ACTOS PROCESALES POR MEDIOS ELECTRÓNICOS. El avance tecnológico en el Proceso Judicial. SUMARIO: Introducción. 1. Gobierno Digital. 1.1 Ciberjusticia y ¿sistemas expertos? 2. Actos Procesales. 2.1 Notificaciones. 2.1.1 Notificaciones electrónicas. 2.1.2 Sello electrónico o acuse de recibo digital. 2.2 Domicilio. 3.2.1. Domicilio electrónico. 2.3 Documentos. 2.3.1 Documentos electrónicos. 2.3.2 Expediente Electrónico. 2.4. Firma. 2.4.1. Firma Electrónica. 3. Tecnología e Impartición de Justicia. 3.1 Ámbito Internacional. 3.2 Entidades Federativas. 3.3 Tribunales Federales. 3.3.1 Poder Judicial Federal. 3.3.2 Acuerdo General 21/2007 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal. INTRODUCCIÓN. Difícilmente la humanidad volverá a pecar contra Jonia.1 Los descubrimientos y los avances científicos que el hombre ha ido alcanzando en su historia, van generando una aceleración exponencial respecto de su propio desarrollo.2 El futuro puede reservarnos aspectos insospechados, pero salvo algún caso extremo, el desarrollo científico y tecnológico alcanzado por el hombre seguirá contribuyendo al consecuente cambio en las civilizaciones. El derecho, visto como producto humano para regular la conducta del hombre en sociedad, se ha visto lógicamente rebasado, pues el avance jurídico normativo no puede competir (actualmente) con la inalcanzable materialización de la creatividad humana. Por otro lado, los hallazgos o descubrimientos tecnológicos, y entre ellos los relativos al desarrollo de las comunicaciones, han acercado a los hombres en formas que difícilmente hace pocos años se pudieran mentalmente concebir.3 Sin embargo, estos mismos avances han generado enormes diferencias entre 1 En el siglo VI a.C. Jonia fue la cuna de la ciencia (seguida por culturas como la griega y babilónica). Sin embargo, muchos de los avances científicos fueron perdidos por la humanidad debido a diversas causas, por lo que no sólo fueron intrascendentes (y en cierta medida infructuosos), sino que no sirvieron de base para nuevos descubrimientos, lo que generó el retrazo en el desarrollo de la humanidad en esta materia. Sólo la etapa conocida como Edad Media, desaceleró durante casi diez siglos el crecimiento científico y por ende, sus derivados tecnológicos y correspondientes descubrimientos. 2 Esto es así, en virtud de que los nuevos descubrimientos toman como base todo el acervo científico existente, por lo que no sólo resultan más complejos y asombrosos, sino que cada vez son creados en un menor lapso en el tiempo de la humanidad. Los avances que en esta materia ha tenido el hombre en el siglo XX, son superiores a los logrados en toda su historia anterior. 3 La generación de muchos de nuestros padres o abuelos, se hubiera rehusado a creer en los avances tecnológicos actuales. los propios grupos humanos.4 También el derecho se encuentra relacionado con dicho tema, pues deberá servir de medio para buscar condiciones de igualdad y no fomentar la denominada brecha digital. Estos y muchos otros puntos conectan al derecho y a la tecnología, dado que las normas jurídicas deberán continuar manteniendo necesaria relación con cualquier acción humana. Ahora bien, más allá de la función reguladora del derecho, no es posible soslayar el hecho referente a que la actividad jurídica no escapa de la utilización de los propios avances tecnológicos. La norma ha ido paulatinamente implementando el empleo de avances tecnológicos en la actividad aplicadora de la norma; medios como el teléfono y el telégrafo son empleados por disposición de ley en procesos judiciales o procedimientos administrativos desde hace muchos años. La tecnología ha continuado su avance, y la actividad gubernamental debe aprovecharse de ello en beneficio de los gobernados. Siendo tan basto el ámbito gubernamental en la actualidad, nos es obligado enfocarnos a sólo a algún aspecto en específico, por lo que intentaremos analizar en forma breve el uso de las tecnologías en el proceso judicial y específicamente, respecto de ciertos actos procesales. En efecto, la tecnología ha participado en el proceso judicial directa o indirectamente desde sus inicios. El apoyo que ésta ha brindado a la actividad jurisdiccional de Estado, es innegable, pues para el desarrollo de la misma se emplean los avances comunes a la sociedad en que se desenvuelve, tales como el teléfono, la luz y energía eléctricas, las computadoras, impresoras, la “internet”, etc.5 Sin embargo, no sólo en forma indirecta la tecnología ha participado en el desarrollo de los procesos jurisdiccionales, sino de igual forma, en el proceso en si mismo considerado. Las partes se han valido de los avances tecnológicos relativos, principalmente en el rubro probatorio, y específicamente en materia pericial.6 Lo anterior, responde de igual forma a que la relación social se ha tornado más compleja, y esto debido también en gran medida a la tecnología; luego entonces, los problemas que implican al proceso judicial, en diversas ocasiones requerirán para su solución del mismo nivel tecnológico que se requirieron para su origen. 4 Sin necesidad de buscar en algún remoto lugar del planeta, en México existen comunidades que su contacto con cualquier tipo de tecnología es ínfimo (menos aún con una tecnología como la “internet”. 5 Lo que resulta lógico tomando en consideración que la actividad jurisdiccional del Estado es también una actividad humana, y por ende, inmersa en la cultura que en su tiempo corresponde. 6 Para lo anterior, basta ver la gama de tipos de pruebas periciales actualmente existentes, comparándolas con las reguladas en la antigüedad. 2 De esta forma, el proceso judicial ha admitido injerencia tecnológica en los aspectos indicados, pero más allá, desde hace tiempo ha regulado el empleo de diversos descubrimientos científicos para llevar a cabo algunos actos procesales.7 La tecnología no ha detenido su avance y las normas reguladoras de los procesos judiciales deberán admitir reformas que permitan el empleo de nuevas formas de comunicación electrónica en la realización de determinados actos procesales; pero en todo caso se deberá cuidar que dicha implementación, si bien sea a favor de imprimir al proceso sencillez y agilidad, no vaya en demerito de la seguridad jurídica de los gobernados. En efecto, no debemos olvidar que las nuevas tecnologías (y entre ellas las de la comunicación) si bien han acercado a los hombres, de igual forma han generado la llamada brecha tecnológica, en la medida en que sólo un reducido grupo de personas tienen acceso a las mismas. Las normas jurídicas, y más aún las reguladoras de los procesos judiciales, tienen la finalidad de permitir al Estado dirimir controversias sin importar las características internas o externas de las personas que participan en las mismas, por lo que la implementación de reformas que permitan el empleo de aspectos tecnológicos avanzados, deberá poner el mayor énfasis en no afectar la necesaria certeza jurídica e incluso, la equidad procesal. El presente trabajo lleva la intención de analizar el empleo de los medios electrónicos en la realización de algunos actos procesales; específicamente en lo relativo al Poder Judicial de la Federación y los procesos judiciales que se desarrollan en el seno del mismo, por lo que observaremos brevemente la factibilidad de dicha implementación desde un aspecto meramente legal (no constitucional) y la forma en que actualmente se ha regulado dicho tema. 1. GOBIERNO DIGITAL. El incentivo que originalmente impulsó al ser humano a realizar descubrimientos científicos y tecnológicos pudo ser de diversa índole; sin embargo, hoy en día se vislumbra como una actividad en gran medida 7 Como ejemplo, el tercer párrafo del artículo 23 de la Ley de Amparo indica: “Para los efectos de esta disposición, los jefes y encargados de las oficinas de correos y telégrafos estarán obligados a recibir y transmitir, sin costo alguno para los interesados ni para el gobierno, los mensajes en que se demande amparo por alguno de los actos enunciados, así como los mensajes y oficios que expidan las autoridades que conozcan de la suspensión, aún fuera de las horas del despacho y aún cuando existan disposiciones en contrario de las autoridades administrativas. La infracción de lo prevenido en este párrafo se castigará con la sanción que el Código Penal aplicable en materia federal señala para el delito de resistencia de particulares y desobediencia.” 