Poder Judicial de la Nación RESOLUCION CRIM Nº 740/2011 ///RIOJA, 24 de noviembre de dos mil once.AUTOS Y VISTOS: Los presentes obrados EXPTE. Nº 5144/06, caratulado: “ANGELELLI, ENRIQUE ÁNGEL S/ HOMICIDIO”, venidos a despacho a fin de resolver la situación procesal de los imputados, JORGE RAFAEL VIDELA, L.E. 4.765.426, Argentino, nacido el 02 de agosto de 1925, en Mercedes (Provincia de Buenos Aires), domiciliado en Av. Cabildo Nº 639, 5º Piso, dpto “A”, Capital Federal; LUCIANO BENJAMÍN MENÉNDEZ, L.E. 4.777.189, Argentino, nacido el 19 de Junio de 1927 en la Ciudad de San Martín (Provincia de Buenos Aires), domiciliado en Ilolay Nº 3269, Barrio Bajo Palermo, Córdoba; ALBANO EDUARDO HARGUINDEGUY, L.E. 4.775.182, Argentino, de estado civil casado, nacido el 11/02/1927, en Villa Valeria (Provincia de Córdoba) domiciliado en calle Eva Perón 1331 – ex. Wilson – Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires; LUÍS FERNANDO ESTRELLA, C.I. 7.094.751, USO OFICIAL nacido en la Ciudad de Mendoza el 11 de Noviembre de 1932 , domiciliado en Cerro La Cruz, Loc. de Ascochinga, Pcia. de Córdoba; EDILIO CRISTÓBAL DI CESARE, DNI 6.855.730, Av. Coronel Díaz 1875, Piso 9, Dpto. 28, Ciudad Autónoma de Bs. As; JUAN CARLOS ROMERO, DNI Nº 6.710.515, nacionalidad argentino, (a) “La Bruja”, domiciliado en calle Buenos Aires 438, Provincia de la Rioja, los cuales se encuentran imputados p.s.a. del delito de homicidio agravado por el concurso de dos o mas persona y tentativa de homicidio agravado por el concurso de dos o mas personas en concurso real con lesiones (arts. 80, inc. 6 y 89, CP) , como autores mediatos, y del delito de asociación ilícita (art. 210, CP); hechos cometidos en esta provincia de La Rioja, por lo que resulta competente para entender y resolver en las presentes este Juzgado Federal de Primera Instancia de la provincia de La Rioja; Y CONSIDERANDO: I) DE LA ACUSACION FISCAL: Que las presentes actuaciones tienen por objeto procesal los hechos y los imputados que se describen, a fs. 4778/4797, en el Requerimiento Fiscal de Instrucción formulado por el Ministerio Público Fiscal en los siguientes términos: “…. E)DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS A IMPUTAR 1) Homicidio de Monseñor Enrique Ángel Angelelli y tentativa de homicidio a Arturo Pinto. El día 4 de agosto de 1976, Monseñor Enrique Angelelli y el sacerdote Arturo Pinto partieron rumbo a la ciudad de La Rioja, desde la ciudad de Chamical, en una camioneta Fiat 125 Multicarga. , el Obispo llevaba consigo una carpeta con información que había recopilado sobre los asesinatos de los sacerdotes Murías y Longueville, acaecidos el 18 de julio de 1976. Angelelli era perseguido por la policía provincial y los miembros de CELPA, y -en el marco de la persecución de la que eran objeto los sacerdotes de La Rioja- temía por su vida. Previo a la partida, Pinto había hecho efectuar un control de presión de los neumáticos, combustible y 1 aceite a un empleado de una estación de servicio ubicada sobre la Ruta 38. Mientras el empleado hacía los controles, Pinto lo observó atentamente. La camioneta estaba en perfectas condiciones para viajar. Monseñor Angelelli y Pinto emprendieron viaje a las 14:30 hs de ese día, saliendo de Chamical por la ruta nacional 38, en dirección sur-norte. Angelelli conducía a una velocidad de 90 a 100 km/h. Había tomado el camino viejo de la ruta para evitar evidenciar su viaje ante los miembros del CELPA, que solían hostigarlo. La ruta N° 38 la ruta estaba bastante libre; no había concentración de vehículos. En proximidades del mojón que indica el Km. N° 1.056, luego de trasponer "el bordo" elevación del terreno-, a unos 6 Km. después de pasar la localidad de Punta de los Llanos, se acercó a gran velocidad un vehículo que circulaba en la misma dirección que ellos -en la recta larga-, de color claro que parecía un Peugeot 404, de los antiguos, con alitas en las puntas traseras. Este automóvil encerró a la camioneta con una maniobra intencionalmente brusca por el lado izquierdo, provocando que volcara. -Conforme surge de las declaraciones de Arturo Pinto- El resultado del atentado fue la muerte de Monseñor Angelelli y lesiones en Arturo Pinto…. ATRIBUCIÓN DE RESPONSABILIDAD Y CALIFICACIÓN LEGAL PROPUESTA A) La Autoría Mediata: Las imputados mencionados en el punto II) eran individuos que, sin haber tenido intervención propia en la ejecución de los hechos ilícitos analizados, serían penalmente responsables por ellos -también como autores— en virtud de su poder sobre los efectivos ejecutores. Ellos son quienes habrían tenido el dominio de la voluntad de los ejecutores en virtud de una maquinaria o aparato de poder organizados. Estos individuos organizaron conjuntamente, desde la estructura estatal, un plan sistemático criminal que tenía como fin la eliminación física o neutralización de la actividad de los opositores políticos. Ocupaban importantes cargos dentro de la estructura represiva -ya fuera en el ejército o en alguna otra fuerza de seguridad- y desde allí comandaron, organizaron o ejecutaron las gravísimas violaciones a los derechos humanos que se les imputan en este acto. Estos individuos, sin intervención propia en la ejecución de tales hechos ilícitos, serían penalmente responsables como autores en virtud de su poder de voluntad sobre los efectivos ejecutores, sin perjuicio de que en otros casos concurran con su autoría directa. Se trata de las autoridades superiores militares o de las fuerzas de seguridad que habrían, por un lado, emitido las órdenes en virtud de las cuales se cometieron los delitos investigados y, por otro, habrían puesto a disposición de este aparato ilegal todos los recursos materiales y humanos necesarios para el cumplimiento del objetivo criminal. Ellos serían, en consecuencia, quienes habrían dominado la voluntad de los ejecutores en virtud de un aparato de poder organizado. Una mínima referencia al origen de este concepto facilita la comprensión de su aplicación al caso. En la sentencia dictada por la Corte de Distrito de Jerusalén1 en el caso Eichmann se advirtió por primera vez con claridad que cuando los agentes estatales se valen del aparato estatal para la comisión de delitos su grado de responsabilidad aumenta a medida que estos se alejan del ejecutor - contrariamente a lo que ocurre con normalidad. Esta constatación -y, en general, la realidad criminológica 2 Poder Judicial de la Nación puesta de manifiesto por el nazismo- es el punto de partida del profesor de Munich, Claus Roxin, para elaborar su teoría de la autoría mediata en virtud del dominio de la voluntad a través del dominio de un aparato organizado de poder, teoría desarrollada, primero, en su trabajo Delitos en el marco de un aparato organizado de poderu publicado 1963 y luego en su escrito de habilitación como profesor de derecho penal Autoría y dominio del hecho, también de 1963. Con base en el dominio del hecho como criterio decisivo para la autoría, Roxin desarrolló una nueva forma de autoría en la cual el autor domina el hecho sin realizar por sí mismo la acción típica, ni tener que estar presente en el momento de su ejecución y sin necesidad siquiera de ejercer coacción o engaño sobre el autor directo. Junto a las tradicionales formas de autoría mediata a través del dominio de la voluntad en virtud de coacción y en virtud de error, Roxin fundamentó que una persona también puede dominar el suceso a través del control de un aparato organizado de poder que le asegure la ejecución de sus órdenes por alguno (cualquiera) de los subordinados. Según Roxin, el dominio del hecho del "hombre de atrás" se fundamenta en el propio mecanismo de funcionamiento del aparato de poder. Por sus especiales características, el aparato de poder -esto es, el sistemaUSO OFICIAL cuenta con la posibilidad ilimitada de reemplazar automáticamente al ejecutor en caso de que éste se resista a cumplir con la orden. Lo decisivo para fundamentar el dominio del hecho del superior es, por ello, la automaticidad del aparato de poder y la fungibilidad o intercambiabilidad del ejecutor, que hace que el sistema tenga siempre a disposición un ejecutor listo para intervenir y cumplir con la orden. De este modo, el sistema asegura que, independientemente de quien sea en definitiva el ejecutor concreto, el plan total no se vea perjudicado. Este tipo de autoría mediata no exige la falta de libertad del ejecutor. Este conserva su libertad y por ello es plenamente responsable del hecho como autor directo. Pero esta circunstancia no impide fundamentar el dominio del hecho del hombre de atrás, porque, a su respecto, el ejecutor no se presenta como persona individual libre, sino cómo figura anónima y sustituible, como un eslabón más del aparato de poder. Roxin dice: "El ejecutor, si bien no puede ser deshancado de su dominio de la acción, sin embargo es al mismo tiempo un engranaje -sustituible en cualquier momento- en la maquinaria del poder, y esta doble perspectiva impulsa al sujeto de detrás, junto con él, al centro del acontecer".2 De este modo, el resultado causado por el hombre de adelante también puede serle imputado al hombre de atrás como autor (mediato). El autor mediato no necesariamente debe ser, por otra parte, el líder máximo de una organización criminal, sino también puede serlo quien reviste una jerarquía media, mientras que dirija y controle una parte de la organización. En este sentido señala Roxin: "Cabe afirmar, pues, en general, que quien es empleado en una maquinaria organizativa en cualquier lugar, de una manera tal que puede impartir órdenes a subordinados, es autor mediato en virtud del dominio de la voluntad que le corresponde si utiliza sus competencias para que se cometan acciones punibles. Que lo haga por propia iniciativa o en interés de instancias superiores y a órdenes suyas es irrelevante, pues para la autoría lo único decisivo es la circunstancia de que puede dirigir la 3 parte de la organización que le está subordinada sin tener que dejar a criterio de otros la realización del delito". La teoría de Roxin de la autoría mediata en virtud del dominio de la voluntad a través del dominio de un aparato organizado de poder ha pasado a ser doctrina dominante en Alemania3 y ha sido adoptada por algunas decisiones del Tribunal Supremo Federal alemán (BGH), principalmente en los famosos casos de los disparos del Muro de Berlín.4 Ella también ha sido aceptada por varios tribunales de otros países5 y recientemente también por la Corte Penal Internacional permanente.6 En nuestro país, esa teoría fue aplicada, primeramente, en la sentencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de Buenos Aires -en pleno- en la causa 13/84 ("juicio a los ex-comandantes")12, que, por otra parte, fue la primera decisión de un tribunal judicial en absoluto que siguió la teoría de Roxin. También la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la decisión que confirmó la sentencia de la Cámara Federal en la causa 13/84 recurrió a esta teoría. Hoy en día, la teoría de la autoría mediata en virtud del dominio de un aparato organizado de poder es seguida casi sin excepción en la jurisprudencia. En la doctrina nacional esta teoría también cuenta con varios defensores. B) Imputaciones por el Delito de Homicidio agravado por el concurso de dos o mas persona y Tentativa de Homicidio agravado por el concurso de dos o mas personas en concurso real con lesiones. El art. 79 establece una pena para el que matare a otro. Se trata de la muerte de un ser humano causada dolosamente. "La acción típica es matar, es decir, extinguir la vida de una persona." Nos encontramos frente a un delito de resultado material -la muerte-, es indiferente por ello la modalidad de la acción, es decir que la conducta de matar puede ser llevada a cabo por acción o por omisión. El hecho descripto en el punto III. E) concurre la agravante del inc. 6o del art. 80: la realización del homicidio con el concurso de dos o más personas. En estos casos es necesario que el autor actúe con el concurso de por lo menos dos personas más" . Subjetivamente es necesario que los agentes se hayan puesto de acuerdo para matar en concurso. El fundamento de la agravante reside en las menores posibilidades de defensa de la víctima, ahora fundada en la actividad de varios agentes. El homicidio de Angelelli y la tentativa de homicidio de Arturo Pinto fueron llevados a cabo con el concurso de dos o más personas. Basta, para corroborarlo, con contar a los imputados que se encuentran implicados en estos casos -además de las especificaciones que, sobre su actuar conjunto, realizamos en el punto IV. C)- para corroborar que los homicidios fueron ejecutados con el concurso de dos o más personas. Por otro lado, se encuentra probado que, en el esquema represivo, la decisión sobre el destino final de las víctimas era tomada desde los altos mandos y transmitida y retransmitida sucesivamente hacia abajo hasta llegar al ejecutor directo de la orden. Como hemos explicado en el punto IV.A), la responsabilidad del autor directo no disminuye la de quienes dieron la orden o la recibieron y la transmitieron. Del mismo modo que la lejanía con el hecho concreto no 4 Poder Judicial de la Nación disminuye la responsabilidad del autor mediato, por el contrario, es sabido que en estos aparatos de poder cuanto más lejos se estaba del hecho concreto más responsable se era. Esto debido a que en este esquema de poder el autor directo era completamente fungible. En el mismo acto que constituyó el homicidio de Angelelli, se tentó el homicidio de Pinto, que viajaba con él en la camioneta. No se produjo el resultado muerte buscado por razones ajenas a los autores, produciéndose como consecuencia de la tentativa, lesiones a la persona de Pinto. De acuerdo con las consideraciones previas, corresponde efectuar las siguientes imputaciones: VIDELA, Jorge Rafael: A la época de los hechos por los cuales se lo acusa en autos era Comandante General del Ejército Argentino y Presidente de la Junta Militar. Con el cargo de Teniente General, era la máxima responsabilidad militar en el país de acuerdo al rol asignado a su fuerza (Ejército) en la conducción de la "lucha contra la subversión". Además, al momento de los hechos, era titular espurio del Poder Ejecutivo, por presidir la Junta Militar que de facto usurpó el poder el 24/03/1976. Como Comandante General del Ejército, en atención al estricto régimen de subordinación que caracteriza la institución militar, no caben dudas de que los hechos atribuidos se cometieron como USO OFICIAL consecuencia de la planificación estratégica y táctica que emanaba de la cúpula de su arma, a la cual se le confió la responsabilidad primaria en la denominada lucha contra la subversión. El Ejército Argentino debía fijar los "objetivos" a seguir y además proveer de la infraestructura necesaria para la consiguiente actuación de toda la cadena de mandos en su consecución. La autoridad de Videla hace insoslayable su responsabilidad en lo actuado por quienes estaban bajo su mando, siendo factible así sostener que, durante la época de los hechos, el acusado tenía el dominio sobre los acontecimientos investigados, habida cuenta que, desde su posición institucional, controlaba la organización que los llevó a cabo. Conforme quedó probado en la sentencia de la Causa N° 13/84, "Causa originariamente instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en cumplimiento del decreto 158/83 del Poder Ejecutivo Nacional". Esta orden genérica se materializó en la región de La Rioja mediante la actuación del imputado Menéndez, a cargo de la Zona de Defensa III, y del Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, a cargo del Área 314. En el caso particular de Angelelli, no se puede descartar que se trataba de un sacerdote con alta jerarquía dentro de la iglesia católica -Obispo de provincia de La Rioja- y que estaba investigando y denunciando los delitos cometidos por la represión en la Rioja. En este sentido, cabe destacar que en el mes de Abril de 1976 Monseñor Angelelli viajó para entrevistarse personalmente con el Gral Albano Hargunideguy -Ministro del Interior de Videla- para gestionar la libertad del párroco de Olta, Eduardo Ruiz. Y regresó a La Rioja en micro, tras un confuso episodio en el que perdió su vuelo y su valija. Dicha valija llegó a la provincia varios días después con signos de haber sido violada. Estas investigaciones y denuncias no quedaban en su diócesis sino que trascendían la misma, ya que, por su rol dentro de la Iglesia, participaba de constantes reuniones con las más altas esferas eclesiásticas y 5 aprovechaba estas reuniones para formular denuncias de los actos de represión que se sucedían en su provincia. Así mantenía constante correspondencias con Monseñor Zaspe (Obispo de Santa Fe y Vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, en representación directa del Papa), quien mantuvo una reunión con Videla donde le transmitió las denuncias formuladas por Angelelli. Era clara la amenaza de que la represión que se estaba llevando a cabo en la Argentina alcanzara trascendencia internacional. Sobre la base de esas consideraciones corresponde como autor mediato del homicidio de Enrique Angelelli .y de la considerarlo p r i m a f a c i e tentativa de homicidio de Arturo Pinto, en concurso ideal con las lesiones sufridas por éste (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). Albano Harguindeguy: El reproche que se le efectúa se funda en su condición de Ministro del Interior del presidente de facto Jorge Rafael Videla, durante el período comprendido entre el día 29 de marzo de 1976 hasta el día 29 de marzo de 1981. En ese carácter controlaba las diversas fuerzas de seguridad nacional. En pos del éxito de la finalidad ilícita de la cual se hallara munida la organización criminal que conformaba con el resto de los imputados (ver punto V.B), poseía la disposición del instrumento del Estado, no sólo en cuanto a su funcionalidad, sino también en lo inherente a su integración. En el marco de la "lucha contra la subversión", Harguindeguy emitió directivas precisas para el combate de los grupos vinculados con los sacerdotes del Tercer Mundo, a partir de directivas más generales como aquellas a las que se ha hecho referencia en el punto III. D) En este sentido, surge de la declaración ante la CIDH de Rodolfo Peregrino Fernandez, policía federal y asistente personal de Harguindeguy, que “el general Harguindeguy manejaba en forma personal todos los hechos referentes a la Iglesia”. También relata que los efectos personales de Angelelli, luego de fallecido, fueron enviados por el Capitán Vaca, del Ejército, a la casa de Gobierno, dirigidos a Harguindeguy como información confidencial (fs.584/651; 1506/1562; 1498-1571). Por lo antes expuesto, este Ministerio Público considera que en la causa hay prueba suficiente para considerar PRIMA FACIE a Harguindeguy como autor mediato de los homicidios de Enrique Angelelli , y tentativa de homicidio de Arturo Pinto en concurso ideal con lesiones sufridas por este (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). Luciano Benjamín Menéndez se desempeñaba, al tiempo de los hechos, como Jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, a cargo de la Zona de Defensa III que tenía a su cargo la Subzona 31 y -dentro de ella- el Área 314 (a cargo del Teniente Coronel Daniel Mario Márquez, fallecido), que abarcaba toda la provincia de La Rioja. Esto es, tenía el rol de la máxima autoridad bajo cuyas órdenes actuaron el Batallón de Ingenieros 141 (al mando del Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, fallecido), la policía federal, la policía de la provincia de La Rioja, el destacamento Gendarmería Nacional de Chilecito (a cargo del mayor Antonio Arnaldo Garay, fallecido) y la Base Aérea CELPA (a cargo del Mayor Lázaro Aguirre, fallecido, y del Vicecomodoro Luís Fernando Estrella). Esto, puesto que a partir de del dictado los decretos 2070/75, 2071/75, 2772/75, la Directiva del Consejo de Defensa 1/75 y la Directiva del Ejército 404/75, todas las fuerzas de seguridad del país estaban subordinadas al Ejército en la tarea de la lucha contra la subversión. Menéndez, por 6 Poder Judicial de la Nación su cargo, era el máximo responsable de las acciones llevadas a cabo por el Ejército y las fuerzas de seguridad provinciales con el alegado motivo de reprimir la subversión que, entre otras formas, en La Rioja se expresó en la modalidad de persecución a individuos pertenecientes a, o vinculados con el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, entre quienes se encontraban Angelelli y Pedernera.Se le atribuye haber emitido al personal bajo su mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas respecto de la ejecución de los hechos investigados, proveer los medios necesarios para perpetrarlos y asegurar la impunidad de sus actos. Sobre la base de esas consideraciones corresponde considerarlo prima facie como autor mediato del homicidio de Enrique Angelelli y de la tentativa de homicidio de Arturo Pinto, en concurso ideal con las lesiones sufridas por éste (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). El imputado ya se encuentra procesado por el homicidio de Wenceslao Pedernera. Luís Fernando Estrella era el 2° Jefe de la Base Aérea CELPA, en Chamical (Causa "Estrella, Luis Fernando y otros pp.ss homicidio calificado reiterado, privación ilegítima de la libertad seguida de muerte y tormentos (expte. 257/2008, Informe de fs. fs. 2184/85, 2220 y 2475). Surge de las constancias de la causa USO OFICIAL que Angelelli y varios de los sacerdotes riojanos eran perseguidos por miembros de CELPA, quienes consideraban subversivas sus ideas y planteamientos. Varios sacerdotes estuvieron detenidos en CELPA por este motivo, y cabe recordar que en marzo de 1976, el jefe de la base aérea CELPA de Chamical, vicecomodoro Lázaro Aguirre, interrumpió la homilía del obispo Angelelli durante la misa en la capilla de la unidad. Sostuvo que éste hacía política al señalar la responsabilidad social de los cristianos. También es significativa la decisión de Angelelli de decidir un recorrido que no lo acercara a la base aérea (testimonio de Arturo Pinto). Por otro lado, está clara la amenaza que Angelelli suponía para las autoridades de CELPA, en cuanto había estado investigando los asesinatos de los curas Longueville y Murías, por los que Estrella se encuentra actualmente con procesamiento confirmado. No deja de llamar la atención que, luego del atentado, el testigo Luís Eduardo Maidana vio pasar a alta velocidad un automóvil Falcon rojo, en el que se trasladaba el mayor Garnica, de la base aérea CELPA. Como segundo jefe de la base aérea CELPA se le atribuye, entonces, haber emitido al personal bajo su mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas respecto de la ejecución del atentado contra la vida de Angelelli, proveer los medios necesarios para perpetrarlo y asegurar la impunidad de sus actos. Sobre la base de esas consideraciones corresponde considerarlo prima facie como autor mediato del homicidio de Enrique Angelelli y tentatativa de homicidio de Arturo Pinto en concurso ideal con lesiones sufridas por éste (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). Edilio Cristóbal Di Césare era Jefe de Logística del Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 (Libro Histórico del Batallón de Ingenieros 141. Año 1976) y Jefe de la Policía de la Provincia (fs. 99 de la causa "Pedraza, Fernando José", acumulada al expte. 4-M-2000, "Menéndez, Luciano Benjamín), con intervención en el Instituto de Rehabilitación Social desde marzo de 1976. Conforme el reglamento RV 200-10 "Servicio Interno" del Ejército Argentino (del 27 de octubre de 1967), como 7 miembro de la Plana Mayor, Di Césare coadyuvaba en las responsabilidades del Comandante de la Brigada (el Jefe de Área Teniente Coronel Osvaldo Pérez Batagliafallecido) y, así, se ocupaba de asesorarlo, preparar el detalle de sus planes y transformar sus resoluciones en órdenes, haciendo que ellas se transmitieran a los demás integrantes de la fuerza y fueran ejecutadas tanto por militares como por personal de la fuerzas de seguridad de la provincia de La Rioja -éstas últimas actuaban bajo control operacional del Ejército. La interpretación de las funciones de asesoramiento de los integrantes de la Plana Mayor debe hacerse a la luz del contexto imperante tal como queda en evidencia a través de la Directiva 404/75 que establece que la misión principal era la "lucha contra la subversión". En lo específico, como Jefe de Logística, conforme al RV200-10, entre sus funciones estaba la asesorar al Jefe del Batallón y, específicamente: a) abastecer las necesidades de los operativos; b) planear y dirigir el transporte de las subunidades de personal y de establecimiento por todos los medios; c) ejecutar el control de carreteras y del tránsito. También, la de coordinar, con el Jefe de Operaciones, la selección de los caminos. Como Jefe de Policía, era responsable de todas las actuaciones en los operativos antisubversivos en los que participara la policía de la provincia, que incluyen la ejecución de los dos hechos investigados. Se le atribuye haber emitido al personal bajo su mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas respecto de la ejecución de los hechos investigados, proveer los medios necesarios para perpetrarlos y asegurar la impunidad de sus actos. Sobre la base de esas consideraciones corresponde considerarlo prima facie como autor mediato de los homicidios de Enrique Angelelli y Wenceslao Pedernera, y de la tentativa de homicidio de Arturo Pinto en concurso ideal con lesiones sufridas por este (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). Juan Carlos Romero (alias "Bruja") Tenía cargo de Comisario y se desempeñaba como Jefe del Servicio de Informaciones de la Policía de la Provincia. Este sector de la Policía de la Provincia actuaba bajo la dirigencia del Jefe de Inteligencia y Operaciones del Batallón de Ingenieros 141 -el Teniente Coronel Rama- y con la asistencia y anuencia del Mayor Edilio Cristóbal Di Césare -a la sazón, Jefe de la Policía de la Provincia- quienes le proveían las órdenes que suponían el accionar materia de este requerimiento, así como la infraestructura y los recursos necesarios a los fines de llevarlos a cabo.La mecánica para 'aniquilar la subversión' consistió en obtener la información, utilizarla para localizar, por medio de operativos armados e ilegales, a personas y materiales para luego extraer de estas -en el menor tiempo posible- nuevos datos que dieran pie a nuevos operativos; desarrollándose así una actividad compleja cuyo elemento dinamizador fue la tortura sobre quienes estaban en condición 'prisioneros subversivos' [...] para el personal represivo el prisionero era un objeto, una cosa, un número, pero con un elemento valiosísimo en su interior, es decir 'información operativa"'. Esta información provenía de la "inteligencia operativa", que consistía en el secuestro de la víctima ya en la calle, en su trabajo, en su domicilio. La ubicación de la víctima era generalmente obtenida por los agentes de inteligencia a través de los interrogatorios a personas detenidas, (conforme el apunte RC 16-1, "Inteligencia 8 Poder Judicial de la Nación Táctica" ).Así, en su caso particular -como Comisario y Jefe del Servicio de Informaciones de la Policía de la Provincia, inmediatamente subordinada operacionalmente a la Jefatura de Policía de la Provincia de la Rioja- tuvo dominio sobre una parte del aparato de poder y en consecuencia sobre los hechos, a partir de las órdenes que retransmitía y cuyo cumplimiento era de su incumbencia vigilar; al posibilitar de esta forma que el sistema ordenado por el entonces Comandante en Jefe del Ejército siguiese funcionando de un modo ilegal. Es significativa, en este sentido, su inmediata presencia en el lugar donde se produjo el atentado a Angelelli, junto con el coronel Maggi y el médico Herrera Paez, así como el hecho de que haya apuntado con una escopeta Itaka a los presentes para que se alejaran del lugar, como recuentan los testigos y Ramón Nicolás De La Fuente y Luís Maidana, respectivamente. También, casi con los primeros testigos, ya se encontraba en el lugar policía de la localidad de Chamical, que tenía jurisdicción en el lugar donde ocurrió el atentado. Sobre la base de esas consideraciones corresponde considerarlo prima facie como autor mediato de los homicidios de Enrique Angelelli, y de tentativa de homicidio de Arturo Pinto en concurso ideal con lesiones sufridas por este (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). C) USO OFICIAL Imputaciones por el delito de Asociación Ilícita: La prueba que obra en la presente investigación es suficiente para considerar que en el ámbito de la jurisdicción de La Rioja, bajo el control operacional del Ejército, se orquestó una sistemática y violenta persecución del grupo de la Iglesia perteneciente a, o identificado con, el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo. Ante la necesidad de evitar conflictos con el episcopado y lograr la colaboración de las altas autoridades eclesiásticas con el plan represivo, para eliminar a los blancos relacionados con la Iglesia (en especial, sacerdotes y el obispo Angelelli), no siempre se ejecutó la modalidad de exterminio utilizada para la generalidad de los opositores políticos. Esto lejos está de significar que los perseguidos políticos vinculados con la Iglesia no hayan sido exterminados clandestinamente, sino, más bien, que, en los casos de más alto perfil, lo fueron sin pasar por centros clandestinos de detención, por personas que utilizaban medios para ocultar su identidad (como capuchas o autos sin patente). En el caso de Monseñor Angelelli dado su alto cargo dentro de la estructura eclesiástica, se utilizó el atentado. Para la realización de esta práctica ilegal de exterminio de sacerdotes y personas vinculadas con el MSTM, se requería la articulación del trabajo de varias personas, quienes cumplían actividades complementarias. El funcionamiento de esta empresa criminal no pudo haberse concretado sino como expresión de decisiones asumidas en niveles superiores de la administración de la que este aparato dependía. La cantidad, la gravedad y la identidad en el modo de comisión de estos hechos obligan a aceptar que la dirección general de esta empresa criminal estuvo a cargo de los estamentos superiores. En rigor, sólo la existencia de órdenes precisas (aunque, probablemente, abstractas) puede explicar la ejecución de esta práctica de represión ilegal llevada a cabo en la provincia de La Rioja. Debe concluirse, entonces, que desde la máxima autoridad operativa del Ejército se determinó de manera general el grupo de personas a perseguir y se emitió la orden de operar siguiendo el circuito aprehensión, en algunos casos cautiverio y tormento, y en 9 varios casos eliminación física de estas personas. Desde el Comando en Jefe del Ejército esa orden fue irradiada hacia, entre otros, el Comando del Cuerpo de Ejército III o Zona 3 de Seguridad. Desde este polo la orden se retransmitió a las dependencias bajo su mando, entre ellas a la Subzona de Seguridad 31 y, desde allí se hizo lo propio hacia las áreas bajo su dependencia. A medida que esa orden emitida en abstracto descendía por la cadena de mandos se iba, si no concretándose, focalizándose geográficamente. En efecto, el primer nivel correspondió al territorio nacional, el segundo a una región, el tercero a un conjunto de provincias del noroeste, el cuarto a una provincia determinada; en el presente caso, La Rioja. Para que la orden se concretara debía llegar a una terminal de organización con capacidad para ello; esto es, con información específica sobre el grupo de personas a perseguir en el lugar y con un aparato de poder con una eficiente división del trabajo que le permitiera ejecutar el circuito ilegal de aprehensión, tormento, cautiverio y eliminación. Lo que primeramente aparece como incontrovertible es que el funcionamiento del mecanismo represivo llevado a cabo en la provincia de La Rioja fue el producto de un acuerdo de voluntades realizado entre los principales agentes estatales, quienes se asociaron ilícitamente con el propósito de llevar adelante un objetivo criminal constituido por la persecución, aprehensión, cautiverio, tortura y eliminación física de personas vinculadas con cierto sector de la Iglesia. Esta empresa criminal, inmersa en el aparato estatal, se organizó y distribuyó entre sus miembros las funciones represivas antes señaladas. Los elementos obrantes en autos son más que suficientes para tener por cierta la existencia de una asociación ilícita destinada a cometer los delito llevados adelante en La Rioja. Esta asociación estaba insertada en la estructura estatal y respondía a una jerarquización de tipo militar. La posibilidad de que la asociación se inserte en el estado es reconocida por la doctrina. "Una asociación ilícita no sólo puede estar disimulada dentro de una sociedad lícita, sino que incluso puede insertarse dentro del propio Estado, en tanto la formación de la asociación ilícita se independiza de la estructura sobre la que se apoya y puede ser claramente diferenciada y separada de ésta." Y también la jurisprudencia. En consecuencia, la primera imputación penal que postula contra los acusados esta Fiscalía en el marco de la presente investigación consiste en haber formado parte de la asociación ilícita destinada a llevar adelante los crímenes cometidos en la provincia de La Rioja. La imputación alcanza desde las más altas autoridades nacionales del momento de los hechos (Comando en Jefe del Ejército), los responsables del Área y la policía de la provincia de La Rioja. De manera independiente al hecho de la asociación ilícita, también corresponde imputar cada uno de los hechos que se han detallado previamente a todos aquellas personas que de algún modo participaron en su comisión. En concreto, las pruebas obrantes en autos permiten considerar prima facie responsables del delito de asociación ilícita (art. 210, CP) a los individuos cuyos datos se detallan en el punto II).II) DE LA PRUEBA Fs. 1-2: Acta de instrucción. Fs. 3 Croquis Ilustrativo del lugar de los Hechos, 10 Poder Judicial de la Nación Fs. 4-12 Fotografías tomadas en el lugar de los hechos. Fs. 34/35 Autopsia del cadáver del que en vida fuera Monseñor Enrique Ángel Angelleli. Fs 50/51 informe de autopsia realizada a Mons. Angelelli por los doctores: Enzo Herrera Páez, Aldo Luís Neffen, Carlos Alberto Guchea ,… Cabeza – Herida cortante en la región parital izquierda, de trazo lineal de 3 centímetros de longitud. Otorragia izquierda. Solicitud de continuidad en hueso occipital, con múltiples trazos de fracturas que evidencias una conminuta del mismo….Cráneo:…se observa un hematoma de iguales dimensiones, lo que pone de manifiesto la existencia de un traumatismo de gran violencia. En región parieto-occipital derecha se aprecia un trazo de fractura de la tabla ósea en forma de V, con su ángulo abierto hacia el lado derecho y vértice dirigido hacia protuberancia occipital externa, continuando desde aquí otro trazo fracturario hacia regio occipital posterior, de aproximadamente cinco centímetros de longitud…Cavidad Craneana:...en la cara interna de la calota craneana, se pueden constatar los trozos de fractura: Uno que se extiende desde el occipital lado derecho, hacia delante, interesando el USO OFICIAL parietal del mismo lado hasta llegar al frontal, en una longitud aproximada de quince centímetros. En hueso occipital se constata una fractura transversal de ocho centímetros de longitud. En la parte media del mismo hueso, se ve una línea de fractura de forma angular, cuya abertura mira hacia abajo, con ramas de cinco centímetros de longitud. Fs. 63 y vta. Acta de Defunción de Monseñor Enrique Angel Angelelli. Fs. 120/121 informe del Obispado de Neuquén. A Fs. 179 obra testimonial de Severino Miazzi: sacerdote que en el día del hecho se encontraba en la parroquia de Olta, quien declara que “Me hallaba en compañía del padre Sebastián Glassman, adonde habían sido enviados el día anterior por el Obispo ANGELELLI. Que en horas de la tarde del día mencionado, nos avisaron por teléfono desde la parroquia de Chamical de lo que acababa de ocurrir pidiéndonos que nos trasladáramos inmediatamente a Chamical para ver que hacíamos (…) desde que llego a la Rioja el Obispo Angelelli (1968), la iglesia riojana comenzó a ser perseguida…la persecución en los últimos meses de vida del Monseñor Angelelli, y especialmente a partir del golpe militar ocurrido en el mes de marzo de 1976, se hizo cruenta y Monseñor Angelelli tenia datos y papeles con nombres de sacerdotes y mojas que debían ser muertos. Que en una reunión que tuvimos en la parroquia de Chamical…Monseñor manifestó con una frase “La manos viene muy dura”, el que tenga miedo que se marche sin preocupaciones…También en la reunión mencionada el Obispo dijo que los próximos que les tocaba morir seria en un accidente. Por todo esto que vivíamos es que cuando ocurrió el accidente en seguida temimos por la vida de Arturo Pinto quien acompañaba al Obispo al momento del Accidente, a la pretensión de un grupo de militares, venidos de la ciudad de La Rioja, momentos después de lo ocurrido quienes se hicieron presentes en el hospital de Chamical, en donde se encontraba internado el cura 11 Arturo Pinto y a quien el dicente y el padre José Brans. Los militares pretendían llevárselo en avión o en ambulancia militar hasta Córdoba, argumentando que allá tendría una mejor atención, cosa a la que nosotros nos opusimos y solicitamos al Director del Hospital, y parece que era el Dr. Juan, que el se hiciera o tomatada la determinación que no se moviera el enfermo, para asegurarnos asi, que no le hicieran ningún daño. Que el padre Brans, el Director del Hospital y el grupito de militares mencionados al que no conocíamos se encerraron, en una habitación del Hospital para tomar alguna determinación, mientras yo cuidada al enfermo padre Arturo Pinto, que estaba totalmente inconciente. Que uno de los médicos que atendía al padre Pinto, dio orden de que nadie entrara al cuarto del enfermo pero un policía, vecino de Chamical, no se el nombre, pero si que vive camino al Santuario de la Virgen, se metió en el cuarto, se instalo al lado de la cama del padre y no se movió de ahí en toda la noche. Cada vez que el padre pinto volvió el si, el nombrado se le acercaba presuroso preguntándole ¿Qué auto venia detrás de ustedes, era un Peugeot, no era de color blanco, era uno o dos autos que los seguían?, esta pregunta se la hacia cada vez que el padre Pinto volvia en si. Que PINTO entre el lamento por el dolor que tenia, manifestaba “apúrese monseñor, ya nos alcanzan”, después decía que le parecía que era una Peugeot blanco, que los venia siguiendo desde Chamical” (…) También refiere el testigo que en la reunión en la que se encontraba el Obispo, realizada en Chamical, luego del homicidio de los Sacerdotes Longueville y Murias, manifestó: “Varios de ustedes que están aquí presentes, tienen que morir, y entre ellos estoy yo”, “…el Obispo dibujó un espiral un espiral aludiendo que el se encontraba en el centro y hasta señalo con una crucecita la supuesta ubicación en ese espiral de los dos Sacerdotes ametrallados…En cuanto a la información, supone que se hallaba en una carpeta que llevaba consigo y que había puesto durante el viaje debajo del asiento del vehiculo, y según supo posteriormente había aparecido dos días después en el escritorio del General Harguindeguy”. A fs. 207 se incorpora testimonial Aníbal Balbino Luna: Manifiesta el testigo que, atendiendo su negocio ubicado en la Localidad de Chamical, y que el día del accidente “provocado” del Monseñor Angelelli, llego al lugar del suceso como a los 30 o 40 minutos de sucedido el mismo y manifestó “..que luego de estar el dicente vio llegar militares en un numero de quince…”.Fs. 208 testimonial de Ramón Nicolás de la Fuente: Ex. policía de la Provincia de la Rioja, quien ratifica las diligencias practicadas en el sumario policial quien manifiesta que, “…conforme a las ordenes impartidas por el entonces Juez, Dr. Vigo…”, y asimismo señala, que fue trasladado hasta el lugar del hecho, desde su domicilio, “…en un móvil policial acompañado en el asiento trasero por el Capitán Maggi, del ejercito, el comisario Juan Carlos Romero de Inteligencia de la Policía y el medico de la policía, Dr. Enzo Herrera Páez…, llegado al lugar procedió a realizar las medidas previas e intructorias como también, inventario de los bienes que se trasladaba en el vehiculo…que cuando llega al lugar del hecho estaba oscuro…”.12 Poder Judicial de la Nación Fs. 209 testimonial de Jorge Nicolás Luna Moreyra: Ex. policía de la Provincia de la Rioja, quien ratifica las diligencias practicadas en el sumario policial, señalando que “…el comisario Juan Carlos Romero y el Capital Maggi, se remitían a mirar en el lugar del hecho y observar lo que se hacia …que las fotografías fueron sacadas en flash porque estaba oscureciendo…”.Fs. 230 testimonial Armando Amirati, Sacerdote, manifiesta que a la fecha del hecho estaba en Chamical, que ese día almorzó con el Obispo Angelelli, “…que recuerda que antes de partir, Monseñor había tomado unos mates con el declarante. Que el señor Obispo se sentó al volante del rodado que conducía en el hecho….que se entero como a las dos o dos y media de la tarde del suceso….que inmediatamente se traslada al lugar donde ya se encontraba personal policial y militar, a estos últimos los distinguió por el uniforme, que en principio al diciente no lo dejaron acercarse, pero luego se lo permitieron dando el auxilio religioso a Monseñor que ya estaba muerto…que sabe que Monseñor traía consigo una carpeta con anotaciones, como ser conclusiones de la reuniones parroquiales y otros hechos supuestos del suceso de los USO OFICIAL sacerdotes de Chamical, que Monseñor había expresado en forma circunstancial, que el circulo se estaba cerrando y que temía por su vida, que cree que era personal militar del ejercito el que estaba uniformado, que eran cinco o seis y que cuidaban que no se acercara gente al lugar del hecho…”.A fs. 459, Armando Amirati, Sacerdote, expuso: “…Que recuerda que la hermana Apellidada Panizzia Maria Luisa,…habría revisado las alcancías encontrando en una de ellas un mensaje adosado a aun billete del cual cree recordar decía que se cuidara por cuanto había otros sacerdotes en la lista. Que este mensaje fue encontrado en el lismonero de la Virgen del Valle…que en el lugar del accidente al concurrir el declarante le llamo la atención lo prolongado del derrape…que también le llamo la atención la posición del cuerpo de Monseñor el que estaba de cubito dorsal con los brazos en cruz, habiendo observado que tenia un golpe en la nuca…también llamo la atención al declarante la prolijidad de la vestimenta de Monseñor, no observando ninguna rotura en la ropa”.Fs. 237 testimonial de Mario Rubén Gorosito: De profesión - en la época de los hechos-, enfermero. El mismo refiriere: “…que estuvo de guardia el día del accidente en que perdió la vida Monseñor Angelelli, día 4 de agosto de 1976…que trabajo en horas de la noche. Que el padre Pinto estaba internado en la sala Nº 1 del Hospital, que cuenta con tres camas, ocupando el Sacerdote la ultima….En sus ingresos para atención de dicho Sacerdote, a la sala, escucho que este balbuceaba palabras como “un auto blanco”.A fs. 1456 amplía su declaración testimonial Mario Rubén Gorosito, quien ratifica las declaración prestadas en autos con anterioridad, expresando lo siguiente: “…que la cama en la que se ubicaba el sacerdote PINTO no era la más próxima a la ventana sino las mas próxima a la puerta de entrada a la sala. Respecto a las 13 expresiones del padre PINTO, lo único que se entendía es lo manifestado en la declaración ratificada, es decir “monseñor”, “como está monseñor”,”el auto blanco”, “los papeles”, “nos sigue un auto blanco”….Que permanentemente ingresaban a la sala policías y personal de la Base Celpa, no pudiendo afirmar el declarante si alguno de esos ingresos se dispuso para tomarle declaración al padre PINTO…”.Fs. 313/314 testimonial de Arturo Aído Pinto: “…desea dejar constancia que había un clima creado por hechos anteriores que tanto al diciente como a otros religiosos hacia temer por la vida del obispo Angelelli. Que había recibido amenazas anónimas contra su actividad antes del día 03 de agosto de 1976. Que ello motivo la reunión del día 3 de agosto. Que además el hecho que costara la vida de Monseñor Angelelli esta relacionado con la muerte del cura párroco de Chamical Gabriel Longeville y su ayudante Carlos de Dios Murias ocurrida el día 18 de julio del mismo año….A fs. 542 amplía declaración testimonial Arturo Aído Pinto, acompañante de Monseñor Angelelli, y victima de las lesiones sufridas a su persona, manifestó: “…que a propósito de la muerte de los Sacerdotes Gabriel y Carlos fue nombrado provisoriamente para cubrir el cargo en Chamical, mientras durara el novenario que fue acompañado con Monseñor Angelelli. Que durante ese novenario Monseñor Angelelli en Chamical se dedico a reunir material a cerca de la muerte de los Sacerdotes, circunstancias por la cual entrevisto a numerosas personas y adjuntando en una carpeta todo el material. Que el día tres de agosto de mil novecientos setenta y seis tuvieron una reunión con ANGELELLI, los colaboradores mas inmediato entre otro el declarante y en esa reunión le manifestaron el temor por su vida, contestando Monseñor Angelelli, que lo que querían era su persona y sacarlo del medio, aconsejándolos a Monseñor de que saliera a Perú a un Congreso al que habían sido invitados, contestando que nó, porque un Pastor no abandona sus ovejas y en esa ocasión les dibujo un circulo en el cual su centro era el, o sea Monseñor Angelelli, en forma de espiral y que se iba cerrando hasta que su ultima vuelta era el, haciendo notar que en ese circulo se encontraba los dos sacerdotes de Chamical, el Laico de Sañogasta y el se ubicaba en el centro del circulo como el ultimo que buscaban…Que el día cuatro de agosto de mil novecientos setenta y seis, lo llamo al declarante al cual le dijo que lo debía acompañar a esta Ciudad desde Chamical, encargándole que el declarante se ocupara de controlarle el vehiculo….”