Poemario Estado de Sitio Luis Narváez Cázares

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Poemario
Estado de Sitio
Luis Narváez Cázares
1.
Amenaza la mañana
el ansia de secreto,
horas anteriores escondimos todo,
nuestro cuerpo se manchaba
-tierra entre los poros-.
Soy soldado de la dicha
y cada espacio lo procuro como mío,
tomo una copa de alegría,
mi hermano pierde fuerza.
Me arrincono escapando de la luz mordaza,
hora de dormir.
2.
La lista crece
al paso de minutos.
Números y letras
dan razón a los humanos,
creímos tenerlo todo:
- Agua;
- mar;
- cielo que se esconde,
caímos fuerte en la sensación de inocencia
y fue la muerte quien llegó
disfrazada de consuelo
a llevarnos al sereno que se ansiaba.
3.
Siento como mío el grito de la niña
que esconde su misterio entre las rosas
y mirar que construye paraísos a distancia.
Hoy la vi acostada en su banqueta,
plena en olvido satisfizo el dolor
siendo perla recogida por la muerte
mientras todo se consume al rededor.
No hay mejor regalo dado a tu existir
y jamás será olvidado el aroma de tu pelo,
descansa libre ya de todo.
4. Fatalité
Blanca tempestad que atiende
brusca
al sentido Dionisiaco de mi entraña
mal amada;
Busco forma,
delimitando voces y sonido,
por tocar tu espalda
y esquivo, el roce de tu mano,
me guarda en el brote singular
que de mi pecho corre
por llegar hasta ese punto
en que la vida nace.
5. Dos x dos
Qué buen detalle el de tu boca,
someter pedazos de miseria
al ritmo de la música y el baile.
Qué disgusto sobresale
enardecido,
mientras en mis manos se consume
la distancia entre tus pechos y mi sangre.
La piel no se marchita
pero pierde fuerza cuando encuentra
redes nuevas
caminando a tientas.
6. Bon voyagé
Emprendes pasos que tocan
mis anhelos,
soy como tu sombra,
preciosa y distraída,
cuando me chocas con tu pecho.
Quise aventurar
mis manos por tu piel,
campo fértil donde nacen
mis angustias,
y el quejido pétreo
dentro de mis venas,
tocó el punto de llegada.
7. Cada cuanto
La oscura sombra
de un amor no construido
llega hasta mi entraña
cuando el tiempo terminó.
Resulté la farsa,
siempre complaciente,
y el camino recordó
que soy un hombre en desgracia.
Caí de nuevo entre los brazos
de una reina fuera de corona,
no me culpo
o reclamo la injusta afrenta,
pero no me salven
si entorpezco mi castillo.
8. Ultimo respiro
Paseé mis manos por tus piernas
mientras atendías tus asuntos lejos de mi voz;
tu cadera levantada
despertaba en mi consciencia un sentido de armonía
y mi boca huyó en busca de tus pechos.
Sonríe un poco
mientras digo las mentiras que me guardo
y tu, graciosa, me reclamas desde adentro
por mi farsa al descubierto.
¿Cuánto necesito por llegar hasta tus ojos?
Estanque amplio donde mi amor reposa.
¿Qué se debe en el intento de tu voz?
Himno que acelera mis instintos.
Llama por mis dedos,
guías de tus pasos.
9. ProLa brevedad del día
me consume el cuerpo entre las horas;
no es el cabello oscuro
que se pega a mi frente
cuando beso por tu cuello
cicatrices de un pasado en vano,
tampoco la invisible línea
que dibujo con mis dedos
por tu espalda
mientras mi sexo se confunde
con tu cuerpo.
Qué desgracia resulta la fortuna
de mirarte cerca,
cuando caminas entre bancas o escritorios
y mueves corazones fríos
que se entregan sin desearlo.
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