3 generadora de riqueza económica; un negocio que en ocasiones resulta extremadamente lucrativo. Lo anterior ocasiona que el desarrollo tecnológico se realice actualmente, muchas veces auspiciado por alguna empresa del sector privado, mediando fuertes inversiones con la espera de obtener una mejor retribución mediante la respectiva comercialización de lo descubierto o inventado. Si bien no descartamos la existencia de sectores o grupos esforzándose por lograr descubrimientos científicos o tecnológicos con la finalidad de contribuir a alcanzar un mejor nivel de vida para la comunidad, no son menores los esfuerzos realizados por el sector privado.8 En cualquier caso, en muchos países el sector público participa de igual forma en esta actividad humana, desarrollando la tecnología que requiere para diversos fines que le son propios, como pudiera ser la asombrosa carrera espacial y la navegación espacial o la lamentable industria de la guerra y la consecuente fabricación de armas.9 De acuerdo al Plan Nacional de Desarrollo 2007 - 2012, en México el sector ciencia y tecnología está integrado por instituciones públicas, de educación superior (públicas y privadas) y las empresariales; sin embargo, el sector público financia el 53% (cincuenta y tres por ciento) de la inversión total en esta materia. Lo anterior pareciera revelar un serio estancamiento al que podría estar condenado el desarrollo del país, reflejo de la apatía, falta de interés o desconocimiento sobre el tema por parte de los integrantes del sector privado, el que probablemente ha admitido como invariable la idea de importación de tecnologías del exterior, o aquellas que tengan a bien descubrir, producir u otorgar las instituciones de enseñanza o el Gobierno Federal. Ahora bien, más allá de la necesidad del sector público de participar en el avance tecnológico por actividades que le son propias o que considera necesarias o importantes para el desarrollo del país, de igual forma los gobiernos se modernizan tecnológicamente para desempeñar sus funciones administrativas y en general, aquellas relativas a la gestión gubernamental, generando facilidades a los gobernados o buscando la eficiencia en el servicio o actividad relativa. Así, cada vez es más común que diversas actividades administrativas de gobierno se vean realizadas mediante el empleo de tecnología de punta. 8 A modo de ejemplificar, es válido observar que actualmente existen muchas personas trabajando para lograr descubrir la cura a diversas enfermedades, muchas de ellas auspiciadas por el sector público, pero un gran número de estas investigaciones de igual forma se encuentran financiadas por empresas farmacéuticas del sector privado que una vez logrado el objetivo, el uso del respectivo descubrimiento seguramente distará mucho de ser altruista. 9 Casos ambos en el que desde luego también hay participación del sector privado. 4 Diversos trámites administrativos que anteriormente requerían la presencia física del gobernado, generando pérdidas de tiempo y presumiendo la ineficacia gubernamental, actualmente se pueden llevar a cabo vía medios electrónicos de comunicación, lo que hace más eficiente el servicio y genera mayores facilidades a las personas que requieren realizar el mismo. De esta forma, el gobierno emplea los avances tecnológicos para desempeñar sus funciones, generando programas de “gobierno digital”, vistos como proyectos de políticas públicas en las que se imaginan escenarios, se programan acciones y se actúan relaciones eficientes dentro de la administración y con relación a los ciudadanos y las empresas.10 En México, una de las dependencias de gobierno que más ha utilizado el empleo de éstas tecnologías, es el Servicio de Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.11 En la medida en que un mayor número de trámites o servicios gubernamentales puedan ser realizados mediante el uso de comunicaciones electrónicas, más se acercará el gobierno a un gobierno digital. “Los gobiernos no pueden desconocer ni quedar indiferentes a las nuevas tecnologías … éstas no garantizan el éxito, únicamente lo posibilitan.”12 1.1. Ciberjusticia y ¿sistemas expertos? El uso de la tecnología por el gobierno, desde luego no es exclusivo del Ejecutivo o su Administración Pública, de igual forma es empleado por otros sectores de gobierno; como los tribunales que desempeñan la función jurisdiccional del Estado. En efecto, cada vez más, las tecnologías son implementadas por los organismos públicos para acercar sus servicios a la población; sin embargo, ésta área aún no ha sido ampliamente desarrolladas por los órganos judiciales del país, incluidos los integrantes del Poder Judicial de la Federación. Existen proyectos probablemente avanzados, relativos a la actividad jurisdiccional mediante programas informáticos, y más aún, proyectos que 10 Téllez Valdés, Julio. Derecho Informático. Tercera Edición. Ed. Mc Graw Hill. México 2004. Pág. 46. 11 Principalmente relacionados con la presentación de declaraciones fiscales por parte de los contribuyentes, pero desde luego existen diversos trámites que pueden realizarse vía medios telemáticos respecto de otras dependencias del Gobierno Federal, tales como la Secretaría de Gobernación, de Relaciones Exteriores, el Instituto Mexicano del Seguro Social, etc. o así también de órganos constitucionales autónomos, como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. 12 Cotino Hueso, Lorenzo. Citó: José Julio Fernández Rodríguez. Gobierno Electrónico, un desafío en Internet (Implicaciones Jurídicas). Ed. Fundación Universitaria de Derecho, Administración y Política, S.C., México 2004. Pág. 53. 5 proponen que la impartición de justicia provenga del propio programa (del software), a través de los conocidos genéricamente como “sistemas expertos”, que son aquellos que, previamente alimentados con la información relativa del caso, generan la solución de problemas simulando los razonamientos que tendría un experto en el tema.13 La implementación de éstos programas generará la denominada “inteligencia artificial”.14 No podemos rechazar en términos generales la idea anterior, negando categóricamente su posible o incluso adecuada implementación en el futuro (pues implicaría renunciar a nuestra capacidad de asombro); sin embargo, e independientemente de lo interesante que puede resultar el tema, no interiorizaremos en el mismo debido a que no es materia del presente trabajo. Baste indicar que hoy en día no la consideramos una opción viable, y nos manifestamos decididamente en pro a que la impartición de justicia continúe siendo monopolio humano.15 En cualquier caso, el ingreso de las tecnologías en el área judicial es relevante en diversos campos, pero ha sido desarrollado principalmente como apoyo a la actividad jurisdiccional, no ha si como parte de la actividad propiamente dicha. En efecto, si bien los equipos de cómputo, impresoras, discos ópticos de consulta, la internet y otros avances han servido de apoyo a la impartición de justicia, no así son generalmente empleados o reconocidos otros diversos en el proceso judicial en la realización de los actos que le son propios.16 Los modernos medios de comunicación electrónica y los sistemas a través de los cuales se realizan, pueden ser de gran utilidad en la realización de determinados actos procesales, tales como las notificaciones, la consulta del expediente, el envío y recepción de promociones, recursos o cualquier escrito de las partes, e incluso pruebas. El reconocimiento en la ley de la utilización de dichos medios, podrá generar amplios beneficios en la impartición de justicia; no obstante, será necesario que en su caso, no se soslaye que en nuestro país, menos de un 18% (dieciocho por ciento) de sus habitantes tienen acceso a internet. Ante tal circunstancia, la posibilidad de empleo de dichos medios de 13 Ob. cit. Téllez Valdés, Julio. Pág. 36. 14 Los sistemas expertos han tenido amplia aceptación en diversas ramas de la ciencia y el conocimiento, como por ejemplo en la médica, en la que son empleados para la elaboración de diagnósticos clínicos. 15 Dicha consideración la reforzamos principalmente en un país como México, en el que la implementación de sistemas expertos para impartir justicia, probablemente, no sólo aumentarían los errores en los fallos judiciales, sino que además, seguramente generarían un mayor deterioro en la capacidad de los actuales impartidotes de justicia que se atuvieran a los indicados sistemas. 16 Ya se ha indicado en la introducción que los avances tecnológicos han participado en el desarrollo de los procesos judiciales pero en forma principalmente indirecta, mediante el empleo de equipos modernos o en el desahogo de diversas pruebas como la pericial; y que si bien la ley reconoce medios de comunicación como el telégrafo, no es así respecto de los modernos medios de comunicación electrónica para la realización de actos procesales. 6 comunicación para la realización de actos procesales deberá ser en principio opcional, y sin que su implementación implique en forma alguna, el desplazamiento instantáneo de los medios tradicionales y actualmente previstos de realización de dichos actos procesales. Deberán coexistir los diversos métodos. La reforma a las leyes procesales para la adecuada implementación de los medios electrónicos procurará la agilidad en la comunicación procesal entre las partes y el juzgador, permitiendo una mayor eficiencia en la actividad jurisdiccional y principalmente, acercándonos más al mandato consignado en el segundo párrafo del artículo 17 constitucional.17 2. ACTOS PROCESALES. Tradicionalmente, los tribunales de constitucionalidad han considerado el proceso judicial como una serie de actos concatenados entre sí que tienden a un fin común.18 Esta serie de actos son pues: los actos procesales. Así, los actos procesales son aquellos que inician el proceso, ocurren en él, o son consecuencia del mismo19 y se diferencian de los hechos procesales en que éstos últimos, si bien ocurren durante el proceso y producen efectos jurídicos en el mismo, no se originan en la voluntad de la persona (por ejemplo: la muerte de una de las partes).20 Los actos procesales se encuentran previstos en ley, y la misma los sujeta a requisitos de forma y de fondo. Los requisitos de fondo se relacionan con el acto en sí, con su contenido y las personas que intervienen en el mismo. Los requisitos de forma atenderán al modo en que el acto procesal puede o deben ser realizado, de suerte tal que la norma indica la forma en que se realiza una notificación personal, en que casos se puede emplear el telégrafo, cuando procede el denominado citatorio, etc. Luego entonces, conforme a lo indicado, la permisión del uso de medios electrónicos de comunicación en determinados actos procesales, incidirá en los requisitos de forma que la norma prevé respecto de los actos procesales. 