. Quiere hacer notar, que llevaban una carpeta con material de su actividad de Vicario y había otra carpeta de Monseñor ANGELELLI, con material de lo recogido en Chamical, habiéndose puesto las carpetas detrás del asiento de la camioneta, en un momento dado un vehiculo se acercaba a gran velocidad y se apareo a la camioneta. Que cuando se aparea el otro rodado, en maniobra brusca le cierra el paso y ahí recuerda una explosión. Que el vehiculo al lado les hizo una maniobra como una encerrona que se trataba de un automóvil del tipo peugeot color claro …y que no recuerda mas nada…que de cualquier manera piensa que la maniobra de quien conducía ese automóvil peugeot, fue 14 Poder Judicial de la Nación intencionada y ello lo dice en razón de las características del lugar donde ocurrió, en La Rioja, todavía tenemos la suerte de tener rutas libres…”.Fs. 1009, testimonial de Arturo Aído Pinto, quien ratificó la declaración testimonial de fs. 313 y fs. 542. Pinto, quien fuera víctima del accidente y que le costara la vida a Monseñor Angelelli, expuso: “…que en un momento de su viaje, el vehiculo descripto los alcanzó conduciéndose a más velocidad de la que llevaba el vehiculo en que iba con Monseñor Angelelli, llegando aquel sorpresivamente, y los adelantó cruzándoseles y obstaculizándoles seguir la marcha con una maniobra brusca, no pudiendo precisar si Monseñor Angelelli efectuó alguna maniobra hacia la derecha, o si le vehiculo en que se conducían se desvió hacia la banquina, porque desde el momento de la maniobra referida ya no recuerda nada. Que la explosión a que hizo referente en sus declaraciones anteriores escuchada al momento del hecho, lo asoció mucho tiempo como un golpe seco, un reventón, identificándolo con un estampido, expresando que auditivamente no lo asocia con un reventón de goma…”. A fs. 3802, con fecha 03/08/2006, en nuevo testimonio, USO OFICIAL Arturo A. Pinto expresa que “en esa época estaba cumpliendo funciones en la ciudad de Aimogasta, aparte de ello era Vicario de la Zona. Norte, con asiento en Aimogasta. Como era frecuente, con la aplicación de directivas del Concilio Vaticano II la diócesis estaba organizada con cuatro vicarios (Aimogasta, Chilecito, Chepes y La Rioja). El lunes siguiente al 18 de julio de 1976 tenían que encontrarse con el obispo y religiosos en la Casa de la Cultura. Más tarde llegaron las monjas de Chamical y todos se preguntaban porqué no llegaban los sacerdotes Longeville y Murias. En determinados momentos llegó a la reunión Monseñor Angelelli manifestando traer muy malas noticias diciendo que los habían encontrado muertos a Carlos y Gabriel. Los habían encontrado, muertos atrás de las vías los empleados del Ferrocarril. Pasado el momento comenzaron a pensar qué hacer, quién iría a Chamical y entre todos se decidió que fuera el padre Amirati y el declarante se ofreció para acompañarlo a identificar los cuerpos y luego acompañar a la comunidad. Se ofreció, además, por conocer a la comunidad de Chamical y se sintió con las ganas de ir, lo que fue aceptado por los participantes. Se fue entonces adelante con el padre Amirati y luego los siguió el Obispo. Fueron adelantados, habían identificado los cuerpos, prepararon el velatorio y celebraciones póstumas que se iban a hacer. Cuando el Obispo llegó comenzó a encabezar personalmente las celebraciones diarias en la localidad de Chamical. Estaban todos viviendo en 1a casa parroquial. El obispo había tomado una habitación para él y les dijo que era su voluntad documentar todo acerca de la muerte de los curas. El iba a hacer una investigación personal, recabando testimonios, averiguando la verdad, para él presentarlo personalmente al Vaticano. Durante esos días, aparte de las celebraciones, él se tomaba tiempo para ir documentando lo que la gente le podía contar. Así pasó el novenario de las personas fallecidas. Era una reunión de Angelelli con las personas en forma reservada. El día 3 de agosto se reunieron en la casa parroquial, resolviendo cuestiones parroquiales, y estaban todos preocupados acerca de la vida del 15 Obispo, ya que constaban amenazas telefónicas, había seguimiento de las escuchas de los sermones de los padres, publicaciones en contra de ellos y del Obispo. También el padre Cacho Gervasio Meca ya había sido detenido. También recordaban que el 13 de junio de 1973 el Obispo había sido expulsado de la fiesta patronal de San Antonio en la localidad de Anillaco.(…) Según relatos ese día cuando el obispo llega con el padre Enri Praolini a la fiesta, ya estaban instalados unos parlantes donde los que se autodenominaban Cruzada de la Fe, estaban propalando consignas contrarias del Obispo y la pastoral diocesana, los sacerdotes y las monjas azules de Aimogasta. Como no había motivo para que no, el Obispo llega a la casa parroquial con sus acompañantes donde estaba el padre Virgilio Ferreyra, párroco de Anillaco. Una vez adentro escuchaban lo que afuera pasaba, habiendo más gente en el lugar que estaba ya preparada para la patronal. Cuando el Obispo pretende participar, ellos le dicen que él era persona no grata y que debía retirarse de la ciudad. Entre los Cruzados de la Fe se encontraban Amado y César Menem, un señor de apellido De La Fuente, probablemente un señor de apellido Contreras y un señor de apellido Ibáñez. Ese día, por relatos, sabe que cuando se vio que no se podía hacer la celebración, la gente logró que el padre Virgilio hiciera un pequeño acto celebratorio. El padre Praolini le dijo al Obispo que se fueran y en el trayecto a la camioneta le tiraron arena por la espalda, insultándolo de que eran comunistas y que eran personas no gratas. Entonces el Obispo le aplicó la sanción de “Entredicho” a los feligreses, 13 personas cuyos datos obran en los registro del Obispado. En esa reunión de los sacerdotes le insistieron al Obispo de que tomara distancia ya que se daban cuenta de que era muy hostigado, entre otros, a través de la prensa Diario El Sol (dirigido por A1varez Saavedra). (…) pensaban que las detenciones y amenazas eran operadas por la fuerza conjunta. de las Fuerzas Armadas, Aeronáutica, y Policía de la provincia y otras personas no identificadas. Además, ya había laicos detenidos y en los controles policiales en la ruta los padres eran revisados minuciosamente por policía de la provincia. Recuerda que los curas Longeville y Murias fueron retirados por personas vestidos de civil no identificados que decían pertenecer a la Policía, así se presentaron, en un vehículo tampoco identificado; … Para reafirmar su decisión de no retirarse ni tomar distancia ante los problemas, el Obispo dijo que el “que se quiera ir que se vaya”; él para graficar eso dijo “Realmente la cosa está fea”, pero ninguno se retiró, aunque después posibilitó Angelelli que el padre Ruiz de Olta, los laicos del Movimiento Rural Carlos y Rafael se fueran. El dibujó el día anterior a su muerte en un papel un circulo en forma de espiral, significando en eso las ejecuciones de los sacerdotes, de Pedernera y “ahora me toca a mí”. Le insistían entre todos que ya que sabe tal cosa, porqué no toma distancia. Angelelli les dijo “El Pastor no abandona a sus ovejas”. También, entre las cosas que se habló, se determinó, que a iba a regresar a La Rioja y que el declarante regresara a Aimogasta; entonces lo lógico era que lo acompañe en la ruta. Ese día 4 de agosto a la mañana Angelelli le encargó y el declarante se fue a preparar el vehículo, que estaba en buen estado. Fue a una estación de servicio, cargó combustible, aire en las ruedas, control de 16 Poder Judicial de la Nación aceite y agua. Sabía que el vehículo estaba en buen estado ya que en esos días había venido a La Rioja manejando el declarante (para ver que pasaba con el padre Gervasio Meca) y volvió con normalidad a la ciudad Chamical. Una vez que preparó el vehículo, almorzaron en la casa del fondo de las monjas, todos juntos. Así, tipo dos y algo de la tarde salieron de viaje, manejando Monseñor Angelelli todo el tiempo hasta el momento del accidente. No salieron por la calle asfaltada sino por la antigua ruta de tierra que todavía está hoy en Chamical, hasta retomar la ruta. Viajaron sin mucho tránsito a una velocidad normal, calcula que a 100 o ciento y algo kilómetros. Cuando llegaron a Punta de los Llanos la ruta da una gran curva y luego de superar el pueblo hay unas ondonadas, después viene la recta larga. Cuando tomaron la recta venían hablando de las cosas pasadas esos días, entre ello la visita de unos religiosos de otros lados que habitualmente venían, él venía comentando que era bueno para las monjas que salieran de la gran ciudad. Cuando comenzaron a tomar la recta, el declarante que venía perfilado hacia el obispo ve que un vehículo de color claro se les aparea y de pronto les obstruye el paso, los encierra. El declarante lo identificó esos de tipo Peugeot con unas puntitas, que cuando los USO OFICIAL alcanza, les cierra el paso”; no recordando cuantas personas venían, pero si “recuerda el declarante entonces un ruido seco; como un balazo o estampida, allí no recuerda nada más. Es lo último que recuerda, hasta el momento en que sale del Hospital de Chamical, momento en que lo llevan a Córdoba, identificando a personas como una enfermera” (…) “lo llevaron al Sanatorio Allende donde fue atendido por fractura de cóndido de mandíbula, por lo que le pusieron una prótesis dentaria. De allí se fue a una casona de Jesús María, de propiedad de su hermano (empleado de Gendarmería Nacional), hasta que le dieron de alta definitiva. Estando en esa casa recién se enteró, por boca del fraile Antonio Pueijané, que el Obispo había fallecido …Volvió a Aimogasta para las patronales y el año siguiente lo designaron párroco de San Blas de los Sauces. Al cumplirse el primer aniversario del fallecimiento del Obispo pidió dispensa por un año, al cumplirse el año pidió retirarse del Ministerio. Luego se fue al sur, después a Buenos Aires, y después a Formosa”. Interrogado sobre si el siniestro se debió a un atentado o un accidente, dijo: “por deducción y correlato de las cuestiones más fuertes (asesinato de los curas y Wenceslao) el accidente fue provocado, por ello considera que el Obispo fue un mártir. Martir como consecuencia de su fuerte prédica, su fidelidad a las resoluciones del Concilio Vaticano II, su clara opción por los más pobres y desprotegidos, y que esto considera que lo llevó a arriesgar su propia vida y que la donó, él sabía y lo dijo “Ahora me toca a mí”. Estaba sabiendo que corría peligro su vida y ellos también la de las suyas propias. Por ello, los sacerdotes delegaron a alguno que fuera a Santa Fe para advertirle a monseñor Saspe en Santa Fe que el Obispo corría peligro y él les dijo que no podía hacer nada”. Estima el testigo que el atentado está vinculado con las muertes de Wenceslao Pedemera y Longeville y Murias, ya que “por dichos del mismo obispo al dibujar el espiral y según él comento que era algo planificado y que se salvaron las monjas. La presión significaba tocarlo en lo que más le duela: un laico: los sacerdotes y también las monjas, de modo 17 particular las azules que vivían en Aimogasta. Durante ese tiempo los sacerdotes dormían en lugares distintos. Recuerda como anécdota que un día las fuerzas conjuntas (Ejército, Policía Riojana y Aeronáutica) allanaron el domicilio de una colaboradora la señora Yaya -estado en el lugar la mamá de Sigampa, doña Rosa- cuando llegaron las fuerza esta señora se escondió y le tiraron un montón de cosas encima. Cree que lo que pasó en la diócesis, a raíz del trabajó del obispo, logró crear lazos de amistad, de cordialidad humana entre sacerdotes y hermanas. El tenía la calidad humana de recibirlos en su casa en La Rioja y atenderlos en su casa”. Respecto de los datos que recopiló Angelelli en Chamical, señala que: “los llevaba en un portafolios negro, pesado. También llevaba el declarante sus propias notas. Toda esta documentación desapareció. Después le devolvieron al declarante sus pertenencias, pero no sus apuntes, y tampoco le consta que el portafolios negro del Obispo haya aparecido”. Expresó que nunca recibió presiones o amenazas, pero que “sí le consta que le hacían dar cuenta de que lo tenían controlado. Una sola muestra de ello es que es propietario de un departamento en Bs. As., cuando suena el teléfono alguien (una voz femenina) le dice “que suerte Ud está bien, porque estábamos muy preocupados, nos habían dado la versión de que Ud. había fallecido en un accidente en La Rioja”. Los vecinos le dijeron al declarante que personas de civil muy bien vestidos lo buscaban. Así también; cuando trabajó en la fábrica siempre a través del teléfono le hacían llamadas anónimas, ya que nunca estuvo en la clandestinidad”. A la pregunta de si dentro de la misma Iglesia había Sacerdotes que por interés no querían que Angelelli estuviera en la Diócesis, relató que: “que sí había un sector. Aparentemente no había coincidencia entre Angelelli con el padre Goyochea, el padre De La Vega, el padre Julio Ferreyra, con Pelanda López (Capellán del Ejército) y, aunque muy manejado por los Cruzados de la Fe, el padre Virgilio Ferreyra, consideró el declarante que no debía tener relación con quienes hablaban muy mal del Obispo (…)La muerte de Angelelli vino a cerrar su diócesis pastoral, todo su accionar que termina con la donación de su propia vida, una vida testimonial como la de Monseñor Angelelli, su palabra fuerte, clarísima y dura contra los privilegiados de la época debía tener su consecuencia, para denunciar con lo que no coincidía con la prédica de la Iglesia. Ya desde su formación en el Cristo Obrero en Córdoba, era así”. A fs. 4034, con fecha 22/03/2007, Arturo A. Pinto declarando por ante el Ministerio Público Fiscal, y preguntado respecto de si recuerda si quien manejaba, atento a que el Dr. (Enzo) Herrera Páez manifiesta que la puerta derecha estaba abierta y también atento a lo manifestado por Nacuzzi, y se deduce que según la posición de la camioneta habría manejado el señor Pinto, el testigo dijo: “Sostengo que manejaba al obispo, y yo vi una foto en la que se ve mi zapato, con lo cual, o anduve por fuera o mis zapatos se volaron, y hubo cosas desprolijas, yo quede inconsciente varias horas después, no recuerdo eso, yo mantengo que manejaba el obispo y el zapato que se ve e esa foto es mío”. En cuanto a sus recuerdos en relación con el auto blanco, manifestó que: “Venía conversando de constado, mirando la ruta, veo alguien en forma normal y no 18 Poder Judicial de la Nación pensaba que nos podía perseguir, era claro, pequeño y mediano, nos empezaba a alcanzar, mediano de color claro como un Peugeot, viejo, con aletas, nos sobre pasa y nos encerró, tengo en la memoria que hubo una estampida como un golpe seco”, no pudiendo decir si provenía de una cubierta, para señalar que conoce de marcas de autos “puedo decir el tipo pero no puedo precisar bien es lo que mantengo yo y es lo que visualizo”; no pudiendo precisar cuantas personas iban en el auto, no advirtiendo nada en el parabrisas antes de desvanecerse “me parece que el impacto fue grande, si es que vi perdí la memoria por mi fractura sufrida en el impacto, eso refuerza mi teoría de que yo no manejaba por la magnitud del golpe, y si yo me golpeo es por que me quedo suelto, me acuerdo todo lo anterior a ese momento”; que lo último que recuerda es “el estallido, pero no se acuerda si salió de la ruta y todo sucedió empezando la bajada larga antes de Patquia, hasta ahí me acuerdo”.-Respecto de los elementos que llevaba el Obispo en un portafolio, Pinto dijo: “que tenía las entrevistas personales hechas en Chamical en relación al los curitas de Chamical, y (las entrevistas) consistían en tomar nota en apuntes, por que se publicó notas personales de él, tenía como forma propia medio poeta, medio escritor y anotaba lo valioso USO OFICIAL que le sugería la gente para hacer un memoria detallada, y hacía un memorial de toda la pastoral para que el Papa supiera todo lo que estaba pasando con los curas, laicos, monjas y la pastoral, era un relato pormenorizado eclesial; “la pastoral diocesana tenía trabajo de corresponsabilidad y los encuentros de pastoral tocaban los mismos puntos en distintas zonas, por eso vale el trabajo de Chilecito, como el de Chamical, la pastoral unifico el tema de tierras tanto norte y sur”, y no tiene conocimiento de que Longueville y Murias crearon resistencia en el tema de las tierras, en cuanto a la gente de “de Guandacol le dijeron que no salgan de la tierra por que los (Brizuela y) Doria los quieren sacar y estaba dentro de la política del obispo”. Respecto de si sabía que se quería despojar a la gente de las tierras de Chamical, dijo que “conocía que en Chamical querían sacar de las tierras y era grave el conflicto”. En relación a los nombre de las personas entrevistadas por el Obispo no los puede dar, porque “él era muy reservado, además por el momento duro de la época debió haber sido guardado del secreto confesional, no declaraban sino que daban confidencias reservadas. Además había temor de que al obispo le pasara algo”. Que las amenazas que recibía Angelelli eran “telefónicas, publicas, por el Diario El Sol, y Menéndez le dijo que se cuidara”, que quien amenazaba por diario El Sol era “Alvarez Saavedra, por ser el director”, y que cree Menéndez se lo dijo en forma amenazante, y que la reunión fue en Córdoba, creyendo que fue solo, sin saber si estuvo el Cardenal Primatesta.A fs. 4382, con fecha 02/07/2009, en declaración testimonial receptada por el Ministerio Público Fiscal, el testigo Arturo Aído Pinto, preguntado porque niega que la muerte de Monseñor Angelelli fue accidental (habiéndosele exhibido la publicación efectuada por el diario Nueva Rioja de fecha 03 de Junio de este año, obrante a pagina 22 del mismo periódico, titulada “Arturo Pinto reitero que Angelelli fue Asesinado”), el testigo dijo: “Yo afirme siempre que por los indicios y entorno que el día 4 19 de Agosto me hace presumir que fue provocado, que se dieron todas las condiciones pero no me consta, yo acompañaba al obispo que estando de acompañante de él me dio la impresión que un vehículo nos alcanza y nosotros no nos percatamos, no me consta que hubo una persecución y en un momento este vehículo nos alcanzó y nos cerró el paso, a partir de ese momento recuerdo como un gran golpe una gran estampida, como un reventón y después de eso no recuerda más”, sostiene que Monseñor Angelelli esperaba su muerte, “Porque el día que tuvimos una reunión de los que estuvimos en Chamical en sepelio de los curas Gabriel y Carlos en donde nosotros le insistimos que su vida corría peligro y nosotros le dijimos expresamente que considerara la posibilidad de tomar distancia e irse de esta ciudad ante invitaciones que tenía expresamente a Perú, a ir de visita, y el negó esa pasibilidad, el dibujo un circulo y lo fue cerrando marcando a en él a las personas que habían muerto como Pedernera y él dijo ahora me toca a mi, todos sabíamos que la situación era difícil por que teníamos amenazas y requisas parroquiales y el Padre Gervasio Mecca estuvo detenido en la comisaría de Vargas”. Seguidamente, reitera el relato de los hechos expresando: “Terminado el novenario, almorzamos todos juntos en casa de las monjas, y después de un rato él me había pedido que me encargara de la camioneta, y que lo acompañe porque yo debía ir a Aimogasta y aprovechamos el viaje, después de almorzar pasando un rato salimos de Chamical y él manejaba, yo presumo tipo dos de la tarde y salimos. Viajamos tranquilos, normal sin apuro, la camioneta estaba en buenas condiciones porque yo había ido a La Rioja a ver a Mecca y él consistió que se presente el padre cacho y yo use la camioneta ida y vuelta por lo que sé que estaba bien, a llegar a Punta de los Llanos al tomar la recta que va a Patquía, sin percatarnos de que alguien nos persigue, hablando de temas de las diócesis a lo que él me decía cosas al respecto, en eso vi un vehiculo que nos alcanzaba y yo intuyo imprevistamente que nos encierra, como se nos cruza a delante, yo vi, acto seguido se produce como una estampida impacto o reventón muy fuerte”; preguntado a qué velocidad iban, respondió que: “Nunca lo vi (a Angelelli) andar fuerte, normalmente 90 o 100 km/h, creo que era un hombre de campo y siempre decía cuál era el apuro y saludaba a medio mundo”, no recordando si alguien los vio en el transcurso del viaje “tampoco encontramos muchos vehículos, estaba muy despejada la ruta”. Preguntado el testigo Pinto si sabe de enfrentamientos por el antagonismo con las autoridades de facto, relata que “con el Comodoro Aguirre en un acto público en colegio público en donde se produjo un altercado, y el Comodoro se retiró de ese lugar”. Señal Pinto que se decide que debía acompañara a Angelelli “el día anterior, en reunión y creo” y se decide salir por la ruta vieja “en el momento del viaje”; señalando que “No me di cuenta que nos seguían, me doy cuenta que nos alcanza y nos encierra”. Que el motivo para salir por otro camino, lo supone que es “por la presencia del CELPA, lo sospechábamos mutuamente por la enemistad manifiesta”. Interrogado por el tipo de ruido que sintió cuando el auto los encierra, dijo que: “Descarto un reventón, pero no me consta, pero es un ruido que provoca daño, como un impacto muy duro porque luego a mí me quedo como un susto, 20 Poder Judicial de la Nación como un golpe seco o duro”, no pudiendo precisar si lo sintió en el vehículo “y no puedo recordar si eso fue la causante de la inestabilidad, no recuerdo más”. Preguntado por la patrocinante del Obispado por si realizó algún tratamiento o algo así para intentar recordar algo para esta causa; Pinto, respondió que “no, solo cuando estuve internado, no tuve estudios neurológicos porque no tuve trastorno alguno pero los debo tener y solo consulte pequeñas cosas y nunca hice tratamiento especifico, soy el único sobreviviente y sé que soy un testigo importante pero no puedo decir lo que no me acuerdo por más que me estrujen”.- A las preguntas del patrocinante de la ONG Tiempo Latinoamericano, sobre si la muerte de los sacerdotes (Longueville y Murias) y Pedernera estarían relacionas, y esa relación tiene es con la ideología o existían otros intereses en relación a tierras, manifestó que “la pastoral de Angelelli dio una medidas como obispo, venía adoctrinado con precisas instrucciones que una de las grandes diputas que hubo fue el tema de las tierras como CODETRAL-Aminga, y los muchachos del trabajo rural, las monjas de Aminga que le pusieron una bomba, fue una disputa la tenencia de las tierras, por eso fue atacado Wenceslao Pedernera, todo lo que tiene que ver con tema tierra como latifundios, fueron USO OFICIAL ataques directos a tocar puntos muy secables en Chamical”; expone que los curas de Chamical estaban trabajando en la temas de las tierras “en Olta, las mineras, los curas tenían mala relación con el CELPA, y el CELPA a mí me impuso un modo de dar la catequesis y como no acepte duré muy poquito por seguir los lineamientos de Angelelli, los curas habían adoptado la línea para trabajar en ese sentido, y casualmente no eran riojanos y (uno) no era argentino” A fs. 4730, con fecha 19/08/2010, citado el testigo Arturo A. Pinto a declaración testimonial, expresa que: “Ratifico las declaraciones anteriores, en relación al 4 de agosto estábamos en la parroquia en chamical para hacernos cargo de la parroquia por la muerte de Gabriel y Carlos, el 3 de agosto no reunimos las personas más cercanas a el, donde le manifestamos la preocupación por su vida. El como repuesta, dijo que sabía perfectamente del peligro que corría y más le preocupaba los curas y las monjas. Para graficar lo que sentí en ese momento hizo un circulo donde grafico lo que se iba sucediendo y nosotros le dijimos que salga del medio y dijo que no, un pastor no abandona la ovejas. Eso fue un 3 de agosto de 1976. El día 4 de agosto, personalmente hice los controles de la camioneta, y luego de almorzar tipo 14 hs. salimos con destino a La Rioja. Salimos por la ruta vieja para no evidenciar nuestro viajé. Salimos tranquilos, no fuerte 90 o 100 km/h, no había mucho transito, conversando tranquilamente, de acompañante medio de costado hacía Monseñor. Pasando Punta de los Llanos, no vi que venía alguien siguiéndonos, pero apareció alguien al lado y haciendo una maniobra brusca, sentí un golpe y no recuerdo. Puedo decir que el auto era mediano, color claro, como si fuera un Peugeot con puntas atrás, viejo. Perdí la memoria, e incluso me enteré que Monseñor había muerto luego de salir del Sanatorio. Luego de todo estuve en la casa de mi hermano y tipo diciembre cerca de la fiesta, me sentí con ganas de volver y le pedí el juez que me haga una entrevista para que me ampare por si me cita, entonces me dieron un certificado 21 de tratamiento prolongado. Estando en Aimogasta vino un hombre a la casa y el me hizo salir afuera y me dijo que el llego en el momento del hecho y dijo que lo le manifesté que al Monseñor lo habían matado, eso fue en el mismo año, diciembre de 1976, el hombre trabajaba en Chincota”. Que en relación a su declaración del 05 de agosto de 1976 (fs. 19) manifestó que “no recuerdo nada, los médicos ni nada, si recuerdo cuando me trasladan a Córdoba. No puedo, no la identifico, no recuerdo haberla dicho, si la hubo a mi no me consta, no me acuerdo, yo no firmé”. En relación a la declaración testimonial efectuada en la Fiscalía Federal (22 de marzo de 2007) fs. 4034, y al párrafo que dice “me hace presumir que lo mataron pero no me consta”, al requerírsele más precisiones, dijo “si, lo que no hubo persecución eso, es decir que no afirmo eso; si afirmo es que viajando puedo decir que en forma provocativa, intención, nos cierra el paso. Por eso yo digo que presumo, deduzco. Es una provocación, algo sorpresivo, creo yo que es provocado”. A la pregunta en cuanto a quien cree que pudo haber mandado un vehículo, dice: “Yo supongo que todo tiene que ver con lo que se vivía en la época, ya con la muerte de Gabriel y Carlos, W. Pedernera. Entonces, decir quien mando, no lo se. Yo supongo que son todos aquellos que se había propuesto ir en contra de la diocesana, habrán sido los del Tercer Cuerpo, suponga que para arriba y para abajo en el mando”. Fs. 337/386 Presentación de Monseñor Bernardo Witte (obispo de la Rioja) presenta informe y entrega fotocopia de la carpeta que sería fotocopia fiel de la que llevaba Angelelli el día del hecho crónica de hechos y recortes de diarios, etc.A fs. 398 presta declaración testimonial Carlos Julio Guzmán, sacerdote católico, el que refiere: “....que la noche anterior o sea tres de agosto de mil novecientos setenta y seis, el declarante se encontraba reunido con los Vicarios Zonales, Sacerdotes Amirati, Pinto y Canabel y el Vicario General Inestal juntamente con el Obispo Angelelli, manifestando este ultimo que seria como centro de la persecución por cuanto ya habían muerto dos sacerdotes en Chamical y un laico en Sañogasta y que estaba amenazado….Fs. 399 testimonial de Gervasio Mecca; sacerdote católico, el cual en las época de lo hechos el declarante se encontraba detenido, alojado en la cárcel de esta Ciudad en el pabellón de presos políticos y delincuentes peligrosos a disposición del Tercer Cuerpo del Ejercito, el cual declara: “…que en la parroquia de Chilecito se encontró con el Padre Arturo Pinto, expresándole que Arturo sigue insistiendo que venían conversando animadamente con Monseñor ANGELELLI, y que un auto blanco los seguía y los acorralaba, no pudiendo precisar en la narración que comenta si se hacia referencia a otro auto que iría adelante o detrás, pero si que los topaba el primero. Que después se sintió un ruido fuerte o un estampido e inmediatamente ocurre el accidente…”. A fs.417/419, 1394, 3273-74, en su declaración testimonial Esteban José Inestal, expuso: “… puede manifestar de la constante amenazas de que era victima Monseñor Agelelli. Que dado la situación de la Iglesia a esa época la persecución 22 Poder Judicial de la Nación en especial a la persona del señor Obispo se hizo en forma directa para lo cual y en principio de confirmación de ello se remite a las publicaciones de la prensa local de nuestra ciudad al Diario el Sol…., allí se demuestra palmariamente la injuria en forma permanente en que era atacado Monseñor…. Otro hecho relevante es la circunstancia de que al concurrir los feligreses a la Iglesia Catedral al velatorio de Monseñor, mas precisamente a esperar el cadáver que todavía no había arribado a la iglesia, encontrándose el declarante en su interior fue advertido de un oficial de la policía estaba haciendo desalojar el atrio, por lo que de inmediato se apersono y le solicito a dicho oficial que se retirar y desistiera de sus propósitos por cuanto el declarante y a cargo de la diócesis por la fusión que revestía era el único dueño del atrio hacia adentro…, haciendo notar este oficial de que cumplía ordenas de la superioridad. Que ese funcionario desitio de sus propósitos lo que al día siguiente el testigo entrevisto al Coronel Pérez Bataglia comentándole este episodio respondiéndole aquel de que la orden había sido impartida por seguridad dado que habían llegado versiones de que se colocaría una bomba en la iglesia o sus inmediaciones al arribo del cuerpo de Monseñor….-.USO OFICIAL Fs. 420 testimonial de Francisco Solano Díaz, donde señala que “…yo y el padre Guzmán fuimos designados por el Obispado en ese entonces a cargo del Padre Inestal, a los efectos de trasladarse al lugar del hecho y posteriormente traer los restos de Monseñor…Que entre la documentación que el declarante estaba instruido en trasladar, era una carpeta que por lo general Monseñor trasladaba a un costado del asiento o debajo del asiento, sin que conociera el dicente de que tuviera ese rodado un compartimiento especial para trasportar esa documentación. De que en dicha carpeta tendría que haber estado una correspondencia dirigida al Presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Primatesta en ese momento, otra al señor Nuncio Apostólico, otra al General Menéndez y posiblemente una a su santidad Pablo VI….”.A fs.434 obra testimonial de Juan Aurelio Ortiz, quien a la fecha de los hechos de encontraba trabajando como secretario del Obispado. Su testimonio, expresa “…dada la función permaneció en esta Ciudad es decir no concurrió al lugar del supuesto accidente, que su permanencia amen de ser Secretario del Obispado, se debió a que diariamente se hacia una evaluación de la situación de la Iglesia mas precisamente de la diócesis Riojana, por la persecución de que estaba siendo objeto y de esa evaluación se determino la conducta a seguir por cada sacerdote….- …dada la frecuencia de trato con Monseñor Angelelli, este había efectuado una evaluación de la situación de la Diócesis, mas cuando días antes había sucedido el asesinato de los Sacerdotes de Chamical..diagramo un tipo de espiral significando que el circulo de todos los hechos que se venían sucediendo se estaba cerrando y gráficamente el colocado en el centro, seria la victima. Que consecuencia de ello…faculto al declarante para que entrevistara a Monseñor Primatesta Arzobispo de Córdoba en ese entonces, Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, para lo cual le proveyó de documentación confidencial que ilustraba la persecución narrada. Que constituido en Córdoba y acompañado entonces por el padre 23 Praolini, no logran entrevistarse con Monseñor Primatesta por cuanto este se encontraba en San Rabel, Provincia de Mendoza…”. “Recuerda que el padre Amirati en la noche del velatorio de Monseñor había recibido una llamada telefónica donde se le pedía de que ubicado en un confesionario, concurriría la persona que llamo y que le pasaría un dato del fallecimiento de Monseñor. Que concurre este Sacerdote y no la persona del llamado telefónico, para posteriormente volver al mismo procedimiento donde se le explicaba de que no había concurrido por cuanto estaba controlado por la policía, pero que en una alcancía del templo iba a dejar un papel con la información. Que recuperada el dinero de la alcancía no encontraron nada, pero al efectuar el recuento del dinero en una billetera (billete) observa un papel adherido con un alfiler y donde se decía de que Monseñor Angelelli en Chamical es decir antes del suceso, había sido advertido de que iba a ser asesinado, que ese papel lo encontró la hermana Maria Luisa Panizza, perteneciente a las hermanas Antonianas que viven en Cochangasta. Que el Padre Juan Carlos Gorosito, actualmente residente en la Ciudad de Córdoba, manifestó que habría tenido conocimiento de una reunión celebrada entre altos jefes militares donde se habría decidido el asesinato de Monseñor Angelelli…”. “…También puede agregar que de que en el Gobierno del Gral. Lanuse se prohibió la irradiación de la misa dominical por la emisora local, aduciendo de que era orden de la superioridad la que se pone nuevamente en movimiento es decir la irradiación de la misa en el Gobierno de Carlos Menem, para posteriormente y ya en el golpe militar del 76 fue suspendida definitivamente por orden de la superioridad, lo que no pudo averiguarse no obstante las gestiones de Monseñor Angelelli cual era la superioridad la que había ordenado la suspensión. Agrega también que cuando fue la misma de entierro de Monseñor Angelelli el declarante solicito al “Gringo”, Vargas Molina, que le grabara la ceremonia, lo que así hizo, pero cuando el dicente fue a pedírsela, este le manifestó que había sido secuestrada por el Batallón…”. A fs. 3806, amplía su testimonio Juan Aurelio Ortíz, quien expresa que: “que el día 4 de agosto de 1976 no se encontró ni fue al lugar del accidente. La razón es que en el reparto de roles del Obispado, cuando fallecen los sacerdotes de Chamical, el declarante le tocaba permanecer en el Obispado cono autoridad, por ser el Secretario del Obispado. Por ejemplo era el único autorizado para responder determinadas llamadas telefónicas. Cuando se produce el accidente de Punta de los Llanos ya tenían armado el esquema de cómo se iban a mover. Por eso le toco la responsabilidad de cruzar a Casa de Gobierno y oficialmente informar al Ministro de Gobierno Luis García el fallecimiento del Obispo, pidiéndole le facilite la red presidencial para comunicar oficialmente desde el Obispado a Nunciatura y el Episcopado. Por esa razón no fue el deponente al lugar del accidente. Mientras esperaban que la Justicia entregara el cuerpo de Angelelli sucedieron varias cosas: una, el Juez Vigo manda dos policías a hacer una inspección ocular de los aposentos de Angelelli, sabiendo en que medios se estaban manejando el declarante y el Vicario General Esteban Inestal habían tomado la decisión de clausurar el despacho privado y el dormitorio de Angelelli. Cuando 24 Poder Judicial de la Nación va la comisión le hicieron ver una faja de clausura que habían dispuesto y el declarante les manifestó que debía clausurar las dependencias y entregar las llaves a quién la Nunciatura le indicara. Al rato volvieron insistiendo que el Juez pide que los policías entraran: a la habitación, sin exhibir una orden escrita, manifestándoles que ello no podía ser. Muchos días después el Juez insistió en su propósito mandando nuevamente la policía de la provincia sin orden. Uno de estos policías lo recuerda como “El Negro” Bazán de Chamical. Habiéndole aclarado en su despacho el Juez, que si bien para ellos el fallecido era el Obispo, para él como Juez era un ciudadano y el debía rendir cuenta a sus familiares y herederos. Con la anuencia de Monseñor Rubiolo, el Obispo enviado para atender la diócesis hasta el nombramiento del nuevo Obispo, él declarante juntó las pertenencias de Angellelli y las entregó a estos dos policías quienes se presentaron con un Escribiente quienes redactaron un acta de lo entregado. Nunca ingresaron a sus aposentos. El hermano de Angelelli, Juan, intentó apropiarse de la camioneta pero se lo negaron ya que la misma pertenecía al Obispado. Otra cosa que sucedió aquella noche del 4 de agosto de 1976 es que como demoraban en entregar el cuerpo de Angelelli, que se produjo recién USO OFICIAL más o menos a las 5 de la mañana del día siguiente, decide el declarante salir en su auto particular que lo tenía estacionado en el garage de la parroquia catedral, cuando va a abrir la puerta del auto una voz me dice “Alto Identifíquese”. Pensando que se trataba de un chiste se da vuelta y se encuentra con un policía quien repite lo mismo. Cuando le respondo qué estaba en mi casa, insiste con la voz “Alto Identifíquese”. Le muestra el declarante los documentos, los mira y lo autoriza a salir en el auto. Ello significó para el declarante estar vigilado, aún dentro de su casa, y sin su conocimiento. Una tercera cosa de esa noche, es que les avisan a Inestal y al declarante que la Policía había cerrado las rejas de acceso a la Catedral; constatado el hecho, entrevistaron telefónicamente a don Vicente Herrera, quién era Sub Jefe General de Policía, para que explicara la razón de esta medida y le respondió que se trataba de un mal entendido por parte de sus subordinados porque la orden impartida por él era de controlar que no se produjese ningún tumulto, pero para ellos y la gente fue directamente hacerles sentir su presencia y manejar ellos el ingreso o el egreso de la Catedral.- Además, esa noche, el declarante subió al escritorio de Angelelli por que quería asegurarse de que las carpetas de sus poemas quedasen a salvo, los encontró y los guardó. Posteriormente viajó a Buenos Aires para publicarlos, trabajo que realizó con Guillermo Rodríguez Melgarejo, que en ese tiempo era el encargado de la Iglesia de San Cayetano y .hacían publicaciones de pastoral popular. Actualmente es Obispo en Buenos. Aires., Cuando Guillermo tenía en sus manos la publicación de los poemas se apersonó personal militar con la intención de apoderarse ellos y él les respondió que tanto el Episcopado como la Nunciatura ya estaban en conocimiento de esa publicación y la habían autorizado, dato que los hizo desistir. Los originales se encuentran actualmente en el Obispado de La Rioja.