Conciencia y ego ( esta bueno)

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CONFERENCIA PÚBLICA:
CONCIENCIA Y EGO
¿Qué somos, quienes somos?
Te
has
preguntado
alguna
vez…
¿Quién
eres?
¿Has notado que todo lo que eres y representas en la actualidad es producto de lo
que adquiriste e imitaste de tu entorno a lo largo de los años?… ...Entonces ¿Dónde
ha
quedado
tu
verdadero
SER?
Si dedicaras un instante a este cuestionamiento existencial, descubrirías que no te
conoces a ti mismo (a). Sólo conoces los artificios que has puesto sobre tu real Ser.
Aquel montón de cosas con las que te identificas y te defines como persona.
Obsérvate con profundidad y podrás percibir que más allá del cuerpo, de la mente, de
las apariencias y de las emociones... ¡Eres conciencia!
La conciencia es un rasgo sutil de nuestra naturaleza que también es conocido como
la esencia.
La esencia o conciencia es el rasgo inmortal que nos caracteriza. Es el
experimentador de todas las condiciones transitorias y cambiantes de la vida. Por eso
también se le llama el real Ser.
Todas las manifestaciones de vida poseen una esencia o conciencia que ingresa en el
nacimiento y se retira en la muerte. En el mundo existen muchos cuerpos de diferente
naturaleza y nivel evolutivo, pero en el fondo todos poseen una esencia o conciencia.
La conciencia o esencia se encuentra más allá del alcance de los sentidos de
percepción. Está presente en la atención que puede desenvolverse libre o atrapada
en innumerables condicionamientos.
Unos son los padres del cuerpo y otros los de la conciencia.
Las cualidades del cuerpo humano le permiten a la conciencia pensar y sentir, pero la
conciencia no es el pensamiento ni los sentimientos.
La conciencia habita en el cuerpo físico que tiene un sexo y una apariencia pero no es
el cuerpo ni el sexo ni la apariencia.
La conciencia aprende unos oficios y cumple una función en la creación, pero no es el
oficio ni es la función que desempeña. Se desenvuelve temporalmente en las
condiciones de un nivel social, educativo, económico, cultural, pero no es ninguna de
esas condiciones.
Todas las cosas que están sobrepuestas a la conciencia son transitorias y cambian
obedeciendo leyes naturales pero la conciencia es permanente, inmutable e inmortal.
¿Qué es el ego?
El ego es todo el contenido que hemos acumulado en nuestra psicología, con el que
vivimos constantemente identificados. Está compuesto por conceptos, reacciones,
costumbres, ideologías, inclinaciones, recuerdos, imágenes, etiquetas, creencias,
métodos, traumas, temores, etc.
Nuestra visión personal de la vida es el resultado de una historia que nos hemos
narrado a sí mismos. Producto de nuestras interpretaciones, clasificaciones,
valoraciones y del significado que le atribuimos a todo lo que contemplamos y
experimentamos. Toda esta información acumulada condiciona nuestras percepciones
y acciones. Es la causa del sueño de la conciencia. Vivimos atrapados en la actividad
de nuestros contenidos mentales y emocionales. No vemos la realidad tal como es,
sino
como
nosotros
mismos
la
proyectamos.
El ego es lo que nos hace sentir individualidad existencial y separación de los demás.
Es la base de una identidad ilusoria que solo existe en nuestra mente. Es el origen de
las
divisiones
humanas,
de
la
rivalidad
y
el
egoísmo.
Conocerse a sí mismo es tomar conciencia del ego para comprenderlo a fondo y
liberar la conciencia de su condicionamiento.
El ego está formado por la influencia, el
entorno y la cultura
Todos los seres humanos nacemos en estado de inocencia, sin contenidos
psicológicos propios ni condicionamientos. Llegamos al mundo con una psicología
libre, espontánea y abierta, pero a la vez sin una base para desenvolvernos por sí
mismos. Carecemos de un programa para subsistir en el medio sistematizado al cual
debemos incorporarnos como personas y por eso debemos aprender códigos, reglas,
horarios, leyes, conceptos, lenguajes, métodos, etc. Que ya están establecidos como
mecanismos de organización. Por eso a lo largo de la vida nos llenamos de los
valores del entorno para poder entender lo que es bello, agradable, bueno, malo,
legal, ilegal, conveniente, etc.
Nos vemos en la necesidad de desarrollar un programa común que nos permita
relacionarnos, desempeñarnos, cumplir funciones y subsistir en el medio al que
pertenecemos.
Los contenidos psicológicos que hoy poseemos, que nos caracterizan y en los cuales
nos apoyamos para vivir nos son aspectos legítimos de nuestro ser. Son cosas que
adquirimos del entorno. Nuestras costumbres, creencias, ideales, temores,
inclinaciones, modelos, etc. Son el resultado de las influencias. Es decir que todo
hombre es una prolongación o extensión del medio en el que se desenvuelve. Nuestra
percepción personal de la vida está compuesta por una selección de cosas que
hemos agarrado de afuera. Somos el entorno con todas sus contradicciones,
incoherencias, ilusiones, apariencias, deseos y problemas.
El ego está conformado por "yoes"
"yoes" es una palabra para definir el yo en plural. Esto para expresar que existen
muchos
"yo"
diferentes
dentro
de
uno
mismo.
Los yoes son los diferentes rasgos que componen y caracterizan nuestro ego.
Un yo psicológico es un patrón de comportamiento con características particulares
que se diferencia de las demás. Ejemplo: El yo de la pereza se manifiesta
produciendo pensamientos, emociones, deseos, reacciones motrices, etc. muy
diferentes a las del yo de la ira, el yo deprimido, el yo cobarde, el yo coqueto, el yo
amable, etc.
