vascular, según el aspecto y la localización, que traducen distintos tipos de patología ocular, así como distinta gravedad: Equimosis subconjuntival: Hemorragia producida por rotura vascular en conjuntiva o en esclera. Aparece como una mancha roja y asintomática (es indolora y no afecta a la visión). Suele deberse a un traumatismo o aparecer de manera espontánea tras un golpe de tos. No precisa tratamiento y evoluciona a la desaparición espontánea en dos o tres semanas. Inyección conjuntival.- Hiperemia de los vasos móviles de la conjuntiva. Suele acompañar a procesos banales, siendo más intensa a nivel del fondo de saco conjuntival. Suele implicar patología palpebral y/o conjuntival. Inyección ciliar (periquerática).- Hiperemia de los vasos epiesclerales. Suele ser un signo de enfermedad grave ocular. Forma un anillo de tonalidad violácea, o rojo oscuro alrededor de la córnea (periquerático). Traduce patología de córnea, iris y cuerpo ciliar. Inyección mixta.- Hiperemia de vasos profundos y superficiales, no móviles y móviles. Así pues, el ojo rojo es una manifestación común de un conjunto de entidades infecciosas, irritativas o inflamatorias, que se caracterizan por un enrojecimiento de la superficie anterior del ojo. La conjuntivitis consiste en una inflamación de la conjuntiva producida por una infección (bacterias, virus, hongos , clamidias, etc.), alergenos (pólenes, fármacos,etc.) e irritantes físicos y/o químicos. Supone entre el 30-90 % de los procesos oculares. Habitualmente es bilateral y de carácter benigno; cursa con inyección conjuntival, secreción moderada o abundante, ausencia de dolor, prurito ocular, sensación de cuerpo extraño y leve fotofobia. No existe afectación pupilar ni disminución de la visión. Generalmente se trata de procesos autolimitados, aunque por su proximidad, pueden producirse secundariamente lesiones corneales. La secreción abundante y purulenta, con gran inyección conjuntival e incluso inflamación palpebral; de inicio monocular y posteriormente bilateral, es frecuente observarla en conjuntivitis bacterianas o por clamidias. En el caso de tracoma se aprecia gran hipertrofia papilar y folicular y es posible la aparición del pannus tracomatoso (vasos conjuntivales neoformados sobre la córnea con la consiguinete pérdida de transparencia de la misma). El antecedente de infeccción respiratoria en el paciente, acompañado de escasa secreción blanquecina, de preponderancia unilateral, sugiere una etiología vírica. Cuando la conjuntivitis es de tipo alérgico, existe un claro predominio estacional, la secreción ocular suele ser escasa, existe un gran prurito ocular así como nasal y faríngeo. Afecta a ambos ojos, y existe un importante, en ocasiones, edema conjuntival (quémosis). La historia de exposición a agentes irritantes como humo, polvo, disolventes, etc., sugiere conjuntivitis irritativa. Tratamiento {TC \l4 "Tratamiento de la rinitis alérgica }Aunque lo más importante es evitar los agentes que desencadenan la respuesta alérgica (alergenos), esto no es posible hacerlo de forma completa en la mayoría de los casos. No obstante es factible puede reducir la frecuencia y la intensidad de los síntomas realizando una serie de acciones sencillas, como mantener las puertas y ventanas de las casas cerradas, uso de aparatos de aire acondicionado (reducen los niveles de polen en el interior de los edificios), o evitar el contacto con animales de compañía, evitar el tabaquismo (activo o pasivo), que puede agravar la rinitis. Dependiendo de la etiología del cuadro de congestión conjuntival, el tratamiento de fondo debe ir dirigido al agente causal, empleando agentes antimicrobianos en los cuadros de naturaleza infecciosa o simplemente evitando los ambientes que propicien la irritación conjuntival por vía física o química (polvo atmosférico, humos, etc). Por su parte, {TC \l5 "Antihistamínicos}la administración de antihistamínicos por vía oral suele proporcionar buenos resultados en la resolución del picor conjuntival, los estornudos y la descarga nasal asociada a la rinitis alérgica, aunque no mejoran la congestión nasal. Los antihistamínicos aplicados