-Cuando el Juez Vigo, de quién convendría preguntarse, quién fue, de donde vino y, cuando se fue. Vino de la Policía Federal, casualmente el accidente estuvo dentro de su turno, y al tiempito se fue. Se 25 aseguraron que en el accidente intervenga ese Juez. Cuando éste los llamó al declarante y a Inestal para entregarles las pertenencias unos días después, hizo romper los precintos de las cajitas jurando por Dios y María Santísima que nadie los había tocado, y labró acta. Como en ese momento no convenía hablar el deponente se calló, manifestándole luego a Monseñor Rubiolo sus apreciaciones que se encuentran en el informe a él entregado y que deja copia en este acto. Entre las cosas de Angelelli, aparecen, cosas de Pinto. Días posteriores les entregan el portafolio con los documentos de Angelelli. De acuerdo a los trascendidos la demora se había producido porque el General Arguindeguy se demoró en entregarlos. De la documentación que recuerda el deponente que venía en el portafolio, le entregaron dos carpetas con documentación oficial de curia, de la cual tenía conocimiento por su condición de Secretario, cuando las abre observa que venían muy sutilmente subrayadas con lápiz algunas palabras y algunos nombres. Le comenta a Monseñor Rubiolo que no eran subrayados suyos ni de Monseñor Angelelli, circunstancia que lo informó por escrito. El otro motivo por el cual el declarante tenía conocimiento de la documentación es que unos días antes, el 1° o 2 de agosto, habiéndose planteado un problema en curia viaja a Chamical para entrevistarlo a Angelelli, arreglado el tema le dice a Angelelli que seguía el viaje a Córdoba. Cuando Monseñor le preguntó qué te vas a hacer, le contesta el declarante que a entrevistarse con el Cardenal Primatesta. Le sorprendió su respuesta porque le dijo “Y qué le vas a decir?”, que esto ya es cuestión de vida o muerte respondió el declarante. Su reacción fue invitarlo a reunirse en el comedor de la parroquia para que le explicara con detalles lo que pretendía decirle a Primatesta. Más le llamó la atención porque sin mediar ninguna otra reacción le dice “llevá por las dudas estas dos carpetas, en una de esas te va a hacer falta esta documentación”. Con el tiempo se dio cuenta el declarante que Angelelli aceptaba que era cuestión de vida o muerte. En este viaje lo acompañó el padre Enri Praolini. Cuando llega a Córdoba Monseñor Primatesta no estaba y lo entrevistaron al Obispo Auxiliar, Monseñor Cándido Rubiolo Le explicaron el porque de la visita y les respondió que a el le parecía sumamente grave y les aconsejó seguir a Santa Fe a entrevistarlo a Monseñor Vicente Zazpe que era Vicepresidehde de la Conferencia Episcopal. Gracias a los oficios de Monseñor Rubiolo y de presentarse ante el Arzobispado de Santa Fe como que llevaba la orden 4e monseñor Angelelli de entrevistar a Zazpe, lo ubicaron en una casa quinta perdida donde él también se había refugiado. La conversación con Monseñor Zazpe, con quién el declarante había comenzado a tener una relación más fluida por el hecho de haber venido a La Rioja como delegado personal del Papa en 1973, concluyó con un gesto que nunca olvidará: entré sollozos Zazpe les respondió “Díganle a Angelelli que ya nada podemos hacer por él, pero que cuente con la seguridad de nuestras oraciones”. Retomaron a Chamical, y le devolvieron a Angelelli la correspondencia, que son las dos carpetas que entre otras cosas le devolvió el Juez. No recuerda que hubiera faltado alguna nota. Lo que sí le extrañó es que no hubiese ningún papel escrito referido a la muerte de los curas en Chamical, que conociéndolo a Angelelli casi con seguridad los traía. Después se enteraron que sí venía en 26 Poder Judicial de la Nación el portafolios el resumen de la investigación que las hermanas habían pasado a máquina, y también se enteraron que una copia de ese informe lo habían enviado directamente desde Chamical a Monseñor Zazpe. Y otra copia al padre Ludovico Revillard, sacerdote francés encargado de supervisar la actuación de los sacerdotes franceses que trabajaban en América Latina. Como testimonio de este documento elaborado en Chamical bajo la directiva de Angelelli deja copia de lo que Monseñor Zazpe les envió y que dice textualmente “es copia fiel de la documentación recibida en Arzobispado”, donde aparecen detalles de las últimas horas de Carlos y Gabriel y ciertos nombres de personas comprometidas. Este sacerdote francés Ludovico Revillard fue enviado por el Episcopado francés para interiorizarse de la muerte de Gabriel Longevi1le. Como venía en misión oficial se presentó ante la Embajada de Francia y allí le respondieron “Ud. sólo a La Rioja no vá” y tuvo que esperar a que vuelva de Rosario a Buenos Aires el Vicecónsul francés en Rosario para que lo acompañe. Cuando se presentó en el Obispado, el declarante los conduce en su automóvil a Chamical, allí lo entrevistan a Angelelli, toman fotografías del lugar donde fueron encontrados los cadáveres de los dos sacerdotes; USO OFICIAL visitaron el mausoleo donde estaban depositados sus cuerpos. Al día siguiente los llevó a Chilecito donde ejercían el apostolado los sacerdotes Francisco Dalteroche y Andrés Seriege. Cuando regresaron a la Capital, en el control policial de entrada, le indican al declarante que además de los documentos (DNI) debía descender del vehículo para ser sometido a una requisa. Le advierte al policía que si bien el vehículo era particular, en ese momento estaba afectado, al transporte de dos autoridades. extranjeras y que le permitiese consultarles a ellos si aceptaban esta requisa. El vicecónsul le responde que efectivamente esa tarea la tenía que realizar el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, pero como eso iba a tardar unos tres días, y no tenían nada que ocultar, propició que hicieran la requisa. Cuando el policía le hace abrir el baúl del citroen le dice en voz baja al oído:“Perdóneme Padre pero a mí me han mandado que haga esto y el auto torino que ve frente a la casa del gobernador me está controlando si hago o no la requisa. Cierre el baúl y siga”.- Preguntado: por cual era la situación de los sacerdotes seguidores de Angelelli con las fuerza armadas si se sentían presionados de alguna manera. Contesta: que el declarante recuerde los uniformados, tanto de Ejército como de Aeronáutica como de Gendarmería, no se hacían ver, pero todos sabían que tanto policía provincial, como federal, respondían directamente a las órdenes de Ejército, entre los que recuerda a Pérez Bataglia, Jefe del Regimiento La Rioja, y Malagamba. Un ejemplo de esto es que Pérez Bataglia los llamó a Inestal y al declarante para comentarles que le había llegado el informe de que en el Obispado estaría operando una radio clandestina. Le solicitó el declarante 5 minutos para ir al Obispado y volver con la carpeta con todo el trámite que exigía el organismo respectivo, añadiéndole que el que estaba colaborando con el proyecto era la gente de Casa de Gobierno que operaba con la red presidencial. Observa en ese momento un listado que tenía Pérez Bataglia y decía el nombre de “Perla Manfredín”, una asistente social. Otro dato de este control que ejercían sobre ellos fue el de un policía 27 provincial afectado al seguimiento del declarante. Le llamó la atención verlo muy frecuentemente por donde andaba y como era su amigo de sus años de cura en Chamical, su nombre es Julio Portugal, le preguntó a que se dedicaba y le respondió “no se dio cuenta de que lo estoy siguiendo?. Se sentaron en un banco de la plaza, donde le relató que su tarea era informar a la superioridad dónde iba, qué hacía y particularmente su “predicación subversiva”. Después le comentó que ya lo habían relevado de funciones porque él no les aportaba lo que ellos querían y mandaron a otro que no le dijo su nombre. Estas circunstancias acaecieron aproximadamente en el año l974. Como ejemplo de que todo dependía de Pérez Bataglia, quién daba las órdenes superiores, es que cuando una persona resultaba detenida, primero era conducido al Regimiento y de allí transportada a la cárcel. Preguntado: si alguna vez lo detuvieron. Contesta: que no. Preguntado: si le entregaron la camioneta. Contesta: que sí. Fue al poco tiempo posterior a la entrega de las valijas y el portafolio. La escondieron en dependencias de las religiosas de la parroquia de Fátima en el B° Matadero y llevó el declarante al mecánico “Chichí” Baldo por ser persona de su absoluta confianza para que hiciese una inspección de la camioneta. De lo que recuerda la pericia de Baldo arrojó como resultado que la suspensión estaba bien, la dirección estaba bien, no había señas de balazos en la chapa. Preguntado: si tenía las cuatro gomas puestas. Contesta: que efectivamente tenía puestas las cuatro ruedas y la rueda que la policía les entregó diciendo que es la que se había reventado, y cuyo ruido escuchó Pinto. Pero Baldo observó que la mencionada rueda no era del juego de las cuatro, era distinta, y que a la cubierta sana le faltaba la cámara. El informe policial dice que la camioneta volcó por haber reventado es cubierta; pero la misma estaba sana.Preguntado: el declarante si ese informe de Baldo se escribió. Contesta: que nunca se tomó esa precaución, nunca, fue presentado, aunque no recuerda si en la declaración del año 1984 lo dijo. Nunca se le ocurrió esa circunstancia. Cree que en algún momento del escrito que entrega está mencionado. Preguntado: si sabe algún detalle del accidente. Contesta: que en reuniones posteriores de los sacerdotes y comentado detalles, el padre Armando Amirati les dijo que había observado que los vidrios del parabrisas habían quedado en la banquina de tierra antes de producirse el vuelco de la camioneta y esto mismo se lo comentó y se lo hizo ver al Obispo francés de la diócesis de Gabriel cuando vino a La Rioja. Lo cual les daba a entender que el vidrio se rompe antes de que vuelque la camioneta, y de ese relato queda constancia en el escrito que adjunta. Preguntado: el declarante que impresión tiene de quién mandó a matar a Angelelli, quién dio la orden, quien ordenó el atentado. Contesta: el declarante que cuando comentaban estos pormenores nunca surgió ningún nombre concreto, pero sí comentarios de que en la casa del gobernador se habrían reunido Pérez Bataglia, Malagamba, el Vicecomodoro Aguirre de la Base de Chamical y don Tomás Agustín Álvarez Saavedra (dueño del Diario El Sol, opositor a Angelelli), quienes habrían brindado en forma inmediata a la muerte de Angelelli. Cree que él gobernador era Nanziot, que era Vicecomodoro de Aeronáutica. Preguntado: el deponente que habiendo entregado documentación manuscrita de 28 Poder Judicial de la Nación Monseñor Angelelli, como si se tratase de una ayuda memoria, podría aclarar alguna de esas manifestaciones escritas, como ser cuando afirma “CELPA una venganza?” Contesta: que efectivamente una observación que hacían era que la muerte de los dos curas de Chamical no se produjo mientras el Vicecomodoro Lázaro Aguirre era jefe de la Base de Chamical sino cuando el Mayor Estrella se encontraba momentáneamente a cargo. Y el comentario que había en Chamical era que había una puja entre los dos y que Estrella ejecutó a los curas, pero que apareciera Aguirre como el que tuviera que dar las explicaciones del caso”.A fs. 3884 obra agregada copia de documentación aportada por el testigo Juan Aurelio Ortíz.A fs. 4587 obra nueva ampliación de declaración testimonial de Juan Aurelio Ortíz, ex sacerdote, quien expresa que: “lo que el juzgado nos devolvió fueron dos carpetas con documentación del obispado, no con las pertenencias, si no que fueron devueltas días después y días después de las pertenencias fueron devueltas las carpetas, como secretario de la Curia conocía muy bien el contenido de ambas USO OFICIAL carpetas, por ej Angellelli me las proporciono para llevarlas a Córdoba, en una fallida entrevista con Monseñor Primatesta que era presidente de la Conferencia Episcopal, y esto fue días previos a la muerte de Monseñor Angelelli, me llamo la atención que en varias partes había tildes y subrayados con lápiz que no eran hechos ni por mi, ni por Angelelli analizando las tildes y los subrayados llegue a la conclusión de que se buscaba alguna relación con la subversión, se lo puse en conocimiento a monseñor Rubiolo que estaba como obispo de la rioja, y me hizo elaborar un testimonio para ser enviado a la Santa Sede, sin embargo también se hablo en La Rioja de otra carpeta que no fue entregada, en primer lugar no me consta que haya habido otra carpeta, en segundo lugar era costumbre de Angelelli ir tomando notas por lo que intuyo que si tiene que haber habido una carpeta o cuaderno o apuntes y que no fueron entregadas, recuerdo que en los pasillos de tribunales se comentaba que la razón de esta tardanza para devolver las carpetas era que el Ministro del Interior HARGUINDEGUY , no los había devuelto…que producido el asesinato a los dos curas en chamical el cura Gervasio Mecca en una misa en Aimogasta realiza comentarios que a los militares no le gusto estos ordenan la detención de Mecca ,que al tomar conocimiento en el obispado del procedimiento que se iba a realizar decidimos viajar a Chamical donde estaba Mecca con Angelelli llegados allá Angelelli nos informa que ya había sido citado el padre Mecca por la policía para declarar el día siguiente, aquí en la ciudad capital en la policía donde posteriormente queda detenido, ante esto yo le manifiesto a Angelelli que iba a seguir viaje a Córdoba cuando me pregunta que es lo que iba a hacer le respondo a entrevistarme con Primatesta, reunidos a solas le explique a Angelelli que es lo que le iba a decir, que lo sintetice con esta frase esto es cuestión de vida o muerte, Angelelli autorizó mi entrevista con Primatesta y por las dudas me hiciese falta me entrego las dos carpetas, Primatesta no estaba en Córdoba, nos atendió Monseñor Rubiolo, enterado de nuestro propósito nos recomendó entrevistarlo a 29 Monseñor Zaspe Arzobispo de Santa Fe y vicepresidente de la Conferencia Episcopal le relatamos a el todo lo que íbamos a manifestar a Primatesta y con lagrimas en los ojos nos respondió díganle a Angelelli que ya no podemos hacer nada pero que cuente con nuestras oraciones”. Que cuando se refiera a cuestión de de vida o muerte se refiere a “que lo único que nos quedaba era la muerte nos iba encerrando de tal manera el aparato represivo que ya no quedaba otra cosa, después nos enteramos de un periodista Saavedra de Bs. As. que fue contratado por don Alvarez Saavedra, pura y exclusivamente para hablar contra Angelelli que lo bautizo de “satanelli””. En cuanto a lo que tenía que conversar con Primatesta era “que ya no se podía mover, andar, hacer nada, la persecución permanente y que uno la sentía; por ej una idea con Angelelli era hacer una red radial parroquial …, conseguimos el técnico se hicieron los aparatos, … días después nos llama Pérez Bataglia a mi y al padre Inestal y nos manifiesta que tenía conocimiento que en el obispado ,operaba una radio clandestina luego, le muestro la carpeta de todo las diligencias para demostrar que no era clandestina y le manifesté qué los que instalaban la antena eran, los de casa de gobierno”. Preguntado si el testigo cree que hubo encubrimiento por parte del Episcopado, expresó que: “no se si encubrimiento, si un silencio. Por ejemplo se produce el 13 se julio un revuelo yo me hago una escapada me vengo a hablar con Carlos Menem gobernador y en definitiva lo corren a pedrada a Angelelli y quedaron los nombres de los trece entredichazos, día después hubo reunión del Episcopado y Angelelli comentó que nadie le pregunto que te paso el único que le pregunto fue Zaspe eran cosas muy llamativa de un silencio que obedece no se si complicidad por lo menos a hacerse los tontos o cobardía”. Respecto del tiempo transcurrido entre la entrevista con Zaspe y la muerte de Angelelli, dice “vuelvo y no se si al día siguiente se presenta un cura francés mandado por el episcopado Francés, acompañado por el Vice Cónsul de Francia en Rosario, para tomar conocimiento por que lo matan a Longeville arreglo un viaje nos vamos a Chamical donde estaba Angelleli y al día siguiente a Chilecito, volvimos cuando salimos nos piden documento como si yo era totalmente desconocido, cuando volvemos el control policial nos indica que debíamos estacionar junto al camino, me manifiestan que tenemos orden de registrar el auto, y manifiesto que trasladaba las autoridades les pregunto y el vice cónsul permite, el policía me manifiesta que estaba obligado por que estaba vigilado por otro que lo controlaba si hacia o no el control, se van y al día siguiente fue la muerte de Angelelli una semana antes vi a Zaspe”. Preguntado sobre si cuando se produce el accidente que investigación hace la iglesia, dijo: “producido el accidente ya veníamos de una experiencia de la muerte de los curas cada uno tenía una determinada tarea a cumplir, en mi caso era la relación con el gobierno y el teléfono, si hay alguien a quien yo esperaba era a monseñor Zaspe por la conversación que había tenido en Santa Fe y una documentación que yo se la había mandado por correo que quería saber si la había recibido y me dijo que si, en un momento Primatesta nos convoca a Inestal y a mi en presencia de Zaspe y de padre Galán secretario del episcopado era para decirnos lo siguiente, vamos a aceptar la teoría del accidente para que nos dejen investigar tranquilos, 30 Poder Judicial de la Nación no tengo conocimiento en que consistió la investigación”. Respecto de “si se acordaron a hablar con el juez dr Roberto Catalán. Contesta: no por que la causa la tuvo el ex juez Dr. Vigo que era auditor de Policía Federal y que por casualidad vino a la Rioja una o dos meses antes de la muerte y se fue un mes o dos meses después de la muerte y por casualidad le toco atender la muerte de Angelelli”. Preguntado por la querellante particular (Dra. Mirta Sánchez) sobre que: “usted dio nombres de tres monseñores y considera que eran cómplices o existió una connivencia con el poder. Contesta: Tortolo era arzobispo de Entre Rios, Paraná, y había sido presidente de la conferencia episcopal, Bonamin era el obispo de la vicaria castrense pero en ese tiempo todas las fuerzas armadas constituían una especie de obispado y Bonamin era en ese momento el obispo y Plaza era el arzobispo de La Plata, es de observar que de Bonamin dependían todos los capellanes militares. Preguntado: Para que diga a que tipo de complicidad se refiere o a que grado de complicidad colaboraron en el asesinato de monseñor Angelelli. Contesta: no creo que hayan respaldado la muerte, pero si bendecían el accionar de las fuerzas armada en la represión. Preguntado: Para que diga hace mención en el diario El Sol contrataron a un USO OFICIAL periodista de apellido Saavedra si sabe apodo nombre. Contesta: no recuerdo nombre, tampoco sobrenombre si se que era de Buenos Aires y personalmente tuve un entredicho con Saavedra cuando viene monseñor Zaspe como delegado del Papa, me toco organizar una conferencia de prensa, mientras esperábamos Saavedra afirmo ante los periodista presentes que Angelelli guardaba las armas en los tubos del órgano de la catedral”. Luego preguntado por el Sr. Defensor oficial “Para que diga si tuvo conocimiento el representante del estado vaticano de lo que sucedía en la rioja. Contesta: entiendo que si sobre todo por que Angelelli se entrevista con Pablo Sexto en la visita que los obispos le hacen al papa cada 5 años y en la homilía con la que Angelelli se despide nos explica que le va a decir al Papa, ahí relató casi pormenorizadamente que le va a decir, la que tengo grabada. (…); Sr. Defensor Oficial, Para que diga: implica eso un encubrimiento por parte de la iglesia católica como estado. Contesta: si habría un encubrimiento o una falta a los deberes de funcionario publico”.Fs. 464, obra contestación de Oficio por parte de Jaime F. de Nevares, donde en su contestación al pliego de preguntas, en la Nro. 5, contestó: “…El obispo tenia molida la nuca a golpes; testigo de ello: la enfermera religiosa Carmelita que preparo el cuerpo y estuvo presente en la autopsia realizada por los médicos del Hospital Plaza de la Rioja. Esto fue comprobado también por varias personas encargadas de disponer el cuerpo en el velatorio…”.Fs. 515, 1764, testimonial de Plutarco Antonio Schaller, expuso: “…Que en su permanencia de su internación en el hospital Presidente Plaza y al Producirse la muerte de Monseñor Angelelli, el declarante percibe un movimiento poco usual en el Hospital a la vez de los dichos de la custodia Policial que tenia es decir de la Policía Provincial, quienes entre ellos un cabo vecino al cementerio de esta Ciudad, que a este momento no puede individualizar, tenían expresiones como las siguientes: “Por fin 31 este hijo de puta las pago”, “Cura Comunista”, significando con ello que la policía de la Provincia o estos policías estaban concientizados para lo sucedido…”.Fs. 534, 1017, 3367:, testimonial de Juan Antonio Puigjane, expresó: “…que conoce que el Padre Pinto, acompañaba a Monseñor Angelelli, el día del accidente…recuerda que Pinto, le había manifestado de que los automóviles se le “habían echado encima”, deduciendo el declarante después de un tiempo de que podrían haber sido dos vehículos los que lo seguían dada la manifestación de Pinto…”. “…tiene la convicción intima de que Monseñor fue asesinado, las expresiones a que se hace referencia distintos temas aluden a las circunstancias de que no existe un testigo que pueda decir “yo lo vi como lo mataron”, el mas próximo PINTO, estaba inconciente pero PINTO está seguro de que fue un atentado…”.A fs. 565, se incorpora testimonial del Obispo de Viedma Miguel Esteban Hesayne: “…que antes de la muerte de Monseñor Angelelli, el propio Obispo me comentó, y comentaba, que estaba siendo perseguido. Manifestaba su intención de renunciar porque veía como le estaban matando a su ovejas, ya que no podían, o no habían logrado matarlo a él. A los pocos días de la muerte de Mons. Angelelli, recibí un anónimo, en carta expresa, con matasellos de Córdoba, en la que me decían mas o menos estas palabras : “No siga hablando, ya hemos callado a Angelelli”. “…Asimismo, Monseñor Witte, en varias oportunidades, me dijo que tenia numerosas pruebas confirmando el atentado del Obispo de La Rioja, a tal punto que un día me afirmo que sabia hasta el numero de dólares que se habían entregado…”.Fs. 654 y 657 y vta., Secuestro “Libro de Novedades” del Destacamento Policial “Punta de los Llanos”, de fecha 11/08/1976 al 01/08/1977.Fs. 658/659, testimonio de Norberto Ángel Luna, empleado policial, domiciliado en aquel entonces en Punta de los Llanos, donde expuso: “…que se encontraba el declarante en Destacamento Policial de esta Localidad, juntamente con el Oficial Tanquia, el Operador Luna, hermano del declarante, Casiva, también Policía y Albornoz, este ultimo se encontraba almorzando, cuando llego un vehiculo y su ocupante le transmitió que como a cinco kilómetros de esta localidad, hacia la ciudad de La Rioja, había ocurrido un accidente y al parecer eran dos las victimas y uno de ellos a su criterio estaba muerto. Que hicieron llamar al Oficial Tanquia para comunicarle la novedad y en vehiculo de este se trasladaron hasta el lugar. Que la persona que llego a dar la novedad, se trasladaba de un muchacho mas bien joven, alto, pelo ondulado, delgado…Que el vehiculo con que se conducía, era un Siam Di Tella o un auto Unión, no recuerda el color del rodado. Que este Señor le manifestó que viajaba a la Rioja. Que la persona que dio aviso, viajaba a la Ciudad de la Rioja, según su dicho y que como a aun Kilómetro del lugar del accidente, había visto una polvareda y al llegar, vio que ya había gente auxiliando en el lugar del accidente. Que inmediatamente regreso a dar cuenta del hecho. Que el declarante juntamente con los Policías que se trasladaba al lugar del hecho, se cruzaron en el camino con el Padre Pinto que era traído para ser auxiliado…en el lugar 32 Poder Judicial de la Nación del hecho encontramos un tractor, que después sus ocupantes le comentaron, que cuando llegaron al lugar del accidente, las victimas ya estaban siendo auxiliadas….. Que por comentarios, supo que también habían arribado fuerzas de seguridad de Batallón de la Rioja. Que el declarante con la gestión de averiguar la identidad de la víctima, es que entró la mano dentro de la vestimenta, sin encontrar documentos alguno de identidad y luego, desde la camioneta vio, documentación, abrochada y por separado que hablaban de la muerte de los curas de Chamical. Que también vio un montoncito de dinero, no conociendo su valor a la fecha de ello. Que por la documentación que vio se dio cuenta de que se trataba efectivamente de la victima, en cuanto a la persona, asegurando así que era Monseñor Angelelli. Que en la carpeta correspondiente al Padre Longeville, vio un billetito pegado. Que el declarante trajo hasta esta Comisaría, el portafolio que portaba la camioneta y la documentación que también hizo referencia precedentemente. Que en el trayecto que hicieron el declarante juntamente con los tres policías hasta el lugar del hecho, encontraron únicamente un Chevy, color rojo, que posiblemente en ese vehiculo podría haber sido trasladado el Padre Pinto. Que en la ropa de Monseñor no observo USO OFICIAL ninguna rasgadura y que si vio que el reloj de este Sacerdote, se había parado a las quince o quince y quince no recuerda….- Afirma que vio bien referenciadas dos agrupamientos de papeles, abrochados, una referida al Padre Longeville y otra al Padre Murias…”.A fs. 690, Roberto Enrique Juan Queirolo, sacerdote católico, declara como testigo y expresó: “…que la muerte repentina y violenta de Monseñor Angelelli, para mucha gente, no fue una sorpresa y que al conocer de ella y aun sin detalles, estimaron que lo mataron, responsabilizando del hecho a las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Que Monseñor Angelelli había sido reiteradamente amenazado en forma pública y privada y que los hechos que costaron la vida a dos Sacerdotes asesinados a balazos y un laico en la Rioja, preanunciaba que a quien buscaban era a el, como el mismo expreso ante muchas personas. Que gran cantidad de gente que fue detenida antes de la muerte de Monseñor Angelelli, era interrogada sobre todo, respecto a la relación que mantenían con el Obispo como si el núcleo de la responsabilidad criminal que se le atribuía fuera esa relación, algunos de esos detenidos las mismas fuerzas de seguridad les manifestaban que iban a matar al Obispo…Respecto al hecho mismo de la muerte del Obispo, algunos datos relacionados con ello, la aparición sorpresivamente rápida de fuerzas de ejercito, el secuestro del auto llevado a la Policía de Puntas de los Llanos, el cambio de la rueda, que según pericias, ha sido la causa del accidente, la telefoneada desde la cabina publica de Punta de los Llanos al Celpa donde se habría expresado algo así “misión cumplida”….”Fs 3878/79, ampliando su testimonial en Fiscalía Federal Enrique Juan Queirolo señala “…que lo único que puedo decir es que Monseñor estuvo con Menéndez y volvió muy preocupado, también que el General le había manifestado a Mñor. el deseo de ser armado Caballero Cristiano para luchar contra los enemigos de la fe. (…)”, y preguntado respecto de “si la iglesia de ese momento se encontraba dividida, 33 como así también si alguien podía resultar beneficiado con la muerte de Angelelli. Contesta: no todos tenían la misma comprensión de los hechos, ni la misma actitud decidida ante los mismos; respecto a lo segundo, el régimen instalado por el gobierno con su metodología autoritaria e ideología liberal, afectando de esa forma los derechos de las ciudadanos, especialmente de los los más pobres. (…) Preguntado: Para que diga si puede identificar a personas que se manifestaban abiertamente en contra de la Pastoral de Angelelli. Contesta: si, los 13 entredichados, con los directivos del diario El Sol perteneciente a Álvarez Saavedra y no los conozco por que no vivía en la Capital y recién hacia 3 años desde que llegue a la provincia”.Fs. 692 testimonial de Miguel Ángel la Civita, sacerdote católico, declaró, que “...encontrándose el testigo en Buenos Aires, concurrió Monseñor Angelelli, a entrevistarse con el entonces Ministro Harguindeguy para solucionar el problema de la detención del Padre Ruiz, que en esa oportunidad y encontrándose el testigo en Buenos Aires, le manifestó a él y a otras personas, que Harguindeguy le habría prometido solución al problema del padre Ruiz a corto plazo y que no iba haber más problemas en la Diócesis, manifestándoles también Monseñor Angelelli, que no creía en lo que se le había dicho, por que pensaba que todo era un proceso que apuntaba a él para que se alejara de la Diócesis. Que en esa oportunidad les manifestó, que todo es como un espiral, que se va cerrando y de la cual estaba en el centro el propio Monseñor Angelelli. Que al regresar Monseñor Angelelli a La Rioja, luego de esa visita a Buenos Aires, el testigo y otros seminaristas, le recomendaron que se cuidara, a lo que Monseñor Angelelli respondió, que se quedaran tranquilos, que el no iba a morir en la cama. Que también decía, me siento como perro acorralado, sin el apoyo de mis hermanos Obispos, me siento solo…”.Fs. 693, testimonial de Juan Carlos Di Marco, declaro que luego de ser detenido por autoridades policiales en la Localidad de Santa Rosa, Pcia. de Mendoza el 13 de febrero de 1976, a requerimiento de del Ejercito de La Rioja el “…día 15 de febrero de 1976, fue interrogado también por personal de civil, preguntándole su afiliación política, si conocía los objetos fotografiados durante un allanamiento en la casa de Sifre; si conocía cual era la afiliación política de Monseñor Angelelli, si sabia que Monseñor no era un Obispo Católico, sino tercermundista y comunista y preguntándole, si él lo sabia, que también los interrogadores afirmaban que Monseñor Angelelli, tenia armas y que ellos lo sabían y preguntaban al testigo, donde estaban esas armas. Que a esto el testigo responde no haber vito nada de lo que los interrogadores expresaban, negando lo que ellos afirmaban y expresando que Monseñor Angelelli, era un hombre de la Iglesia y que eso trabaja con él, por considerarlo un hombre de la Iglesia honesto. El testigo interpreta que el motivo de la detención fue obtener información sobre Monseñor Angelelli…”.A fs. 694, Rafael Sifre, en su declaración testimonial cuenta que fue detenido en la Localidad de Santa Rosa junto a Juan Carlos Di Marco, el Padre 34 Poder Judicial de la Nación Inestal y dos señoritas que lo acompañaban, donde luego fueron trasladado a la Pcia. de Mendoza, desviándose con destino a la Ciudad de Junín. Expresa que, “…a los tres días de llegar, fue interrogado por tres personas de civil, las tres hacían pregunta a la vez, se le preguntó desde que significa el vestido blanco de la primera comunión hasta decirle que si era muy amigo de Monseñor Angelelli porque andaban en un vehiculo del Obispado y por lo tanto debía saber donde tenia las armas. Afirmando los interrogadores que Monseñor Angelelli tenia armas por que era subversivo, respondiéndole que la única arma que le conocía, era el Evangelio. Se lo interrogo sobre la Cooperativa Codetral, …y que le avisara a Angelelli, que también lo iban a barrer. Que el testigo mientras permanecía en la celda, recibía insultos, golpes en la puerta, amenazas y no puede precisar si fue en una de esas oportunidades o durante el interrogatorio que uno de los guardianes les manifestó, que el que había echado a perder la Iglesia había sido Juan XXIII, que lo siguió Pablo VI y que los secuaces en el Argentina, era Angelelli y ellos, el testigo y sus compareños…”.Fs. 818/865, el Obispo, Monseñor Bernardo Witte, acompaña fotocopia de la carpeta que correspondería a la que oportunamente llevara USO OFICIAL Monseñor Angelelli el día 04 de agosto de 1976.A fs. 969 obra testimonial de María Luisa Panizza, quien lo hizo en la Ciudad de Buenos Aires, en virtud del interrogatorio formulado por el Sr. Juez de Instrucción Dr. Morales Aldo Fermín. En relación a la tercera pregunta. ¿ Para que diga, dando razón de sus dichos, si conoce cualquier otro dato, documento, publicación, nombre de testigo u otro elemento probatorio que contribuya a esclarecer las circunstancias de la muerte de Monseñor Angelelli…?, Contesto: “…Que fue de conocimiento público que Monseñor Angelelli fue amenazado en varias oportunidades, en varios diarios, en listas que no recuerda si eran de la Triple “A” y la dicente encontró papeles o volantes manuscritos en la Catedral con el dibujo de la calavera o símbolo de la muerte con una frase que decía; “Estén preparados”, “CUIDENSE”, que eran todos anónimos, dos o tres veces aparecieron dichos panfletos que había como una campaña y continuamente salía en los diarios algún comentario o frase en contra de Monseñor acusándolo de izquierdista…Que también recibía llamados telefónicos el mismo día del velatorio en horas de la mañana y que era siempre la misma voz masculina aparentemente de una persona joven que requería la presencia de un sacerdote para decirle algo importante que tenía que anunciar y citaba el ultimo confesionario de la izquierda de la Catedral para encontrarse y dar el mensaje, como el sacerdote se presentó dijo que iba a dejar el mensaje en la alcancía y fue la dicente lo encontró y el cual decía: “Monseñor sabía la que le iba a pasar, se lo avisamos 24 hs. antes que saliera de Chamical, pero no nos hizo caso”, ese papel está en el Archivo del Obispado en la Rioja y la dicente se lo entrego a Monseñor Esteban Inestal…”.Fs. 584-651; 1506-1562; 1498-1571: Declaración de Rodolfo Peregrino Fernández ante la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU).- 35 Fs. 756-757: Documento secreto (Cdo. J. E (EMGE) - Jef. Ill Op.) Buenos Aires, 2D 1200 abril 1977. CRA - 127. Anexo 5 (Ámbito Religioso) a la Directiva del CJE Nro. 504/77. Fs. 882 y sgtes. fotocopias de Legajos N° 425 y N° 1650 correspondientes a la Ex Dirección de Coordinación y Enlace – Casa de Gobierno. Fs. 1002 en el testimonio de Luís Eduardo Javier Ruiz, quien declaró en la Ciudad de Córdoba, conforme el pliego de preguntas que fuera remitido por el Juez que en aquel entonces entendía en la causa. El testigo refirió que: “… El día 4 de agosto de 1976 el deponente se encontraba en la Ciudad de Córdoba, más precisamente en el domicilio de sus padres. Y vio por televisión la noticia donde comunicaban que en un accidente se habría producido la muerte de Monseñor Angelelli. Que quiere hacer referencia a las dos ocasiones en que estuvo detenido por personal Militar. Por personal de Ejercito la primera vez, que fue en el mes de Febrero de 1976. Y por personal de las Fuerzas Aéreas la segunda vez, que fue el 24 de Marzo de 1976, hasta Julio de 1976. …Que recuerda haber hablado con el Coronel Pedro Malagamba, pero nunca lo interrogo a cerca de Angelelli. Que si fue interrogado en la Cárcel de La Rioja, con los ojos vendados a cerca de la persona y actividades de Monseñor Angelelli . Recuerda una frase textual de ese interrogatorio que dice: “…Ya vamos a allanar el Obispado…”. …En varias reuniones públicas entre curas, se lo oyó decir varias veces, “Estoy solo ante mis hermanos obispos de la Argentina…”.Fs. 1078, testimonial Américo Armando Torralba, quien a partir del 24 de marzo de 1976 se hizo cargo de la dirección del diario El Independiente… “Al poco tiempo que se produce la muerte de Monseñor Angelelli, día en que hacia las 17:00 hs. el testigo estaba en el diario, cuando recibió un llamado del asistente del Cnel. Pérez Battaglia, del Regimiento, diciéndole que el Jefe se quería comunicar con el testigo, lo que así hace, diciéndole Pérez Battaglia que le iba a dar una noticia, relatándole el accidente que había sufrido el Obispo en la Ruta 38, a raíz de un reventón en la rueda trasera, advirtiéndole al testigo al terminar que así tenía que salir la noticia. Que alrededor de una o dos horas después habló desde Chamical, Armando Torralba, hijo del declarante, quien le expreso que el había visto el vehículo y que no había advertido reventón en ninguna rueda. No obstante esto, la publicación se hizo como la había indicado el Jefe del Batallón…Que hacia las 21:00 hs. del día 4/8/76 un empleado cuyo nombre no puede precisar del Diario El Independiente le entregó un sobre conteniendo una fotografía de Monseñor Angelelli tirado en el asfalto, con los brazos abiertos en cruz, diciéndole ese empleado que la fotografía había sido dejada en un sobre de parte del Diario El Sol, sin precisar el nombre del portador. Que esa fotografía el testigo la llevó a la Catedral, conversando allí con un Sacerdote, mientras estaba mucha gente a la espera del cuerpo de Monseñor Angelelli según dijo este mismo Sacerdote. Que este Sacerdote le pidió la foto al testigo, quien se la entregó. Que en la fotografía Monseñor Angelelli estaba sin cubrir, habiendo tomado el testigo este envió como una especie de burla del Diario El 36 Poder Judicial de la Nación Sol. Que recuerda que Todarelli siempre hablo mal de Monseñor Angelelli, atribuyéndole vinculación con subversivos, con mujeres en el interior, hablaba “pestes” Todarelli de Monseñor Angelelli. Que con el tiempo supo, por manifestación del ex gobernador Bilmezis que Todarelli pertenecía a la S.I.D.E…”.Fs. 1109, testimonio de Eduardo Luis Duhalde, quien expresa que intervino en la receptación de la declaración de Rodolfo Peregrino Fernández, como miembro de la Comisión Argentina de Derechos Humanos, reconociendo las firmas de fs. 499, 543, 547, 548 y 549, y que “…la declaración exhibida es copia textual de los dichos del nombrado Rodolfo Peregrino Fernández”. Fs. 1110, obra testimonio de Vicente Manuel Zito Lema quien manifiesta en relación a la declaración de Rodolfo Peregrino Fernández que “la versión completa de dicha declaración obra a fs. 499 a 555 y que intervino en su recepción mientras estaba exiliado en Holanda, primero en Hamnesty (Amnisty) Internacional, a pedido de esa institución, y luego junto a otros miembros de la Comisión Argentina por los Derechos Humanos, escuchó y participó en la percepción y registro de las declaraciones USO OFICIAL del señor Peregrino Fernández…”. A fs. 1211 en su declaración testimonial Luis Eduardo Maidana, empleado policial, declara “que el día que se produjo el hecho andaba hondeando con su amigo Roly Guzman, por la ruta 38 vieja, distante a unos 20 metros, aproximadamente de la nueva Ruta 38 hacia las 15:00 hs. que lo hacia estimativamente a mitad de camino, entre la curva de salida de punta de los llanos, y la elevación conocida como El Bordo, que en esa circunstancias pasó Monseñor Angelelli, conduciendo una camioneta FIAT 125 con Cúpula, hacia la ciudad de La Rioja, estimando su velocidad 100 km por hora, saludando el testigo al pasar Monseñor Angelelli, que no recuerda haber visto pasar a otros vehículos detrás de Monseñor Angelelli. Que poco después escucho un ruido muy fuerte, como una explosión, un reventón de rueda, que solo escucho ese ruido como explosión, no el de arrastre de vehiculo, no imaginándose que se habría producido un accidente y no prestando mas atención al hecho. Que ya de regreso en punta de los Llanos en el destacamento policial, ayudo a bajar de un automóvil blanco, cree que marca Di Tella, a una persona herida que le era desconocida y estaba inconciente. Que también le es desconocida la persona que traslado el herido (…) Que el declarante se retiro se retiro del lugar y fue caminando junto con un grupo de personas (…) Arribaron al lugar del hecho aproximadamente a las 16:30 o 17:30 hs. Que en el lugar no recuerda haber visto personal policial al llegar, pero si había varias personas y varios camiones. Retomando la parte inicial de su declaración, menciona que pocos minutos después de escuchar la explosión que menciono vio pasar en dirección opuesta a la que llevaba el Obispo a una velocidad de 100 o mas km. (muy fuerte, expresa además el testigo) a un Ford Falcón color rojo, conociendo el testigo que su propietario era el Sub Oficial Mayor Garnica, a quien el declarante conocía al igual que el mencionado vehiculo por haber cumplido su servicio Militar en la base de CELPA de Chamical, en donde se encontraba 37 destacado el mencionado Suboficial. Retomando la declaración el testigo, expresa que cuando ya se encontraba en el lugar del hecho, llego personal policial uniformado y personal de civil que conoce como de Inteligencia de Ejercito, habiendo identificado a quien después supo que se llamaba Juan Carlos Romero, del numerario de la Policía de la Provincia. Que el nombrado Romero arribo desde La Rioja, en un grupo estimativo de 3 móviles, hacia las 19:00 hs. apuntando el nombrado a los presentes con una escopeta Itaka, para que se alejaran del lugar”. A fs. 1227, obra testimonial de Salomón Jatuff, donde expresa que, “…realmente Monseñor Angelelli fue amenazado de muerte en numerosas ocasiones. Que en otras ocasiones se recibió información de que se iba a atentar en contra de el…”. También de su relato, expuso que, “…no hubo solamente amenazas, sino hechos concretos que son de dominio público, como en el caso de los sucesos de Anillaco, donde hay un sector socio-económico perfectamente identificado que corresponde a quienes sancionó la Iglesia…”.A fs. 1576/1577 vta. se incorpora declaración testimonial de Delia Ursula Braida, religiosa, que estuvo momentos antes del hecho, almorzando con Monseñor Angelelli y el padre Pinto. En su testimonio, expresa: “…el obispo compartió con la declarante y un grupo, los últimos días a partir del 18 de julio de ese año, fecha en que fueron asesinados los sacerdotes CARLOS MURIAS y GABRIEL LONGEVILLE, hasta el día 04 de agosto, en que se retiro de la comunidad a las hs. 14:00 aproximadamente, en que partió desde Chamical en una camioneta Fiat Multicarga 125, color gris, … en compañía de un amigo Arturo Pinto, conduciendo en la eventualidad Monseñor (Angelelli)…Que el Obispo almorzó en la casa de la declarante (Religiosas Josefinas) recordando que en la comida no se bebió vino, por un involuntario olvido de comprar ese día. Que por los comentarios del propio Monseñor, llevaba a la Ciudad de La Rioja, documentación y datos recopilados en relación a la muerte de los sacerdotes precitados y también documentos relacionados a estos. Recuerda que Monseñor colocó debajo del asiento del conductor, contra el piso esta documentación, que era la mas delicada prescindiendo del maletín y demás equipaje, que llevaba también pero con elementos comunes…Asimismo siendo las hs. 21:00 cuando ya el hecho había tomado estado público, los fieles se reunieron en la Catedral de la Rioja, para esperar los restos de Monseñor, agentes policiales uniformados llegaron al lugar y trataron de impedir la congregación de gente, solicitando se retiraran del sitio, lo que no fue logrado...ARTURO PINTO fue llevado al Hopistal LUIS AGOTE de CHAMICAL, para ser atendido. Ya en la sala de Hospital, fue constantemente vigilado por un Policía de la Localidad. Su estado era de inconciencia, pero delirando decía: “…QUE PASO CON EL OBISPO?..MURIO EL OBISPO? NOS APORREARON…NOS SEGUIA UN PEUGEOT BLANCO…”…lo que daba a entender que el accidente no habría sito tal, sino un hecho directamente provocado…Que a Juicio de la declarante este hecho de la muerte de Monseñor, estaba relacionado al clima de persecución que en ese tiempo vivía la Iglesia de parte del 38 Poder Judicial de la Nación Gobierno de facto. El que no fue un hecho aislado ya que anterior a él, existieron sacerdotes presos, caso EDUARDO RUIZ, …el caso de GERVASIO MECCA….Además del asesinato de los dos sacerdotes de Chamical, ocurrido unos quince días antes de la muerte del Obispo. El caso de WENCESLAO PEDERNERA, laico allegado a la Iglesia…que fue asesinado…Además la Diócesis de la Rioja advertía una campaña de difamación y desprestigio contra el Obispo ANGELELLI y sus colaboradores mas inmediatos, utilizándose medio como el DIARIO EL SOL de la Capital de La Rioja…Que por comentarios, la dicente se enteró en 1975, que existían listas en la que figuraba signado el nombre de Mons. ANGELELLI…”. A fs. 1639, obra testimonial de Oscar Nicolás Fernetti, quien ratifica la declaración de fs. 20/20 vta. efectuada en cede policial, de la que surge que: “en el día de ayer (4 de agosto de 1976) siendo aproximadamente las horas quince y diez minutos, el declarante, viajaba por ruta nacional numero 38, desde la ciudad de Chamical con destino a esta guiando sin compañía un automóvil marca Di Tella 1500, (…) luego de pasar la localidad de Punta de los Llanos donde el terreno y la ruta forman un USO OFICIAL bordo, al bajar de este vio sobre el camino una aglomeración de gente y vehículos detenidos, y en esos momentos cruzo en sentido contrario un automóvil Peugeot, con cuatro ocupantes que penetraron en punta de los llanos. Cuando se detuvo comprobó que se trataba un accidente, protagonizado por una camioneta fiat 125, multicarga, color gris, con cúpula de color blanco, mientras que sobre el pavimento y sin vida encontraba el obispo de La Rioja, Monseñor Enrique Angel Angelelli, el cual manaba sangre, por la boca, oídos y orificios nasales, mientras tanto al lado de este se encontraba, depositado en un camión, al parecer otro religioso, muy lesionado, de que se hacia necesario que fuera asistido por un medico, ya que manaba sangre por la boca, fuertes quejidos, (…), ante todo esto el que habla en forma expontánea acompaño el camión que portaba el herido, con su rodado, hasta la localidad de Punta de los Llanos y en el camino reconoció un automóvil marca Fíat 128 con una comisión policial que se dirigía al lugar del accidente”.En su declaración en sede judicial provincial (Fs. 1639), Fernetti ratifica la declaración anterior aclarando y ampliando “Que el automóvil Peugeot 404 que expresa haber cruzado – declaración de fs. 20/20/vta. era de color blanco que dicho automóvil se detuvo cuando el declarante iba hacia el lugar del hecho a investigar, y el declarante converso de auto a auto con uno de los ocupantes el que iba sentado en el asiento trasero. Que ambos vehículos iban circulando muy despacio, cada uno en su sentido – el del testigo hacia la ciudad de La Rioja – y al cruzarse el aludido ocupante le dijo que había habido un accidente muy grande. Que los cuatro ocupantes iban vestidos de civil, con ropa deportiva, “mangas de camisas” (…) que no puede precisar que chapa tendría el Peugeot 404. Que el testigo no vio entrar al automóvil Peugeot 404 en Punta de los Llanos, sino que vio que dicho vehiculo circulaba en dirección a la localidad Nombrada. Que la tierra o polvo que se levantaba entiende que se debía a los otros 39 vehículos que llegaban al lugar del hecho, no al accidente en si, que además se levantaba mucha tierra por un fuerte viento que había en ese momento”.A fs. 4065, por ante la Fiscalía Federal, Oscar Nicolás Fernetti, ratifica sus declaraciones testimoniales prestadas con anterioridad.Fs. 1662, testimonial de Martín Osvaldo Benegas, quien fue el medico de guardia del Hospital de Chamical, en le momento en que llevaron herido a Pinto, en horas de la tarde, con posterioridad a producirse el hecho que se investiga “exhibidas que le fueron por la instrucción, las constancias, la historia clínica del hospital de Chamical, reconoce como confeccionada del declarante, reconociendo la firma que la suscribe como de su puño y letra, la obrante a fs. 485 y 1431 – foliatura unificada -, constancias que son copias de un mismo original, preguntado por la instrucción en base a dicha constancias, donde se expresa que Pinto presentaba ligera obnibulación, perdidas espontáneas de conciencia y en los momentos de recuperación pequeñas incoherencias en sus ideas, si Pinto podría declarar en tales circunstancias, expresa el testigo, a parte de declarar que por la temperatura que registraba el paciente se evidenciaba un pequeño compromiso neurológico por la conmoción, que desde un punto de vista medico legal hubiera sido conveniente esperar algún determinado periodo para tomar declaración a Pinto, entre 24 y 48 hs. Que este es un periodo conveniente en un traumatizado, como es el caso de pinto, para poder evaluar su integridad intelectual”.A fs. 1677, Demetrio Cesar Abdala, médico forense de la localidad de Chamical, expresó que cuando asistió al sepelio de los sacerdotes Longueville y Murias el Obispo Enrique Angelelli, al momento de concluir el mismo, dirigiéndose al dicente, le manifestó “Doctor el próximo soy yo”. Agrega que el día del hecho, concurrió al lugar donde se encontraba el cuerpo de Monseñor Angelelli, permaneciendo en el lugar por durante el lapso de casi cinco horas, y luego de haber examinado el cuerpo y observar el vehículo, se expresa sobre aspectos que le llamaron la atención, como “el tamaño del parabrisas del vehículo Multicarga en que se conducía el Obispo y el gran tamaño corporal de Monseñor Angelelli -siendo pequeño el parabrisas-, por lo que le surge el interrogante de cómo pudo salir por allí el Obispo. Que además conocía que el Obispo manejaba muy bien, por lo que otro interrogante que se le presenta al testigo es como hizo para volcar accidentalmente, siendo que la banquina era muy ancha, y no estaba desinflada ninguna goma delantera, que es lo que podría haber hecho explicable fácilmente un vuelco, no así tratándose de una trasera desinflada”. También señala el testigo que posteriormente examinó al padre Arturo Pinto en el Hospital de la ciudad de Chamical el día 24/08/1976, hacia las veinticuatro horas, “encontrándose allí el Juez del Crimen de La Rioja”, que Pinto se quejaba por el dolor, y que no hablaba, y que “el Juez del Crimen presente en el lugar le indicó que el sacerdote debía permanecer en la provincia de La Rioja, y que debía ser trasladado a la ciudad de La Rioja”; “que una vez en conocimiento de este Sacerdote presentaba fractura de maxilar, lesión que no podía ser tratada ni en Chamical, ni en la ciudad de La Rioja, el declarante dispuso para su mejor 40 Poder Judicial de la Nación tratamiento su traslado a la ciudad de Córdoba. Que el declarante indicó que no se le tomara declaración al Sacerdote, dado que estaba muy dolorido y no podía articular palbra. Que el declarante estima que no se le tomó declaración hasta el momento en que salió de Chamical hacia Córdoba, lo que cree que se hizo muy temprano por la mañana del día 5 de agosto de 1975; estima que hacia las 6,00 hs se produjo el traslado”.A fs. 1680, testimonial de Francisco Roque Pinto, quien expresa que es hermano de Arturo Aído Pinto, que enterado de lo sucedido a su hermano se dirige a la ciudad de Chamical llegando al hospital en horas de la noche ingresando a la sala donde estaba internado el mismo y que se encontraba inconciente, permaneciendo en la sala donde estaba Arturo Aído hasta que fue trasladado a la ciudad de Córdoba al otro día, y que: “en horas de la noche mientras el declarante permanecía con Arturo Aído en la sala donde estaba internado, concurrió un grupo de 4 o 5 personas de civil, desconociendo el testigo si se trataba de personal policial o judicial. Que estas personas intentaron interrogar a Arturo Aído, pero este no dio ninguna respuesta a sus preguntas. Que esta fue la única oportunidad en que concurrieron personas a interrogar al herido. Que en la USO OFICIAL mañana del día 5 de agosto de 1976, no concurrió persona alguna a interrogar a Arturo Aído, (…) que el ingreso de las 4 o 5 personas de civil a la sala donde se encontraba internado Arturo Aído, fue tarde a la noche, aproximadamente a la una o dos de la mañana (…) Exhibida que le fue al testigo la declaración testimonial obrante a fs. 15 -refoliatura unificada- de estos autos, y preguntado que le fue si se ratifica o rectifica de dicha declaración y se reconoce como de su puño y letra la firma que la suscribe, responde: que se rectifica de lo expresado en la declaración exhibida, ya que su hermano no hablaba lo que allá se dice. Expresa de que por motivo de su estado nervioso en momentos en que se toma esa declaración, firma la misma sin leer o sin saber precisamente que estaba firmando. Pero destaca que su hermano no decía lo que allí se expresa.”