17 “… Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. …”. 18 Puede consultarse entre otras, la tesis I.9º.C.27K, sustentada en la Novena Época, visible a página 973 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIX, febrero de 2004, bajo el rubro: “ACTOS ADMINISTRATIVOS Y JURISDICCIONALES. SUS DIFERENCIAS.” 19 Cfr. Chiovenda. Citó: Devis Echandía, Hernando. “Teoría General del Proceso”. Tomo II. Ed. Editorial Universidad. Buenos Aires 1995. Pág. 449. 20 Devis Echandia, Hernando. Ob cit. Pág. 450. 7 2.1 Notificaciones. “La notificación es el acto jurídico procesal, ordenado por la ley o por el órgano jurisdiccional, que debe satisfacer los requisitos legales, para hacer saber oficiosamente a las partes o terceros un acto procesal.”21 Conforme lo anterior, la notificación es un acto procesal para hacer saber a su vez diverso pero también acto procesal. Las notificaciones serán ordenadas por el órgano judicial en relación con alguna de las partes o con terceros, y dependiendo del proceso, la ley regulará los requisitos de forma de y los tipos de éstas. En términos genéricos, podemos indicar que las notificaciones pueden ser realizadas en forma personal, por cédula, por boletín judicial, por edictos, por telégrafo, por correo, por teléfono, por radio y televisión,22 entre otras. Ahora bien, no debe perderse de vista que con la notificación, el acto notificado le para perjuicio a alguien, o comienza a transcurrir el plazo o término legal para llevar a cabo alguna actuación jurídica. En este contexto, la norma debe estar referida en forma tal, que se cuide en todo momento que la forma en que ésta se lleve a cabo genere seguridad y certeza a las partes. 2.1.1 Notificaciones electrónicas. Adicional a las tradicionales formas (indicadas párrafos anteriores) en que puede realizarse una notificación, es factible (y varias normas ya lo prevén) realizar la misma con el empleo de medios electrónicos; bien sea por correo electrónico o forma similar, o bien porque la misma esté a disposición de las partes o persona interesada en un sistema de red o en Internet, de forma tal que cuando el interesado ingrese al mismo y despliegue la información del acto a notificarse, se genere al momento el diverso acto procesal de la notificación. En efecto, no debe olvidarse que la notificación es un acto de comunicación procesal, y por lo mismo sirve para transmitir las órdenes o decisiones del juez a las partes o terceros y a otras autoridades;23 pero en todo caso, la nota característica es que se trata de un acto de comunicación. En tal virtud, los 21 Arellano García, Carlos. “Teoría General del Proceso”. Tercera Edición. Ed. Porrúa. México, 1989. Pág. 390. 22 Cfr. Gómez Lara, Cipriano. “Teoría General del Proceso”. Séptima Edición. Ed. Universidad Nacional Autónoma de México. México, 1987. Pág. 277. 23 Borthwick, Adolfo. “Nociones Fundamentales del Proceso”. Ed. Mave. Argentina 2001. Pág. 353. 8 medios electrónicos de comunicación podrán resultar aptos para tal fin, si se cuida la debida certeza y seguridad jurídica en cuanto a que la misma fue realizada adecuadamente y la comunicación fue recibida en forma íntegra por quien debía hacerlo. Por ende, cuando la notificación sea realizada mediante medios electrónicos, deberá existir el correspondiente acuse de recibo electrónico, que consistirá en un documento digital con firma electrónica que transmitirá el destinatario al remitente, al momento de acceder a la información que contiene el acto que se notifica.24 Las notificaciones realizadas en esta forma, tendrán efectos de notificación personal, pero no deberán sustituir a las mismas, sino coexistir con éstas, dado que no es posible admitir que toda parte en juicio requiera necesariamente el manejo y la posibilidad de utilización de dichos medios informáticos. 2.1.2 Sello electrónico o acuse de recibo digital. Como se ha indicado, dadas las consecuencias que genera la realización de la notificación como acto procesal; es necesario que la ley, al regularla, prevea las formas de seguridad respecto a que esta fue efectivamente realizada. Lo anterior, puede ser cubierto mediante el reconocimiento normativo del sello digital, que es un mensaje de electrónico que acredita que un documento digital fue recibido por el destinatario (a fines prácticos es una firma electrónica, que veremos más adelante), el cual tiene las características de ser infalsificable, no reciclable, cualquier alteración es detectable y no puede ser repudiado.25 Dicho sello digital será el equivalente al acuse de recibo o incluso a la constancia que mediante acta circunstanciada levanta el fedatario público en el proceso judicial (actuario o secretario). 2.2 Domicilio. Tradicionalmente se ha considerado al domicilio como un atributo de la persona, y se traduce en el lugar en que una persona reside habitualmente con el propósito de radicarse en él.26 Así, el domicilio se constituía por dos 24 Cfr. Díaz González, Luis Raúl. “Los Medios Electrónicos en el Derecho Mexicano”. Ed. Gasca Sicco. México, 2006. Pág. 66. 25 Cfr. León Tovar, Soyla H., Hugo González García y Oscar Vázquez del Mercado Blanco. “La Firma Electrónica Avanzada.” Ed. Oxford. México. Pág. 189. 26 Coviello. Citó: Rojina Villegas, Rafael. “Derecho Cvil Mexicano”. Octava Edición. Ed. Porrúa. México, 1997. Pág. 485. 9 elementos: la residencia (objetivo) y la intención o propósito de radicar en ese lugar (subjetivo).27 Es posible diferenciar diversas clases de domicilios, entre los que se encuentran, tales como el voluntario, el legal, de elección, común u ordinario, especial y de hecho.28 Cobra especial interés el domicilio legal, en virtud de ser este el designado por la persona para el ejercicio de sus derechos o cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no este presente allí;29 sin embargo, a criterio de algunos autores, el domicilio que se identifica con el que la ley permite señalar a las partes en el proceso judicial es el domicilio de elección,30 dado que es el que las partes designan o eligen libremente con efectos en el proceso. Dependiendo el caso, el domicilio tiene los efectos de: determinar un lugar para recibir notificaciones, precisar un lugar donde la persona debe cumplir sus obligaciones, fijar la competencia del juez, establecer el lugar donde han de practicarse ciertos actos del estado civil y centralizar los bienes de una persona en caso de juicios universales.31 En el proceso judicial, las partes deberán señalar, en el primer escrito que presenten ante el tribunal, domicilio para todos los efectos legales que deban surtirse dentro del mismo, entre ellos, para recibir notificaciones y documentos, y ante la omisión respectiva, el tribunal realizará las notificaciones personales conforme a las reglas para las notificaciones que no deban ser personales.32 27 Cfr. Galindo Garfias, Ignacio. “DerechoCivil”. Décima Edición. Ed. Porrúa. México 1990. Pág. 359. 28 Ob cit. Rojina Villegas, Rafael. Pág. 493. 29 Al efecto, puede observarse entre otras, la tesis II.2º.C.330 C emitida en la Novena Época, visible a página 1337 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XV, marzo de 2002, bajo el rubro: “EMPLAZAMIENTO AL DEUDOR. NO ES TRANSGRESOR DE GARANTÍAS EL REALIZADO EN EL DOMICILIO LEGAL, CONCORDANTE CON EL CONVENCIONAL, SEÑALADO EN EL DOCUMENTO BASE DE LA ACCIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).” 30 Cfr. Ob. Cit. Rojina Villegas, Rafael. Págs. 493 y 494. 31 Cfr. Ob. Cit. Galindo Garfias, Ignacio. Pág. 362. 32 Los artículos 305 y 306 del Código Federal de Procedimientos Civiles establecen: “Artículo 305. Todos los litigantes, en el primero escrito o en la primera diligencia judicial en que intervengan, deben designar casa ubicada en la población en que tenga su sede el tribunal, para que se les hagan las notificaciones que deban ser personales. Igualmente deben señalar la casa en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas contra quienes promuevan, o a la que les interese que se notifique, por la intervención que deban tener en el asunto. No es necesario señalar el domicilio de los funcionarios públicos. Estos siempre serán notificados en su residencia oficial. Artículo 306. Cuando un litigante no cumpla con lo prevenido en la primera parte del artículo anterior, las notificaciones personales se le harán conforme a las reglas para las notificaciones que no deban ser personales. Si faltare a la segunda parte del mismo artículo, no se hará notificación alguna a la persona o personas contra quienes promueva o a las que le interese que sean notificadas, mientras no se subsane la omisión; a menos que las personas indicadas ocurran espontáneamente al tribunal, a notificarse.” 