Cada yo aflora en su momento como una reacción inconsciente a un estimulo
especifico.
Cada yo tiene sus expresiones particulares, gustos, deseos, planes, proyectos, etc.
El yo es dual
Cada uno de los yoes se complementa de un opuesto del cual depende para existir.
Nuestra psicología es dual y contiene comportamientos de polos opuestos como: yo
derrochador - yo tacaño, yo extrovertido - yo introvertido, yo amable - yo grosero, yo
amigo - yo enemigo, yo fanático - yo escéptico, yo despreocupado - yo preocupado,
yo eufórico - yo depresivo, yo fornicario – yo célibe, etc.
Al estar influenciados por la ley del péndulo nuestra conducta oscila de extremo a
extremo de acuerdo a las condiciones del ambiente.
Ejemplo: Somos tacaños para comprar unas cosas y derrochadores para comprar
otras. Somos amables con determinadas personas y groseros o indiferentes con
otras, somos amigos de quienes cumplen unos requisitos y enemigos de quienes no
los cumplen, etc.
Si queremos disolver determinado yo, es preciso descubrir y estudiar la relación que
tiene con su opuesto.
Tomando conciencia de los yoes de ambos polos vamos recogiendo la sabiduría de
los extremos (bien y el mal) que nos permite percibir conscientemente la
determinación equilibrada y justa para cada instante.
La perspectiva del yo
Cuando un yo esta activo, se adueña de la psicología haciéndonos VER todo a través
de su perspectiva. Cada yo es como un lente de color que modifica el aspecto de lo
que estamos percibiendo. Si tenemos un lente rojo, veremos todo rojo. Si usamos un
lente azul creeremos que todo es azul.
Cuando nos identificamos con un yo particular, solo podremos VER lo que nos
proyecta con su perspectiva limitada. Por eso vemos las cosas como somos y no
como son.
Ejemplo:
Si nos identificamos con el yo de la lujuria, todo lo veremos con morbo, voluptuosidad,
etc.
Si nos identificamos con el yo depresivo, este nos proyectara todo gris, difícil,
complicado, negativo, etc.
DESCUBRIR Y COMPRENDER EL
EGO
El objetivo principal del conocimiento de sí mismo es reconocer el trabajo que
debemos hacer sobre el ego para comprenderlo y liberar la conciencia de su
condicionamiento.
Cuando prestamos atención a nuestro comportamiento podemos extraer aprendizaje
de los errores, sabiduría de la ignorancia, libertad de los condicionamientos, claridad
de la confusión, amor del egocentrismo, etc.
Este es el reto más grande que puede asumir un hombre… El de vencerse a sí
mismo.
La auto observación
Auto observarse es permanecer en atención receptiva para descubrir los diversos
yoes que se nos manifiestan interiormente en relación a los estímulos del medio
externo.
Cada uno de los escenarios, personas, situaciones, condiciones, etc. con los cuales
entramos en contacto son un estímulo que hace aflorar diferentes yoes. Al auto
observarnos permitimos el acceso de la conciencia para que descubra y comprenda
la razón existencial de los diversos yoes que se han arraigado en nuestra psicología.
Si permanecemos atentos al mundo interior, lograremos separarnos de los elementos
psicológicos que estamos observando EVITANDO LA IDENTIFICACIÓN.
No identificarse es no sumergirse en los diversos estados transitorios que se activan
en la psicología, teniendo en cuenta que son provocados por yoes que reaccionan
como reflejos ante los acontecimientos.
Al producirse esta separación podemos contemplar sin juzgar. De esta forma
podemos conocer plenamente las cualidades que caracterizan a cada uno de los
yoes que hemos desarrollado, sus fundamentos, sus diálogos internos, sus
inclinaciones, filosofías, el momento puntual del día en que aparecen, la forma como
nos controlan, hacen sufrir, hipnotizan, tensionan, etc. De este conocimiento adviene
la comprensión del yo; que se va dando en niveles progresivos de profundidad.
La comprensión surge del contacto directo con la verdad. De ella adviene la libertad y
el surgimiento de la sabiduría. Con justa razón afirmaba Jesús... "¡Y conoceréis la
verdad y la verdad os hará libres!"
¿Qué es la comprensión?
Comprender es acceder a un nivel superior de entendimiento.
La comprensión se da gradualmente a medida que nos DAMOS CUENTA de la
amplia naturaleza de un yo que hemos descubierto al auto observarnos.
La contemplación de sí mismos puede revelarnos muchas cosas como:
- Cómo un yo mantiene dormida y condicionada nuestra conciencia.
- Cómo un yo nos lleva a los excesos y desequilibrios.
- Cómo un yo representa un obstáculo para el desenvolvimiento inteligente.
- Cómo determinado yo esta cimentado en fundamentos absurdos, irreales,
contradictorios, etc.
- Cómo un yo nos degenera y nos hace dependientes a la sensación de vibraciones
inferiores.
- Cómo un yo es un estado interior irreal y transitorio.
- Cómo un yo nos produce sufrimiento a sí mismos y a los demás a corto medio o
largo plazo.
- Cómo un yo nos hace realizar acciones injustas, erróneas, conflictivas, etc.
- Cómo un yo nos impide medir efectos originando karma.
- Cómo un yo nos aleja de nuestro real ser.
- Como un yo nos hace gastar energía inútilmente.
- Cómo los yoes nos impide ponernos en el lugar de nuestros semejantes.
- Etc.
La comprensión es la ampliación de la perspectiva que se encuentra limitada por un
condicionamiento psicológico.
De la comprensión aflora el arrepentimiento sincero y el anhelo compensar las faltas
en que hemos incurrido por vivir inconscientemente.
Solo a través de la comprensión se produce el shock que origina la revolución interior.
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