. A fs. 15, en la declaración en sede policial de Francisco Roque Pinto -declaración que rectifica-, había declarado “Que en su carácter de Cabo Primero de Gendarmería Nacional, en la actualidad, se encuentra en calidad de comisión en el Instituto Penal de la Ciudad de La Rioja. Que en la fecha siendo aproximadamente las hs. 17:00, mediante un llamado telefónico tuvo conocimiento de que su hermano Arturo Aldo Pinto, había sufrido un accidente de transito antes de llegar a la localidad de punta de los llanos, por lo que de inmediato y con la autorización de la superioridad se traslado hasta la localidad ya nombrada para saber del estado de salud de su hermano y tomar conocimiento de que había sido evacuado a esta ciudad, de inmediato hasta aquí se dirigió una vez presente en el Hospital Luis Agote, fue conocido por su hermano que informó en forma incoherente de que había rodado con la camioneta y le hablo también de una goma, pero todo muy incoherente”.A fs. 1688, declara Roberto Juan Cappelletti, médico que atendió el día del hecho a Arturo Aído Pinto, quien expresa: “que su estado no era de coma, sino de “shock”, y su estado de conciencia era de una lucidez relativa, de a ratos 41 caía en la inconciencia. Que pinto de a ratos se dormitaba, y de a ratos recuperaba una parcial lucidez, y es en esos momentos en que balbuceaba. Que también presentaba traumatismo de mandíbula lo que le dificultaba la articulación de palabras, que mientras el declarante le practico la flebotomía, Pinto balbuceo, “monseñor, monseñor” y “como esta monseñor”, según alcanzo a escuchar el testigo. Que el declarante estuvo 40 o 50 minutos con Pinto”. Fs. 1713 copia de Historia Clínica de Arturo Pinto. Fs. 1786 testimonial de Pío Oscar Tanquía, personal policial, quien fue una de la primeras personas en llegar al lugar de los hechos, avisado por un agente de apellido Luna, tras la noticia que fuera dada por el Sr. Fernetti, cuando llega a Puntas de los Llanos. Tanquia, tomó su vehiculo particular y en compañía de dos agentes, se trasladaron en un vehiculo Fiat 128. Relata el testigo, “…íbamos por la ruta numero treinta y ocho, y un poquito antes, casi sobre el bordo, sobre la mano izquierda, fuera de la ruta, un poco metido entre los árboles, vi un PEUGEOT 504 color blanco, aparentemente abandonado…”. El testigo es conteste en afirmar que cuando llegan al lugar de los hechos, vio una persona tirada en el asfalto aparentemente muerta quien en ese momento no sabia de quien se trataba. Que cuando ve la camioneta, allí adentro se encontraba el sacerdote Pinto. Que, “…dentro de la camioneta, encontraron un portafolio con un inventario de los bienes que habían pertenecidos a los Sacerdotes Murias y otro Francés – Longeville- a quienes habían matado el mes anterior…”. Manifestó también que, “…el vuelco del vehiculo en que se conducía Monseñor Angelelli, no pudo producirse por un reventón por exceso de velocidad, porque la cámara de una de las cubiertas del vehiculo tenia un rasgón de aproximadamente diez centímetros, siendo conocido que el rasgón de las cámaras que estallan en vehículos que se conducen a alta velocidad, se hace muy grande, además la cubierta que tenia la cámara con ese pequeño rasgón al que hice referencia, presentaba un pequeño orificio, como de un proyectil…. Ya en horas de la noche, llegara personal militar y expulsa al personal policial interviniente, recuerdo la llegada de un Capitán de Ejercito junto con el Juez del Crimen de La Rioja y un comisario apellidado ROMERO, conocido como “Bruja”, que todo ese personal militar referido, llego fuertemente armado…Lo que si quiero agregar es que el sumario policial no fue hecho en presencia mía en Punta de los Llanos sino en la Ciudad de Chamical, a eso de las tres de la mañana, vino el Comisario LUNA HERRERA, con un sumario que ya se había hecho fuera del destacamento y del cual yo no tenía conocimiento y me ordenó que firmara las actuaciones, sin que yo supiera el contenido de las mismas…el sumario tendría una diez fojas por lo menos, que yo firmé y luego el Comisario se lo llevó. Quiero agregar también que junto con el sumario se llevo el maletín del obispo, que estaba en el Destacamento. En el maletín de referencia había un fajo se billetes nuevos…una carpeta con el inventario, fotografías…”.En su ampliación de declaración testimonial, a fs. 4128, Pío Oscar Tanquía expresó: “Que si reconoce como suya la firma de la declaración de fs 1786. PREGUNTADO: Si que distancia abría entre el Peugeot y la camioneta. 42 Poder Judicial de la Nación CONTESTA: Que el Peugeot estaba a quinientos metros del accidente, y la camioneta estaba detenida aun costado de la ruta. PREGUNTADO: Si vio gente en el Peugeot. CONTESTA: No vi a nadie por que lo vi rápido. PREGUNTADO: Para que diga si en el Bordo vio un Peugeot 404 o un 504. CONTESTA: Vi a la izquierda un 504 color blanco metidito bajo un arbolito. PREGUNTADO: Si había personas en la camioneta color verde que menciona en la declaración de marras. CONTESTA: Aclaro que me dirigí dos veces al lugar del hecho y no puedo acordarme con precisión en cual de las dos oportunidades vi a la camioneta ni tampoco sobre que lado de la ruta estaba, pero si que era color verde oliva y recuerdo que estaba con dos o tres personas a la altura del bordo, el vehiculo era tipo camioneta con caja abierta. Aclaro además que vi al Peugeot cuando me dirigía hacia el lugar del accidente y no estaba la camioneta, y en el segundo viaje solo vi a la camioneta y ya no al Peugeot. Aclaro que los dos vehículos estaban en un radio de 200 o 300 metros distancia en distintos momentos, nunca los vi en forma simultanea. PREGUNTADO: Si recuerda la vestimenta de las personas que estaban con la camioneta CONTESTA: Creo que eran de civil, no tenían ropa militar, yo estaba compenetrado en el USO OFICIAL accidente y no preste atención. PREGUNTADO: Si puede precisar forma del logo que tenía la camioneta en la puerta CONTESTA: No preste atención, no puedo precisar. PREGUNTADO: Si en el lugar del hecho, vio a una persona cruzada en la ruta y si Pinto estaba a dentro de la camioneta. CONTESTA: Que Pinto estaba a dentro del vehiculo. PREGUNTADO: Si se acuerda a que hora llego al accidente. CONTESTA: Tipo tres menos cuarto y el accidente debe haber sido unos 15 minutos antes. PREGUNTADO: Como estaba la camioneta. CONTESTA: Estaba de costado. PEGUNTADO: Si que posición tenía Pinto cuando lo ve por primera vez. CONTESTA: Que estaba dentro de la camioneta medio para el costado opuesto al volante, solo lo vi y no lo moví. PREGUNTADO: Si quien sacó a Pinto del vehículo. CONTESTA: No puedo precisarlo, yo no vi cuando lo sacaron del vehiculo. PREGUNTADO: Si escucha hablar a Pinto. CONTESTA: Que solo se quejaba. PREGUNTADO: Para que diga que función desempeñaba en Punta de los Llanos en el momento del hecho. CONTESTA: Yo era encargado del destacamento. PREGUNTADO: Si en Punta de los Llanos existía una cabina telefónica pública. CONTESTA: Había una que la atendía cada tanto una familia Romero en una piecita. PREGUNTADO: Si las comunicaciones desde esa cabina tenían problemas. CONTESTA: Era problemático hacer llamadas y no puedo precisar por que, cuando estaba abierto el servicio era normal. PREGUNTADO: Si al momento del hecho donde se encontraba. CONTESTA: Yo estaba en mi domicilio particular. (…) PREGUNTADO Si conocía al Vice Comodoro Aguirre, Estrella y a “Bruja” Romero. RESPONDE: Si, pero solo de vista, los ubicaba de vista. PREGUNTADO: Si conocía al policía Vera. RESPONDE: que si lo conocí pero en fecha posterior al accidente, antes solo lo ubicaba de vista. PREGUNTADO: Si en el hecho estuvieron las personas nombradas precedentemente, controlando, acompañando al juez o alguna otra tarea por el estilo. CONTESTA: Que no puede precisar. PREGUNTADO: Si cuando llegan al lugar, había otra persona aparte de 43 los accidentados. RESPONDE: Me parece que había otras personas mirando el accidente. PREGUNTADO: En relación al neumático de la camioneta que se detalla el la declaración anterior. RESPONDE: Que por la orilla de la cubierta se dejaba ver la cámara con una rasgadura tal como la describo en la otra declaración. PREGUNTADO: Si en al primera vuelta, al regreso del lugar del hechos venia solo. RESPONDE: Si, yo venía solo. PREGUNTADO: Si con posterioridad al hecho escucho algo o a alguien que aporte datos para la causa. RESPONDE: Escuche las versiones de accidente y la de homicidio, y también las versiones que se difundían por los medios. PREGUNTADO Si a que distancia estaba el cuerpo de monseñor de la camioneta. RESPONDE: Dos o tres metros, tal vez un poquito mas como cuatro o cinco metros. PREGUNTADO: Si firmo el informe del sumario. RESPONDE: Seguro que si, PREGUNTADO: Si se trata de la misma que menciona en su declaración de fs 1786. RESPONDE: Creo que si, que se trataba de esa, o sea, aclaro que firme un sumario y además declare en la policía pero no recuerdo quien me tomo la declaración. Seguidamente se deja constancia que la querella al examinar el expediente, no obra el sumario ni la declaración que el testigo asegura haber firmado. PREGUNTADO: Quien le da la orden de la fuerza para que se aleje del lugar. RESPONDE: Un militar que nos dijo que nos retiráramos por lo que me quede a un costado. PREGUNTADO: Si vio a que hora llego el juez al lugar. RESPONDE: Llego como a las diez pero no lo conocía, sino por versiones del lugar”. A fs. 4575, en nueva ampliación de declaración testimonial ante la Fiscalía Federal, el testigo Pío Oscar Tanquía, y las preguntas formuladas, “Para que diga si después del hecho la muerte de monseñor se interiorizó del tema. CONTESTA: Si pero no se podía hablar mucho hasta nos sacaron la radio, que nos podíamos comunicar en esa época, y a cada rato caía un alto jefe y nos insultaban. PREGUNTADO: Para que diga si respecto a este hecho tuvo amenazas. CONTESTA: No nadie me dijo nada pero como se vivía esa situación se trataba de hablar poco de lo sucedido. PREGUNTADO: Para que diga si vio el accidente. CONTESTA: No, llegamos a los 15 o 20 minutos. PREGUNTADO: Para que diga si había un Peugeot 504. CONTESTA: estaba parado estacionado ese vehiculo, yendo de aquí estaba metido y cuando volví no estaba, ya estaba la camioneta no se si había llegado en ese momento. PREGUNTADO: Para que diga si estacionado en el mismo sentido de monseñor. CONTESTA: No sentido contrario o sea de norte sur yendo de aquí sobre mano derecha. PREGUNTADO: Para que diga si el reventón de gomas es derecho o izquierdo. CONTESTA: No sabe no puede precisar tampoco si es adelante o atrás le parece que era trasera y que tenía como un agujero. PREGUNTADO: Para que diga si sabe si esa cubierta tenia cámara. CONTESTA: tenía cámara. PREGUNTADO: Para que diga si la camioneta queda volcada para el lado derecho .CONTESTA: viniendo de Chamical queda en medio de la cinta asfáltica y el cuerpo de Monseñor a cuatro o cinco metros antes de la camioneta, queda casi en el medio como la camioneta y el padre Pinto estaba adentro de la camioneta. PREGUNTADO: Para que diga si los otros neumáticos estaban en condiciones. 44 Poder Judicial de la Nación CONTESTA: si vio que estaban en condiciones. PREGUNTADO: Para que diga si puede ampliar la cuestión que manifiesta respecto la instrucción de un sumario y que no aparece. CONTESTA: como a los dos o tres días vienen unos oficiales y me hacen firmar de la policía provincial, en ese tiempo estaba el comisario de la regional primera a cargo, Luna Herrera yo firmo varias hojas era un sumario. PREGUNTADO: Para que diga si cuando se constituye al lugar lleva los elementos para hacer la descripción de lo que observa. CONTESTA: no Fernetti avisa a la policía destacamental, de que había una persona fallecida en la ruta treinta y ocho en la bajada del bordo, y me apersono al lugar del hecho, al llegar me acerco y encuentro a Monseñor lo toco, estaba ensangrentado y empieza a llegar gente y alguien dice era el obispo, el portafolio quedo en medio de la ruta abierto y veo una fotito y veo que era él e inmediatamente voy a avisar al destacamento y comunico la situación. PREGUNTADO: Para que diga si como autoridad no hizo por recoger el maletín. CONTESTA: No, queda ahí y después ya se hizo cargo la regional de aquí la comisaría de Tama. PREGUNTADO: Para que diga si la firma de ese sumario fue posterior a la llevada del maletín. CONTESTA: Fue como a los tres o cuatro días. USO OFICIAL PREGUNTADO: Para que diga (…) si ud no hizo ningún acto instructor sumarial. CONTESTA: no por que ya llegó el jefe de comisaría, y se hizo cargo el de aquí no se como se habría manejado, se hizo algo primero en Punta de los Llanos y después aquí. PREGUINTADO: Para que diga si no hubo ningún acto instructor sumarial por parte del destacamento. CONTESTA: confirma que no. PREGUNTADO: Para que diga si toco el pecho para ver si estaba con signo vital de vida lo levanto lo movió. CONTESTA: no me acerco y únicamente toco el pecho no los brazos ni piernas. PREGUNTADO: Para que diga si las fotos de fs 7/8 como esta ubicado el cuerpo es la misma posición como se encontraba en el momento que llego. CONTESTA: si es la misma posición de las fotos de las fotos de fs 7 y 8 y que solamente se limitó a poner su mano en el pecho del cuerpo. PREGUNTADO: Para que diga si en Punta de los Llanos prestaban servicios varios agentes u oficiales. CONTESTA: éramos un encargado y dos agentes por guardia. PREGUNTADO: Para que diga si sucedían esos hechos hacían siempre los sumarios. CONTESTA: si eran contravención si, ahora si eran hechos mas graves el comisario de Tama se apersonaba al destacamento de Punta de Los Llanos”.Fs. 2485-2599: Copias Informe Final y Documentos de la Comisión Provincial de Derechos Humanos. Fs. 3265-68: Reconstrucción Técnico Criminalística efectuada por el Sr. Médico Legista de los Tribunales Federales de Córdoba, Dr. Eduardo A. Gasparrini.Fs. 3444 carta remitida por Monseñor Enrique Angelelli a Héctor Bertaina. A fs. 3520 se incorpora declaración testimonial de Mario Angel Flores, quien expresa que: “en el año 1976 Monseñor Angelelli llegó a esta ciudad (Córdoba) y se alojó en el Arzobispado y como debía concurrir al Tercer Cuerpo de 45 Ejército es que el dicente lo acompañó. El esperó afuera de la reunión, que duró aproximadamente de 20 a 30 minutos. Y cuando salió le preguntó a Monseñor: “Que tal Monseñor, como le ha ido” y el Obispo le contestó “muy bien, muy bien, conversamos con el Gral. Menéndez respecto de que debíamos revisar y examinar nuestra fe””.Fs. 3521 declaración testimonial de Héctor Benito Bertaina, quien reconoce la carta obrante a fs. 3444, y que le fuera remitida por Monseñor Angelelli después de Semana Santa de 1976. En la oportunidad declaró ante la pregunta “para que diga si conoce a que refiere cuando dice “asunto de Sierra de los Quinteros”. Dijo: que si sabe, que monseñor le contó que había descubierto que un grupo de militares de aeronáutica que quería apoderarse de dichas tierras usurpándolas a sus propietarios, gente de condición humilde, que vio una carpeta que tenía en su poder Angelelli con todos los antecedentes de esta situación, en ella había mapas, no recordando cuantos, y declaraciones o manifestaciones que se referían a dicho suceso, recuerda que había un listado de personas pero no sus nombres ni a que se referían. Que recuerda que Angelelli le comentó que puso en conocimiento de esta situación en una reunión del Consejo Episcopal. Que también pro manifestaciones de Angelelli sabe que un tal Estrella estaba dentro del grupo de militares de aeronáutica que estaba detrás de dicha maniobra, y que dos sacerdotes de su diócesis estaban en antecedentes de esta maniobra. Para que diga porque firmaba Enrique Canuto. Dijo: Que era el sobrenombre que le habían puesto en el seminario a Angelelli. … Que “Cayo” es el Brigadier Alsina y “Ticio” el Coronel Damasco, personas que entrevistó Angelelli en Buenos Aires a través del dicente, con el fin de ponerse en contacto con algún otro militar de mayor jerarquía y explicar la situación de persecución que estaba viviendo. De estas entrevistas recuerda que ambos militares se comprometieron a realizar gestiones. Ambas entrevistas lo fueron por separado”.A fs. 3798 obra testimonio de Enzo Thelismar Herrera Páez, médico Legista de Policía de la Provincia de La Rioja, y quien efectuara la autopsia de Monseñor Enrique Angelelli junto a los Dres. Alberto Guchea y Eldo Luis Neffen, quien relató que “Trasladó el declarante al cadáver desde el lugar del hecho junto con el chofer de la ambulancia, y el Comisario Inspector Carrizo. Luego vino Pelanda López que estaba esperando la decisión del Magistrado para efectuar la autopsia”; y que en la misma no participó ni el Juez de la Justicia provincial, ni el Secretario. Añade que arribó al lugar del hecho después de las 17 horas, “que primero vio el cuerpo de Monseñor en el piso, constató que estaba muerto, le dijeron que venía con otro sacerdote que había sido llevado al hospital y un médico forense de apellido Abdala le dijo que ya estaba bien. Tomó a fin de hacer la inspección ocular una distancia circular de mas o menos 25 metros y buscó elemento para la causa”. Que se había resguardo de la zona, más o menos a cincuenta metros al oeste y únicamente la custodia policial estaba en el lugar del hecho. Señala que el cuerpo de Monseñor Angelelli se encontraba, respecto de la camioneta que estaba volcada y el cuerpo a mas de dos o tres metros del lugar, sin recordar si del lado del acompañante o del volante, el cadáver estaba de cúbito dorsal y se veía en el asfalto la sangre que ya estaba 46 Poder Judicial de la Nación seca y coagulada, que observaron sus ropas y elementos y cuando llega el Magistrado con un grupo de personas quién les ordenó el inmediato estudio e informe de Monseñor. Que permaneció a la espera de la ambulancia y se trasladaron a la Capital llegando a las 22:30 horas o más. Que le comentaron que el otro padre (cura) que había quedado dentro de la camioneta era quién venía manejando la camioneta. “No le consta”. Que la camioneta estaba volcada “que viniendo de Córdoba de Sur a Norte la camioneta estaba volcada a la izquierda del camino y Monseñor tirado en el asfalto. No recuerda si la camioneta estaba en la banquina o un poco sobre la ruta. El cuerpo de cúbito dorsal en el asfalto con los pies hacia el sur y su cabeza como mirando hacia La Rioja”. Que en el lugar “…siempre efectuaba una recorrida en círculos de 15 o 20 metros, vieron únicamente el derrape del vehícu1o de 50 a 70 metros antes y luego el reingreso al pavimento, donde aparentemente volcó”. Preguntado por “si pudo advertir las huellas de otro vehículo. Contesta: que nunca pensó en otro vehículo, ni las advirtió. No vio ni recuerda haber visto alguna otra manifestación de esta naturaleza”.- Exhibido al testigo el croquis obrante, a fojas 3, el declarante manifiesta “que coincide con su declaración; pero, en vez de decir Este debería USO OFICIAL decir Sur y donde dice Oeste debería decir Norte, están mal dibujados en el croquis los puntos cardinales”. Respecto de la fotografía N° 10 declara “que ese era el espacio de la camioneta al cuerpo, éste lo pasó a la camioneta pensando luego en el aplastamiento del cuerpo por la camioneta con algún objeto de la misma, impactando tangencialmente sobre el tórax y parte superior del abdomen”. Exhibida la foto de fojas 11 (fotos 1 2 y 3) manifiesta que “nos dijeron que la puerta estaba abierta y que por allí había sido expulsado, en la foto se ve deteriorada la puerta”. Exhibida las fotos de fojas 12 (fotos 4, 5 y 6) manifiesta “que no recuerda la posición del vehículo, la puerta derecha estaba deteriorada pero ningún otro detalle, ya que le preocupaba el cuerpo. Lo otro eran escuchas de los otros peritos que se ocupaban de ello”. Preguntado si los golpes que presentaba el cuerpo eran compatibles con un accidente, expresó “que son compatibles con este tipo de accidente las heridas”. El testigo da explicaciones sobre el desarrollo de la autopsia, el examen externo del cadáver, describiendo las lesiones del cuerpo; interrogado sobre “si es factible con el estado que presentaba el cráneo que haya recibido un impacto de bala disimulada en la magnitud del traumatismo. Contesta que no es compatible con una herida de bala porque las características de la lesión no tiene la similitud de una herida de arma de fuego. La lesiones son consecuencia de un fuerte impacto del cuerpo ante una superficie firme, resistente y que se hace con contundencia en el impacto”. Preguntado el testigo sobre “si se planteó al intervenir en la inspección ocular en el lugar del siniestro que el accidente que produjo la muerte fue provocado por el impacto o por la encerrona de otro vehículo. Contesta: que nunca pensó un acontecimiento de esa naturaleza, avocándose con estrictez científica al estudio del cadáver”. Respecto de si el cuerpo de Monseñor Angelelli presentaba raspados los talones, expresó que “sí en uno más que en otro de trazo contuso e irregular, no el talón en sí sino la piel y el tejido celular de la planta del pie sobre el talón, que puede haberse hecho al impactar”; y si “la lesión 47 puede ser compatible con que el cuerpo de Monseñor haya sido arrastrado. Contesta: que absolutamente no, ya que como cae el cuerpo así se encuentra con las manchas de sangre que emanaban de su rostro nariz oído y nuca y que deja su rastro en el pavimento. En ningún momento hay signos de haber sido arrastrado. No hay signos que demuestren ese hecho. De acuerdo a la destrucción del tórax, de un lado más que del otro, junto con la lesión en el hígado, presumió que se trató de un golpe producido por el vehículo al pasar por encima del cuerpo y va hacia adelante. Se trató de un golpe anterior en el tórax que interesa más el hemitórax derecho que el izquierdo lo que refleja en la autopsia las fracturas múltiples de un lado 7 y del otro lado tres costillas, como así también la lesión del hígado que está para el lado derecho”.Fs. 3815/3838 obra documentación acompañada por el Obispado de La Rioja en relación a “las personas que fueron declaradas incursas en entredicho personal”.A fs. 3864 obra testimonial de Enrri Hardi Praolini quien expresa que no tiene conocimiento directo del hecho investigado, tomando conocimiento por Radio Nacional. Respecto de la ropa que usaba Monseñor en el momento del accidente, expresó que: “la retuve quince o veinte días y la entregue al obispado. PREGUNTADO: para que diga si la iglesia de ese momento se encontraba dividida o si existían en ella personas con intereses opuestos a Monseñor como así también si alguien podía resultar beneficiado con la muerte de Angelelli. CONTESTA: que había diferencias de criterios en la practica pastoral que también se compartían con grupos de laicos, pero los sacerdotes seguramente no podían tener interés en la muerte de Monseñor, pero no puede asegurar lo mismo de los grupos de laicos y tanto laicos como sacerdotes deseaban que Monseñor dejara el obispado de la Rioja y que no puede precisar nombres de los sacerdotes por que tenía poco tiempo de residencia en la Provincia PREGUNTADO: para que diga si existían personas dentro de la iglesia que daban información interna a las fuerzas de seguridad. CONTESTA: era voz popular que había gente de la iglesia en cuanto se llamaban cristianos pero con una militancia muy restringida y de oposición a la línea pastoral de Angelelli y no puede asegurar si había o no personas que daban información interna a las Fuerzas de Seguridad. PREGUNTADO. Para que diga si puede identificar a personas que se manifestaban abiertamente en contra de la Pastoral de Angelelli. CONTESTA: que el padre Virgilio Ferreira, Juan de la Vega, Julio Goyochea y no recuerdo a otros. PREGUNTADO: para que diga si Monseñor estaba amenazado. CONTESTA: que por boca de él supe que estaba amenazado de muerte en forma anónima y desconozco la forma en la que fue amenazado”.Fs. 3979 obra manifestación formulada por Raúl Antonio Nacuzzi, presentada por la Esc. Ilda T. Rearte de Mercado.Fs. 4252-4271: Informe del Cuerpo Médico Forense sobre la exhumación del cadáver de Monseñor Angelelli. 48 Poder Judicial de la Nación Fs 4309/4311 testimonial Mario Nelson Ibáñez, quien reparó la camioneta Fiat Multicarga 125 en la que se conducía Monseñor Enrique A. Angelelli, expresando que: “yo examine la camioneta, que me llega a través de una persona de apellido Barrera sino me equivoco, que era el concesionario de la Citroen”; y que “estaba donde actualmente es “La Positana” había un garaje con un portoncito marrón, creo que en la calle el Chacho”, y que dicho vehículo le fue entregado por unas monjas, no recordando, y lo llevó a su domicilio remolcándolo con otro vehículo, no recordando en que fecha, pero “era la época de los militares, quienes hacían parar mi actividad por minutos para preguntarme cosas” no pudiendo precisar cuanto tiempo pasó desde la muerte de Monseñor Angelelli. Que sabe que era la camioneta de Angelelli, porque cree que “Barrera me dijo, por que él la había comprado y yo tenía que repararla, y después por comentarios, pero yo la conocía a la camioneta desde el obispado, yo la reconocía por que la manejaba en ese entonces un señor Cortéz, quien era hijo de Colacho Cortéz que era chofer del Obispo”, no recordando el numero de patente; agregando que “yo cambié los laterales traseros, el techo, uno o dos guarda barros USO OFICIAL delanteros y un panel de la puerta derecha, vidrios, parabrisas y luneta” presentando daños normales de un vuelco en las partes que menciona. Preguntado por el Ministerio Público Fiscal “para que diga que daño característico presentaba la camioneta para usted afirmara que fue chocada y su vuelco provocado. Contesta: Para mi la camioneta fue tocada en la parte trasera para que se provoque el desequilibrio de la camioneta, tenia un golpe característico en la parte trasera, y que la camioneta era de color blanco hielo y tenía una mancha como si lo hubiese sido rozada por un auto blanco tiza.- Preguntado: Para que diga en que parte concretamente.- Contesta: Donde termina el paragolpe en la parte derecha de atrás, a unos treinta centímetros sobre el guarda barro izquierdo trasero y no toca el paragolpe.-Preguntado: Para que diga que daño tenía el guarda barro trasero izquierdo.-Contesta: Tenía rayaduras, hundimientos largos por que la banquina era blanda.- Preguntado: Para que diga si el paragolpe presentaba daños.- Contesta: el paragolpe trasero presentaba torceduras, pero al delantero lo cambiamos, Preguntado: por el guardabarros trasero izquierdo lo cambió.- Contesta: Si cambié los dos guardabarros traseros.- Preguntado: Para que diga si la camioneta se la entrego a Barrera ya reparada.- Contesta: Si, el la retira reparada y en funcionamiento y que la vendieron acá y después a Mendoza. (…) Preguntado: Para que diga si en la puerta izquierda presentaba daños.- Contesta: Estaba trabada, y la derecha estaba abierta.Preguntado: Para que diga si que daños tenía el techo.- Contesta: Abolladuras normales de un vuelco con deformaciones en parantes por lo que rompió el parabrisas y la luneta”, haciendo un relato de los daños que presentaba el vehículo; para agregar que “yo aprecie una mancha grande de sangre frente al volante de 15 cm. de diámetro en el tablero.Preguntado: Para que diga como sabe que era sangre.- Contesta: Porque tenía las características, yo había visto manchas de sangre antes y por eso puedo afirmar.Preguntado: Para que diga como fue el impacto.- Contesta: Yo estimo que lo hizo un 49 profesional al golpe que le dan a la camioneta, yo sostengo eso por mi experiencia reparando vehículos.(…) Preguntado: Para que diga si fue objeto de molestias.- Contesta: fue el Ejército y policías a preguntar y a mirar, me preguntaron sobre impactos de bala y de escopetas, yo no observe nada de eso y yo siempre recalque, ellos venían uniformados con armas largas creo que eran FAL, vinieron unas cuatro o cinco veces cuando tenía la camioneta en el taller.- Preguntado: Para que diga si observo restos de sangre en otra parte.- Contesta: no, no había salpicadura en el techo ni en ninguna otra parte, pero aclaro que la mancha del tablero era como si fuese de una cosa que se hubiese apoyado, como una mano por ejemplo, pero que no tenía salpicaduras ni nada como estallado (…) Preguntado: para que diga de que material era el tablero.- Contesta: Como plastificado poroso con un paño aislante como lana de vidrio o algo así, similar a goma espuma, el tablero era negro.-Preguntado: Para que diga por que no declaro antes.- Contesta: por que no me llevaron el apunte y nunca me citaron. (…) Seguidamente se le exhiben las fotografías de fs 11 y manifiesta que en relación a la fotografía numero 3, manifiesta que la cúpula no estaba cuando la camioneta fue a su taller, también expresa que las ruedas que se observan no estaban. Seguidamente a fs. 12 manifiesta respecto a la fotografía nro. 5 de que el volante tiene un protector que en su taller no observo; de la fotografía nro 4 manifiesta que el capot estaba muy destruido y que no se condice con el que llevaron a su taller; respecto a la fotografía nro 6 manifiesta que la cubierta no coinciden con la que llevaron su taller, como así también no observo el amortiguador que aparece cortado. A fs 22 foto nro 1 manifiesta que la mancha que observo y que describió estaba en el torpedo arriba del velocímetro y que reitera de que el protector del volante no estaba. A fs. 23 foto nro 3 observa que el capot se encuentra muy destruido y que no coincide con el capot de la camioneta que fue llevada a su taller. A fs 26 foto de rueda manifiesta que las llantas no estaban torcidas como aparecen en la fotografías.- A fs 28 Manifiesta sobre la foto nro 14 no se trata de la llanta del vehículo que llevaron a su taller. Con respecto a las fotografías de fs. 11 manifiesta el testigo que difiere la posición del paragolpe en la fotografía 1 y 3, observando el detalle que en la fotografía nro. 1 no se encuentra colocada la chapa patente. También expresa que a su criterio la fotografías de fs. 12 nro 6 es diferente a la fotografía nro 8 de fs 25 en lo que respecta el amortiguador y cubiertas del vehículo”. A fs. 4402/4412 se incorpora informe del Dr. Mario Germán Vignolo, médico forense, perito de parte.A fs. 4423 la querella particular acompaña en original un Expediente caratulado: Causa “Mons. Enrique Angel Angelelli – Obispo de La Rioja – Caso CAI N° 2891”, que se reserva en Secretaría, agregándose copia certificada a fs. 4636/4682. A fs. 4614 se incorpora Legajo Personal de Rodolfo Nicolás Vigo, remitido por Policía Federal Argentina. 50 Poder Judicial de la Nación A fs. 5101/5102 obra copia de los Decretos Provinciales N° 3/76 y N° 26/76.A fs. 5190 el Ministerio Público Fiscal acompaña Prontuarios Policiales entregados por la Dirección de Planeamiento Estratégico de la Policía de la provincia de La Rioja, correspondientes -entre otros- a Enrique Angel Angelelli.A fs. 5413/5414 obra Informe Psicológico Forense del ciudadano Edilio Cristóbal Gabriel Di Cesare, elaborado por el perito oficial, Lic. Norma Griselda Miitto, del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.A fs. 5460/5465 obra Acta de Inspección Ocular, croquis ilustrativo y fotografía.A fs. 5475 se incorpora declaración testimonial de Luis Avelino García, quien expresa que: en el gobierno provincial durante el denominado proceso de reorganización nacional “…desempeñe el cargo de Subsecretario de Gobierno y Justicia desde el 25 de mayo de 1976 hasta el 02 o 03 de abril de 1981. En un primero momento el Gobernador fue el Comodoro retirado Roberto Luís Nanziot y como Ministro USO OFICIAL de Gobierno el Comodoro Jorge Alberto Mones Ruiz”; preguntado respecto de si ha conocido el Comodoro Luís Estrella con motivo de su función, expresó que “No lo conocí, si sabia de su actuación como, creo que el Sub jefe de la Base, que creo que era el Celpa, y se que cuando se produce le destitución de la Presidente y el Gobernador, el fue designado como Ministro de Hacienda. Luego se lo designa, a un Comodoro Castro Creo. Pero de vista si lo he conocido pero nunca un dialogo ni nada por el estilo”. En relación a la muerte de Monseñor Angelelli, “Yo ese día, en forma particular, el 04/ de agosto de 1976, en horas temprana de la tarde, calculo que eran las 16:30 o 17:00 suena el teléfono de mi casa y atiendo yo, hablaba el Sub. Jefe Herrera, Vicente que lo subrogaba a Di Cesare, y me transmitió la noticia que había muerto Angelelli en una accidente de transito entes de llegar a Punta de los Llanos. En ese entonces, Angelelli había estado en Chamical con motivo de una misa por la muerte de los Sacerdotes. Yo le digo que se comunique con el Juez de Instrucción que era Vigo, y en segundo lugar hable con el Secretario que era el Sr. de la Fuente, para que adopte la medidas judiciales pertinentes desde el punto de vista judicial resulte necesario, en cuanto al lugar del hecho, el traslado del cuerpo y autopsia. La autopsia se realizo en el Hospital Presidente Plaza, la hizo el Dr. Enzo Herrera Páez y creo que el Dr. Guchea. En segundo lugar, el fotógrafo de la policía, hizo toma secuenciales del acto, eso lo se porque las vi después, recuerdo hasta el numero de fotos, que eran 53 placas fotográficas. Posteriormente Nanziot me llamo a su despacho y me pidió que le redactara a los Sacerdotes de la Rioja una nota de pésame y me pido que me trasladara a la Catedral y entregársela al Vicario, creo que se la entregue al Aurelio Ortiz o Guzmán y me acerque al ataúd, le vi el rostro a Angelelli, no advertí, rastros de golpes, si pude advertirle en su cuello, en el lado izquierdo como una mancha amoratada. Bueno, luego me fui a la casa de Gobierno y luego me fui a mi casa, siendo las horas 21:00 a 21:15 aproximadamente. Ese día, para mi, había asumido en la mañana 11:15 el Director 51 Gral. de Municipalidad un Sr. que era Sub Oficial Mayor de la Fuerza Aérea, Garnica Nelson, y por ese motivo vinieron a la Rioja un grupo de Sub Oficiales a acompañarlo al acto. Vinieron en un militar y después del acto, participaron de un almuerzo y luego de eso se fueron de regreso hacia Chamical. Ellos fueron, creo, lo que llegaran al lugar del accidente y creo que fueron los que colaboraron con la Policía. Creo no estar confundido, pero en los diarios de esa época deberá estar asentado lo que estoy diciendo”. En cuanto a la percepción que tuvo la feligresía a cerca del hecho, relató: “Algunos decían que había sido un accidente y otro decían que había sido un asesinato responsabilizando a los militares. No nos olvidemos que el ambiente de aquella época era un ambiente tenso, la muerte de los Sacerdotes, la feligresía estaba media problematizada, había desacuerdos etc.”