10 Lo indicado admitirá desde luego excepciones, como en el caso del proceso penal. De esta forma, el domicilio es un requisito para la realización de determinados actos procesales, como en la especie lo son las notificaciones judiciales. 2.2 Domicilio electrónico. Conforme a lo indicado con anterioridad, resulta claro que el domicilio señalado para oír y recibir notificaciones en el proceso judicial es el libremente designado por las partes, sin que deba forzosamente coincidir con el de su residencia habitual. Es un lugar físico para que puedan surtir efectos legales determinados actos procesales. Ahora bien, la evolución necesaria del derecho y sus definiciones nos permite modificar la consideración del domicilio como un lugar necesariamente físico; siempre y cuando se continúen cumpliendo las funciones y finalidades que el derecho persigue. En el presente caso, es factible atender al domicilio electrónico como equivalente al actualmente designado para efectos procesales, siendo el primero de los indicados de igual forma un lugar o referencia donde las partes pueden enterarse de los actos procesales; donde pueden atender las comunicaciones que les dirige la autoridad judicial; donde pueden recibir notificaciones y ¿por qué no?, incluso cierto tipo de documentos. De esta forma, será posible orientarnos hacia el domicilio electrónico, si se pretende la búsqueda de un concepto de domicilio que no necesariamente contemple la relación entre una persona y un lugar físico.33 2.3 Documentos. El documento es todo aquello que enseña algo. Jurídicamente es todo soporte material que exprese o incorpore datos, hechos o narraciones con eficacia probatoria o cualquier tipo de relevancia jurídica, por lo que a este concepto se incorporan no solo los documentos escritos en papel, si no de igual forma, los planos gráficos, dibujos, fotografías, videos, películas, cintas magnetofónicas, discos informáticos, etc.34 33 Cfr. Iuale, Corina Andre. “Las notificaciones electrónicas en el proceso internacional, del domicilio al domicilio electrónico.” Revista de Derecho Informático, número 080, marzo de 2005. Ed. Alfa-Redi. Véase: http://www.alfa-redi.org/rdi-articulo.shtml?x=967 [fecha de consulta: 21 de mayo de 2008]. 34 Cfr. Ob. cit. Téllez Valdés, Julio. Pág. 243. 11 En México, los procesos judiciales son tradicionalmente escritos (no olvidamos la reciente reforma constitucional respecto a los juicios orales generada en el presente año de 2008), por lo que los mismos se nutren de documentos diversos que se integran en el expediente respectivo. De esta forma, los actos procesales siempre constarán en un documento. Los documentos en el proceso pueden ser de diversa índole, bien sean provenientes del órgano judicial (acuerdos, resoluciones, sentencias, etc.), bien provengan de las partes (promociones, oficios, pruebas, etc.), o bien de un tercero (dictamenes, solicitudes, etc.). 2.3.1 Documentos electrónicos. En términos jurídicos podemos observar al documento electrónico como toda expresión gráfica, sonora o en imagen, recogida en cualquier tipo de soporte material, incluso en los soportes informáticos, con eficacia probatoria o cualquier otro tipo de relevancia jurídica.35 En México, diversas normas admiten la presentación de documentos electrónicos en el proceso judicial, aunque limitándolos a ciertos casos.36 Ahora bien, si lo que se propone es que los actos procesales tales como las notificaciones se puedan hacer por medios electrónicos, luego entonces resulta lógico suponer que no solo las pruebas, sino los diversos documentos que conformen el expediente judicial puedan traducirse a forma electrónica, para que puedan ser comunicados por dichos medios. 35 Cfr. María Pérez Pererira. Citó: Cornejo López, Valentino. “Los medios electrónicos regulados en México.” Ed. Sista. México, 2006. Pág. 37. 36 A modo de ejemplo, el artículo 1298-A del Código de Comercio establece: “Se reconoce como prueba los mensajes de datos. Para valorar la fuerza probatoria de dichos mensajes, se estimará primordialmente la fiabilidad del método en que haya sido generada, archivada, comunicada o conservada.” Por su parte, el artículo 210-A del Código Federal de Procedimientos Civiles indica: “Se reconoce como prueba la información generada o comunicada que conste en medios electrónicos, ópticos o en cualquier otra tecnología. Para valorar la fuerza probatoria de la información a que se refiere el párrafo anterior, se estimará primordialmente la fiabilidad del método en que haya sido generada, comunicada, recibida o archivada y, en su caso, si es posible atribuir a las personas obligadas el contenido de la información relativa y ser accesible para su ulterior consulta. Cuando la ley requiera que un documento sea conservado y presentado en su forma original, ese requisito quedará satisfecho si se acredita que la información generada, comunicada, recibida o archivada por medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, se ha mantenido íntegra e inalterada a partir del momento en que se generó por primera vez en su forma definitiva y ésta pueda ser accesible para su ulterior consulta.” 12 De esta forma, el envió y la respectiva recepción de promociones, oficios o escritos en general dirigidos al proceso judicial, podrán ser remitidos empleando los medios electrónicos, obteniendo el correspondiente sello electrónico o acuse de recibo digital. Lo anterior sin perjuicio de que la parte, autoridad o tercero que remita el documento tenga la obligación de presentarlo en forma física para la integración del expediente respectivo en el órgano judicial y consulta de las partes que no participan en el proceso a través del uso de medios electrónicos. No obstante que las cuestiones técnicas en materia de informática exceden el objetivo del presente trabajo, es necesario indicar que los documentos que de esta forma se integren al proceso, deberán mantener las características mínimas de seguridad que todo documento electrónico debe mantener. Así en el caso del documento electrónico escrito, este debe ser inalterable, legible (con el procedimiento apropiado), identificable respecto al lugar y tiempo, y estable.37 Actualmente, “con el desarrollo de cifrado y otras medidas criptográficas, el documento electrónico es al menos equivalente al instrumento escrito y firmado sobre soporte de papel en cuanto a seguridad.”38 2.3.2 Expediente electrónico. En la medida en que la ley admita los cambios necesarios para implementar en el proceso judicial la utilización de medios electrónicos, será más frecuente encontrarse con documentos electrónicos en el mismo, e incluso con expedientes electrónicos, sin que esto último deba implicar la desaparición del expediente físico. El expediente electrónico será el conjunto de documentos electrónicos que conforman el proceso judicial y será consultable de igual forma a través de medios electrónicos o informáticos; sin prejuicio de que únicamente tengan acceso al mismo las partes interesadas. 2.4. Firma. La firma es el conjunto de letras y signos entrelazados, que identifican a la persona que la estampa, con un documento o texto.39 “En Roma, los documentos no eran firmados, ni era costumbre ni era necesario. Existía una ceremonia llamada manufirmatio, por la cual, luego de 37 Cfr. Poullet. Cito: Cornejo López, Valentino. Ob. cit. Pág. 38. 38 Ob. cit. Téllez Valdés, Julio. Pág. 248. 39 Acosta Romero, Miguel. Citó: Cornejo López, Valentino. Ob. cit. Pág. 54. 13 la lectura del documento por su autor o el notarius, era desplegado sobre una mesa y se le pasaba la mano por el pergamino en signo de su aceptación. Solamente después de cumplir esta ceremonia se estampaba el nombre del autor, signo o tres cruces una por cada persona de la Santísima Trinidad, haciéndolo seguidamente los testigos. Más que un requisito la manufirmatio era en si misma una parte del espectáculo solemne en que se realizaba el acto.”40 La firma tiene las características de ser identificativa (identifica al autor de documento), declarativa (implica la aceptación de contenido del documento por parte del autor de la firma) y probatoria (hace prueba en juicio y permite identificar si quien firmó efectivamente es quien dice ser).41 En el proceso judicial, los documentos que lo integran generalmente se encuentran firmados a efecto de que gocen de validez. Las promociones presentadas por las partes, oficios de autoridad o escritos de terceros se acompañan firmados, dado que un documento será original en la medida en que la firma que ostenta de igual forma lo es; es decir, al documento no lo hace original su impresión, sino la firma que porta.42 Por otra parte, los acuerdos, resoluciones o sentencias judiciales, son tales y tiene fuerza normativa en la medida en que son emitidos por un Juez (o autoridad judicial en general), y esto se identifica mediante la respectiva firma; la que va acompañada de la firma del secretario, en virtud de ser éste último un funcionario que tiene fe pública, y en uso de la misma, da fe de que la firma estampada en el documento es la del Juez. 2.4.1. Firma electrónica. Hemos indicado la oportunidad de que los procesos judiciales permitan el empleo de medios electrónicos en la realización de actos procesales, incluyendo la admisión de documentos de tipo electrónico. En dicho contexto, es necesario advertir que el documento electrónico en sentido estricto no puede tener firma autógrafa del autor, es un documento que tiene una nueva forma jurídica que no admite la firma de la manera habitual.43 40 Floris Margadant G. Citó: Reyes Krafft, Alfredo Alejandro. “La Firma Electrónica y las entidades de certificación.” Ed. Porrúa. México, 2003. Pág. 85. 