"Menón".

UN EJEMPLO DE REFUTACIÓN Y MAYÉUTICA
“Menón: Me puedes decir, Sócrates, ¿es enseñable la virtud?, ¿o no es enseñable, sino
que sólo se alcanza por la práctica?, ¿o ni se alcanza con la práctica ni puede aprenderse (…)?
Sócrates: Por lo visto me consideras un ser dichoso que conoce, en efecto, que la virtud
es enseñable o que se da de alguna otra manera; en cambio yo…, ni siquiera sé qué es en sí la
virtud (…).
Menón: Pero tú, Sócrates, ¿no conoces, en verdad, qué es la virtud?
Sócrates: Y no sólo eso, sino que aún no creo haber encontrado alguien que lo sepa. (…)
. Pero tú, ¿qué afirmas que es la virtud?
Menón: En primer lugar, si quieres la virtud del político, esta consiste en manejar los
asuntos de Estado (…). Si quieres la virtud de la mujer (…) es necesario que esta administre
bien la casa (…). Y otra es la virtud del niño (…), y otra la del anciano (…). Y hay otras muchas
virtudes (…).
Sócrates: Parece que he tenido suerte, Menón, pues buscando una sola virtud he hallado
que tienes todo un enjambre de virtudes (…). Pero (lo que yo quiero saber es qué es la virtud),
pues las virtudes, aunque sean muchas y de distinto tipo, todas tienen una única y misma forma,
por obra de la cual son virtudes (y es por ello por lo que yo te pregunto).”
Platón: “Menón” 70A-72B