. Sobre la actuación del Juez de Instrucción Dr. Vigo, señaló que “Hizo lo que tenia que haber hecho, no fue en forma inmediata pero creo que ordeno el secuestro de un portafolio que traía Monseñor Angelelli. Se que había secuestrado una escasa cantidad de dinero, eran dólares. El día anterior, 3 de agosto, estando en mi despacho pidió hablar conmigo el Sacerdote Esteban Inestal, lo hice pasar. Le digo si en que puedo serle útil. Me dice que lo había hablado el Pelado (Angelelli) desde Chamical por teléfono y me pido que venga a verlo para que le gestiona (yo) una audiencia con el Sr. Gobernador. Quiere expresarle su sentimiento de inseguridad y temor porque se siente perseguido por la gente del área y quiere conversar con el Gobernador porque lo reconoce como autoridad legitima, y si no tiene repuesta sobre lo que va pedirle, me ha confiado que va abandonar la diócesis y no volverá más. Como yo tenia línea directa con el Gobernador, le solicite si le podía conceder una audiencia, el (Gobernador) me respondió que la audiencia esta concedida para el día y la hora que el día. Luego la audiencia no se concreto por razones obvia”. Agrega que actuó como funcionario desde 25/05/1976 al 02 o 3 de abril de 1981y que había sido convocado por quien era en ese memento Ministro de Gobierno, el Sr. Mones Ruiz. En cuanto a las relaciones del Gobierno con Angelelli, eran normales y respetuosas, y que reuniones no hubo ninguna, “Creo que al decir eso, algunos tenían desconfianza de Monseñor. Esto viene de antes, de la época de Lanusse que vino a la Rioja. Lanusse expuso en esa época (1972) un plan que se habíamos elaborado entre el Dr. Herrera Paez y ya a dar solución al tema Codetral, y Angelelli no acepto el tema de los latifundios”. En cuanto a la relación del declarante con la Policía expresa que “le puedo decir que tenia una relación un poco menos que mala, más respondía Di Cesare a su Jefe Natural Pérez Bataglia”. En relación a la visión que el declarante tenía respecto del diario el SOL de la época, dijo: “Lo veía como un opositor al Obispado. En mis funciones, nunca vi. que lo invitaran al dueño del diario a alguna reunión, algún brindis etc. Quiero agregar que el día del hecho, el 04 de agosto, entro a mi despacho y escucho voces en el despacho contiguo que jamás cerraba la puerta con llave, abro la puerta y estaba Mones Ruiz con Aurelio Ortiz que estaba lloroso, estaban hablando de la muerte de Angelelli”. Ante la pregunta de la querellante particular Dra. Mirta Sánchez sobre si “Ud. dijo que fue una 52 Poder Judicial de la Nación accidente, explique? Contestó: Yo jamás dije que fue un accidente, me habían transmitido la noticia que se mató Angelelli en un accidente de transito”.III) DE LA DEFENSA MATERIAL: A fs. 5066 el imputado Luis Fernando Estrella, asistido por el Sr. Defensor Público Oficial Subrogante, declara que: “Soy ajeno totalmente y rechazo la imputación que se me formula. Nunca recibí ordenes de este tenor ni trasmití a mis subordinados. Con respecto a esta ultima parte, mis subordinados eran empleado de la Provincia de la Rioja porque yo me estaba desempeñando como Ministro de Economía. En aquel entonces, ese Ministerio abarcaba las arreas hacienda y obras publicas, además se me nombro interventor del Excmo. Tribunal de Cuentas, adjuntando en este acto fotocopia de los decretos de esos nombramientos, pero además como dependencias, yo tenía 12 direcciones generales y el banco de la Pcia. de La Rioja. De esas 12 direcciones generales, ratifique a todos los directores generales, y aceptaron y me acompañaron. Yo en la época de los hechos que se me imputan he procedido a cristalizar proyectos del anterior gobierno. Con respecto a la fs. 4784, donde se señala la actividad de Angelelli con la comunidad USO OFICIAL agrarias, no solamente apoyé esa gestión sino que también inauguré la cooperativas bajo mi gestión. Siendo Ministerio, una de las Dirección General era del Dirección de Catastro, y así me dedique a solucionar problemas, había escrituras viejas y otras sin escrituras, e impulse eso. Yo sostengo la doctrina social de la iglesia y no creo que se subversivo. Ella misma fs. 4784, se habla de detenciones y otras cosas, yo estaba cumpliendo esta funciones y no estaba en Chamical. Yo soy Mendocino y utilice mucho el apoyo de la Universidad de Cuyo e hice realizar un estudio de suelo de la Rioja, reinauguré la bodega estatal de Villa Unión por los años 1976. En la fuerza aérea no existe el cargo de Segundo Jefe, pero de todas formas yo estaba acá en la Rioja, pernoctaba en el Regimiento a veces. En el CELPA está el Comodoro Agüirre (fallecido). En las fecha de los hechos, mi Sra. era hija única y la mamá quedo viuda en Córdoba en cuyo Departamento se alojaba un hijo mío, pero yo creo que era feriado el día del accidente de Angelelli y ese día yo estaba en Córdoba, es más me entere por los medios. Toda la información que yo recibí es que el Monseñor había fallecido en una accidente. Cuando volví de la Córdoba a la Pcia. de la Rioja. Nunca recibí una orden de secuestro de nadie, ni el (Aguirre) no nadie. Aguirre si estaba a cargo de la Unidad. En relación a la autoría mediata yo quisiera hacer una breve reseña de mi profesión. Yo fui aviador militar pero primeramente hice una curso de navegador radarista bombardeo. Por los años, no me acuerdo, yo era Teniente y todos teníamos que hacer un curso, yo hice meteorología. No participe en ninguna unidad operativa ni de inteligencia, habiendo tenido la opción de hacer el curso de inteligencia. Ese año se creo un curso que a todos lo que se dedicaban, había que hacer ese curso, que era una especie de profesorado (1965/1966). He estado 4 años de jefe de curso de aviadores, hasta mitad de 1976. Fui integrante de la escuadrilla de acrobacias. A la pregunta de la Fiscal, la doctrina social de la iglesia no era subversiva. Que entiende por Subversivo: la subversión del orden. Creo que el Fiscal también señala Marxista la Movimiento Tercer Mundo y que sustentaba la 53 doctrina social de la Iglesia, Es las a esa doctrina al he asumido yo y la sostengo. A pregunta de la Sra. Agente Fiscal si que relación tenia con CELPA: Desde principio de año hasta el 24 de 1976 me desempeñe como Jefe de Escuadrón Tropas. CUAL era su domicilio familiar? El domicilio de la familia era una casa de Chamical dentro del CELPA. Las vivienda están divididas dentro de las Jerarquías? Como estaban divididas? Si, estaban divididas de acuerdo a las jerarquías. Cual era el motivo que Ud, tenia una vivienda dentro del CELPA, no prestando servicio ahí? . Contesta: Es muy fácil, por costumbre dentro de la fuerza, incluso hay civiles que ocupaba esas casa y he seguido ocupando porque era donde se alojaba mi familia y el motivo es por mis tres hijos y mi esposa iban a la escuela Torres Molina de Chamical. Con que frecuencia visita a su familia? Todas la veces que podía, porque me gusta mi familia. Durante la semana yo estaba aquí y el fin de semana iba y pernotaba en esa casa o en Córdoba donde tenia un hijo estudiando y mi suegra viuda y mi sra única hija, y me volvía. Aquí, yo estaba en el regimiento. Yo he traído una copia de la Cámara Federal de Córdoba, donde se cerro el caso porque no hay elementos de juicio. En este acto hace entrega de un juego de copia de la resolución de fecha, Córdoba 20 de abril de mil novecientos noventa de 23 fojas útiles. Paralelamente con esto, el cardenal Bergoglio, ordenó una comisión especial en agosto del 2006, conformada por el Monseñor Roberto Rodríguez, el profesor de derecho canónico, Nelson Dellia Ferrera, presidida por el arzobispo de Resistencia Monseñor Carmelo Juan Giaquinta, con el siguiente cometido: 1º) Realizar una investigación en el ámbito eclesial relativo a la muerte del Monseñor Angelelli. 2º) Requerí y tomar los testimonios de ministro de la iglesia, religiosa y agentes pastorales, 3º) Colaborar con la autoridad civil en su misión de establecer la verdad de los hechos, evitando interferir las investigaciones en ese fuero, 4º) Emitir un informe escrito de lo realizado. Del informe medico que en este acto acompaña el imputado, V.S. lo pone a la vista del Sr. Agente fiscal, quien pide se remita la causa si es posible en el día de la fecha pasa extraer copia. A la pregunta de la Defensa. ¿ Ud. conforme las copias de los decreto que acompaña, desde que fecha ocupa el cargo de Ministro de Economía y presidente del Tribunal de Cuenta y hasta que fecha?. Desde el 24 de marzo de 1976 hasta mitad de año del mismo año y de ahí renuncie al Ministerio, cosa que la fuerza no me permitía, y como presidente del Tribunal de cuenta hasta fin de año de 1976 habiendo permanecido además como asesor del gobernador. Donde habita Ud. los días de semana? Contesta: En el regimiento, cumpliendo funciones de 8:00 hs a 22:00 era un Ministerio sumamente grande”. A fs. 5145 el encartado Luciano Benjamín Menéndez, asistido por la Defensa Pública Oficial, declara que: “En otras ocasiones me he negado de declarar por hechos relativos a la guerra contra la subversión marxista, que sostuvo la nación argentina contra el terrorismo. Esa negativa obedece a que considero que los hechos de la guerra están dentro del marco de la ley vigente en ese momento, ley nacional (Código de Justicia Militar) que señalaba que en los hechos cometidos en actos de servicio, los jueces naturales de los militares eran el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y como 54 Poder Judicial de la Nación Tribunal de Apelación, la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero como este caso se trata de un hecho totalmente ajeno a esa guerra contrarrevolucionaria y se investiga un accidente lamentablemente fatal en una ruta nacional, me presto a informarle a V.S. lo que he sabido de ese episodio. Cuando me entere de la muerte de Monseñor Angelelli, procedí a informarme con el jefe del Batallón de Ingenieros Coronel Pérez Bataglia, el jefe del CELPA, Comodoro Aguirre, y el Gobernador de la Pcia. de la Rioja, Nanziot, sobre lo ocurrido. Ellos me informaron y me reiteraron después de la investigación que después hicieron en sus jurisdicciones que Monseñor Angelelli había muerto en un lamentable accidente al reventarse una de las gomas de la camioneta, lo que provoco el vuelvo del vehiculo. Según recuerdo, el comodoro Nanziot, me informó que había un sumario policial, me imagino que de la provincia y peritajes de expertos policiales que indicaban que eso había sido un accidente. Asimismo, creo recordar, que el acompañante no pudo aportar datos ni detalles del accidente por haber sufrido el un shock y creo que tuvo heridas de consideración. En conclusión, informado por los Jefes Militares de Ejercito y Aeronáutica con guarnición en la Provincia, Coronel Pérez Bataglia y Aguirre, que ellos no sabían nada USO OFICIAL del lamentable accidente e ilustrado por el Gobernador, que se habían tomados todos los recaudos administrativos, y técnicos y se había concluido que esto había sido un accidente, quedé conforme con dicha información”. Preguntado por si lo conoció a Angelelli, dijo que “Nunca”. Interrogado sobre si alguna vez Angelelli le pidió o elevo alguna nota, dijo “Nunca”. Señala que La Rioja respecto a la lucha contra la subversión “Era una de las Zonas más tranquilas de mi jurisdicción…los hechos terroristas fueron escasos en La Rioja, no me acuerdo cuanto fueron, pero si me acuerdo que La Rioja era un lugar donde no sucedían hechos terroristas como en Córdoba, Tucumán o Mendoza, hechos como enfrentamiento armados, entre las fuerzas armadas legales y la subversión terrorista o asesinatos de civiles, policías o militares o artefactos explosivos, etc”. Expresa que “Habíamos recibido la orden de aniquilar la subversión, la cual subversión pretendía imponer ideas enemigas de nuestra constitución, me explico, mientras nuestra constitución dice, que Dios es fuente de toda razón y justicia, la subversión marxista niega a Dios, mientras nuestra constitución sostiene que la propiedad privada en inviolable, la subversión marxista niega el derecho de propiedad, mientras nuestra constitución dice, que ella se dicta para asegurar los beneficios de la libertad a todos los hombres del mundo que habiten el suelo argentino, la subversión marxista suprime la libertad y pretende instaurar un sistema de esclavitud. Mientras nuestra constitución dispone que el presidente de la Nación se cambia cada cuatro años mediante elecciones libres, universales y secretas, la subversión marxista promueve la permanencia en el poder de tiranos vitalicios”. Niega haber tenido conocimiento del pensamiento que difundía Monseñor Angelelli y de a la actividad de la iglesia católica, en la jurisdicción de la Rioja”.En su acto de defensa material, asistido por la Sra. Defensora Pública Oficial Subrogante, obrante a fs. 5222., el imputado Jorge Rafael Videla expresa: “…voy a prestar declaración indagatoria respecto a tres aspectos que paso a exponer: el 55 primero, es un comentario casi anecdótico que a mi juicio guarda estrecha relación con el hecho que se investiga en esta causa. Luego de ocurrido el accidente de Monseñor Angelelli y acallados los comentarios de todo tipo a que dio lugar, en fecha que no puedo precisar, recibí en audiencia -a su pedido- al Nuncio Apostólico Pio Laghi. La audiencia la concedí en mi carácter de presiente de la nación y la misma se realizo sin testigos como era natural. Terminado de exponer el tema que motivara la audiencia, antes que el Sr. Nuncio se retirara, el manifesté fuera de la agenda, mi preocupación por el accidente que sufrió Monseñor Angelelli y fundamentalmente por la posibilidad que el mismo pudiera afectar la relación entre el Gobierno y la Iglesia. El Sr. Nuncio, sin hesitar me respondió: “Presidente, la Iglesia tiene asumido que el fallecimiento del Monseñor Angelelli, fue producto por un accidente; Ud. Puede dormir tranquilo respeto de este asunto”. Con esta respuesta y los saludos de práctica se dio por terminada la audiencia. El segundo asunto que deseo tratar, es hacer entrega de una documentación recibida de un Ex. Colaborador que conociendo la citación para prestar declaración indagatoria, me la hizo llegar espontáneamente a mi lugar de detención, a titulo de colaboración (en un total de 69 fojas en fotocopias), y cuatro copias lo que seria el índice que la documentación acompañada, … Sobre la misma no voy a formular comentarios porque no tengo elementos de juicio que me permitan hacerlo. Solamente solicito que sea recibida y quede registrada su entrega y recepción. El tercer punto, el ex colaborador que me entregara la citada documentación, es el Coronel retirado Eduardo De Casas …, quien me manifestó que esta dispuesto a declarar como testigo en esta causa, en caso de ser citado. Terminada esta formalidad no voy a agregar mas en estos actuados”. A fs. 5233 y sgtes. obra documental acompañada por el imputado.A fs. 5306 obra declaración indagatoria de Albano Eduardo Harguindeguy, quien asistido por la Defensor Pública Oficial Subrogante, declara que: “El día 4 de agosto de 1976 recibí un llamado del Gobernador de la Rioja, donde me informaba que en un accidente había muerto el Obispo Angelelli, esta seguro le conteste?, y le dije que pongan todas las fuerzas para dejar esclarecido el hecho. Con respecto a la muerte del Obispo, niego terminantemente haber impartido alguna orden. La policía federal actuaba bajo el control de las tres armas, lo dice el decreto de Isabel Perón, el segundo no es de Isabel Perón porque estaba en las Sierras de Córdoba, y entre los dos decretos, en el año 75 yo era segundo comandante del cuerpo de Ejercito 1, y me tocó el asalto a Monte Chingolo. En esos decretos decían que la policía opera bajo el control de la Fuerzas Armadas. Peregrino Fernández, era un oficial de Policía que tenía a su cargo una Brigada que me daba la protección. Desertó de la policía y se fue a Europa, publicó un libro con la foto mía en la tapa. Cuando se supo que había desaparecido de mi custodia, empezaron a llegar las cuentas y la pagué de mi plata, todo lo que Fernández no había pagado. Todo lo que dice Fernández en el libro es mentira, dice mil cosas, y hoy en día cuando me viene a ver algún policía de Agente a comisario mayor, me dicen que todavía no lo encuentran a Peregrino Fernández. Hay otro policía con el mismo cargo de Fernández y salió absuelto”. Ante la pregunta sobre si lo conocía a Angelelli, contestó: “Yo creo que lo debo haber conocido el 56 Poder Judicial de la Nación día que lo puso en posesión al Gobernador”. En relación a si le llegó alguna información de lo curas Longueville y Murias, dijo: “Esa es de la Policía Federal, de mi nada. Yo por todos lo presos que me venían a pedir por el, pariente, partido políticos, amigo, habría una ficha y una carpeta y se llevaba el registro de todas las personas que estaban desaparecidas. Si eran desaparecidos de la Rioja, se le comunicaba al Gobernador de la Rioja, al Director de Gendarmería de aquí, se mandaba un informe a las fuerzas, marina y aeronáutica”. Respecto de si recibió alguna nota en relación al asesinato de los curas Longueville y Murias, dijo: “No recuerdo nada. La documentación relacionada contra la lucha contra la subversión fue quemada, recuerdo, por orden de Bignone, y yo ya no era funcionario, ya no era Ministerio del Interior”. En cuanto a si existía algún plan de lucha contra la subversión en la Provincia de la Rioja, expresó: “No, en absoluto, eso dependía de la junta de comandantes que impartían órdenes al control operacional. … Debo decirle que desde el Ministerio del Interior no se impartieron órdenes …Yo veía muy poco hechos subversivos en la Rioja. La junta militar era la que manejaba la lucha contra la subversión”. Preguntado que es lo que recuerda puntualmente de Angelelli, dijo: “Yo de Angelelli no recuerdo nada, USO OFICIAL solo lo que salió en los diarios”. Señala que con posterioridad a este hecho, “Vino a verme gente de la iglesia y se preocuparon siempre por la muerte de los Palotinos, entre ellos estaba Angelelli. Durante cinco años los distintos obispos venían a verme. Con el de San Luís me llevaba muy buen, con el de Mendoza tenía alguna cuestiones. Venía el represente del Papa en la Argentina a verme, Pérez de Salta y lo mismo me pasaba con los embajadores”. Interrogado por si tuvo algún contacto con Pérez Bataglia, dijo “Ninguno, solamente verlo en el acto de asunción del Gobernador. No lo recuerdo”; y con el comodoro Estrella “Ante del derrote del gobierno de Isabel Perón, hubo un problemas en la fuerza y exigían la renuncia de uno de ellos y entre uno de esos problemas hubo una discusión en relación a los limites de jurisdicción, hasta donde la fuerza aérea podía actuar. Fue ahí que hablé con el comodoro Estrella para que retirara las fuerzas”. A fs. 5365 el imputado Juan Carlos Romero, asistido por el Sr. Defensor Público Oficial, se abstiene de prestar declaración indagatoria.A fs. 5413 y en relación al encartado Edilio Cristóbal Di Cesare, obra informe emanado del Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N. del que surge que se encuentra imposibilitado de prestar declaración indagatoria en los presentes obrados, “evidenciando trastornos congnitivos a nivel de atención, la concentración y la memoria. Denotó un empobrecimiento de la vida psíquica, altamente condicionada por factores anímicos a polo depresivo. La capacidad judicativa se mostró debilitada aún frente a lo concreto y cotidiano”.IV) CONSIDERACIONES PREVIAS: Previo a analizar la existencia histórica de los hechos ilícitos atribuidos a los imputados, como la supuesta participación responsable en los mismos, se estima necesario realizar algunas consideraciones previas de importancia para la presente resolución. 57 A) DECLARACIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD DE LAS LEYES 23.492 Y 23.521: En los años 1986 y 1987 se sancionaron las leyes Nº 23.492 y 23.521, conocidas respectivamente como “Punto Final” y “Obediencia Debida”.En relación a la primera, establecía que “…se extinguirá la acción penal respecto de todo persona por su presunta participación en cualquier grado, en los delitos del art. 10 de la ley Nº 23.049, que no estuviere prófugo, o declarado en rebeldía, o que no haya sido ordenada su citación a prestar declaración indagatoria, por el tribunal competente antes de los sesenta días corridos a partir de la fecha de su promulgación. En las mismas condiciones se extinguirá la acción penal contra toda persona que hubiere cometido delitos vinculados a la instauración de formas violentas de acción política hasta el 10 de diciembre de 1983”. En relación a la Ley 23.521, esta imponía que “…se presume sin admitir prueba en contrario que quienes a la fecha de comisión del hecho revistaban como oficiales jefes, oficiales subalternos, suboficiales y personal de tropa de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, policiales y penitenciarias, no son punibles por los delitos a que se refiriere el art. 10, punto 1 de la ley 23.049 por haber obrado en virtud de obediencia debida. Tal presunción será aplicada a los oficiales superiores que no hubieran revistado como comandante en jefe, jefe de zona, jefe de subzona o jefe de fuerzas de seguridad, policial o penitenciaria si no se resuelve judicialmente, antes de los treinta dias de promulgación de esta ley, que tuvieron capacidad decisoria o participación en la elaboración de las ordenes. Se considerará de pleno derecho que las personas mencionadas obraron en estado de coerción bajo subordinación a la autoridad superior y en cumplimiento de órdenes, sin facultad o posibilidad de inspección, oposición o resistencia a ellas en cuanto a su oportunidad y legitimidad”. Cabe resaltar que el dictado de la ley de “obediencia debida” fue consecuencia de la ineficacia que tuvo la ley de “punto final” para cumplir con los fines para los que había sido dictada, ya que dentro del plazo de 60 días que ésta preveía para la extinción de las acciones penales, los órganos jurisdiccionales libraron gran cantidad de citaciones para prestar declaración indagatoria a los supuestos responsables de tales delitos, impidiendo de esta manera la extinción de los procesos. De tal manera, con la sanción de la segunda norma se persiguió garantizar impunidad a todos aquellos que hubiesen participado en la comisión de esos delitos sin tener un poder real de mando y/o decisión sobre su conducta. Ello obligó a los jueces, en consecuencia, a analizar el rango de cada uno de los sujetos que se encontraban sometidos a proceso, a fin de determinar si se encontraban o no comprendidos por dicha circunstancia. 58 Poder Judicial de la Nación Finalmente, y aún cuando las dos normas citadas ya limitaban notoriamente el poder jurisdiccional sobre los actos ilícitos cometidos durante el régimen del gobierno de facto, algunos de los procesados que no habían sido alcanzados por las previsiones de las mismas fueron beneficiados posteriormente mediante los indultos dispuestos por el Poder Ejecutivo Nacional por Decretos 1002/89 y 2746/90. Sin embargo, todo este cuadro normativo al que hacemos referencia, se ha visto notoriamente modificado en la actualidad. En primer lugar, las leyes N° 23.492 y 23.521 han sido declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En autos “Simón Julio Héctor y otros” (CSJN, 14/06/05 Fallos 328:2056) nuestro máximo Tribunal declaró de ningún efecto la validez de esas leyes y cualquier acto fundado en ellas que pudiera oponerse al avance de los procesos que se instruyan, o al juzgamiento y eventual condena de los responsables, obstaculizar en forma alguna las investigaciones llevadas a cabo por los canales procedentes y en el ámbito de sus respectivas competencias, por crímenes de lesa humanidad cometidos en el territorio de la Nación Argentina, toda vez que USO OFICIAL el Tribunal entendió que ambas resultan violatorias del principio de igualdad ante la ley y aparejan un tratamiento procesal de excepción para los sujetos amparados privando, de manera simultánea, a las víctimas de los hechos, o a sus deudos, la posibilidad de acudir a la justicia para reclamar el enjuiciamiento y punición de los actos ilícitos que los damnifican. La Corte añadió que estas leyes, en cuanto intentaron dejar atrás los enfrentamientos entre “civiles y militares” orientadas, como toda amnistía, al “olvido” de graves violaciones a los derechos humanos, se oponen a las disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y resultan, por lo tanto, constitucionalmente intolerables porque no sólo desconocen las obligaciones internacionales asumidas en el ámbito regional americano sino las de carácter mundial, por lo cual se impone restarles todo valor en cuanto a cualquier obstáculo que de éstas pudiera surgir para la investigación y alcance regular de los procesos por crímenes de lesa humanidad cometidos en el territorio de la Nación Argentina. Agregó que la progresiva evolución del derecho internacional de los derechos humanos con el rango establecido por el art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional, ya no autoriza al Estado a tomar decisiones cuya consecuencia sea la renuncia a la persecución penal de delitos de lesa humanidad, en pos de una convivencia social pacífica apoyada en el olvido de hechos de esa naturaleza. Específicamente destacó que la presunción exculpatoria "iure et de iure" consagrada en la norma de “obediencia debida” importa la invasión por parte del Poder Legislativo de funciones propias del Poder Judicial, en clara violación al art. 116 de la Constitución Nacional, dejando en claro que el Congreso Nacional no se encontraba habilitado para dictar esas leyes, y al hacerlo ha vulnerado no sólo principios constitucionales sino también los tratados internacionales de derechos humanos, generando 59 un sistema de impunidad con relación a delitos considerados como crímenes de lesa humanidad, del que se deriva la posibilidad cierta y concreta de generar responsabilidad internacional para el Estado argentino. Además el Tribunal advirtió que la declaración de inconstitucionalidad de las leyes no constituye violación del principio “nulla poena sine lege”, en la medida en que los crímenes de lesa humanidad siempre estuvieron en el ordenamiento y fueron reconocibles para una persona que obrara honestamente conforme a los principios del estado de derecho. Además los objetivos del Preámbulo de la Constitución Nacional serían negados en la medida en que se interpretase cualquiera de sus normas obligando a los jueces a admitir o legitimar una pretendida incapacidad de la Nación Argentina para el ejercicio de su soberanía, con la consecuencia de que cualquier otro país pueda ejercerla ante su omisión, en razón de violar el mandato internacional de juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos en su territorio por sus habitantes y ciudadanos. En segundo lugar, e independientemente de esta categórica resolución del máximo Tribunal, con posterioridad a ello, el Congreso de la Nación sancionó la ley 25.779 que dispuso “declarar insanablemente nulas las leyes N° 23.492 y 23.521”. Como toda declaración de nulidad, la misma tuvo efecto directo sobre todos los actos anteriores y/o contemporáneos en conexión con dicha norma, invalidando cualquier eficacia de los mismos. Esta decisión del Poder Legislativo, mas allá de las criticas que suscitó por parte de un sector de la doctrina, también fue posteriormente convalidada por el mas alto Tribunal de la Nación que declaró su validez afirmando que su contenido coincide con lo que los jueces deben declarar con relación a las leyes referidas y, en la medida en que las leyes deben ser efectivamente anuladas, declarar la inconstitucionalidad de dicha norma para luego resolver en el caso tal como ella lo establece constituiría un formalismo vacío. Entendió además que este era el medio para intentar dar cumplimiento a los tratados constitucionales en materia de derechos humanos por medio de la eliminación de todo aquello que pudiera aparecer como un obstáculo para que la justicia argentina investigue debidamente los hechos alcanzados por dichas leyes y, de este modo, subsanar la infracción al derecho internacional que ellas continúan representando. Resaltó que si bien el Poder Judicial es el órgano facultado para declarar la eventual inconstitucionalidad de las leyes impugnadas, ello no obsta a que el Poder Legislativo pueda dar cuenta del grado de adecuación constitucional de su accionar, ya que el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional obliga a todos los poderes del Estado en su ámbito de competencias a hacer posible la plena vigencia de los derechos y garantías constitucionales. En ese entendimiento –agregó- el Congreso de la Nación no ha excedido el marco de sus atribuciones legislativas al establecer la inexequibilidad de las 60 Poder Judicial de la Nación leyes 23.492 y 23.521, pues se ha limitado a sancionar una ley cuyos efectos se imponen por mandato internacional, la cual pone en juego la esencia misma de la Constitución Nacional y la dignidad de la Nación Argentina, permitiendo además la unidad de criterio en todo el territorio y en todas las competencias, resolviendo dificultades que podría generar las diferencias de opiniones en el sistema de control difuso de constitucionalidad que nos rige y brindando al Poder Judicial la seguridad de que un acto de tanta trascendencia resulte del funcionamiento armónico de los tres poderes del Estado y no dependa únicamente de la decisión judicial. En tercer lugar, la Corte Suprema de Justicia de la Nación también resolvió anular el indulto a favor del ex Comandante de Institutos Militares, General Santiago Riveros –quien fuera oportunamente beneficiado por esta vía junto a otros miembros de las fuerzas armadas- que, tal como se señaló, había sido dispuesto en su momento por el Poder Ejecutivo Nacional mediante decreto 1002/89. El máximo Tribunal afirmó que “con esa decisión se pretendía cumplir con el deber que tiene el Estado de organizar las estructuras del aparato gubernamental a través de las cuales se manifiesta el USO OFICIAL ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos” (CSJN in re Mazzeo Julio Lilo y otros s/ rec. de casación e inconstitucionalidad, 13/07/07). Como vemos, tal como se adelantara líneas arriba, todo el esquema normativo que impedía en su momento el análisis y juzgamiento de los hechos cometidos durante la vigencia del gobierno de facto, ha sufrido una categórica modificación en la actualidad, obligando así al Poder Judicial a la persecución de los mismos y, en su caso, a la punición de los responsables. Mas aún, en este contexto actual, ya no es necesario entonces que el suscripto se expida en esta causa en concreto acerca de la validez o invalidez constitucional de aquellas leyes de “punto final” y “obediencia debida” -tal como lo exigiría nuestro sistema vigente de control difuso de constitucionalidad- ya que la normativa legal referenciada, que considero formal y sustancialmente válida, declara expresamente la insanable nulidad de las mismas y tiene, como tal, pleno valor erga omnes, tornando así innecesario e ineficaz un pronunciamiento judicial al respecto. Así lo ha sostenido también la Corte Suprema de Justicia de la Nación al afirmar que si ese Tribunal declaró la validez constitucional de la ley 25.779 (Adla, LXIII-E, 3843) por medio de la cual el Congreso de la Nación había declarado insanablemente nula las leyes de obediencia debida y punto final, cualquier pretensión que se funde en estas leyes, carece de todo sustento legal (CSJN in re Vargas Aignasse, Guillermo, 03/05/07). B) IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD: Sabido es que la prescripción constituye una de las causales extintivas de la acción penal establecidas en nuestra legislación de fondo. Se presenta así 61 como un límite al poder punitivo del Estado de iniciar o proseguir una persecución penal en contra de una determinada persona (CP, arts. 59, 62 y cc). El principal fundamento del instituto radica en que “el paso del tiempo acalla la alarma social provocada por el delito y conlleva naturalmente al olvido y al desinterés por su castigo” (Cfr. CSJN, Fallos 292:103; “Corradino”, 06/11/87 ED, 127500; entre muchos otros). Sin embargo, en las últimas décadas el derecho internacional ha ido consolidando la idea de vigencia de la acción penal a pesar del transcurso del tiempo y así se ha evidenciado un notorio incremento en las adhesiones a los tratados en la materia, en la voluntad de los Estados de hacerlos cumplir, en las adaptaciones internas legislativas o jurisprudenciales o en la incumbencia al respecto de los órganos supranacionales. Es decir que en la actualidad podemos afirmar que la regla es la prescriptibilidad de la acción penal, pero excepcionalmente, por el interés que involucran, determinado tipo de delitos no están sujetos al régimen establecido en el Código Penal. Las más importantes fuentes al respecto la constituyen los tratados internacionales adoptados por ley (principalmente la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad), que como tales son jerárquicamente superiores al Código Penal y por ende su aplicación cede ante aquellos. La citada convención sobre imprescriptibilidad establece los delitos con tal carácter, cualquiera que sea la fecha en que se hayan cometido, enumerando los crímenes de lesa humanidad cometidos tanto en tiempo de guerra como de paz, según la definición del Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nüremberg (8/8/45), y confirmada por las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (13/2/46 y 11/12/46); la expulsión por ataque armado u ocupación; los actos inhumanos debido a la política de 'apartheid'; el delito de genocidio definido en la Convención de 1948 para la Prevención y la Sanción del delito de Genocidio, aún cuando esos actos no constituyan una violación del derecho interno del país donde fueron cometidos. Asimismo, el Estatuto de Nüremberg citado, define como crimen de lesa humanidad a los asesinatos, exterminios, sometimiento a esclavitud, deportación, y otros actos inhumanos cometidos contra cualquier población civil antes o durante la guerra, o persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos, en ejecución o conexión con cualquier crimen de jurisdicción del Tribunal, sean o no una violación de la legislación interna del país donde hubieran sido perpetrados. Por su parte, el Estatuto de Roma establece que constituye un “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, en sus modalidades de asesinato; exterminio; esclavitud; deportación o traslado forzoso de población; encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional; tortura; violación, esclavitud sexual, prostitución, esterilización o embarazos 62 Poder Judicial de la Nación forzados, u otros abusos sexuales de gravedad comparable; persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género, u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto mencionado o con cualquier crimen de la competencia de la Corte; desaparición forzada de personas; apartheid; y otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física. Entre nosotros, la Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo en “Arancibia Clavel” (Fallos 327:3312) que “el agravio relativo a la imprescriptibilidad... corresponde que sea tratado por la Corte toda vez que la prescripción de la acción penal constituye una cuestión de orden público y la omisión de su consideración puede comprometer la responsabilidad del Estado argentino frente al orden jurídico interamericano” y agregó que “en materia de crímenes contra la humanidad, la aplicación de las disposiciones de derecho interno sobre prescripción de la acción penal USO OFICIAL constituye una violación del deber a cargo del Estado argentino de asegurar la vigencia de los derechos humanos en todas las estructuras del aparato gubernamental, lo que incluye prevenir, investigar y sancionar todas violación de los derechos reconocidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Además, el principio de imprescriptibilidad no puede verse supeditado ni, por ende, enervado, por el principio de legalidad -art. 18, Constitución Nacional-, pues los tratados internacionales sobre Derechos Humanos deben interpretare conforme al derecho internacional, en tanto éste es su ordenamiento jurídico, debiendo tenerse en cuenta que de nada serviría la referencia a los tratados hecha en la Constitución si su aplicación se viera frustrada o modificada por interpretaciones basadas en uno u otro derecho nacional. Para avalar su posición, el máximo Tribunal agregó que “si el fundamento de la prescripción es la inutilidad de la pena en el caso concreto, en los que el transcurso del tiempo hace que la persona imputada no sea la misma, como así también que el hecho sometido a la jurisdicción pierda vigencia conflictiva, para pasar a ser un mero hecho histórico anecdótico” escapando de “la vivencia de sus protagonistas y afectados”, la excepción a esta regla, está configurada para aquellos actos que “no han dejado de ser vivenciados por la sociedad entera dada la magnitud y la significación que los atañe”. Posteriormente, en el precedente “Simón” (Fallos 328:2056, 14/06/2005), la Corte sostuvo que “la progresiva evolución del derecho internacional de los derechos humanos con el rango establecido por el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional ya no autoriza al Estado a tomar decisiones...cuya consecuencia sea la renuncia a la persecución penal de delitos de lesa humanidad, en pos de una convivencia social pacífica apoyada en el olvido de hechos de esa naturaleza”, aclarando que ”la inaplicabilidad de las normas de derecho interno de prescripción de los delitos de lesa humanidad tiene base en el derecho internacional ante el cual el derecho interno es sólo un 63 hecho” y ”los principios que en el ámbito nacional se utilizan para justificar el instituto de la prescripción, no resultan aplicables a los delitos de lesa humanidad, pues la imprescriptibilidad de estos delitos aberrantes opera como una cláusula de seguridad tendiente a evitar que los restantes mecanismos adoptados por el derecho internacional se vean burlados mediante el mero transcurso del tiempo”. En este contexto, cabe agregar que la aplicación de la Convención sobre Imprescriptibilidad, exceptuando a ciertos delitos del instituto de la prescripción, evidentemente perjudica a los imputados de hechos que encuadren en esa tipología, por cuanto impide que el tiempo extinga la acción penal. De esta manera, se plantea el problema de la aplicación de esta normativa excepcional a hechos ocurridos con anterioridad a su adopción expresa por el derecho interno. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación también ya ha sentado su posición al respecto, considerando igualmente aplicable los efectos de la Convención a hechos ocurridos con anterioridad, argumentando que ello “no lesiona el principio “nulla poena sine lege”, pues tales delitos usualmente son practicados por agencias estatales operando fuera del control del derecho penal, por lo que no es razonable la pretensión de legitimar el poder genocida en virtud del paso del tiempo, máxime si se considera que aún antes de que comenzara a regir dicho tratado existía una costumbre internacional respecto de su imprescriptibilidad”. Así, entre el principio de no retroactividad que favorecería al autor de un delito contra el “ius Pentium” y el principio de retroactividad aparente de los tratados internacionales sobre imprescriptibilidad de los crímenes contra la humanidad, debe prevalecer este último, que tutela normas imperativas del “ius Mogens”, siendo el conflicto entre ambos preceptos sólo aparente, pues las normas de “ius mogens” que castigan los citados delitos han estado vigentes desde tiempo inmemorial. (Arancibia Clavel, Fallos 327:3312). El Tribunal agregó que “de esta manera no se fuerza la prohibición de irrectroactividad de la ley penal, sino que se reafirma un principio instalado por la costumbre internacional, que ya tenía vigencia al tiempo de comisión de los hechos”, porque “la Convención ha representado únicamente la cristalización de principios ya vigentes para nuestro Estado Nacional como parte de la Comunidad Internacional”. En base a ello, señaló que cabe apartarse del principio según el cual la ley penal “ex post facto” no rige cuando empeora las condiciones de los acusados -en el caso, normas de rango constitucional sobre imprescriptibilidad de ciertos delitos-, si se está ante crímenes contra la humanidad, ya que se trata de supuestos que no han dejados de ser vivenciados por la sociedad entera, dada la magnitud y la significación que los atañe, por lo que no sólo permanecen vigentes para ésta, sino también para la comunidad internacional. De esta manera queda claro que para la última instancia judicial nacional las reglas del derecho interno sobre prescripción quedan desplazadas por el derecho internacional consuetudinario y por la convención aludida. 