41 Cfr. ibidem. Pág. 105. 42 Si una copia fotostática es firmada en original, el documento será original independientemente de que el texto del mismo luzca borroso; viceversa, si el documento es impreso en original (incluso en papel membretado) pero la firma que lo contiene no es original, el documento no será original. 43 Lidia E. Viggiola y Eduardo Molina Quiroga. Citó: Julio Téllez Valdés. Ob. cit. Pág. 255. 14 No obstante, el documento electrónico admitirá la firma electrónica. En tal virtud, las partes y los funcionarios judiciales deberán hacer uso de la misma en los expedientes o documentos informáticos que formen parte del proceso. La firma electrónica son “los datos en forma electrónica consignados en un mensaje o adjuntados o lógicamente asociados al mismo por cualquier tecnología, que son utilizados para identificar al firmante en relación con el mensaje de datos e indicar que el firmante aprueba la información contenida en el mensaje de datos, y que produce los mismos efectos jurídicos que la firma autógrafa, siendo admisible como prueba en juicio.”44 La firma electrónica es empleada y reconocida normativamente en México desde hace algunos años,45 y las características que debe tener (independientemente del tipo de firma) son: autenticidad (certeza sobre el mensaje), confiabilidad (el mensaje solo puede ser leído por el destinatario), integridad (que el mensaje no puede ser alterado sin que se observe dicha alteración) y no repudio (que el remitente no pueda negar el mensaje). La firma que protege un documento electrónico puede ser electrónica simple, electrónica avanzada o digital. La diferencia entre la firma electrónica simple y la avanzada, radica en que en la firma simple la criptografía empleada es simétrica (la clave para cifrar es la misma para descifrar), mientras que en la avanzada la criptografía es asimétrica (la clave no es la misma y se usan conceptos de llave pública y privada). Para algunos autores, la principal diferencia radica en la protección legal que tienen los documentos amparados con ellas,46 otorgando mayor seguridad, desde luego a la firma electrónica avanzada por considerarla más confiable. 44 Minuta con proyecto de Decreto del Senado de la República para reformas al Código de Comercio. Citó: Cornejo López, Valentino. Ob. cit. Pág. 57. 45 La Firma electrónica se reconoce en diversos ordenamientos, tales como la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, que en la parte conducente su artículo 69-C señala: “En los procedimientos administrativos, las dependencias y los organismos descentralizados de la administracion publica federal recibiran las promociones o solicitudes que, en terminos de esta ley, los particulares presenten por escrito, sin perjuicio de que dichos documentos puedan presentarse a traves de medios de comunicacion electronica en las etapas que las propias dependencias y organismos asi lo determinen mediante reglas de caracter general publicadas en el diario oficial de la federacion. en estos ultimos casos se emplearan, en sustitucion de la firma autografa, medios de identificacion electronica. … los documentos presentados por medios de comunicacion electronica produciran los mismos efectos que las leyes otorgan a los documentos firmados autografamente y, en consecuencia, tendran el mismo valor probatorio que las disposiciones aplicables les otorgan a estos.” 46 Ob. cit. León Tovar, Soyla H. y otros. Pág. 106. 15 La diferencia entre cualquier firma electrónica y la digital radica en que “la firma electrónica sería cualquier código informático que permita determinar la autenticidad del documento y su integridad, y la firma digital es una especie de la anterior que resulta de un proceso informático válido e implementado a través de un sistema criptográfico.”47 La diferencia es de género y especie; es decir, todas las firmas digitales son electrónicas, pero no todas las firmas electrónicas son digitales. De esta forma, el reconocimiento de medios electrónicos en los actos procesales, implicará el empleo de la firma digital por las partes y la autoridad judicial.48 Como se ha indicado con anterioridad, la permisión de la normatividad procesal respecto de los medios electrónicos, no implicará el desplazamiento de los medios tradicionales de realización de actos procesales, por lo que no será obligatorio en forma alguna para las partes, contar con certificación para el uso de firma digital, e incluso será optativo para aquellos que la tengan, emplearla en juicio o comparecer mediante el uso de documentos físicos, desde luego, con la correspondiente firma autógrafa. 3. TECNOLOGÍA E IMPARTICIÓN DE JUSTICIA. La sociedad actual se caracteriza por el predominio de la tecnología, y en ella, factores como la informática y la telemática han sido los instrumentos de mayor impacto.49 El servicio público y dentro de éste los órganos jurisdiccionales, deben actualizarse en pro de los gobernados y de una adecuada y efectiva impartición de justicia, cuidando siempre que en dicha carrera a la modernidad no queden olvidados los sectores que aún se encuentran separados de los avances tecnológicos por la gran brecha digital existente en nuestro país. 47 Ob. cit. Cornejo López, Valentino. Pág. 60. 48 Como se ha indicado con anterioridad, en México la dependencia que con mayor profundidad ha desarrollado el tema de firma electrónica es el Servicio de Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Consideramos importante que se unifique la certificación de los gobernados respecto de la firma electrónica, a efecto de que sea una sola, para los diversos trámites o realización de actos, ante gobierno (administrativos o judiciales, federales o locales) o ante particulares (contratos electrónicos u otros). 49 Cfr. Moreno Padilla, Javier. “Medios Electrónicos en el Derecho Fiscal.” Ed. Dofiscal. México, 2006. Pág. 31. 16 No obstante el actual desarrollo de los medios electrónicos en México, son pocos los sectores de gobierno que han modernizado sus servicios y actividades públicas haciendo un empleo eficiente y adecuado de la informática.50 En materia judicial, los diversos tribunales del país (federales y locales) observan un importante rezago en esta materia, pues si bien es cierto (como se ha indicado), que emplean los medios informáticos al servicio de la actividad jurisdiccional, también lo es que las normas procesales no reconocen de forma más generalizada dichos avances como medios para la realización de actos procesales. Sobra decir que la responsabilidad en esta materia, más que en los tribunales, recae en los órganos legislativos, pues dicha implementación debe ser realizada en las leyes procesales respectivas. En la actualidad, son diversos los países que han implementado el uso de medios electrónicos en el proceso judicial; e incluso en México existen algunos estados que han optado por realizar avances significativos en esta materia. 3.1. Ámbito Internacional. En el ámbito internacional, muchos son los países que han implementado el uso de medios electrónicos en sus legislaciones procesales, principalmente y por razones entendibles, destacan aquellos con un mayor nivel de desarrollo, como los europeos, pero de igual forma existen países de América Latina que han adecuado sus normas procesales para emplear medios informáticos en el proceso judicial. Los medios electrónicos que en algunos países se prevé en el proceso judicial son los siguientes: ESPAÑA Firma Electrónica. Se entiende así al conjunto de datos en forma electrónica, consignados junto a otros o asociados con ellos, que pueden ser utilizados como medio de identificación del firmante. (Art. 3 Ley 59/2003). Firma Electrónica Avanzada. Es aquella firma electrónica que permite identificar al firmante y detectar cualquier cambio ulterior de los datos firmados, que está vinculada al firmante de manera única y a los datos a que se refiere y que ha sido creada por medios que el firmante puede mantener bajo su exclusivo control. (Art. 3 Ley 59/2003). Firma Electrónica Reconocida. Se considera la firma electrónica avanzada basada en un certificado reconocido y generada mediante un dispositivo seguro 50 Los avances en materia informática van más allá que el simple uso de computadoras en las oficinas de gobierno para las actividades cotidianas. 