Jerarquía Constitucional de los Tratados Internacionales el marco de la subordinación al derecho internacional, especialmente del derecho internacional convencional nacido de la libre manifestación del poder soberano del Estado como bien lo afirma el jurista uruguayo Héctor Gross Espiell en su libro “La Convención Americana y la Convención Europea de Derechos Humanos”. II. DERECHO INTERNO INTERNACIONAL Y DERECHO Establecida como está la importancia del Derecho Internacional para la convivencia y relacionamiento cada vez más estrecho de los diferentes Estados de la comunidad internacional, veremos cuál es la conexitud entre el Derecho Internacional y el Derecho Interno, tema por mucho tiempo debatido y que se sigue debatiendo. ¿Cuál está por encima del otro, o es prioritario?. Para resolver los conflictos que presentan las relaciones entre el derecho internacional y el derecho interno surgen las doctrinas dualista y monista. El sistema dualista sostenido por Anzillotti no permite la aplicación de las normas internacionales por los órganos del Estado mientras no hayan sido “mutadas o transformadas en normatividad interna”. Se requiere la reproducción del texto del tratado o bien, la expedición de una norma interna que ordene la aplicación del tratado en el orden interno. La tesis monista sostenida por Kelsen, parte de la unidad de conjunto de normas jurídicas, acepta el principio de la subordinación de las unas a las otras en un orden rigurosamente jerárquico, siendo el derecho interno delegado del derecho internacional, sostiene la primacía del derecho internacional. La posición monista consecuentemente afirma que el derecho internacional 13 Elizabeth Iñiguez de Salinas no requiere transformación o recepción para darle fuerza obligatoria y deroga de pleno derecho las normas internas que sean incompatibles con un tratado, esto es, que una vez ratificados los tratados por los Estados, pasan a formar parte del derecho propio y no requieren de otro procedimiento. Fue la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969 la que dispuso que: “Un Estado parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado”. Esta norma contenida en el art. 27 se integra con la del art. 46 que elimina la posibilidad de que el Estado alegue la nulidad por esa causa, salvo que la violación de derecho interno sea manifiesta y afecte una norma de importancia fundamental de su derecho interno. No olvidemos que la recepción del Derecho Internacional por los ordenamientos internos parte de reconocer que el Estado no puede desconocer internamente las normas que ha generado exteriormente. Las discusiones doctrinales respecto a si existe o no una jerarquía determinada entre Derecho interno y Derecho internacional, lejos de disminuir, se han acrecentado, y han pasado, como consecuencia de los grandes cambios en las relaciones internacionales, del campo meramente teórico al campo de los hechos cotidianos. En el ordenamiento jurídico nacional, es la Constitución la que establece las normas de derecho internacional que tienen validez y podrán ser aplicables en la 14 Jerarquía Constitucional de los Tratados Internacionales jurisdicción interna, previos los procedimientos que ella determina. Consecuentemente, son las Constituciones de los diferentes países las que establecen el rango de los tratados internacionales en ella, por lo tanto estos, al suscribir o al adherirse a un tratado han “autolimitado” su soberanía voluntariamente. En el derecho Internacional no existe un órgano legislativo sino que las normas son creadas por medio de acuerdos de los propios sujetos de derecho en el proceso de relaciones mutuas que surgen de hechos que se producen en el desarrollo histórico de una comunidad de las que nacen reglas de comportamiento con fuerza legal. La voluntad de los Estados es la que crea las normas de derecho internacional, a través de los tratados, expresión genérica que engloba a todo acuerdo internacional como convenios, convenciones, protocolos, concordatos, estatuto, etc., y las Constituciones son las que definen su posición y jerarquía en su derecho interno. Se pueden dar cuatro formas en cuanto a la relación del derecho internacional con el derecho interno en el marco de la supremacía constitucional. • Tratados con el mismo rango que la ley interna. • Tratados con jerarquía superior a la ley, pero no con jerarquía constitucional. (supralegales) • Tratados con jerarquía constitucional. • Ciertos tratados con jerarquía constitucional (algunas de derechos humanos) y los otros con rango de ley. 15 Elizabeth Iñiguez de Salinas Sin embargo, de estas situaciones parcialmente diferentes, la doctrina de la supremacía constitucional subsiste, pues la Constitución sigue siendo suprema en cuanto es fuente primaria y fundamento del orden jurídico estatal y decide su prelación aunque ella misma, al establecer la gradación jerárquica, pueda ceder el primer nivel al derecho internacional. La aplicación directa de un tratado en el derecho interno está ligada, necesariamente al tema de la incorporación de éste en el ámbito jurídico de un Estado. En los países en que dicha incorporación es automática como consecuencia de la ratificación o adhesión y su entrada en vigor, se admite que el tratado se aplica directamente y puede ser invocado como derecho positivo ante el juez nacional. En cambio en los sistemas jurídicos nacionales en que se requiere una ley posterior a la entrada en vigencia del tratado como condición para su aplicación interna, la misma no es directa. Esto de un modo general, pero en lo que toca a los tratados de derechos humanos existe la teoría de la presunción de operatividad, pues a diferencia de otros tratados, éstos, no son un medio de equilibrar intereses recíprocos entre los Estados sino que buscan establecer un orden público común cuyos destinatarios son los seres humanos, independientemente de su nacionalidad. III. LA JERARQUÍA CONSTITUCIONAL DE LOS TRATADOS Varios países europeos y Estados Unidos ya tenían resuelto el problema en sus viejas Constituciones, como 16