64 Poder Judicial de la Nación Así, para la Corte, esta aplicación retroactiva perjudicial al imputado “ha sumado al deber de punición que corresponde a los tribunales, la presencia de una norma positiva de derecho internacional que consagra la imposibilidad de considerar extinguida la acción penal por prescripción respecto de los delitos de lesa humanidad”. Acorde a esta afirmación es el efecto que el mismo tribunal le otorga sobre la reglamentación procesal que establece el régimen de las excepciones relacionadas a la acción penal, al decir que en los procesos por esta clase de delitos” los imputados no pueden oponerse a la investigación de la verdad y al juzgamiento de los responsables a través de excepciones perentorias...pues los instrumentos internacionales que establecen esta categoría de delitos no admiten que la obligación de los Estados de enjuiciar a los imputados cese por el transcurso del tiempo, amnistía, o cualquier otro tipo de medidas que disuelvan la posibilidad de reproche”. El criterio del tribunal también analiza el cambio de régimen de la prescripción en el principio de culpabilidad, al que considera no vulnerado porque “no implica cambio alguno en el marco de ilicitud que el autor pudo tener en cuenta al USO OFICIAL momento de realizar las conductas que se investigan” ya que“ aquellas personas a las cuales se les atribuye la comisión de un delito no poseen un derecho a liberarse de la persecución penal por el transcurso del tiempo, porque la prescripción de la acción penal no es una expectativa con la que pueda contar, al momento del hecho, el autor de un delito” toda vez que “en el caso de crímenes contra la humanidad, el Estado argentino ha declinado la exclusividad del interés en la persecución penal para constituirse en el representante del interés de la comunidad mundial, el cual ésta misma ha declarado inextinguible”. De este modo, por la naturaleza jurídica de los delitos que se investigan en autos –tal como se analizará detalladamente a continuación- todas las disposiciones legales citadas de orden interno en relación al instituto de la prescripción como el propio fundamento del mismo sostenido incluso por el Máximo Tribunal Nacional, resultan desplazadas por el derecho internacional consuetudinario y la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad. C) CONTEXTO HISTÓRICO: Previo a la valoración de la prueba reunida en autos durante la instrucción-, se considera necesario realizar una breve reseña acerca del contexto histórico en que se desarrollaron los hechos objeto de investigación, entendiéndose que con ellos se permitirá comprender lo sucedido en su verdadera dimensión. El día 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas derrocaron al Gobierno de Isabel Martínez de Perón. Los comandantes en Jefe del Ejercito Teniente General Jorge Rafael Videla, la Armada Amirante Emilio Eduardo Massera y la Aeronáutica Brigadier Orlando Ramón Agosti constituido en Junta Militar asumieron el poder constituyente y se asignaron el poder supremo. Dictaron el Acta, el Estatuto y el Reglamento del Proceso de Reorganización Nacional que se completaron con precisiones al ámbito funcional de la Junta y el Presidente y relegaron la Constitución de 1853/60 a la 65 categoría de texto supletorio. El poder constituyente dejo de residir en el pueblo y de hecho el país tuvo una constitución dispersa, a la usanza inglesa. El acta contiene el “Propósito y los objetivos básicos del Proceso de Reorganización Nacional”. Ese propósito se anuncia en un solo punto centrado de modo explicito en erradicar la subversión y promover el desarrollo “enfatizando el sentido de moralidad, idoneidad y eficiencia” para reconstruir la imagen de la Nación y oportunamente instaurar una democracia republicana, representativa y federal. Los objetivos básicos se enuncian en nueve puntos que se refieren a fines, entre los que se destaca la existencia de la seguridad nacional, del orden jurídico y social, erradicando la subversión y sus causas. Además de esos documentos normativos que modificaron la estructura jurídica del país se dicto el reglamento para el funcionamiento de la Junta Militar, el Poder Ejecutivo Nacional y la Comisión de Asesoramiento Legislativo, estos últimos como agencias ejecutivas y legislativa, respectivamente, del poder militar. La Junta Militar suspendió la actividad gremial de las entidades de trabajadores, empresarios y profesionales; el derecho de huelga; la actividad política y de los partidos políticos; proscribió las actividades de los partidos Comunistas Revolucionario, Socialista de los Trabajadores, Político Obrero, Obrero Trotskista, Comunista Marxista-Leninista; disolvió entidades para-partidarias; y la organización declaradas ilegales e intervino la C.G.E y la C.G.T, entre otras medidas de excepción (leyes de facto 21.256, 21.261, decreto 4/76, 21.269, decreto 10/76; 21.375; 21.322, 21.270, 21.271 etc). La estructura gubernamental significo el establecimiento en el país de una régimen militar tecnoautoritario, a cuyo servicio estuvo no solo la burocracia tradicional sino grupos de tecnócratas que coadyuvaron con el estamento militar en la realización de las distintas políticas. El Proceso de Reorganización Nacional contó en su orígenes, con el consenso pasivo de parte de la población. La sociedad creyó tener como única opción métodos empleados. Relacionados con las organización Subversivas encontramos como primer antecedente al grupo denominado “los Uturucos”, allá en los años 1959, grupo que opero en la Provincia de Tucumán por un periodo de dos meses aproximadamente. Lo suceden, el Ejercito Guerrillero del Pueblo en Salta y la FAP (Fuerzas Armadas Peronistas), donde la policía copa en Taco Ralo (1968)y luego aparece la FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y la FAL (Fuerzas Armadas de Liberación), los Montonero y el ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo). De los movimiento antes mencionados, el mas importante lo fue, los “Montoneros”, donde mezclaron la lucha armada con un movimiento callejero, cumpliendo un papel articulador de lo social con lo político, donde las fuerzas políticas no habían podido cumplir. La intervención de las fuerzas militares en el gobierno y especialmente en lo político, se vuelve sobre ellas mismas, afectando su disciplina y 66 Poder Judicial de la Nación eficacia. En relación con el terrorismo, caracterizado por el desprecio por el discernimiento del hombre medio, ausencia del valor de la tolerancia, asesinato, mutilación o amenaza de inocentes sistemática y deliberadamente practicado con miras de captar el poder político o a acceder a sus ventajas. Así, el terrorismo se agudiza en los años 70, donde en 1975 el gobierno constitucional dicta medidas destinadas a combatirlo, primero en el área de Tucumán (decreto 261/75) y luego en todo el territorio nacional mediante los decretos 2770/75, 2771/75, 2772/75. El consejo de defensa creado en dicha ocasión, presidido por el Ministro de Defensa e integrado por los comandantes en jefe, dicta la directiva 1/75, para instrumentar el empleo de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y policiales a los fines de detectar y aniquilar las organizaciones subversivas. Con la Asunción del Gobierno Nacional por parte de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la subversión se concibe una estrategia Nacional contrasubversiva que abarca todos los ambitos del que hacer nacional. USO OFICIAL En el año 1977, el Ejercito dicta la directiva 504/77, donde reconoce que la delincuencia subversiva en el país había sufrido un fuerte desgaste a partir de los sectores industriales, religioso y educacional, fijándose como operación primordial la depuración ideológica de dichos sectores sin perjuicio de otras acciones de índole militar. En síntesis, la lucha contrasubversiva tuvo dos etapas en la que predominan estrategias distintas; la primera dirigida a luchar para neutralizar y/o aniquilar el accionar subversivo; la segunda a luchar para neutralizar y/o aniquilar las causas del accionar subversivo. Los objetivos estratégicos de esa lucha fueron concebidos y conducidos desde el mas alto nivel de gobierno, en tanto la táctica operativa estuvo a cargo de los comandantes de cada fuerza. La Junta Militar, integrada por los Comandantes en Jefe de cada fuerza, erigida en órgano supremo, se reservo una amplia gama de funciones y atribuciones de gobierno, junto al ejercito del Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas, según se desprende del art. 1º y 2º del Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional. Sin perjuicio de ello, y a pesar de que entre los objetivos básicos del Proceso constaba expresamente la erradicación de la subversión, no se desprende de las actas de la Junta Militar agregadas a la causa que la conducción de las operaciones fuera ejercitada por ella. De ellas surge que el tema de la subversión fue tratado ocasionalmente, cuando su trascendencia y publicidad lo requerían, como por ejemplo en los casos Graiver y Timmerman (Actas Nº 5, 19, 21, 23, 31 y 56, 98, 100 y 111 respectivamente); el estudio de una declaración sobre los desaparecidos (72); la política a seguir en materia de derechos humanos (100/103); la implicancia política de la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (86) y la producción de un documento que incluyera la no revisión de los métodos empleados en la lucha contra la 67 subversión. Por el contrario, los comandantes en Jefe de las F.F.A.A, mantuvieron el marco normativo vigente y en base al mismo dictaron sus Directivas. El Ejercito emitió las números 404/75, 504/75 y 604/75 cuyos anexos –Bases Legales- enumeran el conjunto de leyes y decretos que dan sustento al accionar contrasubversivo y específicamente el Plan de Operaciones Normales (PON/75) que establece que cuando se detenga a alguna persona con motivo de las operaciones, ella será alojada en algún instituto carcelario de su jurisdicción hasta tanto tome intervención el Poder Ejecutivo Nacional o el magistrado correspondiente, según sea puesto a disposición de uno u otro. La Armada Argentina, fija en los Anexos “E” y “F” de Placintara/75, el marco jurídico y el procedimiento con respecto a personas detenidas con motivo de la lucha contrasubversiva, expresando que se labrara un acta en el momento de la detención y que ella no puede prolongarse por mas de 48 horas a los efectos de permitir el interrogatorio para cumplir con las necesidades de operaciones e inteligencias y posteriormente deberá ponerse a disposición de la justicia militar correspondiente. Por su parte, la Fuerza Aérea también enumera un conjunto de leyes al igual que las otras Fuerzas, que dan las bases legales del accionar en el Anexo “Foxtrot” de la orden de Operaciones Provincia/76. De lo expuesto, se evidencia que en lo que se refiere a la táctica empleada en la lucha contra la subversión, los comandantes en Jefe no se sometieron a la autoridad de la Junta Militar sino que aquella fue conducida desde el nivel de Comando por la cadena natural de mandos. Cada Comandante planifico su táctica y la instrumento en cada unas de las directivas, dentro del marco legal vigente, en orden a la detención de personas y puesta a disposición ya sea de la Justicia del Crimen o militar o del Poder Ejecutivo Nacional. El objeto procesal de la causa Nº 13/84, menciona Carlos S. Fayt en su voto, “….radica en los delitos comunes que se cometieron con motivo de la lucha por parte de los subordinados, según induce el a quo, en cumplimiento de ordenes secretas, emitidas paralelamente…”.Continua diciendo, “…que la existencia de dichas ordenes secretas, que avalaban la comisión de delitos por parte de los subordinados, se evidencia en la metodología empleada y la reiteración de los delitos por parte de los autores materiales…” Así, expresa que “…la metodología consistía básicamente en: a) Capturar a los sospechosos en tener vínculos con la subversión, de acuerdo con los informes de inteligencia; b) conducirlos a lugares situados en unidades militares o bajo su dependencia; c) interrogarlos bajo tormentos, para obtener los mayores datos posibles acerca de otras personas involucradas; d) someterlos a condiciones de vida inhumanas para quebrar su residencia moral; e) realizar todas esas acciones en la mas absoluta 68 Poder Judicial de la Nación clandestinidad, para lo cual los secuestradores ocultaban su identidad, obraban preferentemente de noche, mantenían incomunicadas a las victimas negando a cualquier autoridad, familiar o allegado el secuestro y el lugar del alojamiento y f) dar amplia libertad a los cuadros inferiores para determinar la suerte del aprehendido, que podía ser Luego liberado, puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, sometido a proceso militar o civil o eliminado físicamente. Esos hechos debían ser realizados en el marco de las disposiciones legales existentes sobre la lucha contra la subversión, pero dejando sin cumplir las reglas que se opusieron a los expuesto. Asimismo, se garantizaba la impunidad de los ejecutores mediante la no interferencia en sus procedimientos, el ocultamiento de la realidad ante los pedido de informes y la utilización del poder estatal para persuadir a la opinión publica local y extranjera de que las denuncias realizadas eran falsas y respondían a una campaña orquestada tendiente a desprestigiar al gobierno. Para permitir su cumplimiento, los comandantes dispusieron que los ejecutores directos fueran provistos de los medios necesarios: Ropa, vehículos, combustibles, armas, municiones, lugares de alojamiento de los cautivos, víveres y todo otro elemento que se requiriera. Finalmente, se USO OFICIAL dio por probado que las ordenes impartidas dieron lugar a la comisión de una gran numero de delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidios, fuera de otros cometidos por los subordinados, que pueden considerarse – como los robos producidosconsecuencia del sistema adoptado desde el momento en que los objetos se depositaban en los centros militares que utilizaban como base de operaciones los grupos encargados de capturar a los sospechosos….”. “…Por no existir prueba fehaciente de que los Comandantes en Jefe, dictaron tales ordenes como integrantes de la Junta Militar, cabe concluir que lo hicieron cada uno como responsable máximo de su fuerza…”.D) ANTECEDENTES VINCULADOS A LA IGLESIA: 1) DÍA 18 DE JULIO DE 1976: EL ASESINATO DE CARLOS DE DIOS MURIAS Y GABRIEL LONGUEVILLE. El día 18 de Julio de 1976, en la Ciudad de la Rioja, los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, quienes desempeñaban su Ministerio en la Iglesia de la localidad de Chamical de ésta Provincia, se encontraban cenando en casa de las Hermanas de San José, religiosas que colaboran con la tarea pastoral de la Parroquia “El Salvador” de aquella misma localidad, vivienda sita en calle Belgrano nº 265 de la localidad de Chamical, y durante un lapso comprendido aproximadamente entre las 21 hs. y las 21:30 hs., llegaron a dicho domicilio dos personas N.N. bien vestidas, de tonada aparentemente porteña, quienes manifestaron al ser atendidos por la Hermana Luisa Sosa Soriano -quien se encontraba en la sobremesa junto a las Hermanas Lidia Delia Cabas y Rosa Eldina Funes, entre otras-, que se encontraban allí en busca del Padre Carlos. Por tal motivo, en la oportunidad, las víctimas Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, atendieron a los visitantes, quienes habrían exhibido en la emergencia credenciales que los acreditaba como personal de la Policía Federal Argentina, mediante las 69 cuales, lograron engañar a sus objetivos, de modo tal que lograron que salieran voluntariamente de la vivienda, manifestando a las Hermanas que debían acompañar a las visitas a ésta ciudad de La Rioja, con el fin de deponer en actuaciones seguidas en contra de “presos”, posiblemente, tratándose del Intendente de Chamical “Chacho” Corzo, quien se encontraba efectivamente detenido por aquella época, y que de sus respectivos interrogatorios pendería la liberación del nombrado”.Afirman que: “Mediante el engaño argumentado precedentemente, los causantes N.N. perfeccionaron el secuestro de los sacerdotes, para trasladarlos ya privados de su libertad a bordo de un automóvil marca Ford Falcon color azul noche, el cual carecía por aquel entonces de chapa patente colocada. La marcha, fue emprendida a gran velocidad saliendo del domicilio ya descripto, es decir desde calle Belgrano nº 265 de la localidad de Chamical, de ésta Provincia, haciéndolo por ésta en dirección a calle Castro Barros, tomando por ésta última, la cual conduce a la Ruta Provincial nº 79, y traspasando el cruce de rutas habrían girado hacia la izquierda para culminar éste primer viaje en la Base Aérea que hacía las veces de sede de Guarnición Aérea de Chamical y CELPA I, lugar al cual no habrían ingresado finalmente, pero si se habrían reunido allí con el resto de la comitiva criminal y procederían junto al resto de los imputados, a conducir a sus víctimas hasta un descampado colindante a las vías férreas, a unos siete kilómetros en dirección sur desde la ciudad de Chamical, sobre el costado derecho de la ruta nº 38 y trasponiendo el terraplén de unos cinco metros de altura por el cual se erigen las vías del ferrocarril”.El hecho tal como se describió supra, habría respondido a aquellos que formaban parte del accionar de las fuerzas armadas durante la pasada dictadura militar, en el marco de los conocidos excesos cometidos en la represión dirigida a grupos subversivos a aquel régimen de facto, y en particular, para casos como el presente, de las actividades doctrinarias que se le atribuían a los sectores más progresistas de la Iglesia…”. Donde “…los presuntos autores habrían concretado un hecho más de aquellos mentados por las fuerzas armadas y de seguridad. Las labores persecutorias que habrían tenido a su cargo éstas personas sindicadas como pertenecientes a los departamentos de inteligencia de distintas fuerzas, habría surgido desde mucho tiempo antes que las víctimas se encontrarían íntimamente ligadas a los lineamientos del Obispo de La Rioja, Monseñor Enrique Angelelli, tildando a ese núcleo de sacerdotes y Ministros Católicos de la zona sur de ésta Provincia, y en reiteradas manifestaciones, como de ideas izquierdistas, con expresiones tales como “marxistas”, a más de tercermundistas, cuando no “guerrilleros”. Que según se desprende de los autos Expte. 5145/06, caratulados: “Estrella, Luís Fernando y otros – Homicidio Calificado Reiterado, Privación Ilegítima de la Libertad seguida de Muerte y Tormentos”, durante la noche del día dieciocho de julio del año 1976, en el lapso comprendido aproximadamente entre luego de las 21 hs. a las 22 hs., los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron 70 Poder Judicial de la Nación llevados, por personal de las distintas fuerzas de seguridad que operaban en la ciudad de Chamical de ésta Provincia, a la altura del kilómetro 660/650 de las vías férreas, a unos siete kilómetros en dirección sur desde la ciudad de Chamical, sobre el costado derecho de la ruta nº 38 saliendo desde la mencionada Ciudad y trasponiendo el terraplén de unos cinco metros de altura por el cual se erigen las vías del ferrocarril. En el lugar, ni bien descendidos del vehículo en el cual fueran presuntamente trasladados los sacerdotes una vez secuestrados, a bordo de un automóvil marca Ford Falcon color azul noche, sin chapa patente colocada o visible al menos por aquel entonces, Carlos de Dios Murias habría sido sometido a tormentos por sus sicarios de magnitud desconocida atento al horrendo resultado posterior de su muerte, pero que si dejaron sus huellas en el alambrado colindante con la ruta nº 38, al cual aún habiéndole sustraído una hebra de alambre, habría dejado sobre sus púas restos de cabellos de la víctima, a más de sangre en el recorrido, según nos enseñan los testigos presenciales de la inspección ocular”.Asi las cosas, ambos sacerdotes fueron llevados posiblemente con sus ojos vendados y maniatados, hasta la ladera opuesta del terraplén, en donde fueron USO OFICIAL sometidos a disparos con armas de distintos calibres, que habrían provocado conforme la opinión médica y al solo empleo del sentido común, la muerte instantánea de ambos religiosos, dejando muestras de ensañados disparos realizados a quemarropa que provocaron hasta la expulsión del lóbulo ocular de uno de los ojos de CARLOS DE DIOS MURIAS”. Alegándose que: “… aquellas personas sindicadas como autores materiales del presente hecho, habrían actuado en cumplimiento de los designios trazados por el Vice Comodoro Lazaro Antonio Sebastian Aguirre, quien al momento del hecho se desempeñaba a cargo de la Guarnición Aérea de Chamical y CELPA I - Chamical, Provincia de La Rioja, como así también del 2º Jefe de dichas unidades, el Vice Comodoro Luís Fernando Estrella. A su vez, conforme tal calidad castrense, habría obrado éste bajo las directivas de su cadena de mando vertical, el imputado Coronel Osvaldo Héctor Pérez Bataglia, al mando del mencionado Batallón de Ingenieros de Construcciones 141. Estos a su vez, respondiendo a los lineamientos trazados por el Comando del Tercer Cuerpo de Ejército, a cargo del Gral. de Div. Luciano Benjamín Menéndez.2) DÍA 25 DE JULIO DE 1976: EL ASESINATO DEL LAICO WENCESLAO PEDERNERA. Que el día 25/07/1976, aproximadamente a los 02:45 hs. de la madrugada se produce el homicidio del laico católico Wenceslao Pedernera, en el la localidad de Sañogasta, Departamento Chilecito, de esta provincia, cuando fue acribillado con disparos de armas de fuego en el interior de su domicilio, donde se encontraban su esposa e hijas de corta edad; hecho este ejecutado por un grupo armado compuesto por tres personas encapuchadas de sexo masculino, que de inmediato se dieron a la fuga en un automóvil y una camioneta, no identificados al día de la fecha. Este hecho debe ser contextualizado junto a los dichos de la esposa de la víctima, la ciudadana Marta Ramona Cornejo, quien prestó declaración ante la Comisión Provincial de Derechos Humanos, que 71 manifestó que días antes del homicidio de su esposo Wenceslao Pedernera, este había sido amenazado de muerte, pero no le relata quien le profirió tal amenaza, y que cree que lo hechos que relata guardan relación con los hechos sucedidos en la ciudad de Chamical, una semana antes, cuando matan a dos sacerdotes, puesto que su marido guardaba estrecha relación con la Iglesia. Continúa expresando que la noche del día 24 de julio esperaban al Padre Andrés Seriege, párroco de Sañogasta, que regresaba de Francia, pero no llega hasta el lugar de residencia porque desde La Rioja lo hacen volver por temor a que le sucediera algo, ya que se lo daba por muerto en la nómina de sacerdotes muertos unos pocos días antes en Buenos Aires. 3) DÍA 04 DE AGOSTO DE 1976: LA MUERTE DE MONSEÑOR ANGELELLI. Que días antes de su muerte, en la Localidad de Chamical, Monseñor Angelelli recibió una invitación para hacer un curso en Perú, siendo aconsejados por sus vicarios que aceptara ir y así procurar resguardar su integridad, expresando el Obispo que ante tal sugerencia, el “pastor no debía dejar a sus ovejas”. Que también en la Localidad de Chamical – un día antes de su muerte-, el día 3 de agosto, se realizó una reunión donde participaron el Obispo Angelelli, Sacerdotes y Monjas, donde estos le habrían manifestado a Monseñor que temían por su vida, a lo que el contestó como lo había hecho en otras oportunidades, dibujando un espiral para hacer más grafica su expresión, en donde fue ubicando figuradamente los asesinatos de los Sacerdotes Murias y Longeville y del Liaco, Wenceslao Pedernera, ubicándose a si mismo en el centro del espiral, manifestando que a quien buscaban era a el.Que el día 4 de agosto de 1976, el monseñor Enrique Ángel Angelelli le solicita al sacerdote Arturo Aldo Pinto que lo acompañe a la Ciudad de la Rioja. Luego de un almuerzo con las Monjas, Angelelli y Pinto emprendieron el viaje en una camioneta Fiat 125 Multicarga, modelo 1973, motor identificación 125BTO38-688807, haciéndolo en forma normal y tranquila. Tomaron la ruta 39 por el trazado viejo d la Ruta, para no evidenciar el viaje. Que luego, y ya circulando sobre la ruta nacional Nº 38, próximo al mojón que indica el Kilómetro 1.056, luego de trasponer el bordo – elevación del terreno-, a unos seis (6) kilómetros después de pasar la Localidad de Punta de los Llanos en dirección a la Ciudad de La Rioja, otra vehiculo que circulaba en la misma dirección, de color claro, presumiblemente un Peugeot 404, alcanzo a la camioneta por la izquierda de esta, encerrándola bruscamente, momento en que se produce una explosión, donde la camioneta se sale del asfalto para tomar la banquina formando un semicírculo y al ingresar nuevamente a la ruta y aproximadamente a unos ocho (8) metros se produce el vuelco. De la ubicación del vehiculo y a cuatro (4) pasos antes de llegar a este, se logra ver en el pavimento una huella de raspadura, ancha de unas treinta centímetros y de unos setenta (70) centímetros de largo. Desde este lugar y contando once 72 Poder Judicial de la Nación (11) pasos normales, se encontraba el cuerpo ya sin vida de Monseñor Angelelli; estaba de cubito – dorsal, piernas entre abiertas, brazos abiertos, su cabeza indicaba el oeste, vestía sotana de color negro, y se encontraba sin calzados con medias de color marrón, en la muñeca de la mano izquierda, tenia colocado un reloj marca Imperio, cuyas agujas indicaban las horas las horas tres, por lo que se presume que a horas 15:00 se produjo el accidente; su cabeza se encontraba con un gran charco de sangre que se expandía en dirección Norte, su rostro estaba cubierto caso en su totalidad por sangre que emanaba de las fosas nasales y boca. Desde el cuerpo del extinto Obispo, en dirección sud-oeste, a veintiocho (28) pasos, se encontraba la camioneta Fiat 125, volcada sobre el costado derecho, con su frente al sud-este, el cual tocaba la banquina de tierra firme, no así la trasera que lo hacia sobre el asfalto, lo mismo que su cúpula de color blanco. En el trayecto que ocupaba la camioneta y el cuerpo del Obispo, se encontraban diseminados, partes del rodado, como así también los zapatos del extinto, que son de cuero color negro, con planta de goma, también en ese sitio se observaba dos correas y la brida del parabrisa. USO OFICIAL En relación a la camioneta, a pesar de los daños que le ocasiono el accidente, presentaba también la rueda derecha trasera desinflada sin huellas de reventón, con muy poco dibujo el neumático. En ese mismo costado estaba cortado el amortiguador. En su interior no se observaban mancha de sangre. Que según obra a fs. 13 (Cpo. I), las pertenencias que llevaba consigo el Monseñor Angelelli y Pinto en el momento de producirse el accidente fueron la siguientes: Un (1) portafolio de cuerina color negro, conteniendo una series de cartas, escritos, libros y papeles en blanco, un bolso color blanco y marrón de cuerina, conteniendo libros, religiosos, herramientas pequeñas, un reloj despertador marca Gentleman, una toalla, un porta elementos religiosos para oficial misas y objetos varios, una (1) maleta conteniendo ropa y una maquina de afeitar marca Bauw eléctrica, un (1) maletín de cuerina blanca, conteniendo ropa y otros elementos, una valija de color negro, de material (cuerina) la que contenía una gran cantidad de manuscritos y documentos varios, como así también ocho (8) casette, tres (3) cajas conteniendo películas de 16mm, nueve (9) cajas de diapositivas y gran cantidad sueltas, veinte (20) fotografías en blanco y negro, un (1) cuaderno conteniendo cartas y papeles manuscritos, una (1) libreta universitaria de la Universidad del Salvador a nombre de Carlos Murias (fallecido), una maquina fotográfica marca Ricoh, una (1) mini maquina calculadora marca Philco, cinco (5) libretas de anotaciones, un (1) porta documento de cuerina marrón claro, una (1) caja conteniendo sellos y medallas, una (1) agenda de cuerina verde año 1973, una (1) agenda cristiana cuerina roja, un (1) pasacasette marca “Otake”, un (1) cuaderno tapa blandas con anotaciones varias, un (1) reloj marca imperio de pulsera, quince (15) billetes de mil pesos Ley 18.188, un mil quinientos (1.500) Francos descompuestos en un (1) billete de quinientos y diez (10) de cien, noventa (90) pesos Ley 18.188, un crucifijo de metal blanco tamaño mediano con cadena del mismo material, tres (3) llaveros conteniendo llaves varias, 73 un sobre negro conteniendo documentación de automóvil y carnet de conductor a nombre del extinto Angelelli, un carnet del automóvil Club Argentino, C.I Policía Federal Nº 5.095.147, tres (3) sobres negros, carnet del centro de estudiantes de Ingeniería Universidad Nacional de Córdoba a nombre de Carlos Murias. En relación con lo elementos pertenecientes a Pinto, se encontraron: Carnet de conducir expedido por el Departamento Arauco Nº 5876, L.E. Nº 6.387.456 a nombre de Arturo Aldo Pinto, una autorización para conducir otorgada por el Obispo Angelelli a nombre de Monseñor Arturo Pinto, una libreta de enrolamiento de Enrique Ángel Angelelli, una tarjeta de Identificación de automotor vehiculo, marca Fiat 1500, trasporte carga, identificación F-006224, un porta sello de cuerina color verde, conteniendo sello del obispado y una sello aclaratorio del Monseñor Angelelli, la suma de tres mil ciento ochenta y cinco pesos Ley 18.188 (3.185,00) y un crucifijo de metal blanco con cadena del mismo material. El Obispo llevaba consigo una carpeta con información que había recopilado tras participar de los oficios religiosos del novenario sobre los asesinatos de los sacerdotes Murías y Longueville, acaecidos el 18 de julio de 1976. Que por ese motivo se había trasladado a la Localidad de Chamical, donde el Obispo de dedico a reunir material acerca de tal hechos, entrevistando a numerosas personas, formando así la carpeta antes descripta, procurando investigar quien o quienes habían cometido esos homicidios V) DE LA CONCLUSION: Los hechos que se investigan en autos, deben ser considerados a las luz del derecho de gentes, como crímenes de “Lesa Humanidad”. Ello implica aceptar la extrema gravedad de los hechos que ocurrieron en nuestro país en el periodo señalado son violatorios a las normas jurídicas que reflejan los valores mas fundamentales que la humanidad toda reconoce como inherentes a todas las personas humanas.En ese sentido, se ha dicho que “la naturaleza de lesa humanidad produce un efecto sustancial en el proceso de conocimiento de los hechos, por lo que no puede comprenderse el delito que se trate de manera aislada o fragmentada individualmente-, sin tener presente su consideración como fenómeno colectivo inserto en un plan o sistema”. Por ello, es de total relevancia el contexto histórico de los sucesos acontecidos en aquel periodo oscuro que le toco atravesar a nuestra Nación. Con el sistema de desapariciones y extermino implementado en nuestro país, han tenido como consecuencia directa, incidencia en materia probatoria en el desarrollo de cada uno de los procesos judiciales llevados adelante.Corresponde advertir que estos tipos de procesos, la instrucción se suele caracterizar principalmente por la escasez de prueba directa, relacionado directamente con la lógica del plan sistemático de desapariciones ideado en ese entonces.- 74 Poder Judicial de la Nación Los hechos acontecidos en aquel periodo, han sido perpetuados mediante un sistema de ocultamiento de prueba, de encubrimiento de esos hechos, con miras a no dejar ningún rastro probatorio en el escenario de los hechos. Es de tener en cuenta, que en primer lugar, los delitos fueron realizados en la clandestinidad; tanto los secuestradores, torturadores y homicidas, ocultaban su identidad, ya sea realizando operativos en horas nocturna, incomunicando a las victimas dejándolas con lo ojos vendados, negando su existencia a cualquiera que reclamase la existencia del secuestrado, negando también la existencia de los lugares de alojamiento. Así las cosas, fueron elementos claves para borrar, oscurecer, hacer desaparecer la verdad de los hechos, “el secreto” y “la clandestinidad”. Por todo ello, es que las investigaciones judiciales sobre los hechos delictivos de la época, encuentran limites y dificultades innegables. Así, las declaraciones testimoniales y los indicios reunidos durante toda la instrucción -y habiendo trascurrido mas de treinta y cuatro años-, adquieren mucho mayor valor probatorio que en USO OFICIAL un proceso penal con las características que lo distingue. Otro elemento a tener en cuenta, es el paso del tiempo, lo que se traduce en una verdad inquebrantable que atenta contra cualquier investigación de todo hecho delictivo y ello hace que se patentice aun más en procesos como el presente que no obstante el transcurrir de los años no es óbice para que en un Estado de derecho fortalecido avance en busca de la verdad, razón de paz, para una sociedad superadora.En la causa, “Velásquez Rodríguez” de fecha 29 de julio de 1988, parrs. 130 y 131, la Corte Interamericana de Derecho Humanos, sentó un criterio de valoración de los hechos en procesos se similares características a de autos, afirmando que, “…la practica de los tribunales internacionales e internos demuestra que la prueba directa , ya sea testimonial o documental, no es la única que puede legítimamente considerarse para fundar la sentencia. La prueba circunstancia, los indicios y las presunciones, pueden utilizarse, siempre que se ellos pueda inferirse conclusiones consistentes sobre los hechos…la prueba indiciaria o presuntiva resulta de especial importancia cuando se trata de denuncias sobre la desaparición, ya que esta forma de represión se caracteriza por procurar la supresión de todo elemento que permita comprobar el secuestro, el paradero y la suerte de las víctimas”.Debe analizarse, frente al hecho traído a conocimiento, el contexto histórico en que se produjo el mismo, y que se remonta a circunstancias precedentes al golpe de estado ocurrido el 24 de marzo de 1976.Ahora bien, antes de pronunciarme sobre la instrucción de la presente causa, se hace necesario destacar algunos de los hechos relevantes de quien en vida fue Enrique Angel Angelelli como una cabal comprensión de lo que constituyó su misión pastoral como Obispo, y como se contrapuso al régimen militar tecno-autoritario.- 75 Semblanza de quien en vida fuera Enrique Angelelli. Enrique Ángel Angelelli (ordenado sacerdote en Roma en 1949, Consagrado Obispo de Lista en 1961, luego Obispo Auxiliar del Arzobispado de Córdoba y desde 1968 obispo Diocesano de La Rioja) nació el 17 de julio de 1923, en Córdoba hijo de Juan Angelelli y Celina Carletti, inmigrantes italianos. A los quince años en 1938 ingreso al seminario metropolitano de Córdoba, en la calle Vélez Sarsfield 554 con destino a ser sacerdote. De su paso por allí recuerda Héctor Bertaina, condiscípulo y amigo hasta el ultimo díaEnrique era un gran compañero, de un carácter magnifico, servicial….Un muchacho piadoso, serio en las cosas serias. En lo jovial nadie le ganaba. Era un tipo fuera de serie…” En el Seminario Mayor recuerda el P. Martín Gómez: “ Un seminarista piadoso… con tal cúmulo de cualidades tan simples, tan sencillas, que hacían de el una persona equilibrada, bondadosa, capaz, que se distinguía naturalmente entre los demás, sin ninguna especie de remarque forzado. Era sumamente apreciado por todos. A los 26 años recibió la ordenación sacerdotal el nueve de octubre del 1949, en 1950 continuo sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma hasta obtener la licenciatura en derecho canónico al año siguiente. De regreso al país comenzó su labor pastoral como vicario cooperador en la parroquia San José del barrio Alto Alberdi en la ciudad de Córdoba y capellán del hospital de clínicas. En 1952 fue designado asesor de la JOC Juventud Obrera católica. En esa época como asesor de la JOC decía: “El hombre no puede ser un descarnado, lo religioso no puede hacer perder de vista las necesidades mas elementales de los seres humanos, menos de los pobres, sino que por el contrario, la religión debe servir para que el hombre se dignifique totalmente, humana y espiritualmente…Los pueblos de América latina sufren hambre, muchos no tienen ocupación, vivienda, educación, etc., por lo tanto la Iglesia debe asumir un papel protagónico en América latina, y la juventud trabajadora y la clase trabajadora en su conjunto debe ser el motor que mueva para construir una nueva sociedad en América latina, que sea mas humana, mas solidaria y mas cristiana” (crf. “Vida y Martirio de Mons. Angelelli”, Luís Miguel Baronetto Ed. Tiempo Latinoamericano, pag 27”).La Costa. El Complejo Caso económico-religioso que relata Moisés Alvares Lijo: Una casa de religiosas asuncionistas en el norte de la Rioja fue apedreada e invadida por un núcleo de lugareños que en numero de trescientos procedieron a destrozar muebles y efectos. Se trasladaron a la residencia de los promotores de la Cooperativa de Trabajadores Rurales Amingueños (CODETRAL) señores De Marco y Siffre que también había sido abandonada por seis moradores se incautaron de documentación, maquinas de escribir, un proyector, un mimeógrafo. Lo insólito es que se presentaron luego a la sede de la policía local, reconociéndose autores del asalto constituyéndose detenidos.El Entredicho: el atentado contra la sede religiosa del que se dio intervención al Juez Dr. Segundo Pelliza resulta menos sorprendente si se lo ubica dentro del clima de agitación que de tiempo atrás perturba el animo de los católicos 76 Poder Judicial de la Nación riojanos y que tubo expresión dramática el 13 de junio al celebrarse en una población vecina la festividad se San Antonio.En esa oportunidad el obispo no pudo presidir la ceremonia religiosa por que los feligreses presionaron su retiro. El diocesano dispuso luego que “ningún sacerdote o religioso, ni quien perteneciera a otra jurisdicción eclesiástica hallara de paso por el lugar podrá celebrar los oficios divinos y ritos consagrados, fuera de los casos expresamente consignados en el derecho. Declaro incursos en entredicho personal, a tenor de los cánones 2268 2269, párrafo segundo, con todas las consecuencias establecidas en el canon a las personas involucradas. La decisión episcopal afecta la zona norte de la diócesis, en el departamento de Castro Barros, en la región denominada” la Costa”, a una docena de poblaciones que rodea la costa de la montaña del Velasco. Aunque Mons. Angelelli dispuso: que lo templos permanecieran abiertos para que el pueblo haga oración, pida perdón a Dios y ruegue de una manera particular por la conversión de sus hermanos cristianos, que tan gravemente han ofendido al seño” las capillas de esos pueblos permanecen cerradas y algunas con custodia policial sin dudad para defender su efectos. El USO OFICIAL sacerdote que las atendía desde hace medio siglo el P. Virgilio Ferreira con sede anillaco esta enfermo y es atendido en la casa de una familia de la localidad. Colocado en medio de la facciones en pugnas por las dos respetado pero infructuosas han sido por ahora sus esfuerzos por avenirlas. La prensa en pugna. En el plano socioeconómico, el asunto en litigio es una cooperativa de trabajo en formación que el obispo auspicia para rescatar las tierras de la sucesión de Azalini, unas cien hectáreas que desde hace mucho permanecen solo parcialmente cultivadas. El sector opuesto no se opone a su expropiación. Un sector más radicalizado sustenta la adjudicación a los campesinos en parcelas otros se inclina por la tesis del obispo y quieren esta adjudicación para CODETRAL; dos concepciones una que propicia la propiedad individual y la otra la propiedad social. La prensa también se divide “El Independiente” dirigido por Alipio Paoletti defiende las actitudes del obispo, en tanto el diario el “El Sol”, asume una actitud abiertamente opuesta Monseñor Angelelli.Lo señalado fue plasmado por diversos medios de comunicación, y entre otros, se señala: ““El Director de “El Independiente” (*) Alipio E. Paoletti, director del diario “El Independiente”, de La Rioja, nos dice: -Aquí no hay ningún problema religioso. Es político y, sobre todo, económico. Combaten al Obispo los que tienen intereses que defender, los que pagan ochocientos pesos en vez de los cuatro mil que exige la Ley. Con la CODETRAL desaparecen todos los problemas. Mire: este diario mismo es una cooperativa. Es un buen sistema de trabajo. El Director de “El Sol” El director de “El Sol”, Tomás N. Alvarez Saavedra es un hombre joven, apasionado, como su contrincante Paoletti, en la polémica que rueda de las redacciones a las aulas y de las sacristías a los hogares. -Es muy seria la infiltración marxista en La Rioja. Y lo que es 77 más grave, ha penetrado en el clero. Mejor dicho, en el que últimamente se incardinó en nuestra diócesis. Se refleja en las homilías y hasta en la liturgia. So pretexto de promoción social -en la que, después de todo, como cristianos estamos todos- se busca la lucha de clases en la denigración de los esfuerzos constructivos. Si los sacerdotes tercermundistas no cesan en su labor disociadora, las tradiciones riojanas y la paz social han de sufrir grave daño. ((*) Los textos que se transcriben a continuación aparecieron como recuadro del artículo de la revista Esquiú Color, Bs. As., 12 de agosto de 1973, página 17)” [“Reportajes a Mons. Angelleli” - 2° edición 2010 Córdoba, Argentina. Ediciones Tiempo Latinoamericano. Revisión y corrección: Carlos Asselborn, Luis Baronetto, y Emilio Ana, pags. 91].- Pero esta opiniones disímiles entre dos líneas editoriales, no se agotaba en el mero intercambio dialéctico. En los hechos se intentaba el “silenciamiento” de la iglesia, tal como da cuenta el reportaje realizado a Monseñor Angelelli, que se transcribe: ““Vayan, construyan y sean felices” Para muchos riojanos, la figura del monseñor Enrique Angelelli representó algo más que la máxima investidura de la Iglesia provincial. Acusado sucesivamente de marxista, guerrillero, propagandista del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y uno de sus inspiradores, monseñor Angelelli sufrió no pocas proscripciones. La más reciente consistió en prohibirle transmitir, por LV14 (radiodifusora de la ciudad de La Rioja), sus sermones domingueros. La medida no explicó los motivos del silenciamiento pastoral. De nada sirvió que los feligreses de la provincia reunieran alrededor de 9 mil firmas en un extenso petitorio a los poderes públicos: durante casi un año, la medida se mantuvo firme, sin modificaciones. La semana pasada, un redactor de Siete Días estuvo presente cuando se le comunicó que podía disponer nuevamente de los micrófonos de la radio oficial para transmitir sus sermones. Los considerandos de la resolución provocaron, en el activo pastor, lágrimas de emoción “Se trata -decía- de devolverle al pueblo el derecho a escuchar la voz de su sacerdote, un derecho que jamás tendría que haber perdido”. Poco después de leer esa clara reivindicación, la máxima autoridad de la Iglesia riojana se avino a dialogar con el enviado de Siete Días. Esta es la síntesis del reportaje: ¿Cómo ve usted el proceso que se abre a partir del día 25 de mayo? -Lo veo con mucha esperanza, más allá de los criterios partidistas. Es que ahora el pueblo ha hecho una opción clara: ser protagonista, actor de su propio destino. Ha rechazado categóricamente a quienes no lo han sabido interpretar y acompañó con su voto a un movimiento que lo tiene como integrante activo dentro de él. Nadie puede decir que nuestro pueblo no ha participado de las opciones anteriores por no comprenderlas, al contrario. Yo pienso que aquí, en el Norte, no se necesitan hacer 78 Poder Judicial de la Nación discursos. Pero hay algo que no ofrece dudas: nuestro pueblo está dispuesto a participar dentro de este proceso con una actitud crítica, vigilante, para que nadie se atreva a manosear su propio proceso de liberación. Y dentro de esa actitud hay dos sectores de la población riojana que están dispuestos a erigirse en testigos activos: la juventud y los marginados. -¿Y cómo se inserta dentro de este proceso los jóvenes y los marginados? Yo creo que la juventud sabe muy bien lo que no quiere. Y sabe que necesita cambios. Claro que también hay muchos jóvenes que acostumbran hacer revoluciones en los cafés, que hablan constantemente de liberación. Sólo de la boca para afuera. Hay muchos, diría una multitud de jóvenes, que hacen de la revolución un puro bla-bla. Y usan al pueblo y lo traicionan. Por eso mismo hay que acercarse a los marginados, a los que yo denomino los sin voz. Este es el momento de vehiculizar la participación de los jóvenes y los marginados en el gobierno. -¿Cuál es su opinión, como obispo, de la actitud que debe asumir la Iglesia ante este proceso político? - Pienso que la Iglesia debe USO OFICIAL estar comprometida dentro del proceso de liberación. Pero eso es tan difícil como la liberación misma. Yo pienso que es a través de sus sectores progresistas donde debe ir insuflando -como simple participanteun contenido liberador. Pienso también que el rol de la Iglesia es fundamental; no tiene que marginarse sino estar junto al pueblo. En este aspecto hay que ser realista: a nosotros, como cristianos, nos debe doler cuando vemos que la Iglesia no es lo suficientemente lúcida en los procesos históricos y no asume ante ellos el rol de servidora del Evangelio. Y eso depende de nosotros, los hombres que integramos la Iglesia, porque a esta altura de la vida nadie puede poner en duda la veracidad de la doctrina. Pienso que no somos lo suficientemente lúcidos para descubrir, en profundidad, el rol que debemos tener como Iglesia. ¿Cuál sería ese rol? -No es cuestión de dar una receta. Por de pronto tiene que partir de sentirnos pueblo y caminar junto al pueblo. Tenemos que liberarnos, decimos. ¿Pero cuál es la liberación? ¿Cuáles son las exigencias de la liberación? Yo estoy convencido de que nuestro rol es contribuir a liberar, ayudar a descubrir todas las exigencias y la profundidad que tiene que tener la verdadera liberación. -¿Qué es liberarse? ¿Y liberarse de qué? -Liberarse es dejar de añadir parches externos a la realidad opresora. En esa liberación hay que buscar al Hombre Nuevo, a la Sociedad Nueva. También crear un Pueblo Nuevo. Tenemos que parir al Hombre Nuevo. Y lo tenemos que hacer nacer a partir de un profundo respeto al ser nacional. -Usted está marcando líneas filosóficas. Pero lo cierto es que, a partir del 25 de mayo, los problemas riojanos no desaparecerán mágicamente. Concretamente, ¿cómo se solucionan? -Es una pregunta concreta y difícil de contestar. Yo diría, en principio, que los hombres que han asumido la responsabilidad de la 79 conducción del gobierno provincial tienen buenas intenciones. Pero creo que tienen que estar verdaderamente convencidos de que el cambio y la liberación no deben ser aspirinas. Se deben buscar soluciones profundas. Creo también que muchos de los problemas de La Rioja no podrán ser solucionados a escala y en esferas de la provincia. Porque no hay dudas que esos problemas escapan al marco de lo regional. Creo que las soluciones tampoco se deben esperar desde afuera y desde arriba. La verdad es que tiene que tener presente que estamos ante un clima nacional, que trasciende lo puramente regional. -¿Necesita La Rioja una reforma agraria? -Por supuesto. Hay que romper las injusticias que se asientan en la posesión de la tierra”. (Revista Siete Días 1973, primera semana de junio)” [“Reportajes a Mons. Angelleli” - 2° edición 2010 Córdoba, Argentina. Ediciones Tiempo Latinoamericano - Revisión y corrección: Carlos Asselborn, Luis Baronetto, y Emilio Ana, pags. 91 – 125/129]).