17 de creación de firma, la cual tiene respecto de los datos consignados en forma electrónica el mismo valor que la firma manuscrita en relación con los consignados en papel. (Art. 3 Ley 59/2003). Documento Electrónico. Es aquel redactado en soporte electrónico que incorpore datos que estén firmados electrónicamente. (Art. 3 Ley 59/2003). Certificado Electrónico. Documento firmado electrónicamente por un prestador de servicios de certificación que vincula unos datos de verificación de firma a un firmante y confirma su identidad. (Art. 6 Ley 59/2003). Se prevé: • Que la firma electrónica puede ser empleada en documentos privados. (Art. 3 Ley 59/2003) • Que los documentos públicos, por estar firmados electrónicamente por funcionarios que tengan legalmente atribuida la facultad de dar fe pública, judicial, notarial o administrativa, siempre que actúen en el ámbito de sus competencias con los requisitos exigidos por la Ley en cada caso. (Art. 3 Ley 59/2003) • Los documentos tanto públicos como privados, tendrán el valor y la eficacia jurídica que corresponda a su respectiva naturaleza. (Art. 3 Ley 59/2003) • Que el soporte en que se hallen los datos firmados electrónicamente será admisible como prueba documental en juicio. (Art. 3 Ley 59/2003) • Cuando las Oficinas judiciales y las partes o los destinatarios de los actos de comunicación dispusieren de medios electrónicos, telemáticos, infotelecomunicaciones o de otra clase semejante, que permitan el envío y la recepción de escritos y documentos, de forma tal que esté garantizada la autenticidad de la comunicación y de su contenido y quede constancia fehaciente de la remisión y recepción íntegras y del momento en que se hicieron, los actos de comunicación podrán efectuarse por aquellos medios, con el resguardo acreditativo de su recepción que proceda. (Art. 162 Ley 1/2000 del Enjuiciamiento Civil) • Cuando se efectúe la remisión de un acto por medios electrónicos y transcurran 3 días sin que se acceda a su contenido, se entenderá sin efecto y se procederá a realizar la entrega de la forma establecida, si en ese transcurso y sin haber logrado la entrega se accede a los medios electrónicos enterando el contenido del mensaje se entenderá como realizada.. (Art. 162 Ley 1/2000 del Enjuiciamiento Civil) • Si tuviere que portar doumentos ya sea publicos o privados podrán presentarse en soporte electrónico, a través de imagen digitalizada que habrá de firmarsa electrónicamente (Art. 267 Ley 1/2000 del Enjuiciamiento Civil) ARGENTINA Provincia de Río Negro. 18 Firma Digital. Es el resultado de aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que requiere información de exclusivo conocimiento del firmante. (Art.2 Ley 25.506) Firma Electrónica. Se entiende así al conjunto de datos electrónicos integrados, ligados o asociados de manera lógica a otros datos electrónicos, utilizado por el signatario como su medio de identificación, que carezca de alguno de los requisitos legales para ser considerada firma digital. (Art. 5 Ley 25.506) Documento Digital. Es la representación digital de actos o hechos, con independencia del soporte utilizado para su fijación, almacenamiento o archivo. Un documento digital también satisface el requerimiento de escritura. (Art. 6 Ley 25.506) Domicilio Procesal Electrónico. Todas las partes, terceros y demás, en particular los organismos públicos u otros interesados en un proceso, obligatoriamente deberán constituir, o denunciar su domicilio electrónico, en el que serán válidas las notificaciones u otras comunicaciones fehacientes que allí se cursen. (Núm. 6 Acordada 04/2007) Se prevé: • La presentación de escritos signados con firma digital. (Art.118 Ley 4142 Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Río Negro.) • La notificación por medios electrónicos. (Art.135 bis Ley 4142 Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Río Negro.) URUGUAY Expediente Electrónico. Se entiende así a la serie ordenada de documentos públicos registrados por vía informática, tendientes a la formación de la voluntad administrativa en un asunto determinado. (Art.2 Decreto 65/998), asimismo, tendrá la misma validez jurídica y probatoria que el expediente tradicional (Art.3 Decreto 65/998). Expediente Electrónico. Es la serie ordenada de documentos registrados por vía informática, provenientes de la Administración o de terceros, tendientes a la formación de la voluntad administrativa en un asunto determinado, teniendo la misma validez jurídica y probatoria que el expediente tradicional. (Art. 24 Ley 17.243) Firma Electrónica. Es el resultado de obtener por medio de mecanismos o dispositivos un patrón que se asocie biunívocamente a un individuo y a su voluntad de firmar. (Art.18 Decreto 65/998). 19 Firma Digital. Se entiende así a un patrón creado mediante criptografía, debiendo utilizarse sistemas criptográficos "de clave pública" o "asimétricos", o los que determine la evolución de la tecnología. Se contempla: • La implementación y uso del expediente electrónico, del documento electrónico, de la clave informática simple, de la firma electrónica, de la firma digital, de las comunicaciones electrónicas y del domicilio electrónico constituido, en todos los procesos judiciales y administrativos que se tramitan ante el Poder Judicial, con idéntica eficacia jurídica y valor probatorio que sus equivalentes convencionales. (Art. Único Ley 18.237) • Idéntica validez y eficacia a la firma autógrafa tanto las firmas electrónicas y digitales. (Art. 25 Ley 17.243) COSTA RICA Certificado Digital: Es una estructura de datos creada y firmada digitalmente por un certificador, del modo y con las características que señalan este Reglamento y su anexo, cuyo propósito primordial es posibilitar a sus suscriptores la creación de firmas digitales, así como la identificación personal en transacciones electrónicas. Sin perjuicio del concepto anterior, la DCFD podrá autorizar a los certificadores registrados la generación de certificados con propósitos diferentes o adicionales a los indicados. (Art. 2 Reglamento 33018) Documento Electrónico: Cualquier manifestación con carácter representativo o declarativo, expresada o transmitida por un medio electrónico o informático. (Art. 2 Reglamento 33018) Firma Digital: Conjunto de datos adjunto o lógicamente asociado a un documento electrónico, que permita verificar su integridad, así como identificar en forma unívoca y vincular jurídicamente al autor con el documento. (Art. 2 Reglamento 33018) Firma Digital: cualquier conjunto de datos adjunto o lógicamente asociado a un documento electrónico, que permita verificar su integridad, así como identificar en forma unívoca y vincular jurídicamente al autor con el documento electrónico. (Art. 8 Ley 8454) Firma Digital Certificada: Una firma digital que haya sido emitida al amparo de un certificado digital válido y vigente, expedido por un certificador registrado. (Art. 2 Reglamento 33018) 20 Se establece: • La validez y eficacia de un documento físico original, los archivos de documentos, mensajes, imágenes, bancos de datos y toda aplicación almacenada o transmitida por medios electrónicos, informáticos, magnéticos, ópticos, telemáticos o producidos por nuevas tecnologías, destinados a la tramitación judicial, ya sea que contengan actos o resoluciones judiciales. Lo anterior siempre que cumplan con los procedimientos establecidos para garantizar su autenticidad, integridad y seguridad. (Art. 6 bis Ley Orgánica del Poder Judicial) PANAMA Documento Electrónico. Toda representación electrónica o recuperable por medios electrónicos que da testimonio de un hecho, una imagen o una idea. (Art. 4 Ley 15) Expediente Electrónico Judicial. Serie ordenada de actos, gestiones, pruebas, documentos públicos y privados registrados y almacenados por vía informática, tendientes a la formación de un infolio judicial determinado. (Art. 4 Ley 15) Firma Electrónica. Conjunto de sonidos, símbolos o datos vinculados con un documento electrónico, adoptado o utilizado por una persona con la intención específica de identificarse, aceptar o adherirse al contenido de un documento. (Art. 4 Ley 15) Sellado de Tiempo. Es la constatación de la fecha y hora exactas en las que el acto jurídico o procesal tuvo lugar. (Art. 4 Ley 15) Sistema de Gestión Judicial. Aplicación informática mediante la cual se realizan actuaciones y gestiones total o parcialmente electrónicas utilizando preferentemente Internet. (Art. 4 Ley 15) Transmisión Electrónica. Toda forma de comunicación a distancia con la utilización de redes de comunicación. (Art. 4 Ley 15) Se establece: • El uso de los medios electrónicos existentes o que se desarrollen en el futuro, en el trámite y la sustanciación de los procesos judiciales, y regula el Sistema de Gestión Judicial y el Expediente Electrónico Judicial, como componentes operativos de la plataforma informática adoptada por el Órgano Judicial para la tramitación electrónica de los procesos (Art. 1 Ley 15) 21 • Que todas las jurisdicciones del Órgano Judicial pueden realizar actuaciones y gestiones judiciales, total o parcialmente, por medios electrónicos.