SERIE: “LA GENTE QUE BUSCA A JESÚS” Antes que la vasija sea rota Versículo clave: Jeremías 18 y 19 INTRODUCCIÓN: En más de una ocasión el ser humano y no solo el sino también el pueblo de Dios es representado en las Escrituras como el barro (cf. Is 64:8, 2 Co 4:7). En Gn 2:7 vemos que el hombre es formado del polvo de la tierra dándonos a entender cuál es nuestra condición. Pero aun sabiendo nuestra condición Dios, él no quiere dejarnos en un estado “bruto” sino que quiere trabajar en nosotros y moldearnos a su misma imagen. Cuando hemos sido obstinados y no hemos permitido que Dios trabaje en nosotros lo único que cosecharemos será una disciplina o un juicio de parte de Dios (nadie lo quiere). Por eso es importante que nos volvamos a Dios antes de que la vasija sea rota. DESARROLLO 1) La señal de la vasija rota (Jeremías 19): En este capítulo se nos narra la señal que Dios le dio al profeta Jeremías en vista de la infidelidad de su pueblo (18:11-12). Le dice que vaya a la casa del alfarero (v. 1) y comprara una vasija de barro para luego romperla delante de los testigos que le acompañaban como una señal de juicio de Dios si no se arrepentían de sus pecados (vs. 10-11, 15). En esta señal vemos que el pueblo de Israel estada destinado a un juicio de Dios al menos que cambiaran. Pero, ¿Cómo llegaron a tal estado de decaimiento espiritual? Hubo un proceso que se fue dando paulatinamente y lo vemos en los versículos 4-5: Alejamiento de Dios: “porque me dejaron…” Cambiaron a Dios: “enajenaron este lugar” Cayeron en idolatría: Vs. 4 "ofrecieron en él incienso a dioses ajenos” y Vs. 5 "Y edificaron lugares altos a Baal” Terminaron sacrificando lo más importante, la familia: “Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal.” 2) La señal del alfarero y el barro (Jeremías 18): Lejos de querer traer juicio sobre los suyos; Dios quiere que volvamos a Su presencia donde seremos transformados y moldeados a la imagen de nuestro Señor Jesucristo. La señal del alfarero y el barro es una invitación de Dios para que volvamos a ese proceso. En los versículos 1-6 vemos como Dios lleva al profeta a presenciar el trabajo diligente y detallista que tiene un alfarero con el barro y hay un proceso interesante en todo esto: 01 SERIE: “LA GENTE QUE BUSCA A JESÚS” Antes que la vasija sea rota Versículo clave: Jeremías 18 y 19 El barro debe ser lavado y limpiado de impurezas (Ap. 1:5 “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”). Se lo dejaba en reposo (en el descanso del barro, este obtiene la consistencia necesaria para comenzar el proceso para ser moldeado). Se lo amasa con manos y pies para hacerlo más maleable. Se le daba forma sobre la rueda del alfarero (se definía que es lo que iba a ser). Se lo ponía en el horno para que se endureciera y no perdiera su forma. APLICACIÓN: Una cosa es deshacer la vasija en la casa del alfarero donde se puede rehacer pero otra es afuera donde se quiebra y ya no hay más esperanza. Volvamos a la casa del alfarero, para ser tratados y moldeados por el Creador como al principio cuando con sus manos formó al hombre. “¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.” (Jer 18:6). Dios solo moldea nuestro carácter si se lo permitimos, si estamos dispuestos a ser moldeados. Preste atención que Dios dice “No podré yo hacer de vosotros”; demostrando que Él tiene el poder para hacerlo pero es necesario que el barro permanezca en el torno. Muchas veces no nos gustará el proceso pero si permanecemos quietos y dispuestos a recibir la forma que el Alfarero haga de nosotros; podremos estar seguros que “cosa nueva” el hará en nuestras vidas, antes que la vasija sea rota. 02