de forma tópica (nasal y oftálmica) también producen buenos resultados, en especial en lo que se refiere al control del picor y del enrojecimiento conjuntival, síntomas cardinales de la conjuntivitis alérgica. Emedastina y levocabastina son notablemente más potentes que feniramina y antazolina. La potencia antihistamínica por sí misma no predice su potencial resolutivo en los cuadros de conjuntivitis alérgica.. Al margen de los antihistamínicos o, a veces, asociados a ellos, también se emplean agentes vasoconstrictores de tipo adrenérgico, para reducir la congestión conjuntival, con independencia del origen del cuadro conjuntival. Por su parte, el empleo de agentes antialérgicos de tipo no antihistamínico, como c romoglicato y nedocromilo, tienen un cierto papel terapéutico en la rinitis alérgica {TC \l5 "Cromoglicato}debido a su actividad estabilizadora de los mastocitos, aunque ese papel es meramente preventivo, por lo que no tienen utilidad para reducir rápidamente los síntomas de la conjuntiv itis alérgica. Por último, hay preparados que combinan uno o varios de los fármacos anteriores con astringentes (sulfato de zinc, hamamelis), anestésicos locales (procaína) o antsépticos (ácido bórico, cloruro de benzalconio, etc). Tipos de medicamentos Antialérgicos antihistamínicos: Reducen la inflamación conjuntival de origen alergénico, mediante un efecto bloqueante de los receptores H1 de la histamina. Principios activos Azelastina. Clorfenamina. Emedastina. Levocabastina. Lodoxamida. Antazolina. Antialérgicos no antihistamínicos: Previenen la liberación de his- Cromoglicato. tamina y de otros mediadores bioquímicos de la inflamación inducida Nedocromilo. por alerg enos. Astringentes: Hamamelis Sulfato de Zinc Antisépticos tópicos: Acido bórico. Metiltionina, cloruro Vasoconstrictores adrenérgicos: Reducen la hiperemia conjuntival, Epinefrina. cualquiera que sea su causa, mediante un efecto vasoconstrictor di- Fenilefrina recto. Se trata de agentes agonistas α 1 o antagonistas α 2 adrenérgi- Nafazolina Oximetazolina cos. Tetrizolina. Si la secreción es muy abundante, se suelen emplear colirios con antibióticos de amplio espectro (tetraciclinas, cloranfenicol, rifampicina etc.), inicialmente con gran frecuencia (una gota cada 2-4 horas, durante 48 horas; posteriormente cada 4-6 horas, hasta completar 7-10 días. Si la conjuntivitis es debida a clamidias (tracoma, conjuntivitis de inclusión) se suelen emplear pomadas oftálmicas de tetraciclinas o eritromicina, y la misma medicación por vía vía oral (doxiciclina, 100 mg/12 h o eritromicina 500 mg/6 h) hasta completar 3 semanas. Las conjuntivitis víricas se resuelven espontáneamente en una o dos semanas. Las normas básicas de higiene son fundamentales para evitar contagios; así, mantener el ojo limpio de secreciones y el uso de toallas individuales y no compartidas, son impres- cindibles. Como norma general, deben ser evitados los colirios con penicilina, ya que favorecen la sensibilización al fármaco. Tampoco son recomendables los lavados con agua y sal o manzanilla, ya que aumentan la posibilidad de aparición de eczema. Finalmente, el uso de corticoides tópicos debe realizarse de forma conservadora, una vez que la indicación esté muy claramente establecida y siempre que el diagnóstico no deje lugar a dudas. Valoración Las personas que acuden a una oficina de farmacia solicitando algún producto para la conjuntivitis deben ser valoradas por el farmacéutico, considerando un conjunto de síntomas básicos que el enfermo oftalmológico suele referir. Los más importantes son - Alteraciones de la visión.- Disminución de la agudeza visual o alteración en la percepción de los colores. - Dolor ocular.- Es importantísimo diferenciar correctamente el dolor ocular real de otros síntomas tales como picor, escozor, ardor, sensación de cuerpo extraño, etc. El dolor ocular "real" suele ser un síntoma de enfermedad grave. - Secreciones anormales.