(Art. 2 Ley 15) 3.2 Entidades Federativas. Por lo que hace a las entidades federativas del país, pocas son las que ha implementado los medios electrónicos para la realización de actos procesales en sus legislaciones locales respectivas. GUANAJUATO Certificado de Firma Electrónica. El documento firmado electrónicamente por la autoridad certificadora, mediante el cual se confirma el vínculo existente entre el firmante y la firma electrónica. (Art. 3 Ley sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) Fecha Electrónica. El conjunto de datos en forma electrónica utilizados como medio para constatar la fecha y hora en que un mensaje de datos es enviado por el firmante o recibido por el destinatario. (Art. 3 Ley sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) Firma Electrónica. El conjunto de datos electrónicos consignados en un mensaje de datos o adjuntados al mismo, utilizados como medio para identificar a su autor o emisor. (Art. 3 Ley sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) Firma Electrónica Certificada. Aquélla que ha sido certificada por la autoridad certificadora en los términos que señale esta Ley, consistente en el conjunto de datos electrónicos integrados o asociados inequívocamente a un mensaje de datos que permite asegurar la integridad y autenticidad de ésta y la identidad del firmante. (Art. 3 Ley sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) Medios Electrónicos. Los dispositivos tecnológicos para transmitir o almacenar datos e información, a través de computadoras, líneas telefónicas, enlaces dedicados, microondas, o de cualquier otra tecnología. (Art. 3 Ley sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) 22 Mensaje de Datos. La información generada, enviada, recibida o archivada por medios electrónicos, ópticos o cualquier otra tecnología. (Art. 3 Ley sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) Acto Electrónico. Se entiende así a todos aquellos actos, notificaciones, requerimientos, trámites, solicitudes de informes o documentos, comunicaciones o resoluciones de naturaleza administrativa que los órganos jurisdiccionales o administrativos del Poder Judicial efectúen entre sí o hacia los particulares, a través de medios electrónicos o mediante firma electrónica. (Art. 4 Reglamento sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) Se establece: • Los mensajes de datos y certificados de firma electrónica tendrán valor probatorio pleno. (Arts. 15 y 16 Ley sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) • El acuse de recibo electrónico para hacer constar la recepción de trámites o actos electrónicos, deberá contener fecha y hora del depósito y de la apertura del trámite o acto electrónico su descripción, los datos del órgano que lo recibe, datos de quien realiza el trámite o acto, y la información sobre la posibilidad de obtener en forma impresa el trámite o acto electrónico. (Art. 10 Reglamento sobre el uso de Medios Electrónicos y Firma Electrónica para el Estado de Guanajuato y sus Municipios) • El reconocimiento como medio de prueba la información generada o comunicada que conste en medios electrónicos, ópticos o en cualquier otra tecnología y, en general, todos aquellos elementos aportados por los descubrimientos de la ciencia. (Art. 96 Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Guanajuato) JALISCO El Código de procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, establece la posibilidad de realizar notificaciones a través de medios electrónicos. (Arts. 104-A, 106 y 123) QUERETARO El Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro ofrece el servicio de “expediente electrónico”, mediante el cual es posible consultar los expedientes en los que el solicitante cuente con personalidad jurídica, vía medios informáticos. Dicho servicio es de carácter informativo y por ende las consultas realizadas a los expedientes por esta vía, no genera efecto legal alguno. 23 El servicio que ofrece el tribunal de dicho Estado, es oneroso, por lo que el gobernado que desee acceder a este deberá cubrir la retribución económica respectiva. Lo indicado no encuentra sustento en la legislación procesal respectiva. 3.3 Tribunales Federales. Salvo los pertenecientes al Poder Judicial de la Federación, los restantes tribunales federales del país no encuentran gran avance en esta materia, lo que como se ha indicado no es una responsabilidad atribuible a éstos, sino en el presente caso al Congreso de la Unión; órgano facultado para llevar a cabo las reformas pertinentes a las normas procesales respectivas. En cualquier caso, los tribunales podrían implementar sistemas alternos, como la factibilidad de consulta de listas de acuerdos vía Internet. 3.3.1 Poder Judicial de la Federación. Desde hace pocos años el Poder Judicial de la Federación permitió el acceso a los gobernados vía Internet a las listas de acuerdos de los órganos jurisdiccionales del país. Dicho servicio es perfectamente implementable sin requerir reforma legal alguna, en virtud de que el contenido de las citadas listas es público. De igual forma existe la posibilidad de consultar el estado general de los expedientes en específico vía medios informáticos. Dicho servicio no se encuentra limitado a las personas con personalidad jurídica; mas sin embargo, la información contenida en dichos archivos electrónicos es genérica y similar a la que aparece en las listas de acuerdos o de estrados, pero en estos casos, depurada y ordenada, dado que se refiere exclusivamente al expediente que en cada caso se consulte.51 Por otra parte, de especial interés resulta el Acuerdo General 21/2007 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, en virtud que mediante el mismo se implementa en los procesos judiciales el uso de medios electrónicos. Es decir, se establecen los medios informáticos como medios idóneos para la realización de actos procesales; sin embargo, dichas disposiciones se encuentran exclusivamente a nivel “reglamentario” (de acuerdo), siendo cuestionable como se verá más adelante, la legalidad e incluso constitucionalidad de las mismas. 51 Al respecto, véanse los acuerdos generales 28/2001, 91/2001, 15/2005 y 31/2005 emitidos por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal. 24 De igual forma, resulta “curioso” el hecho de que dicho acuerdo, en virtud de haber sido emitido por el Consejo de la Judicatura Federal, si bien opera respecto de casi todos los tribunales del Poder Judicial de la Federación, no tiene efecto alguno en tratándose de los asuntos radicados ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Lo anterior resulta lógico y entendible dada la estructura administrativa que la Constitución y las leyes le otorgan a dichos tribunales, pero como se indicó llamativo, puesto que el máximo tribunal del Estado Mexicano ha quedado fuera del avance tecnológico (a menos que sus integrantes hayan considerado que la vía implementada por el Consejo de la Judicatura Federal no era la adecuada). 3.3.2 Acuerdo General 21/2007 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal.52 Los primeros considerandos relatan las facultades constitucionales y legales del Consejo de la Judicatura Federal para la emisión de acuerdos generales. En otros considerandos mencionan la ya existente implementación de sistemas informáticos para consulta de listas de acuerdos y resumen genérico del estado de los juicios. Lo anterior no requiere mayor comentario que el ya realizado en líneas anteriores. En el considerando sexto se menciona que los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación cuentan con una clave para capturar y consultar datos de acuerdos y resoluciones dictadas por los órganos jurisdiccionales federales, así como con una firma electrónica para la remisión de reportes estadísticos. Lo indicado no presenta mayor complicación jurídica, pues son tratamientos y manejos internos de dicho órgano de la Federación que, hasta ese punto, no encuentra relación con terceros o los gobernados. En los considerandos siguientes (séptimo a décimo segundo), se establece la implementación del “expediente electrónico”, mismo que contendrá toda la información de los expedientes en los juicios que conocen los órganmos del Poder Judicial de la Federación (con excepción de la Suprema Corte), a efecto de que puedan tener acceso a los mismos las partes en el juicio, los terceros 52 Existen otros acuerdos generales emitidos por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, mediante lo que se autoriza a los órganos jurisdiccionales el uso de medios electrónicos para el desarrollo de los procesos judiciales, tal como el Acuerdo General 74/2008 que pone a disposición de los órganos jurisdiccionales el uso de la videoconferencia como un método alternativo para el desahogo de diligencias judiciales, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 19 de noviembre de 2008, el que incluso propone a los jueces penales un “modelo de acuerdo para decretar el uso de la videoconferencia” que si bien no es obligatorio para la autoridad judicial, llama fuertemente la atención el que un órgano administrativo le sugiera a una autoridad judicial (independiente en la emisión de sus acuerdos y resoluciones) la forma en que debe acordar; o el Acuerdo General 77/2008 que establece la implementación de libros electrónicos de registro. 