- Como se observa, la vida y actitud de Monseñor Angelelli no se agotaba en lo meramente discursivo, se extendía a lo práctico, al hacer, al llevar a la práctica su actitud de servidor, en particular para con los más humildes, los pobres, los marginados de la sociedad, los avasallados en sus derechos, y como lo expresara Ricardo Mercado Luna: “Cabe aclarar, por si fuera necesario, que ningún sacerdote podía ignorar que los Obispos de Argentina, en mayo de 1976, habían fijado para todo el país como un principio irrefutable, que en La Rioja bajo la situación padecida fue constantemente avasallado: “…el bien común y los derechos humanos son permanentes y valen en todo tiempo-espacio concreto, sin ninguna emergencia, por aguda que sea, autorice a ignorarlos…”. Lástima grande que ese ímpetu de mayo del 76 no haya perdurado. Una posición firme de la Iglesia hubiera evitado muchas desapariciones, muchas torturas, mucho dolor. Le excesiva cautela de las altas autoridades eclesiásticas las llevó repetidamente al terreno del pecado de omisión. No hizo lo suficiente”. (“ENRIQUE ANGELELLI Obispo de La Rioja Aportes para un Historia de Fe, Compromiso y Martirio”, pag. 76, 2° edición, Laser impresiones, La Rioja, 2006).- Luis O. Liberti (svd) en su tesis doctoral “MONS. ENRIQUE ANGELELLI, Pastor que evangeliza promoviendo integralmente al hombre” nos lleva a un conocimiento profundo de la vida y obra de Monseñor Enrique Angelelli, describe el contexto socio-económico de la época en que este desarrolló su actividad pastoral. De la obra señalada -y a modo ejemplificativo- de las vivencias de Monseñor Angelelli, me permito transcribir los siguientes párrafos: “Algunos servicios de Mons. Enrique Angelelli, Obispo Auxiliar de Córdoba, entre 1960 y 1968. En torno a estos años conciliares, en la Iglesia toda y también en el Seminario Mayor de 80 Poder Judicial de la Nación Córdoba resonaban los ecos de la nueva reflexión teológica y pastoral iniciada unos años atrás.”112 Allí había llegado, entre 1961 y 1962, un grupo de sacerdotes estudiantes en Europa, imbuidos de los primeros cambios que luego serían asumidos por el Concilio Vaticano II. Del viejo continente regresaron, “con sus licenciaturas en teología o filosofía, los sacerdotes José Gaido, de la Universidad de Insbruck, Nelson Della Ferrera, José Nasser, Erio Vaudagna y el padre Rivarola, de Roma y José Viscovich, de Lovaina. Todos coincidieron en el plantel docente del Seminario Mayor, donde ejercía como rector el padre Cándido Rubiolo”.113 Particularmente en 1962, los seminaristas comenzaron a solicitar algunos cambios, tanto en lo disciplinar como en los programas de estudios, a fin de adecuarse a la apertura que la misma Iglesia manifestaba hacia la sociedad. La situación no dejó de provocar conflictos internos con los superiores del Seminario, reticentes para aceptar las modificaciones, que culminaron, a fines del año indicado, con la renuncia del rector. El Arzobispo lo reemplazó con una persona de su cercana confianza, nombrando como rector del Seminario a su Obispo Auxiliar.114 La medida USO OFICIAL era inusual, al respecto escribió Angelelli: “Consulté al Sr. Nuncio, quien me dijo: 'no veo la necesidad de que lo saque de la Curia para mandarlo al Seminario; si insiste, acepte, pero por poco tiempo, porque su lugar es hacer de Auxiliar y no de Rector'“.”115 Con el nuevo rector fueron designados otros superiores y profesores; algunos pertenecían a los que habían realizado sus estudios en Europa y eran portadores de las reflexiones que se debatían entonces. Acerca de los cambios y transformaciones habidas en el Seminario y de sus propios sentimientos, escribe nuestro obispo: 112 Cf. (entre otros) GARCÍA ANDRADE C., “El contexto de la 'Nouvelle theologie'. El espíritu del Concilio”, Anatellei 10 (2003)5-19. 113 KOVACIC F., Así en la Tierra, 29. 114 Boletín Oficial del Arzobispado de Córdoba s/n (Marzo-Abril 1963) 79. En el mismo acto se designa Vicerrector del Seminario Mayor al Pbro. Nelson Carlos Dellaferrera, propuesto para ejercer dicho cargo por el flamante rector. Cf. IBIDEM. 115 ANGELELLI E., Pro-Memoria de la situación imperante en la Arquidiócesis de Córdoba, para Mons. Angelo Dell'Acqua de la Secretaria de Estado del Vaticano, Roma, 30 de octubre de 1964,3. Según se consigna en el escrito, éste fue solicitado por el destinatario en la entrevista que ambos mantuvieron el Roma el 22 de octubre de 1964. Cf. Introducción. “Con la colaboración de los superiores, quienes me acompañaron con verdadero espíritu sacerdotal, debo afirmarlo claramente, con dedicación y fidelidad a la Iglesia, y con la ayuda del Señor y de María, se pudo crear en el Seminario un clima de familia, crear en los seminaristas conciencia de su responsabilidad; encauzar las inquietudes sanas y legítimas de los seminaristas; tomar conciencia de la vocación sacerdotal y las exigencias de la vida pastoral. Indudablemente, debí introducir algunas modificaciones tanto en lo disciplinar como en lo intelectual, pastoral y espiritual. Se logró un verdadero equipo de superiores que, en la búsqueda de criterios, 81 conformes a las directivas de la Sede Apostólica, a las Normas del Sr. Arzobispo y a la realidad de las exigencias pastorales, pudiésemos dar a la Arquidiócesis verdaderos sacerdotes, pastores del Pueblo de Dios. (...) Pero debo también manifestar que interiormente me sentí tironeado por distintas responsabilidades: Auxiliar-Vicario General y Rector del Seminario. Además, en la medida de mis posibilidades, sin desatender al seminario, seguir dialogando con el clero, tratando de ser el puente y lazo de unión con el Sr. Arzobispo; a la vez, solucionar algunos problemas de la diócesis, evitándole mayores preocupaciones”.116. Al hacerse cargo del Seminario, nuestro obispo, el 16 de marzo de 1963, presentó su renuncia al cargo de Arcedeano del Venerable Cabildo Metropolitano; no sin lamentar tal decisión, el Arzobispo la aceptó el 21 de junio del mismo año.117 También entre fines de septiembre y principios diciembre de 1963, Mons. Enrique Angelelli quedó a cargo del gobierno de la Arquidiócesis, ya que Mons. Ramón Castellano asistía en este período a la segunda sesión del Concilio Vaticano II. En esos meses, nuestro obispo divulga, entre otros actos,118 una Exhortación Pastoral denominada “Frente a la Actual Situación”,”119 la que era concurrente al cambio de autoridades constitucionales efectuado en ese año. 116 IBIDEM. 117 Cf. CASTELLANO R., Carta a Mons. Enrique Angelelli, Córdoba, 21 de julio de 1963. 118 Cf. ANGELELLI E., Homilía en la Celebración de la Virgen del Rosario, Patrona de Córdoba, sin más datos.119 Cf. ANGELELLI E., “Exhortación Pastoral: Frente a la Actual Situación”, en Boletín Oficial del Arzobispado de Córdoba s/n (Noviembre-Diciembre 1963) 124-126.” .- Recupera Liberti para el conocimiento cabal del perfil profundamente humanista de Monseñor Angelelli la Carta Pastoral de Cuaresma del año 1976, y en ella expresa el Obispo: “[…] HERMANOS: Los invito a que hagamos un alto en nuestra vida diaria; a modo de reflexión y evaluación personal y comunitaria escuchemos la Palabra del Señor, para poder “discernir” evangélicamente esta hora grave que vivimos. Pensemos: Cómo se mata la VIDA... CUANDO el ‘guerrillero’ nos sorprende con su cuota de muerte.. Cuando las fuerzas ‘custodias del orden’ nos sorprenden también con su cuota de muertes... Cuando ‘otras fuerzas ocultas’ también nos sorprenden a diario con su cuota de muertes... Cuando se mata al niño antes de nacer... Cuando mueren los niños por falta de pan y de medicamentos... Cuando se ‘roba’ el ‘pan’ de los hogares y se ‘ vacía’ de ‘bienes’, al país... Cuando no hacemos crecer la vida en nuestro pueblo por falta de una adecuada educación... Cuando dividirnos y sembramos la cizaña de la discordia y del odio entre los conciudadanos... Cuando por la ‘infidelidad’ destruirnos los hogares... Cuando ‘vaciamos’ de vida a nuestra Patria... Cuando matamos la alegría, la esperanza y el coraje por vivir... Cuando nos enriquecemos con ‘la sangre’ del pobre, del débil, del ‘sin voz’... Cuando mentimos, 82 Poder Judicial de la Nación delatamos y ‘abusamos’ de diversas formas del prójimo...Cuando profanamos el ‘templo de Dios’ que es el hombre con torturas físicas, morales y sicológicas... Cuando somos ‘infieles’ a nuestros compromisos asumidos; irresponsables en nuestro trabajo y hacemos de la ‘coima’ un estilo de vida... Cuando le negamos a Dios el lugar que tiene en la vida de cada persona y en la comunidad de los hombres... Cuando obstaculizamos la misión evangelizadora de la Iglesia, de ayudarle al hombre a ser más hombre, injertándolo en la misma vida de Dios... Cuando ‘usamos’ hasta la misma ‘defensa de la fe católica’ para lograr ‘otros fines’... Cuando buscamos la 'felicidad' sólo y principalmente en el 'tener más'... Cuando hacemos 'pingües' negociados con la pornografía, la droga, la 'trata de blanca'... etc., matando la inocencia de nuestros niños, frustrando los ideales sanos y generosos de nuestra juventud y destruyendo los hogares... Cuando no administramos bien la 'justicia' y la 'cosa pública'... Cuando no somos USO OFICIAL justos; solidarios; 'limpios de corazón'; celosos en la defensa del recto uso de la libertad...; Cuando nos corrompemos como 'dirigentes' con la secuela de sufrimientos para nuestro pueblo... Cuando buscamos en el 'secuestro' y en la 'violencia sangrienta', la solución a los grandes problemas que tenemos... Cuando buscamos construir la paz y el 'orden' con el solo hecho de 'no matar físicamente'... Dios es el Dueño de la Vida. Nosotros somos administradores de ella. Al final de nuestros días seremos juzgados como la hemos administrado. Es bueno pensarlo ahora”.207. También la “vida” de la Iglesia riojana y en particular la de Mons. Angelelli y la de sus colaboradores más inmediatos (presbíteros, religiosas y laicos) transcurría entre las zozobras y los agravios, las confusiones y las intimidaciones, las amenazas y la muerte, la cárcel y las torturas..., que se iban posesionando en el país, y por ende en las diversas Iglesias locales. En La Rioja, hubo un persistente amedrentamiento, fruto entre otros motivos de las calumnias malintencionadas y de los silencios indiferentes y culposos, o de la irresolución de ciertas situaciones que se dejaron a merced del fluir de las circunstancias.208. La voz de nuestro pastor nuevamente se levanta ante las calumnias y los obstáculos que se difunden, entorpeciendo la acción evangelizadora de la Iglesia. 207 ANGELELLI E., Carta Pastoral de Cuaresma 1976, La Rioja, 3 de marzo de 1976, 1-2. Los destacados pertenecen al texto. Con respecto a la situación del país, Cf. (entre otras): ANGELELLI E., Mensaje de Año Nuevo a la Diócesis, La Rioja, 1 de enero de 1975,2-3; IDEM, Mensaje en torno a la Cuaresma (1975). 2, sin más datos; IDEM, Mensaje de Pascua, La Rioja, 30 de marzo de 1975,1; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 22 de junio de 1975,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 20 de julio de 1975,1; IDEM, Misa Radial, Las Padercitas, del 17deagostode 1975,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 24 de agosto de 1975,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 30 de agosto de 1975,2; IDEM, Misa Radial, Adviento, La Rioja, 30 de noviembre de 1975,1-2; IDEM, Mensaje del Año Nuevo, La Rioja, enero de 1976,3; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 8 de febrero de 1976,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 22 de febrero de 1976, 1; IDEM, Orientaciones Pastorales para toda la Diócesis, La Rioja, 3 de marzo de 1976,1; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 4 de abril de 1976,1; IDEM Mensaje en la Fiesta de 83 San Nicolás, La Rioja, 4 de julio de 1976, 3; IDEM, Carta a las Comunidades Parroquiales, La Rioja, 18dejuliode 1976,2-3. 208 Por ejemplo: la actitud de hostilidad y difamación persistente practicada por algunas publicaciones de La Rioja y de otras ciudades, que no merecieron alguna contestación o respuesta “oficial” u “oficiosamente” por la CEA; la irresolución ante la situación del párroco de Anillaco, sólo “cambiado” debido a su fallecimiento; el incumplimiento de los requerimientos que prometiera el Santo Padre, hacia los opositores de nuestro obispo, (Cf. ANGELELLI E., Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976, 1); etcétera. En una de las homilías explica las consecuencias que se pretenden alcanzar con este accionar, señalando que se busca la división, la fragmentación de la Iglesia y del pueblo; además, la presentación de diversos y divergentes modelos eclesiales provoca la desconfianza y el distanciamiento entre una y otro: “Hermanos: Escuchen: en esta confusión y desorientación que vivimos, se busca abierta o solapadamente dividirnos, esta división se la intenta especialmente en la Iglesia, entre cristianos. Con distintos nombres y procedimientos aun valiéndose de buscar defender la fe católica. Se busca separar a la Iglesia de su pueblo confundiéndolo y haciéndole perder la confianza en la Madre Iglesia; se busca dividir y separar a los pastores, llámense obispos o sacerdotes de sus comunidades; se busca dividir a los sacerdotes entre sí con la amenaza, el desprestigio o el halago, haciéndolos aparecer a unos fieles y a otros infieles; se busca dividir a las diócesis argentinas; se busca contraponer a la Iglesia de Pío XII con la de Juan XXIII y Pablo VI; se busca hacer aparecer a la diócesis de La Rioja separada de las otras diócesis argentinas; se busca desconocer su condición de católicas a las Diócesis argentinas; se busca desconocer su condición de católica a la Diócesis de La Rioja; se busca obstaculizar la misión divina de la Iglesia junto a su pueblo en la catequesis y en la Evangelización; se busca controlarla para que el Evangelio no llegue a su pueblo, se busca suprimir toda militancia cristiana y apostólica en su laicado; se busca contraponer a los hijos de esta noble tierra riojana con los que no han nacido en ella. Hermanos: no busco dramatizar ni crear desorientación, simplemente les debo alertar para que la fe de ustedes no sufra detrimento. No se alarmen, el Señor cuida de su pueblo, El es celoso de su pueblo”.209 209 ANGELELLI E., Misa Radial, La Rioja, 1 de marzo de 1976, 2. En otros momentos vuelve sobre las calumnias y obstáculos, Cf. (entre otras): IDEM, Misa Radial, La Rioja, 25 de enero de 1975,2; IDEM, Misa Radial, Adviento, La Rioja, 30 de noviembre de 1975,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 15 de febrero de 1976,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 22 de febrero de 1976,2; IDEM, Carta Pastoral de Cuaresma 1976, La Rioja, 3 de marzo de 1976,2; IDEM, Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976, 1; IDEM, Carta al Cardenal Eduardo Pironio, La Rioja, 30 de abril de 1976, 1; IDEM, Intervención en la Asamblea del Episcopado, del 10 de mayo de 1976, sin más datos; IDEM, Carta a las Comunidades Parroquiales, La Rioja, 18 de julio de 1976,1-2..Algunas de las situaciones más conflictivas de esta fragmentación las reseña el mismo obispo ante sus pares en la Asamblea Episcopal de la CEA en mayo de 1976; es una reseña de 37 “estaciones” del “calvario riojano”, a partir de la instalación del gobierno de facto de marzo de 1976.210 Sin ánimo de ser exhaustivos de ésta relevamos: la intromisión del Jefe de la Base Aérea de Chamical durante una Misa presidida por el obispo en esa localidad; las detenciones de varios sacerdotes;211 el allanamiento y la clausura de una casa parroquial;212 la 84 Poder Judicial de la Nación detención del Vicario General de la diócesis y de dos seminaristas;213 las demoras y las detenciones de religiosas214 y de sacerdotes; la prohibición para celebrar la Misa en la cárcel al obispo y todo el presbiterio riojano (el único “autorizado” era el Capellán Militar, P. Mario Pelanda López);215 la prohibición de irradiar la Misa desde la Catedral, pero sí la celebrada por el Capellán Militar desde el Regimiento 141 de La Rioja; la requisa de equipajes y documentos a los participantes de los ejercicios espirituales, la requisa al obispo en el Señor de la Peña, las suspensiones (debido al miedo que se ha infundido) de la segunda etapa de la Visita Misionera de San Nicolás, del encuentro diocesano de Catequesis, de los jóvenes, de los cursos del C.E.R.C.; la detención de laicos y los interrogatorios coercitivos e intimidatorios por el contacto con la Iglesia, 216 las cesantías y despidos de personas vinculadas a la Iglesia; 217 las humillaciones inflingidas para visitar a los presos; etcétera. Anteriormente a la Asamblea de la CEA, el Vicario General se dirige a nuestro obispo,218 sugiriendo que luego de las actuaciones solicitadas y a la luz del informe pertinente: “... que viaje a Buenos Aires para entrevistar al USO OFICIAL Señor Nuncio Apostólico, al Señor Presidente de la C.E.A., y a toda aquella otra autoridad que fuere necesario, a los efectos de clarificar la actual situación por la que atraviesa nuestra Diócesis. Motivan esta sugerencia, entre otros, los elementos de juicio que detallo a continuación: Conversaciones mantenidas con los Vicarios Episcopales y con sacerdotes de distintos Decanatos, concluyeron en que estos episodios presentes son la resultante de una orquestada y larga campaña de desprestigio y calumnia hacia su persona de Obispo en particular y de la Diócesis en general. Esta apreciación ha venido clarificándose en cada uno de los acontecimientos que hemos vivido desde 1970 y que en su oportunidad fuimos puntualizando. Conversaciones mantenidas con Gobiernos anteriores y con el actual, denotan una falta de fundamentación en el juicio que se tiene sobre la Iglesia en La Rioja, y una información malintencionada y a veces diabólica, proveniente de ciertos sectores... los de siempre y que son del dominio público. La reciente visita a Chamical dio la pauta de un clima de tensión y de persecución, principalmente a raíz de los sucesos ocurridos en estos días, que frena la labor pastoral, la coarta y la condiciona. 210 Cf. ANGELELLI E., Intervención en la Asamblea del Episcopado, del 10 de mayo de 1976, sin más datos. 211 Cf. ANGELELLI E., Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976, 1;INESTALE., Carta e Informe a Mons. Enrique Angelelli, La Rioja, 3 de abril de 1976. Protocolo 005/76. 212 CF. IBIDEM. 213 Cf. ANGELELLI E., Misa Radial, La Rioja, 15 de febrero de 1976,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 22 de febrero de 1976,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 1 de marzo de 1976,2. 214 Cf. HERMANAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE CASTRES -AZULES-, PROVINCIA CRUZ DEL SUR, Carta de la Hna. Provincial Carmen Caride a Mons. Enrique Angelelli, La Rioja, 18 de junio de 1976. 215 Cf. ANGELELLI E., Carta al Jefe del Batallón de Ing. Const. 141 Coronel Don Héctor Osvaldo Pérez Battaglia, La Rioja, 12 de febrero de 1976. 216 Cf. MERCADO LUNA R., Enrique Angelelli, Obispo de La Rioja, 81-95. El cual transcribe “Los Derechos Humanos en el marco de la Diócesis Riojana”, del Informe de la Comisión Provincial de Derechos Humanos. 217 “Algunas de las personas cesanteadas, cuando recurrieron a pedir explicaciones por las medidas tomadas, o a solicitar ser reincorporadas, no faltaban las preguntas: '¿A qué Iglesia va Ud.? ... ¿Con qué curas se relaciona? ... ¿Participa usted de las reuniones de la Parroquia X'?'“. PRESBITERIO RIOJANO, Carta a los Sres. Obispos, La Rioja, 17 de junio de 1976, 2. Cf. 85 ANGELELLI E., Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976,1. 218 Informando de algunas situaciones (detenciones de religiosas y sacerdotes, interrogatorios a sacerdotes en la sede de la Base Aérea de Chamical, clausura de la casa parroquial de Olta, etc.), en el Decanato de Los Llanos, a principios de abril de 1976. Por esas razones estimo necesario su viaje a Buenos Aires, a fin de poder continuar trabajando pastoralmente en esta Iglesia, y colaborar desde nuestra misión religiosa en el actual proceso de la Patria”.219 También el Consejo Presbiterial Riojano envía una carta a Mons. Zazpe, posesionándolo de la situación diocesana,220 y otra similar (aunque más detallada) es remitida por el Presbiterio Riojano a todos los obispos de la CEA.221 Los sacerdotes manifiestan, al final de su pormenorizada misiva: “... porque nos sentimos Iglesia, porque nuestro Obispo es miembro del Colegio Episcopal, porque una es la fe y una la misión, apelamos a los sucesores de los Apóstoles con el amor que Cristo nos dejó para que fuéramos signo de su presencia y así, los demás crean que somos una sola Iglesia”.222 Nuestro obispo, asimismo (anteriormente a la Asamblea de la CEA, de mayo de 1976), se comunica epistolarmente con Mons. Zazpe.223 En un tono coloquial y de sinceramiento, luego de subrayar algunas de las situaciones que padecen los sacerdotes, las religiosas, los laicos y él mismo en el ejercicio del ministerio episcopal en la diócesis, expresa: “Esta vez no se nos podrá decir que no informamos ni que no nos entrevistamos con personas eclesiásticas y militares que tienen mucha responsabilidad. Por cierto que no somos los únicos; que por todas partes sucede lo mismo y que debemos tener paciencia. Pero es hora que la Iglesia de Cristo en la Argentina debemos discernir a nivel nacional nuestra misión y no guardar silencio ante hechos graves que se vienen sucediendo. De todo lo informado se me ha dicho que es exagerado. Dios quiera que sea así. Los hechos me dicen lo contrario”.224 Luego de estas consideraciones, y ante la ausencia (en general) de corresponsabilidad en el episcopado argentino, una vez más pone a disposición la renuncia a la diócesis riojana: “si esto es la solución para que no siga La Rioja dando dolores de cabeza, ni a la Santa Sede, ni al Nuncio ni a mis hermanos obispos. O nos respaldamos en serio o búsquense otro pastor para esta diócesis. Creeme que siento mucha paz interior y certeza en la fidelidad a la FE CATOLICA que profeso y PROCLAMO como OBISPO de esta diócesis. Parece ridículo tener que afirmar esto, pero a veces se hace necesario”.225 “Desde la misma noche de ese fatídico 24 de marzo, cuando las detenciones se trasforman en una marea gigantesca y las desapariciones y las cesantías multiplican el llanto y la desesperación de toda la provincia, Angelelli se multiplica, procurando restañar las 86 Poder Judicial de la Nación heridas abiertas con su palabra, con su gesto, con su vida. Desde este momento no tiene descanso físico, ni anímico. De su angustia, de su propio dolor, de sus flaquezas humanas saca fuerza, empeño y constancia para gestionar, interceder, averiguar... Los demonios del 'Proceso' fueron desatados en La Rioja por los coroneles Osvaldo Pérez Bataglia y Jorge Pedro Malagamba. La larga lista de los mismos fue pacientemente conformada por la Comisión Provincial de Derechos Humanos, en el Tomo I de su informe. Allí figuran no sólo policías federales y provinciales, militares de diversas armas, guardiacárceles, personal de gendarmería, personal de la SIDE y 'Coordinación y Enlace', sino también civiles vocacionales y otros interesados en la 'salvación' de la Iglesia 'verdadera' y en actitud de servicio al auténtico Dios”. 226 219 INESTAL E., Carta e Informe a Mons. Enrique Angelelli, La Rioja, 3 de abril de 1976. Protocolo 005/76,1. Cf. Adjunto informe solicitado.220 Cf. INESTAL E. Y ORTIZ J., Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 26 de abril de 1976. 221 Cf. PRESBITERADO RIOJANO, Carta a los Sres. Obispos, La Rioja, 17 de junio de 1976. Es un pormenorizado detalle de USO OFICIAL diversas situaciones “persecutorias”, afrontadas por la Iglesia local riojana a partir de 1973 a la fecha. Entre otros temas, pone de relieve las burdas tergiversaciones realizadas por los “Cruzados de la Fe” y el Jefe del Batallón 141 de La Rioja, en los festejos del 13 de junio de 1976, en honor a San Antonio, de la Parroquia de Anillaco. Recordemos que el P. Virgilio Ferreyra estaba internado de gravedad en Córdoba. La carta se fundamenta en el espíritu de la Carta Pastoral de la CEA de mayo de 1976, Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Documentos del Episcopado Argentino 1965-1981,185- 289. 222 IDEM, 4. 223 Cf. ANGELELLI E„ Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976. 224 IDEM, 1. 225 IBIDEM. Los destacados pertenecen al texto. Al finalizar la carta, agrega algunas sugerencias para ser tratadas en la próxima Asamblea de la CEA, entre otras, señala: “Profundizar la 'colegialidad episcopal' y la unidad sacramental entre nosotros. Debemos dar este testimonio. Lo necesitan TODAS nuestras comunidades diocesanas”. IDEM, 2. Los destacados pertenecen al texto. 226 MERCADO LUNA R., Enrique Angelelli, Obispo de La Rioja, 61-62. En una carta dirigida a un Capellán Militar, a quien presenta su inquietud por un laico riojano encarcelado; además requiere su intercesión ante el Vicario Castrense (Mons. Tortolo) y el Pro Vicario Castrense (Mons. Bonamín), para que éstos “abran los ojos, mañana los señalarán como traidores, cómplices o cobardes; que pudieron ayudar a resolver graves problemas de dolor a hermanos nuestros; a diócesis; a sacerdotes y laicos etc. y... no lo hicieron; por lo menos como lo deberían haber hecho; más aún, no VIERON qué se está viviendo”. Angelelli E., Carta al P. Alfonso Roldán, La Rioja, 4 de junio de 1976. Los destacados pertenecen al texto. A todas las situaciones relevadas,227 hemos de agregar, en una sucesión de pocos días, el secuestro y el asesinato de los PP: Gabriel Longeville y Carlos de Dios Murias ofm conv., secuestrados el 18 de julio y hallados el 20 de julio a unos kilómetros de Chamical, acribillados a balazos, y con evidentes signos de haber sido torturados con alevosía.228 Como lo indicamos oportunamente, Mons. Angelelli presidió la misa de entierro de ambos sacerdotes.22l Por disposición de las autoridades militares, el comunicado del Obispado informando del suceso no pudo ser difundido en los diversos medios de comunicación, ni siquiera como aviso fúnebre.230 A los pocos días, el 25 de julio, asesinan a un laico del movimiento rural, Wenceslao Pedernera, casado y afincado en Sañogasta.231 La justicia hasta el momento nunca pudo reconocer a los 87 autores de estos alevosos crímenes. Así se iba cerrando la espiral. Mons. Angelelli luego de participar en Chamical del novenario por los curas asesinados, de haber relevado diversos informes acerca de este hecho y de mantener una reunión con el Vicario General y los cuatro Vicarios Episcopales de la diócesis, emprende el regreso a La Rioja el 4 de agosto de 1976, (…) 227 El 4 de julio habían sido asesinados cuatro miembros de la Comunidad Palotina, en la Iglesia de San Patricio, en Buenos Aires. 228 Cf. La Civitta M., “Mártires de tierra adentro, Padre Gabriel Longueville y Padre Carlos de Dios Murias”, Caminos de CAR y CONFER 6 (1996) 29-30; Kovacic E, Así en la Tierra, 131. 229 Cf. utsupra, páginas 309-310. 230 Cf. Ortiz J., Secretario General de la Curia Riojana, Comunicado del Secretario General del Obispado de La Rioja por el fallecimiento de los PP. Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, La Rioja, 20 de julio de 1976. Protocolo N° 056/76. 231 Cf. Inestal E., ¿Por qué lo mataron?, en Diario El Independiente, del 23 de julio de 1988,10; Mecca G, Wenceslao Pedernera, un mártir de tierra adentro, en Diario El Independiente, del 26 de julio de 1987,10; Mecca G., “Wenceslao Pedernera, laico campesino, hombre de pala y pico”, Camino de CAR y CONFER 6 (1996) 30-31.-”.- (Resaltado agregado) (LUIS O. LIBERTI svd, “MONS. ENRIQUE ANGELELLI, Pastor que evangeliza promoviendo integralmente al hombre” - pag. 408-418 Editorial Guadalupe Año 2005, Buenos Aires).Dentro de este contexto histórico, y ya en el proceso penal, resulta suficiente remitirse a las declaraciones testimoniales de Severino Miazzi (fs. 179), Arturo Aído Pinto (fs. 313/314 y ampliatorias), Carlos Julio Guzmán (fs. 398), Esteban José Inestal (fs.417/419, 1394, 3273-74), Juan Aurelio Ortiz (fs.434 y ampliatorias), Miguel Esteban Hesayne (fs. 565), Roberto Enrique Juan Queirolo (fs. 690 y ampliatoria), Miguel Ángel la Civita (fs. 692), Juan Carlos Di Marco (fs. 693), Rafael Sifre (fs. 694), María Luisa Panizza (fs. 969), Luís Eduardo Javier Ruiz (fs. 1002), Salomón Jatuff (fs. 1227), Delia Ursula Braida (fs. 1576/1577), Enrri Hardi Praolini (fs. 3864) y Luis Avelino García (fs. 5475), quienes -entre otros- relatan situaciones, en forma coincidente, sobre la pugna existente entre diversos sectores de la sociedad riojana; y que se puso de manifiesto en hechos que fueron públicos, como el sucedido en la “costa riojana” el 13 de junio de 1973, cuando el Obispo Angelelli fue expulsado de las fiestas patronales de San Antonio en la localidad de Anillaco por un grupo denominado “Cruzados de la Fe”, quienes habrían tildado a aquel de “comunista” y que eran “personas no gratas”.La situación antes descripta culminó en la sanción de los “Entredichados” que da cuenta la documental acompañada a fs. 3816/3838 por el Obispado de La Rioja. De dicha documental, también se advierten la existencia de grupos de laicos como “Cruzada Renovadora de Cristiandad”, “Tradición Familia y Propiedad”, etc., que actuaban en abierta oposición a la actividad pastoral desarrollada por Monseñor Angelelli.También, ya en aquellos años se desarrollaba una campaña de publicación de artículos y editoriales claramente dirigidos en contra de Angelelli, tal como lo señala, entre otros el testigo Luis Avelino García (fs. 5475); sumándose las amenazas, en 88 Poder Judicial de la Nación ocasiones no tan anónimas, como las que señala la testigo María Luisa Panizza (fs. 969) dirigidas en contra de Angelelli y miembros de la iglesia.Todo ello resultaría parte del prolegómeno del golpe de estado ocurrido en marzo de 1976, y de la abierta persecución de que fue objeto la Iglesia riojana, que como un rosario de hechos concatenados, concluiría en el homicidio de Enrique Angelelli. Había sucedido el día 18 de julio del año 1976 el atroz homicidio de los sacerdotes de la localidad de Chamical Carlos De Dios Murias y Gabriel Longueville; luego, el día 25 de julio de 1976, se produce el homicidio del laico Wenceslao Pedernera en la localidad de Sañogasta, y como corolario de estos sucesos se produjo el homicidio del Obispo Enrique Angelelli el día 04 de agosto de 1976.Podría sostenerse que la motivación, como hipótesis común, de los hechos antes descriptos lo constituía la pugna de intereses entre sectores terratenientes con los poseedores ancestrales de la tierra, “gente de campo”, trabajadores, humildes, “dóciles”, asistidos por la actividad pastoral de la Iglesia en la defensa de sus USO OFICIAL derechos.Es en este contexto -que también incluyó el encubrimiento del homicidio por parte de las autoridades de facto, como se verá más adelante- que deviene en una tarea dificultosa la reconstrucción del hecho bajo análisis, dado el transcurso del tiempo; no obstante ello considero que existen elementos suficientes para tener por acreditada la materialidad del hecho investigado, y que constituye el delito de homicidio doloso, provocado por accidente automovilístico, de Monseñor Enrique Angelelli, y la tentativa de homicidio que sufriera el entonces sacerdote Arturo Aído Pinto.El relato que efectúa Arturo Aído Pinto (fs. 313/314 y ampliatorias) a lo largo de la instrucción de la presente causa -y en distintos años- resulta relevante en cuanto pone de manifiesto la existencia e intervención de un vehículo de color Peugeot 404, color blanco, y cuyo conductor provocó intencionalmente el accidente que concluyera en la muerte del Obispo Enrique Angelelli, al haberse interpuesto en la línea de marcha, como hipótesis mínima, y que concluyo en el resultado señalado.Puede afirmarse tal circunstancia dada la particularidad del lugar en que se produjo el hecho, caracterizado como un lugar solitario, poco transitado, más si se tiene en cuenta que en aquellos años la fluidez del trafico automotor no es la existente en la actualidad, en una larga recta, sin obstáculos que pudieran actuar como entorpecedores de la circulación vehicular, y la hora en que se produjo el hecho, que puede circunscribirse entre las quince horas y quince horas y treinta minutos del día 04 de agosto de 1976.Indudablemente, sobre Arturo Aído Pinto como único testigo directo del hecho, podría alguien plantear dudas en cuanto a lo por él manifestado, en particular cuando sobre el presente hecho circularon y circulan “versiones” que carecen de sustento alguno -como que quien conducía el vehículo siniestrado no era Angelelli, que 89 Angelelli fue ultimado con golpes en la nuca o con disparo de arma de fuego, etc.-, pero dichas “dudas” se disipan cuando examinadas sus reiteradas declaraciones testimoniales se observa coherencia y unidad en el relato, no advirtiéndose contradicciones, ni elementos que hagan presumir que se trata de un testimonio interesado o mendaz.Pero en la presente causa no existe únicamente el testimonio de Pinto, ya que integrado este con la declaración de diversos testigos, dan credibilidad a sus afirmaciones.Así, Armando Amirati (fs. 230) indica que Monseñor Angelelli había tomado unos mates con el dicente y que se sentó al volante del rodado que conducía. También la testigo Delia Ursula Braida (fs. 1567) señala que el día del hecho Angelelli había almorzado en Chamical, retirándose de la comunidad aproximadamente a las 14:00 horas, en la camioneta siniestrada, “conduciendo en la eventualidad Monseñor” (Angelelli), señalando que el vehículo había sido revisado momentos previos al viaje y que se encontraba en buenas condiciones de transitabilidad. A fs. 1211 el testigo Luis Eduardo Maidana, empleado de la Policía de la provincia de La Rioja, quien se encontraba en las proximidades de la Ruta 38, aproximadamente hacia las 15:00 horas, entre la curva de salida de Punta de los Llanos y la elevación conocida como “El Bordo”, cuando “pasó Monseñor Angelelli conduciendo una camioneta Fiat 125 con cúpula” en dirección a La Rioja. De ello se puede concluir que al salir de la localidad de Chamical, y a muy escasa distancia de donde se produjera el hecho criminoso, quien conducía el vehículo era Monseñor Enrique Angelelli. Asimismo, resulta relevante lo que el testigo Maidana señala en su declaración, cuando manifiesta que cuando concurre al lugar del hecho “llegó personal policial uniformado y personal de civil que conoce como de Inteligencia del Ejército, habiendo identificado a quien después supo que se llamaba Juan Carlos Romero, del numerario de la Policía de la Provincia. Que el nombrado Romero arribo desde La Rioja, en un grupo estimativo de 3 móviles, hacia las 19:00 hs. apuntando el nombrado a los presentes con una escopeta Itaka, para que se alejaran del lugar”.Esta presencia de personal de Inteligencia de la policía de la provincia de La Rioja, en particular del encartado Juan Carlos Romero, a la sazón Jefe de D 2 de dicha fuerza, junto a personas de Inteligencia del Ejército -las que no identifica-, será gravitante al momento de analizar el encubrimiento policial del hecho, dada la dependencia directa de la Policía de la provincia de La Rioja de la Jefatura del Area 314 del Ejército.Del Libro de Guardia del “Destacamento Policial Punta de los Llanos” de Policía de la provincia de La Rioja (secuestrado conforme constancias de fs. 654 y 657 y vta.), se observa a fs. 317, la siguiente novedad: “A horas: 5/00 entró Circular General. Texto: S.J.P. N° 96.- agole saber que a hs 3/40 del día de la fecha se a hecho cargo de la Jefatura de Policía, el Mayor Emilio de Césare, asi comunicole que a partir de esa hs toda la policia de la provincia queda bajo las ordenes del Batallón de Ingeniero 141. Atte. Vicente Herrera. Sub. Jefe de Policía”. Dicha transcripción corresponde al día 24/03/1976.90 Poder Judicial de la Nación Respecto del personal de inteligencia del Ejercito presente en el lugar, este surge identificado por los policías de la provincia de La Rioja, Ramón Nicolás de la Fuente (fs. 208) quien da cuenta de la presencia del “Capitán Maggi”, de ejército y el comisario Juan Carlos Romero de Inteligencia de la Policía; en tanto Jorge Nicolás Luna Moreyra (fs. 209), relata que en el lugar se encontraba el encartado Romero y el “Capitán Maggi”.En el Informe “Destacamento de Inteligencia (ICIA) 141 (Pcia. de Córdoba) y Sección de Inteligencia La Rioja”, elaborado por el Programa Verdad y Justicia del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos -el que tengo a la vista- se describe en el acápite “DOCTRINA GENERAL DEL ACCIONAR REPRESIVO”, que “las acciones llevadas adelante por las FFAA (Fuerzas Armadas), FFSS (Fuerzas de Seguridad) y PCI (Personal Civil de Inteligencia) fueron el resultado de la aplicación de las orientaciones estratégicas y operacionales de carácter general que se detallan en la Directiva del Consejo de Defensa N° 1/75 de la que se destaca los siguientes puntos: ... “3. Finalidad. La presente Directiva tiene por finalidad instrumentar el empleo de USO OFICIAL las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales y otros organismos puestos a disposición del Consejo de Defensa para la lucha contra la subversión, de acuerdo con lo dispuesto por los Decretos 2770, 2771, 2772. ... “6. Ideas Rectoras a. Concepción Estratégica. 3. Dado que la subversión ha desarrollado su mayor potencial en los grandes centros urbanos y en algunas áreas colindantes, el esfuerzo principal de la ofensiva será llevado sobre el eje TUCUMAN, CORDOBA, SANTA FE, ROSARIO, CAPITAL FEDERAL, LA PLATA”. A su vez en el ítem 4.c la Directiva N°1/75 Consejo de Defensa manifiesta: “...dar libertad de acción para el empleo de los medios en “zonas calientes”. Para complementar el accionar represivo, la directiva contempla: “Aniquilar los elementos constitutivos de las organizaciones subversivas a través de una presión constante sobre ellas” y “Eliminar y desalentar el apoyo que personas u organizaciones de distintos tipos puedan brindar a la subversión” (Ítem 6.b.3 y 4). Sólo a manera de ilustrar las circunstancias que forman parte de este análisis, mencionaremos que también es parte de la Directiva un anexo “PLAN FUNCIONAL DE ACCIÓN SICOLÓGICA A LA DIRECTIVA DEL CONSEJO DE DEFENSA N° 1/75 (Lucha contra la Subversión).”. Más adelante, en el capítulo referido a “LA INTELIGENCIA MILITAR EN EL ACCIONAR REPRESIVO”, se indica que “El plan de represión tenía un enfoque social, político y militar e incluía acciones de carácter psicológico dirigidas a amedrentar a la población en general y a los opositores en particular.” (subrayado agregado).Se puede inferir, sin demasiado esfuerzo, que la actividad de “inteligencia” desplegadas por la fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad constituían una piedra angular en el sistema represivo montado para la persecución de la población civil, extendiéndose, en forma sistematizada, a infundir el terror en la generalidad de la población; estructurada dicha actividad sobre la base de personal “especializado” en tales tareas, y que actuaban con plena impunidad.91 Surge, asimismo, del informe señalado, que estructuralmente en el “. . .Área 311, operaba el Destacamento de Inteligencia 141 cuya sede se encontraba en la Av. Richieri 745 de la Ciudad de Córdoba y a su cargo estaba la Sección de Inteligencia de La Rioja.”