principios de la escuela nueva

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Isabel María Benitez Murube. D.N.I. 79192471K
PRINCIPIOS DE LA ESCUELA NUEVA
El gran cambio en la educación tuvo lugar gracias a las ideas de la ilustración, ya
que los ilustrados fueron la vanguardia educativa y cultural de una burguesía fortalecida
por los cambios socio-políticos de la época (Revolución francesa…) que se hacía sitio
en la sociedad del antiguo régimen. El lema de la época es “Atreverse a saber” y
muchos autores empiezan a escribir sobre el tema de la educación.
La Escuela Nueva, también conocida por diferentes autores como Escuela
Activa, “Nueva Educación” o incluso “Educación Nueva”, es un movimiento
pedagógico surgido a finales del siglo XIX. Algunos autores distinguen en este
movimiento una subcorriente o corriente ya posterior y de carácter más liberal aún a la
que denominan Escuela Moderna. Este movimiento critica la escuela tradicional de
entonces (y que luego siguió durante buena parte del siglo XX). Criticaba el papel del
profesor, la falta de interactividad, el formalismo, la importancia de la memorización
(contraria a la construcción o la significatividad), la competencia entre el alumnado, y
sobre todo, el autoritarismo del maestro. Proponía a un alumnado activo que pudiese
trabajar dentro del aula sus propios intereses como persona y como niño.
Con la llamada Escuela Nueva se abre un debate en torno a la escuela infantil
que aún sigue sin cerrarse. Las preguntas relativas a qué debe ser la educación de los
más pequeños, cuál debe ser el papel de la educación infantil, qué objetivos deben
perseguirse y mediante qué medios pueden conseguirse, aunque ahora definidos en la
normativa actual, han sido y siguen siendo motivo de polémica y de debate social.
La Escuela Nueva se caracteriza por una serie de principios que le sirven de base
y que informal el quehacer educativo que la desarrolla. Podemos sintetizar estas ideas
del siguiente modo:
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Una orientación nueva de la educación:
Cada uno de los autores de esta escuela experimenta en una dirección. Esto
originó una gran diversidad de prácticas educativas. A pesar de esto podemos sintetizar,
lo que fue y es la orientación de la Escuela Nueva con las siguientes palabras:
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“Preparar al niño para el triunfo del espíritu sobre la materia, respetar y
desarrollar la personalidad del niño, formar el carácter y desarrollar los atractivos
intelectuales, artísticos y sociales propios del niño, en particular mediante el trabajo
manual, y la organización de una disciplina persona libremente aceptada y el desarrollo
del espíritu de cooperación, la coeducación y la preparación del futuro ciudadano, de un
hombre consciente de la dignidad de todo ser humano” (Mialaret).
De este modo se refleja la confianza depositada en la naturaleza del niño, lo que
supone el paso del magistrocentrismo anterior a un puerocentrismo, concibiendo al niño
como “el centro de la educación”.
Esta concepción de la infancia fue acompañada de un cambio en las estrategias
de enseñanza. Así, los maestros propusieron nuevas técnicas que estimularían y
aprovecharían los intereses y potencialidades de los niños, tradicionalmente inactivos.
Esta nueva pedagogía tiende a enfatizar la significación, el valor y la dignidad de
la infancia, se centra en los intereses espontáneos del niño, potencia su actividad,
libertad y autonomía y considera al niño en su conjunto (atendiendo a todos sus planos),
por ello establece programas flexibles donde el juego y la experiencia son la base del
aprendizaje y del desarrollo.
-
Una nueva actitud respecto al niño sujeto de educación:
Se trata de una traslación del eje educativo: del adulto al niño, de lo social a lo
Individual, poniendo en juego por una parte las necesidades de la sociedad y por otra,
las exigencias del niño en su desarrollo. El niño ya no es el adulto en miniatura, como
se había considerado hasta entonces, sino una persona que todavía no se ha formado
totalmente y que por tanto está en proceso de evolución hacia la adultez.
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Una nueva concepción de la relación maestro-alumno:
El maestro deja de ser un mero transmisor de conocimientos a ser un guía que va
Abriendo camino y mostrando posibilidades al alumno en un ambiente de afecto y
confianza.
Como aspecto negativo cabe decir que se sobrevalora la conducta en detrimento
de la palabra del maestro.
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La consideración de un nuevo contenido como objeto de enseñanza:
Los nuevos educadores estaban convencidos de que las experiencias cotidianas
de la vida eran más capaces de despertar interés y de generar conocimientos que las
lecciones de los libros; considerando estos últimos, en el mejor de los casos, como un
complemento de los demás modos de aprender. Así, por ejemplo, Rousseau propone en
“El Emilio” una educación en plena naturaleza.
Se trataba, por tanto, de desarrollar cualidades latentes en la naturaleza del niño,
en lugar de llenar su mente con conocimientos elegidos arbitrariamente por los adultos.
BIBLIOGRAFÍA
PALACIOS, MARCHESI Y COLL (1990): Desarrollo psicológico y educación.
Edi. Alianza. Madrid.
TRILLA, J. (2007): El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI.
Edit. Grao. Barcelona.
MARCHESI, A. (1984): El conocimiento social del niño
VASTA, R.; HAITH, M. Y MILLER, S. (2001):Psicología infantil.
Ed. Ariel Psicología. Barcelona.
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