25 interesados, auxiliares en la administración de justicia o personas autorizadas en la forma que determinan las leyes. Para que las partes tengan acceso al expediente, deberán ser previamente autorizadas por el órgano jurisdiccional respectivo, mediante una clave personal que se denominará “Firma Electrónica para el Seguimiento de Expedientes” (FESE) y que producirá los msimos efectos jurídicos que una firma autógrafa. De igual forma se establece que las partes quedarán jurídicamente notificadas del contenido del expediente a que tengan acceso. Dicha firma electrónica permitirá la consulta de expedientes, pero de igual forma el envío y recepción de promociones, documentos, acuerdos, resoluciones, sentencias, comunicados oficiales, etc. Es plausible el contenido del acuerdo general que se analiza, en la medida en que implementa en el proceso judicial los medios electrónicos, permitiendo a los interesados metodos más ágiles y sencillos de actuación en el juicio. De igual forma se reconoce el que los órganos del Poder Judicial de la Federación se modernicen, pues ello se entiende deberá ir en beneficio de los gobernados y justiciables. No obstante, consieramos altamente cuestionable que las disposiciones indicadas se contenga en un acuerdo general y no mediante reformas a las leyes procesales respectivas; pues si bien algunas de éstas no requieren tal rango normativo, otras necesitan del mismo, pues al no encontrarse en éste contarían lo dispuesto en la normatividad procesal aplicable, tornando el acuerdo general en estudio en ilegal. En efecto, lo que refiere a servicios de consulta vía Internet a las partes o de forma interna para los servidores del Poder Judicial de la Federación sin generación de efectos legales, no requiere más que de el establecimiento en el acuerdo general respectivo por el órgano competente (en este caso el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal) y la implementación del servicio respectivo. Esto en virtud de que no hay generación alguna de efectos legales; es decir, no estamos en presencia de actos procesales. Sin embargo, el acuerdo va más allá al establecer formas de llevar a cabo actos procesales, lo que consideramos ilegal e incluso inconstitucional, pues las facultades del Consejo de la Judicatura Federal (o incluso las de la propia Suprema Corte) son limitadas a cuestiones administrativas y en algunos casos 26 competenciales, pero no así respecto aspectos procesales, dado que los mismos son materia protegida por el principio de reserva de ley.53 En efecto, el acuerdo general analizado presenta los siguientes inconvenientes: PRIMERO.- El acuerdo no resulta del todo claro al momento en que establece la permisión de acceso al expediente a “terceros interesados” y “auxiliares de la administración de justicia”. Lo anterior en virtud de que el propio acuerdo al establecer dicha permisión enuncia a las partes (se entiende las procesales) y a las personas autorizadas, parecería contemplar a aquellas que las leyes procesales refiere con interés para consultar los autos; por lo que resulta vago el término de “terceros interesados”. Similar consideración cabría respecto a los “auxiliares de la administración de justicia”. Consideramos que, no obstante lo amplio de los términos empleados, se deberán interpretar en el sentido de permitir el acceso al expediente únicamente a las personas que la ley procesal respectiva otorgue dicha posibilidad, pues de lo contrario y como se indicó, el citado acuerdo general se tornaría ilegal. SEGUNDO.- Es cuestionable que las citadas disposiciones permitan la presentación de documentos y promociones vía medios electrónicos (aún y cuando medie firma electrónica), pues las leyes procesales respectivas no prevén dicha posibilidad y por el contrario estabelcen la forma en que deben llevarse a cabo dichos actos procesales, por lo que la permisión de forma diversa, más que ampliar los medios de actuación, contradice lo dispuesto en las leyes respectivas. TERCERO.- Consideramos inadecuado lo dispuesto en el citado acuerdo en el sentido de que al momento de tramitar la “firma electrónica” las partes manifestarán su voluntad de hacerse sabedores de los acuerdos o resoluciones que contengan los archivos a que accedan. Es decir, el acceso al archivo respectivo generará el efecto de una notificación personal de todo lo que este contiene. Lo anterior es incorrecto, en virtud de que la norma presume que al acceder al archivo, se tuvo conocimiento de todos los documentos que este contiene; lo que no necesariamente es así. Pero en cualquier caso, en virtud de que la notificación es un acto procesal específicamente regulado en las leyes procesales respectivas, por lo que el acuerdo analizado no puede sustituir las normas contenidas en éstas, y menos aún contrariarlas. 53 Dichas disposiciones son inadecuadas por excesivas. 27 En efecto, las normas procesales contienen la forma en que debe realizarse las notificaciones, y los proveídos o resoluciones que deben ser notificadas de forma especial, incluso personal, por lo que una norma jurídica como el citado acuerdo general, al establecer la disposición en la forma genérica en que lo hace, violenta lo dispuesto en las leyes respectivas y las contradice; pretendiendo además otorgar fé pública a un sistema electrónico. El acuerdo respectivo pretende justificar su legalidad, haciendo alusión en su considerando noveno al contenido del artículo 320 del Código Federal de Procedimientos Civiles, el cual establece: “No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, si la persona mal notificada o no notificada se manifestare, ante el tribunal, sabedora de la providencia, antes de promover el incidente de nulidad, la notificación mal hecha u omitida surtirá sus efectos, como si estuviese hecha con arreglo a la ley. En este caso, el incidente de nulidad que se promueva será desechado de plano.” Sin embargo, escapa a la apreciación jurídica de los emisores del mismo, que el citado artículo es aplicable únicamente en cierto tipo de procesos judiciales, pero no en todos los que son competencia del Poder Judicial de la Federación. Por ejemplo, dicho artículo no es aplicable en los procesos penales federales. En cualquier caso, dicho artículo refiere a que se entenderán notificados los proveídos mal notificados o incluso no notificados, cuando el interesado se manifieste sabedor del mismo ante el tribunal. Resulta claro advertir que dicha manifestación de hacerse sabedor, debe ser posterior a la emisión del acuerdo, por lo que ningún efecto tiene que las partes manifiesten que se darán por sabedoras del mismo antes de que éstos existan y sin importar su contenido. La disposición resulta lamentable por considerarse no solo convalidadora de omisiones y violaciones legales a priori, sino por tener la apariencia de una renuncia de derechos que la ley relativa no permite o contempla. Consideramos que el contenido del acuerdo resulta adecuado, pero no la forma en que dichas disposiciones han sido implementadas, pues son materia de reformas legales cuya competencia no reca en el citado organo administrativo del Poder Judicial de la Federación. Finalmente, consideramos lamentable que dichas actuaciones emanen de los órganos encargados de defender a los gobernados de los excesos de autoridad, de los órganos a los que se les ha encomendado la máxima responsabilidad de proteger la Constitución, pues al ser ilegales, constituyen un atropello a los derechos de los gobernados, y de igual forma, una flagrante 28 violación a las garantías individuales que nuestros tribunales constitucionalidad del Poder Judicial de la Federación deben proteger. de Esperemos pues que el Consejo de la Judicatura Federal observe lo inadecuado de sus disposiciones, y el Congreso de la Unión realice las reformas requeridas para la modernización en la impartición de justicia, para la implementación de los medios electrónicos en los procesos judiciales, pero respetando en todo momento la equidad procesal y los derechos de aquellos gobernados que no tienen acceso a los mismos. Las citadas reformas deberán generar procesos ágiles, sencillos, eficientes; respetando en todo momento lo dispuesto en el artículo 17 constitucional, siempre en pro de los justiciables. 29 FUENTES. BIBLIOGRAFÍA • Arellano García, Carlos. “Teoría General del Proceso”. Tercera Edición. Ed. Porrúa. México, 1989. • Borthwick, Adolfo. “Nociones Fundamentales del Proceso”. Ed. Mave. Argentina 2001. • Cornejo López, Valentino. “Los medios electrónicos regulados en México.” Ed. Sista. México, 2006. • Devis Echandía, Hernando. “Teoría General del Proceso”. Tomo II. Ed. Editorial Universidad. Buenos Aires 1995. • Díaz González, Luis Raúl. “Los Medios Electrónicos en el Derecho Mexicano”. Ed. Gasca Sicco. México, 2006. • Fernández Rodríguez, José Julio. Gobierno Electrónico, un desafío en Internet (Implicaciones Jurídicas). Ed. Fundación Universitaria de Derecho, Administración y Política, S.C., México 2004. • Galindo Garfias, Ignacio. “DerechoCivil”. Décima Edición. Ed. Porrúa. 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