- Tanto en cantidad, bien por exceso o por defecto (epífora, lagrimeo, sequedad ocular), como en calidad (mucosa, purule nta, etc.) Como norma general el paciente debe ser visto por un oftalmólogo ante cualquier manifestación de alteración de la visión, fotofobia intensa o dolor ocular verdadero, así como de alteraciones pupilares (miosis o midriasis) y de la transparencia corneal. El ojo rojo es un cuadro muy frecuente en patología oftalmológica, pero no siempre implica la existencia de conjuntivitis. La inyección conjuntival suele traducir cuadros autolimitados. La inyección ciliar, periquerática, etc, sugiere cuadros más graves. En cualquier caso, todo ojo rojo debe ser reevaluado en 24-48 horas. Si en 48 horas no se objetiva ninguna mejoría tras la instauración de tratamiento, es necesario envíar el paciente a la consulta del oftalmólogo, ante la sospecha de alguna patología más grave: glaucoma agudo, queratitis, etc.). Debe tenerse siempre presente que la atropina y otros derivados anticolinérgicos, de acción midriática, están contraindicados ante la más mínima sospecha de glaucoma, así como los corticoides en las queratitis víricas y los fármacos mióticos (pilocarpina y derivados) ante la sospecha de uveítis. Además de las anteriores recomendaciones, es muy importante que el farmacéutico instruya al paciente acerca de la utilización de las formas farmacéuticas oftalmológicas, dado que es muy frecuente que la aplicación sea inadecuada, haciendo ineficaz el tratamiento. El abuso de agentes vasoconstrictores puede acabar desencadenando midriasis. Igualmente, el exceso de administración de un producto oftálmico no mejora su eficacia (salvo en los casos indicados) y, en no pocas ocasiones, puede conducir a un agravamiento de la patología o a la aparición de efectos adversos sistémicos. Los pacientes con lentes de contacto deben retirarlas antes de la administración de un medicamento oftalmológico. Esto especialmente importante en el caso de colirios coloreados o de preparados oftalmológicos con corticosteroides. Una norma básica es que c ada envase debe usarse por un solo paciente, para prevenir el contagio. Por este mismo motivo, debe instruirse al paciente para que se lave las manos correctamente antes de la aplicación del preparado oftalmológico (la personas que vaya a hacer tal aplicación). Para administrar los colirios y pomadas oftálmicas se debe inclinar la cabeza hacia atrás. En el caso de los colirios, es recomendable que esté orientada ligeramente al lado del ojo afectado en el caso de los colirios, parpadeando varias veces (para favorecer su distribución). En el caso de las pomadas oftálmicas, por el contrario, se debe mantener los párpados cerrados al menos dos o tres minutos, para evitar la absorción local del medic amento. Específicamente, en lo que se refiere a los colirios, es importante precisar que no se recomienda administrar más que una gota de colirio en cada ojo (salvo que se trate de un lavado ocular), ya que la capacidad de retención de líquidos en la superficie ocular expuesta no supera los 30 µl (una gota de agua pura supone 50 µl). Asimismo, el tiempo de contacto del principio activo con la mucosa es mucho menos prolongado en el caso de los colirios que de las pomadas, éstas se usarán preferentemente por la noche. Una vez abierto el frasco de colirio, no debe almacenarse para ocasiones posteriores. Durante su uso, debe ser almacenado en sitio fresco y al abrigo de la luz. Especialidades Farmacéuticas Publicitarias indicadas en conjuntivitis Vasoconstrictor Fenilefrina 0,125% Fenilefrina 0,125% Fenilefrina 0,125% Fenilefrina 0,125% Fenilefrina 0,18% Nafazolina 0,02% Nafazolina 0,025% Nafazolina 0,025% Nafazolina 0,03% Nafazolina 0,03% Nafazolina 0,05% Nafazolina 0,1% Oximetazolina 0,025% Tetrizolina 0,05% Antialérgico Astringente Zinc, sulfato 0,5% Antazolina 0,5% Hamamelis, agua 8% Zinc, sulfato 0,5% Cromoglicato 2% Hamamelis, agua 13% Hamamelis, agua 12% Caléndula, exto 0,375% Antiséptico Especialidades Analux. Mirazul. Neo Lacrim. Vistafrin. Borato 0,35% Boraline Borato 2,5% Visadrón. Zincfrin Borato 1,25% Boradren Miraclar Metltionina 0,005% Centilux Alergoftal Colirio Alfa. Borato 1,35% Ojosbel Colirio Oculos Vasoconstrictor Borato 2,2% Zolina Llorens Alerfrin. Oftinal. Vispring. Poledin. Primover. Optrex. Borato 1,4% Bañoftal.