. Si bien esta Sección Inteligencia fue creada normativamente mediante Resolución de fecha 03/11/1977, en los hechos ya funcionaba una Sección de Inteligencia, que si bien no dependía directamente del Destacamento de Inteligencia 141, si respondía a la Jefatura del Batallón de Ingenieros en Construcciones 141, con asiento en esta ciudad de La Rioja.Merece ser destacado del presente informe la siguiente declaración descriptiva sobre la funcionalidad de los “servicios de inteligencia”, y “Relacionado específicamente a las funciones que cumplió el Destacamento de Icia 141, se cita al General de Brigada (r) Luciano Benjamín Menéndez en su declaración del 11 de marzo de 1986 -Declaración Testimonial ante CONSUFA (Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas) 11/03/86, Buenos Aires- “PRESIDENTE: ¿Con qué Servicio de Informaciones contaba el Cdo Iller Cpo Ej para la lucha antisubversiva? GRAL MENÉNDEZ: Con la Comunidad Informativa de toda la Zona que era integrada por los Destacamentos de Inteligencia del Ejército, que eran el 141 en Córdoba, 142 en Mendoza me parece, el 143 en Tucumán, creo que había otro Destacamento en Salta o una sección adelantada y después todos los servicios de Inteligencia de las Delegaciones de la Policía Federal, de las Policías Provinciales, de las Gobernaciones que tenían a veces su Servicio de Inteligencia y de la SIDE que tenía sus delegaciones en cada Capital de Provincia, todo eso formaba la comunidad informativa que tenía reuniones regulares y que intercambiaba sus informaciones, hacía sus apreciaciones de inteligencia para ir formando un cuadro en general de la actividad enemiga”.La denominada “Comunidad Informativa”, integrada por todos los organismos de inteligencia de las fuerzas armadas y de seguridad, “... mantenían su funcionamiento mediante reuniones periódicas y en muchos casos semanales. A su vez, el personal de las fuerzas mencionadas actuaba mediante enlace. El “enlace” conformaba en esta estructura una función sistemática que cumplía personal designado por las jerarquías tanto del Ejército, la Fuerza Aérea, Policías (Provincial o Federal), Gendarmería Nacional u otros organismos según se requiriera- por ejemplo la SIDE, Prefectura, Marina, etc. (...) El Destacamento de Inteligencia 141, conjuntamente con su sección La Rioja, desplegó su accionar en la Subzona 31, como ya se mencionó, este despliegue operacional lo realizó en y con apoyo de las Unidades Militares emplazadas geográficamente en las Áreas correspondientes a la subzona mencionada. Estas unidades participaron y/o abastecieron de recursos para que se realizaran los operativos represivos en el ámbito de las localidades que tenían bajo su control”. (Informe “Destacamento de Inteligencia (ICIA) 141 (Pcia. de Córdoba) y Sección de Inteligencia La Rioja”).De lo expuesto se puede derivar que quienes cumplían funciones en el área de inteligencia del Batallón de Ingenieros en Construcciones 141, con 92 Poder Judicial de la Nación asiento en esta ciudad de La Rioja, como sus dependencias jerárquicas inferiores, incluidas las fuerzas de seguridad provinciales que se encontraban bajo “dependencia operacional” tuvieron, en distintos grados, responsabilidad directa o mediata sobre los hechos ilícitos aquí investigados.La descripción del funcionamiento de los servicios de inteligencia, su composición y la dependencia de la “inteligencia” de las fuerzas de seguridad subordinadas al control operativo de las fuerzas armadas (policía provincial, policía federal, gendarmería, etc.) ha resultado demostrada en cuanto a su interactuación.Repárese que, como ya fuera señalado, el encartado Juan Carlos Romero ocupaba, la jefatura del servicio de inteligencia provincial (Departamento de Inteligencia (D2) de Policía de la Provincia de La Rioja (legajo policial) al tiempo de la comisión de este homicidio; a ello falta sumar el personal de las fuerzas armadas de inteligencia, aspecto sobre el que deberá expedirse el Ministerio Público Fiscal.La declaración sobre el aparato represivo ilegítimo durante la última dictadura militar efectuada por Rodolfo Peregrino Fernández -ex integrante de la USO OFICIAL Policía Federal Argentina- ante la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) (fs. 585 y sgtes.) -y ratificada por quienes eran integrantes de dicha Comisión: Eduardo Luis Duhalde a fs. 1109 y Vicente Manuel Zito Lema a fs. 1110- , quien integraba la Ayudantía del Ministerio del Interior, a partir del mes de mayo de 1976, donde se desempeñaba Albano Eduardo Harguindeguy, y en relación a la muerte del Obispo Enrique Angelelli, expresa “…este hecho fue denunciado desde distintos sectores como una muerte deliberadamente provocada. El dicente, en este sentido, quiere agregar que uno o dos días después de de ocurrido el suceso, los papeles que portaba el Obispo Angelelli en el momento de su fallecimiento llegaron a la Casa de Gobierno, dirigidos al Ministro Harguindeguy, en una carpeta remitida desde la Guarnición Militar Salta, con la expresa indicación de que se trataba de documentación “confidencial”. (…) Todas estas circunstancias motivaron que el dicente se decidiera a fotocopiar parte de esa documentación, que estaba integrada por correspondencia original intercambiada entre el Obispo de la Rioja y el Arzobispo de Santa Fe, Monseñor Vicente Zazpe, referida a la persecución que sufrían sectores de la Iglesia Católica por su actividad social, un cuaderno de notas y otros papeles. … documentación fue entregada al General Harguindeguy, quien se la entregó a Icely para que elaborara la información contenida en ella. Quiere aclarar el dicente que prestó especial atención al hecho por la forma estrictamente “secreta” que se dio a la existencia de esta carpeta. … que no tiene conocimiento del destino posterior de la misma, puesto que el General Harguindeguy manejaba en forma personal todos los hechos referentes a la Iglesia”. Lo señalado, y en particular a la referencia de la existencia de intercambio epistolar entre Monseñor Enrique Angelelli y Monseñor Vicente Zazpe, no constituye un detalle menor, ya que solo quien tuviera acceso a dicha documentación podría haber conocido de su existencia, y que se ve corroborada por la copia de la documentación 93 acompañada por Monseñor Bernardo Witte (fs. 818 y sgtes.), de ello se puede inferir la directa intervención del entonces Ministro del Interior Albano Eduardo Harguindeguy.Pero como muestra del funcionamiento del “aparato de inteligencia” que se dirigía sobre el Obispo Angelelli, basta remitirse a las fotocopias de Legajos N° 425 y N° 1650 correspondientes a la Ex Dirección de Coordinación y Enlace – Casa de Gobierno (fs. 882 y sgtes.) remitidas por la Directora de Archivo de la provincia de La Rioja, y de las que de su simple lectura se observa la existencia de “informes de inteligencia” sobre los sacerdotes católicos y las actividades desarrolladas por la Iglesia. Dichos informes se prolongaron, cuanto menos, desde el año 1972 hasta 1984, y que por supuesto carecen de firma de los “agentes encubiertos” que actuaban en dichas tareas, observándose en algunas copias el sello “Secreto”. A ello, cabe sumar que previo a la muerte de Monseñor Enrique Anelelli existía un cuadro de persecución a ciertos sectores de la Iglesia Católica, y que se exteriorizaban desde años anteriores al golpe de estado del 24 de marzo de 1976, lo que es corroborado por distintos testimonios y, como se señalara anteriormente, concluyeron en los homicidios de Longueville, Murias, Pedernera y de Monseñor Angelelli.De lo descripto precedentemente resulta evidente el accionar del aparato represivo del Estado, y que en estas particulares circunstancias descansaba en los “servicios de inteligencia” convirtiéndose así en la columna vertebral de donde se desprendían los “operativos de zona”.Como fuera expuesto, sucedido el hecho bajo análisis, las maniobras tendientes al “encubrimiento” del mismo no se hicieron esperar.Respecto de las primeras actuaciones del sumario policial de la causa que nos ocupa, no pueden dejar de advertirse ciertas particularidades del acta inicial, de inspección ocular o constatación del lugar del hecho.El Código Procesal Penal de la provincia de La Rioja establece en los arts. 143 y sgtes. las formalidades que deberán contener las actas; entre ellas se señala (art. 144) que cuando fueren labradas por los oficiales auxiliares de la Policía Judicial (personal policial), deberá contarse con la asistencia de dos testigos, dejándose constancia (pormenorizada) de todo lo actuado, firmando dicha acta (que debe confeccionarse -se supone- en el lugar del hecho) los intervinientes, y en su caso, si alguno no quisiere o no pudiere firmar, dejándose constancia de ello.También la norma procesal provincial (art. 144) prevé que cuando el acto fuere realizado por el juez este contará con la asistencia del secretario, instrumentándose mediante la correspondiente acta.Examinada el acta de fs. 01/02vta., resalta la inobservancia de las formas procesales arriba descriptas, esto es ausencia de testigos, que si bien se podría decir que dado el lugar donde sucedió el hecho no se podía contar con los mismos, pero repárese que conforme los diversos testigos (Norberto Ángel Luna (fs. 658/659), Anibal 94 Poder Judicial de la Nación Balbino Luna (fs. 207), etc.) que declararon en el presente sumario, en el lugar hubo concurrencia de personas que transitaban por la ruta en viaje, o bien concurrieron por el anoticiamiento de la muerte del Obispo Enrique Angelelli, que podrían haber actuado en calidad de tales.Es más, a los particulares -incluido personal policial- se los hizo retirar a unos cien metros a la redonda del lugar del suceso a punta de escopeta (testigo Luis Eduardo Maidana fs. 1211), donde los testigos Ramón Nicolás de la Fuente y Jorge Nicolás Luna Moreyra (fs. 208 y 209), como ya fuera señalado, indicaron la presencia en el lugar hecho de quienes tenían a su cargo los “organismos de inteligencia” policial y militar, el policía Juan Carlos Romero (a) “Bruja” y el “Capitán Maggi”.A esto se añade que del acta, luego de la descripción del estado de cosas, surge expresamente: “En estos instantes se hace presente al lugar V.S., el Señor Juez de Instrucción en lo Criminal y Correccional en Turno, Dr. Rodolfo Nicolás VIGO, con el Secretario del Juzgado N° 2, Elmer DÍAZ DE LA FUENTE, quien luego de inspeccionar el lugar (…) Luego siempre en compañía del Señor Juez del Crimen y el USO OFICIAL Secretario del Juzgado N° 1, nos trasladamos a la ciudad de Chamical, por una mejor comodidad, para realizar …”.El acto bajo análisis no hace mención cuando es el instante en que se hace presente el Juez de Instrucción, esto es la hora; ni tampoco cuando se trasladan los funcionarios a la ciudad de Chamical. Pero más allá de lo señalado, lo grave lo constituye el hecho de que dicha acta carece, como fuera señalado, de la intervención y firma de testigos -que podría haber sido obviada por la presencia de los funcionarios judiciales-, y más grave aún la carencia de la firma del Juez y Secretario intervinientes, lo que permite dudar de la veracidad del contenido, o cuanto menos de exactitud, del acta de inspección ocular. Más cuando el testimonio de Pío Oscar Tanquía (fs. 1786), personal policial de la localidad de Punta de los Llanos es conteste en afirmar que “el sumario policial no fue hecho en presencia mía en Punta de los Llanos sino en la Ciudad de Chamical, a eso de las tres de la mañana, vino el Comisario Luna Herrera, con un sumario que ya se había hecho fuera del destacamento y del cual yo no tenía conocimiento y me ordenó que firmara las actuaciones, sin que yo supiera el contenido de las mismas…el sumario tendría una diez fojas por lo menos, que yo firmé y luego el Comisario se lo llevó. Quiero agregar también que junto con el sumario se llevo el maletín del obispo, que estaba en el Destacamento” (subrayado agregado); luego el testigo a fs. 4128 agrega que “además declaré en la policía pero no recuerdo quien me tomó la declaración”; declaración que no obra agregada en el sumario policial.En la “declaración” policial de Pinto a fs. 19 se le “hace” manifestar “…que en el día de ayer encontrandose en esta localidad (Chamical) el señor Obispo de La Rioja, Moneseñor Angelelli, luego de almorzar, dispuso viajar con éste a La Rioja en una camioneta Marca Fiat 125 Multicarga, color gris, con cupula, la que era conducida por Agelelli. Que siendo aproximadamente las horas catorce emprendieron el 95 viaje al destino ya fijado, marchando a una velocidad que estima en cien kilómetros por hora, circulando por Ruta Nacional N° 38 de Sud a Norte, Que recuerda casi sin precisión que pasaron la Localidad de Punta de los Llanos y recien se recuperó cuando se encontraba hospitalizado en éste nosocomio, por lo que no recuerda de la forma ni motivos en que se produjo el accidente, con la camioneta que guiaba Monseñor Angelelli.”.Ahora bien, el propio testigo Pinto -en sus diversos testimonios- niega haber efectuado tal declaración, al punto de haber afirmado que la firma inserta no le pertenecía, habiéndose efectuado pericia caligráfica que determinó la autenticidad de la misma. Pero conforme la prueba colectada en autos puede afirmarse, sin margen de dudas, que el testigo no efectuó tal declaración, siendo lo único cierto que si la firmó.Se deriva de ello que el contenido de la declaración es falso, y ello en razón de que los diversos testimonios colectados en autos, como el de los médicos Martín Osvaldo Benegas (fs. 1662), médico de guardia del Hospital de Chamical, en le momento en que llevaron herido a Pinto, en horas de la tarde, con posterioridad a producirse el hecho que se investiga “exhibidas que le fueron por la instrucción, las constancias, la historia clínica del hospital de Chamical, reconoce como confeccionada del declarante, reconociendo la firma que la suscribe como de su puño y letra, la obrante a fs. 485 y 1431 – foliatura unificada -, constancias que son copias de un mismo original, preguntado por la instrucción en base a dicha constancias, donde se expresa que Pinto presentaba ligera obnibulación, perdidas espontáneas de conciencia y en los momentos de recuperación pequeñas incoherencias en sus ideas, si Pinto podría declarar en tales circunstancias, expresa el testigo, a parte de declarar que por la temperatura que registraba el paciente se evidenciaba un pequeño compromiso neurológico por la conmoción, que desde un punto de vista medico legal hubiera sido conveniente esperar algún determinado periodo para tomar declaración a Pinto, entre 24 y 48 hs. Que este es un periodo conveniente en un traumatizado, como es el caso de Pinto, para poder evaluar su integridad intelectual”(subrayado agregado); también de Demetrio Cesar Abdala (fs. 1677) médico forense de la localidad de Chamical, quien examinó al entonces sacerdote Arturo Pinto en el Hospital de la ciudad de Chamical el día 24/08/1976, hacia las veinticuatro horas, “encontrándose allí el Juez del Crimen de La Rioja”, que Pinto se quejaba por el dolor, y que no hablaba, y que “el Juez del Crimen presente en el lugar le indicó que el sacerdote debía permanecer en la provincia de La Rioja, y que debía ser trasladado a la ciudad de La Rioja”; “que una vez en conocimiento de que este Sacerdote presentaba fractura de maxilar, lesión que no podía ser tratada ni en Chamical, ni en la ciudad de La Rioja, el declarante dispuso para su mejor tratamiento su traslado a la ciudad de Córdoba. Que el declarante indicó que no se le tomara declaración al Sacerdote, dado que estaba muy dolorido y no podía articular palabra”.(subrayado agregado); o el de Roberto Juan Cappelletti (fs. 1688) médico que atendió el día del hecho a Arturo Aído Pinto, quien expresa: “que su estado no era de coma, sino de “shock”, y su estado de 96 Poder Judicial de la Nación conciencia era de una lucidez relativa, de a ratos caía en la inconciencia. Que pinto de a ratos se dormitaba, y de a ratos recuperaba una parcial lucidez, y es en esos momentos en que balbuceaba. Que también presentaba traumatismo de mandíbula lo que le dificultaba la articulación de palabras” (subrayado agregado).De los testimonios transcriptos, y de la historia clínica de Arturo Aído Pinto (constancias de fs. 1713), surge que la lesión (fractura de maxilar) provocada impedían que aquel prestara declaración de ningún tipo; concluyéndose que la misma carece de valor alguno, dada la falsedad de su contenido, erigiéndose en un elemento más que demuestra las maniobras destinadas a encubrir el hecho, y que culminó en el archivo de las actuaciones, atento que “no existen méritos para iniciar investigación dentro del ámbito penal” (ver Resolución de fs. 101 y vta. del 31/08/1976).Pero si ello no fuera suficiente para tener por acreditada la posible existencia de maniobras de encubrimiento adquiere particular relevancia la prueba documental acompañada por los representes de la querella particular (Obispado de La Rioja) del Expediente caratulado: Causa “Mons. Enrique Angel Angelelli – Obispo de USO OFICIAL La Rioja – Caso CAI N° 2891”, cuyo original se reserva en Secretaría, agregándose copia certificada a fs. 4636/4682.Examinadas y cotejadas las actuaciones incorporadas en el expediente judicial, con las acompañadas por el Obispado de La Rioja, se observa a fs. 4681 la remisión del “Caso CAI 2891” al “señor Jefe de Policía de la Provincia, Mayor Edilio Gabriel DI CESARE”, lo que demuestra que el personal de sumarios actuante, como policía judicial (art. 195 y conc. del CPP de La Rioja), no dependía “únicamente” del Juez de Instrucción interviniente, sino también de la Jefatura de Policía, que era controlada por el imputado Di Cesare, oficial del ejército, y que a su vez dependía del “Area 341”.Pero más allá de ello, resulta rescatable que la instrucción policial señala a modo de conclusión, a fs. 47 del sumario judicial, y a fs. 4681 del “Caso CAI 2891” que se desvirtúa la posibilidad de que el accidente se produjera por el neumático que se encontró desinflado, que las supuestas causas pudieron ser 1° por haberse dormido el conductor; 2° por el cruce imprevisto de un animal en la ruta; 3° por haber sufrido el conductor alguna insuficiencia en la salud; habiéndose omitido en estas conclusiones la posibilidad de la intervención de otro vehículo como provocador del accidente que concluyera en el homicidio de Monseñor Enrique Angelelli.Pero esta tarea de encubrimiento no alcanzó o se dirigió solo al ámbito de la investigación judicial, sino que también se dirigió a los medios de comunicación, como cuando el testigo Américo A. Torralba señala que: “recibió un llamado del asistente del Cnel. Pérez Battaglia, del Regimiento, diciéndole que el Jefe se quería comunicar con el testigo, lo que así hace, diciéndole Pérez Battaglia que le iba a dar una noticia, relatándole el accidente que había sufrido el Obispo en la Ruta 38, a raíz de un reventón en la rueda trasera, advirtiéndole al testigo al terminar que así tenía que salir la noticia”.97 Avanzada la instrucción, y volviendo sobre los testimonios colectados hasta el presente, y nunca perdiendo de vista el contexto histórico en que se desarrolló el presente homicidio, el testimonio de Arturo Aído Pinto señala que el vehículo conducido por Monseñor Enrique Angelleli fue alcanzado sorpresivamente, por el vehículo -cree que un Peugeot 404 de color blanco o claro- que “los adelantó cruzándoseles y obstaculizándoles seguir la marcha con una maniobra brusca, no pudiendo precisar si Monseñor Angelelli efectuó alguna maniobra hacia la derecha, o si le vehiculo en que se conducían se desvió hacia la banquina, porque desde el momento de la maniobra referida ya no recuerda nada. Que la explosión a que hizo referente en sus declaraciones anteriores escuchada al momento del hecho, lo asoció mucho tiempo como un golpe seco, un reventón, identificándolo con un estampido, expresando que auditivamente no lo asocia con un reventón de goma…”.Dos cuestiones quedan claras del testimonio bajo examen, una la intervención de otro vehículo en el delito investigado, sobre lo que se volverá luego, y otra que el testigo Pinto expresa que desde la maniobra no recuerda nada y que en relación a la explosión a que hace referencia lo identifica con un estampido.A la primera cuestión, resulta importante el testimonio de Pío Oscar Tanquía (fs. 1786), personal policial de la localidad de Punta de los Llanos, que ante el anoticiamiento del hecho se dirige al lugar, señalando que “…íbamos por la ruta numero treinta y ocho, y un poquito antes, casi sobre el bordo, sobre la mano izquierda, fuera de la ruta, un poco metido entre los árboles, vi un PEUGEOT 504 color blanco, aparentemente abandonado…”, que resulta concordante en cuanto a la marca y al color del automóvil que describe Pinto.En cuanto a la segunda cuestión, referida a la explosión que refiere Arturo A. Pinto, cabe señalar, conforme las reglas de la experiencia, que en un accidente de tránsito, con la intervención de otro vehículo que ha actuado como agente provocador, o no, resulta difícil reclamarle al o los ocupantes de un vehículo, que describan con detalle apodíctico los ruidos, movimientos, desplazamientos, etc., que describió el vehículo en el que circulaban, más cuando dicha “explosión” pudo haber obedecido a ruidos o estallidos propios del siniestro (golpes de partes de la carrocería contra el suelo, rotura de vidrios o parabrisas, golpes de elementos sueltos en el habitáculo, etc.); y en particular cuando el vehículo en el que se desplazaban las víctimas, según refiere Pinto, lo hacía a aproximadamente cien kilómetros por hora, y que dada la rapidez del evento, resultaría sumamente dificultoso establecer detalles como el señalado.La circunstancias así merituadas, de por sí se erigen en elementos suficientes para instalar una duda más que razonable sobre las circunstancias de la muerte de Monseñor Enrique Angelelli, que fuera planteada inicialmente como una muerte en “accidente de tránsito”, y que con la valoración de la prueba incorporada en autos, llevan a concluir en la probabilidad positiva de que el hecho sería un “homicidio provocado por accidente de tránsito”.98 Poder Judicial de la Nación Respecto de la prueba incorporada a fs. 3979 y sgtes., consistente en la manifestación efectuada por Raúl Antonio Nacuzzi, debe determinarse su valor probatorio, y en su caso, de asignársele tal valor, corresponde que sea analizada en el contexto probatorio existente en autos.Cabe tener presente que de la lectura del instrumento en cuestión surge que ha sido suscripto el día 27/09/1988 -aparentemente por Raúl Antonio Nacuzzi- existiendo una “certificación” de la firma ante el Obispo de la Provincia de La Rioja, Monseñor Bernardo Witte, aspecto este sobre el que se volverá. Dicho documento, conforme surge del acta de fs. 3977 y vta. fue depositado ante la Escribana Ilda T. Rearte de Mercado, y conforme mandato del depositante, debía ser presentado ante el “Juez de la Primera Circunscripción Judicial con Asiento en Capital, Causa, Muerte del Obispo Angelelli” (en sobre con membrete del Obispado de La Rioja), “en caso de muerte, incapacidad o desaparición del exponente”, siendo la primera circunstancia la que se habría verificado, habiendo cumplido la mandataria con su cometido (fs. 3972).USO OFICIAL En cuanto al valor probatorio de la prueba documental, de esta forma incorporada, debe tenerse presente que la misma solo constituye una declaración unilateral de voluntad, y que podría adquirir valor indiciario si la misma coincidiera con el restante plexo probatorio, o llevara o encaminara la investigación a confirmar o descartar la hipótesis bajo análisis con la incorporación de nuevos elementos de probanza.Repárese que Nacuzzi expresa que el día del hecho se encontraba encaramado a un poste de energía eléctrica siguiente del lugar en que se produjo el hecho, y que desde ese lugar vio la aproximación de la camioneta Fiat 125 Multicarga en la que se dirigían Monseñor Angelelli y Arturo Pinto-, que “…se desvía lentamente hacia la derecha sin disminuir la velocidad, recorriendo mas de 100 ms con las dos ruedas derechas sobre la banquina, alejándose del centro de la ruta, oportunidad que escucha el reventón de la cubierta, un giro hacia la izquierda, apertura de la puerta derecha, expulsión de un cuerpo vestido de negro, y posterior vuelco en dirección a la banquina opuesta donde queda de costado… Que la persona que acompaña al conductor es la que queda tirada en el suelo. El que conducía, permanece en el vehículo hasta que el mismo termina su recorrido. Que en el momento del accidente no se encontraba ningún otro vehículo en la ruta, ni tampoco circulando por la misma”.Lo señalado por Nacuzzi debe ser desechado en razón de los diversos testimonios incorporados en autos, como el de la testigo Delia Ursula Braida (fs. 1576) quien lo vio salir conduciendo la camioneta al Obispo Enrique Angelelli desde la ciudad de Chamical; o el del testigo Luis Eduardo Maidana (fs. 1211) quien se encontraba “hondeando” pajaritos -a mitad de camino entre la curva de salida de Punta de los Llanos y “el bordo”- e instantes previos al accidente vio pasar la camioneta Fiat 125 Multicarga, conducida por Monseñor Enrique Angelelli, a quien saludó. En consecuencia, mal puede concluirse -y tal como lo afirma Nacuzzi- que quien iba conduciendo haya sido despedido 99 por la puerta derecha -puerta del acompañante- más cuando en el vehículo iba un acompañante (Pinto).A ello, cabe agregar lo expresado por el testigo Pío Oscar Tanquía (fs. 1786 y 4128) -personal del destacamento policial de Punta de los Llanosquien expresó y ratificó que anoticiado del hecho aquí investigado al dirigirse al lugar observó un automóvil Peugeot 504 blanco, “…un poquito antes, casi sobre el bordo, sobre la mano izquierda, fuera de la ruta, un poco metido entre los árboles…”; para luego ratificar lo dicho manifestando que “…me dirigí dos veces al lugar del hecho y no puedo acordarme con precisión en cual de las dos oportunidades vi a la camioneta ni tampoco sobre que lado de la ruta estaba, pero si que era color verde oliva y recuerdo que estaba con dos o tres personas a la altura del bordo, el vehículo era tipo camioneta con caja abierta. Aclaro además que vi al Peugeot cuando me dirigía hacia el lugar del accidente y no estaba la camioneta, y en el segundo viaje solo vi a la camioneta y ya no al Peugeot. Aclaro que los dos vehículos estaban en un radio de 200 o 300 metros distancia en distintos momentos, nunca los vi en forma simultanea”.Es decir, de los dichos del testigo Tanquía puede concluirse que Nacuzzi se habría encontrado en el lugar que él indica en forma posterior al hecho, lo que le restaría veracidad a lo “manifestado”; o que en su caso -de haber sido verídicos los dichos de Nacuzzi- no puedan ser contrastadas las afirmaciones dicotómicas de uno y otro. De igual forma sucede en relación a los dichos de los testigos Braida y Maidana.Más allá de lo señalado, no puede dejarse pasar por alto una circunstancia de gravedad inusitada como lo es el hecho que llegara a conocimiento del Obispo Witte el 27/09/1988 lo manifestado por Nacuzzi, y asumiendo una calidad de fedatario, de la que carece, no comunicara tal circunstancia a la autoridad de judicial competente.En conclusión, cabe restar valor probatorio al “acta testimonial” de fs. 3979 y vta., en tanto ella únicamente podría haber servido como prueba indiciaria -lo que fue descartado anteriormente-, más no como prueba eficaz dentro del proceso. No existe un interrogatorio preliminar efectuado al declarante para establecer si estaba incurso en las generales de la ley, o la advertencia de la figura del falso testimonio con el fin de interiorizarlo sobre los alcances de su declaración. Inclusive, y más grave, la imposibilidad de control por las partes del proceso (defensores, fiscal, querellantes).Del testimonio de Mario Nelson Ibáñez (fs. 4309), quien efectuara tareas de reparación de la camioneta en que se conducía Monseñor Enrique Angelelli, surge que: observó un golpe en la parte trasera de la camioneta que provocó su desequilibrio, observando una mancha blanca de pintura en dicho lugar. Fuera de la descripción pormenorizada que efectúa el testigo sobre los daños que tenía en vehículo que le fuera entregado en reparación, se advierte su conocimiento de detalles muy precisos, que solo los efectúa un buen observador, como por ejemplo la mancha de sangre que describe en el “torpedo” del rodado, a la altura del volante, circunstancia que si se compara con la 100 Poder Judicial de la Nación fotografía de fs. 12, número 5, puede corroborarse. Este último aspecto brinda veracidad a los dichos del testigo, al haber visto este rodado y no otro. Pero más significativo es lo que señala el testigo en relación a las fotografías de fs. 12, número 6 y que es diferente a la fotografía número 8 de fs. 25, y que surge de su simple cotejo, ya que se observaría que se tratan de dos cubiertas distintas del rodado.Del testimonio señalado surgen dos conclusiones, una respecto del golpe que advierte en la camioneta que conducía Angelelli, y que resultaría coincidente con lo expresado por Pinto en su testimonio; y la otra la grave irregularidad que advierte el testigo y que lleva a dudar de la pericia mecánica efectuada por el personal policial, restándole credibilidad a dichas actuaciones.Párrafo aparte merece el testimonio de Miguel Ángel la Civita (fs. 692), sacerdote católico que declaró, que “...encontrándose el testigo en Buenos Aires, concurrió Monseñor Angelelli, a entrevistarse con el entonces Ministro Harguindeguy para solucionar el problema de la detención del Padre Ruiz, que en esa oportunidad y encontrándose el testigo en Buenos Aires, le manifestó a él y a otras personas, que USO OFICIAL Harguindeguy le habría prometido solución al problema del padre Ruiz a corto plazo y que no iba haber más problemas en la Diócesis, manifestándoles también Monseñor Angelelli, que no creía en lo que se le había dicho, por que pensaba que todo era un proceso que apuntaba a él para que se alejara de la Diócesis” (subrayado agregado).- También resulta relevante lo declarado por Mario Angel Flores (fs. 3520), quien expresa que acompaño en el año 1976 a Monseñor Angelelli a una reunión en el III° Cuerpo de Ejercito, entre Monseñor Angelelli y el imputado Luciano Benjamín Menéndez, habiendo esperado el dicente afuera del lugar de encuentro, y que cuando sale Angelelli le pregunta como lo había ido, y este expresó que “muy bien, muy bien, conversamos con el Gral. Menéndez respecto de que debíamos revisar y examinar nuestra fe”. Ahora bien, cabe preguntarse si tal respuesta del imputado Menéndez a Monseñor Angelelli sobre que debía revisar y examinar su fe no fue de carácter premonitorio sobre los acontecimientos que se avecinaban.Pero a esto se suma lo señalado por el testigo Héctor Benito Bertaina (fs. 3521), quien reconoce la carta obrante a fs. 3444, y que le fuera remitida por Monseñor Angelelli después de Semana Santa de 1976. En dicha misiva Angelelli le hace saber a Bertaina diversos inconvenientes en un viaje de regreso desde Buenos Aires a La Rioja, y que su valija “Fue violada-guardada en Aerolíneas Argentinas-un acta levantada por la Federal- todo por orden del Interventor Militar OSVALDO PEREZ BATAGLIA. Se me humilló para poderla sacar. …Seguimos con la misma “persecución” Se nos sigue dando la más grosera respuesta toda vez que tenemos que encontrarnos con las autoridades. …No soy ni somos llorones -al decir del Coronel- (Pérez Bataglia) cuando le contamos lo que pasa. …No quiero dramatizar. Pero es evidente que le están cayendo a la diócesis. Mañana llega el Gobernador -(comodoro Massot)- Espero que el padre Ruiz 101 quede en libertad. Al ex jesuita Hueyo lo pusieron en la cárcel. Sigue el asunto sierra de los Quinteros. Siguen cazando brujas. …La Semana Santa salió muy buena. …Desentonaba la piedad de la gente con los carros de asalto policiales y las requizas en un Viernes Santo. Esto no es tierra de “peligrosos”. Que pena que obren así. …Sería bueno saber cómo cayó mis entrevistas. A lo mejor el Cayo y el Ticio (lugar de entrevista con tierra) te digan algo/que se piensa de lo converzado/que directivas trae el nuevo gobernante/es necesario clarificar más?. … Canuto el de la larga cabellera …”.En oportunidad de su declaración testimonial Bertaina declaró ante la pregunta “para que diga si conoce a que refiere cuando dice “asunto de Sierra de los Quinteros”. Dijo: que si sabe, que monseñor le contó que había descubierto que un grupo de militares de aeronáutica que quería apoderarse de dichas tierras usurpándolas a sus propietarios, gente de condición humilde, que vio una carpeta que tenía en su poder Angelelli con todos los antecedentes de esta situación, en ella había mapas, no recordando cuantos, y declaraciones o manifestaciones que se referían a dicho suceso, recuerda que había un listado de personas pero no sus nombres ni a que se referían. Que recuerda que Angelelli le comentó que puso en conocimiento de esta situación en una reunión del Consejo Episcopal. Que también por manifestaciones de Angelelli sabe que un tal Estrella estaba dentro del grupo de militares de aeronáutica que estaba detrás de dicha maniobra, y que dos sacerdotes de su diócesis estaban en antecedentes de esta maniobra. Para que diga porque firmaba Enrique Canuto. Dijo: Que era el sobrenombre que le habían puesto en el seminario a Angelelli. … Que “Cayo” es el Brigadier Alsina y “Ticio” el Coronel Damasco, personas que entrevistó Angelelli en Buenos Aires a través del dicente, con el fin de ponerse en contacto con algún otro militar de mayor jerarquía y explicar la situación de persecución que estaba viviendo. De estas entrevistas recuerda que ambos militares se comprometieron a realizar gestiones. Ambas entrevistas lo fueron por separado”.La misiva antes transcripta y el testimonio de Bertaina constituyen elementos esclarecedores sobre las circunstancias que se vivían en la provincia de La Rioja, en particular las que atravesaba la iglesia riojana, la persecución con sacerdotes y ex sacerdotes detenidos (Ruiz y Hueyo); la problemática de la tierra y los intentos de desapoderamiento de sus poseedores por parte de un grupo de militares, entre ellos el encartado Estrella, y el conocimiento que tenían dos sacerdotes de su diócesis sobre estos antecedentes, y que se trataría de Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, quienes fueron asesinados a sangre fría el día 18 de julio de 1976 en proximidades de la ciudad de Chamical, y por las que resultara procesado el imputado Luis Fernando Estrella en los autos Expte. N° 5145/06, caratulado: “ESTRELLA, LUIS FERNANDO Y OTROS – HOMICIDIO CALIFICADO REITERADO, PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA LIBERTAD SEGUIDA DE MUERTE y TORMENTOS”, causa que a la fecha se encuentra elevada a juicio ante el T.O.F. de esta provincia.También de los testimonios de La Civita, Flores y Bertaina, se acredita que Monseñor Enrique Angelelli, lejos de amilanarse ante la persecución que 102 Poder Judicial de la Nación sufría la iglesia, enfrentó al poder de facto entrevistándose con quienes a la postre serían quienes dirigirían las acciones tendientes a su homicidio.A todo el plexo probatorio antes descripto cabe agregar las actividades periciales desenvueltas en la presente investigación. Así por un lado se cuenta con la autopsia realizada a Monseñor Enrique Angelelli a fs. 32 y vta. de autos, realizada por el médico legista de la Policía de la provincia de La Rioja, Dr. Enzo T. Herrera Páez, estableciendo como causa del óbito el traumatismo cráneo encefálico con fractura continua del occipital y hemorragia abundante y profusa, prediciéndose la muerte en forma instantánea. Dicho informe es ratificado a fs. 3798 por el Dr. Enzo Thelismar Herrera Páez, agregando que “Tomó a fin de hacer la inspección ocular una distancia circular de mas o menos 25 metros y buscó elemento para la causa” y que se había resguardo la zona, más o menos a cincuenta metros al oeste y únicamente la custodia policial estaba en el lugar del hecho, señalando que las heridas en cráneo no son compatibles con heridas de armas de fuego, no objetivando signos o lesiones de arrastre en el cuerpo.USO OFICIAL A fs. 3265-68 obra Reconstrucción Técnico Criminalística efectuada por el Sr. Médico Legista de los Tribunales Federales de Córdoba, Dr. Eduardo A. Gasparrini, de la que se puede extraer como conclusión, entre otras, que las secuencias fotográficas del lugar del hecho son “criminalísticamente malas”, “numéricamente insuficientes”; que las secuencias fotográficas de la autopsia médico legal resultan de mala calidad, sin dirección por parte del médico actuante; que como en dicho informe se indica la causa del siniestro puede obedecer a culpa o imprudencia, causa mecánica o provocado con intención criminal; expresando que: “lo cierto es que, provocado o casual, mantengo la firme opinión que, ocurrido el siniestro, el mismo tuvo la suficiente jerarquía traumática como para producir las lesiones que determinaron la muerte instantánea de Monseñor Angelelli …”, para más adelante señalar en su conclusión: “… c) La causa del mismo puede haber sido “accidental” o de fatlidad (estimada como menos probable dadas las circunstancias) o bien provocado (estimo la más probable) por extraños que obtuvieron un resultado mejor (para ellos) que el originalmente buscado”.A fs. 4252-4271 obra Informe del Cuerpo Médico Forense de la CSJN, que entre sus consideraciones médico legales más relevantes concluye que: “… 3.La realización de placas radiográficas del esqueleto completo, permite descartar la presencia de elementos metálicos compatibles con proyectiles de armas de fuego. (…)5. No se ha evidenciado en cráneo pérdida de sustancia ósea compatible con las provocadas por proyectiles de armas de fuego, asimismo los trazos fracturarios permiten reconstruir la bóveda craneana y el macizo facial sin evidencias de biseles externos ni internos. 6. El mecanismo productor de las áreas fracturarias involucradas (cráneo y tórax) sería el golpe o choque, con o contra objeto y/o superficie dura. Teniendo en cuenta los informes producidos del lugar del hecho, las peritaciones realizadas en el lugar, las vistas fotográficas de la zona del siniestro y del estado del vehículo, la colisión tiene idoneidad 103 para producir las lesiones fracturarias en las zonas y distribución descriptas. 7. (…) la causal de fallecimiento estaría en relación directa al compromiso cráneo encefálico producido por las fracturas múltiples, que necesariamente generaron hemorragia meníngea, … (…) 11. Teniendo en cuenta la cinemática del trauma (cronología de lesiones al momento de la colisión), se trataría de una colisión de vehículo de motor mixta por vuelco (colisión anterior, laterales y techo), no habiendo elementos en autos que permitan suponer la intervención de otro vehículo de motor que contribuyera a la colisión. La cinemática se compondría de: vuelco, expulsión y caída con proyección a distancia. Siendo el elemento más probable de producción de las fracturas el impacto contra la cinta asfáltica, de la cual han quedado vestigios en las ropas, que pudieron ser apreciadas durante la peritación de las mismas. No pudiéndose descartar el golpe de la extremidad cefálica contra elementos del vehículo; la lesión clavicular y costales podrían admitir una génesis mixta. (…)” (subrayado agregado). En las conclusiones expresan los peritos que: “1. La causa de fallecimiento de quien fuera en vida Monseñor Enrique Ángel Angelelli está en relación directa a Fracturas múltiples de cráneo Hemorragia cerebromeningea. 2. Las fracturas torácicas contribuyen en el mecanismo de muerte produciendo hemorragia interna. 3. El mecanismo productor del trauma sería el golpe o choque con o contra objeto y/o superficie dura. 4. La colisión vehicular mixta (choque con vuelco) es idónea para provocar las lesiones observadas y la muerte. 5. No es posible con los elementos obrantes en autos y el estado de esqueletización que presenta el cadáver, suponer otra etiología distinta de producción de las lesiones. 6. No surge del análisis de autos ni de las peritaciones realizadas elementos que permitan suponer la intervención de terceras personas en la producción de las lesiones mortales. 7. Se trataría de una muerte violenta”.A fs. 4402 obra informe ampliatorio del perito de parte Dr. Mario Germán Vignolo, del surge que: “a) las lesiones descriptas en la exhumación en relación a la parrilla costal, tienen plena coincidencia con las descriptas en la autopsia realizada al momento de ocurridos los hechos por los doctores Enzo Herrera Páez, Carlos Guchea y Eldo Luis Neffen, siendo estas coincidentes con su proximidad y posible impacto contra el volante del vehículo ya que el mismo casi se dibuja en la disposición de dichas lesiones, quedando en segundo lugar la posibilidad de compresión del tórax por parte del vehiculo al volcar y despedirlo aplastándolo en uno de los tumbos. b) esta aseveración nos induce a pensar de que sin lugar a dudas Monseñor Angelelli era quien conducía el vehiculo al momento del accidente, (…). d) sin lugar a dudas las lesiones mas importantes que sufrió Monseñor Angelelli y que lo llevaron a la muerte fueron las múltiples fracturas que se observan en la calota craneana y en la base del cráneo como así también en las orbitas, lo cual sin lugar a dudas se correlacionaba con severo daño vascular y encefálico irreversible e incompatible con la vida. e) existe hundimiento de zona occipital con desprendimiento de sustancia o sea que se encuentra desplazada hacia el interior del cráneo lo cual se condice con testimonios obrantes en autos en cuanto a que al vestir al 104 Poder Judicial de la Nación cadáver se apreciaba una zona de declive en dicha región como si se tratara de un hueco en la zona de la nuca. (…) h) como lo menciona el informe oficial, ya sea por el examen y reconstrucción del esqueleto en su totalidad como por la realización de un escaneado radiológico completo, queda totalmente descartada la posibilidad. de que existieran lesiones compatibles con disparos de armas de fuego o con la presencia de algún proyectil. i) en cuanto a la génesis de las lesiones podemos inferir que las lesiones de la parrilla costal anterior y posiblemente la de la clavícula fueron producidas por el impacto del robusto cuerpo de Monseñor Angelelli contra el volante y el tablero de la Fiat Multicarga. al volcar el vehiculo, lo cual induciría a pensar que dicho cuerpo fue aprisionado por el mismo dentro del habitáculo lo que dificultaría la proyección del cuerpo hacia el exterior mas aun a través del parabrisa ya que estos instrumentos se habrían interpuesto, reforzando esta hipótesis de duda, la permanencia del padre Pinto dentro del habitáculo a pesar de ser de contextura mas pequeña y no estar obstruido por el volante siendo más amplia la posibilidad de movimientos dentro del mismo. j) en cuanto a la posibilidad de que Monseñor Angelelli haya sido despedido del vehículo, sería más lógico que lo hubiera USO OFICIAL hecho a través de la puerta izquierda que se correspondía con su costado izquierdo, aunque esto se contradice en parte con la realidad ya que la puerta de su lado se encuentra cerrada y atascada aunque cabe la posibilidad de que mientras ocurriera el accidente la misma se haya abierto y cerrado hasta finalmente quedar obstruida y en ese lapso haber sido despedido el cuerpo del habitáculo. k) es llamativo el detalle que surge al análisis de las ropas que llevaba puestas Monseñor Angelelli al momento de ocurridos los hechos, ya que en las mismas se visualizan zonas de deshilachamiento múltiples y paralelas, tipo hoja de afeitar especialmente en manga derecha de camisa, sotana en su manga derecha y en poncho que llevaba puesto, todas coincidentes entre si y de aspecto múltiple, paralelas entre si y al eje de las mangas, todas estas compatibles con arrastre o expulsión entre vidrios o sobre vidrios. También se observa en la zona posterior de todas las prendas y coincidentes con la lesión descripta en el cráneo restos de manchas compatibles con sangre seca perfectamente localizadas y coincidentes entre si con la zona afectada. (…) m) un dato que debemos tener en cuenta, es la no presencia de restos sanguíneos en el interior del vehículo, llevando esto a deducir, más aún si lo sumamos a el hecho que la totalidad de la sangre derramada por Monseñor Angelelli se encontraba circunscripta al entorno de su cabeza ya en la posición en que fue encontrado. que no hubo lesiones importantes del cráneo en relación al vehiculo. (…) o) en cuánto a la posibilidad de un golpe ocasionado por una fuerza extrínseca con un objeto contundente en el cráneo, esa posibilidad es difícil de acreditar a través de la autopsia actual ya que al no existir tejidos blandos difícilmente quedarían rastros debiéndose mencionar también que en el informe de la autopsia realizada el 5 de agosto de 1976 no se describen lesiones de este tipo, quedando como hipótesis más factible de producción del traumatismo de cráneo el impacto enérgico del mismo contra el suelo (asfalto). p) en cuanto al impacto del cráneo contra el suelo, no existe lógica en la producción de lesiones en los accidentes de transito y cualquier 105 secuencia por ilógica que parezca puede ser real, aunque en el caso que nos ocupa existen antecedentes y un contexto especial en el entorno y los conflictos con el poder que por esa época mantenía Monseñor Angelelli que ameritan un estudio especial de hipótesis que en otros casos serian descartadas, ya que por esos tiempos su muerte tenia un significado especial, ya sea como signo de poder para algunos como impotencia y amedrentamiento para otros. Por lo tanto si bien es lógico pensar que Monseñor Angelelli fue despedido del vehiculo e impactado violentamente contra el suelo produciéndose el traumatismo descripto y la consecuente muerte, no menos lógico es pensar que el mismo pudo ser extraído del vehículo y en ese caso hubiera sido a través del parabrisas roto ya que la puerta del conductor se encontraba atascada para luego ser trasladado y golpeado violentamente contra el suelo por novelesco que parezca. q) alimenta esta ultima hipótesis, el desgarro lineal y paralelo al eje del cuerpo de las prendas del cadáver, lo cual pudo provocarse al ser extraído entre restos de vidrio que quedaban en el marco del parabrisa o bien al ser arrastrado sobre el asfalto aunque esta ultima menos posible. resulta llamativo además aunque repito que en la accidentología no existe lógica, (…) Conclusiones Finales: 1) la muerte de Monseñor Angelelli se debió a un mecanismo combinado entre el traumatismo cerrado de tórax que si bien debió ser severo no fue concluyente en lo inmediato y a el importante traumatismo de cráneo que seguramente produjo la muerte en forma instantánea. 2) según fue explicado anteriormente en el desarrollo de este informe existen dos posibilidades en este caso debido al contexto en que se encontraba la víctima al momento de su muerte, la proyección del cuerpo fuera del habitáculo durante el vuelco con un impacto violento y sin desplazamiento contra la cinta asfáltica o bien la movilización del cuerpo desde adentro hacia fuera del vehiculo una vez finalizado el tumbo, con su posterior impacto provocado contra el suelo, reforzado esto ultimo por la existencia de un único charco de sangre en la zona de impacto. 3) si bien el análisis del vehículo en ese momento es deficiente al igual que la documentación fotográfica, existe un impacto en el ángulo anterior izquierdo del mismo que pudo corresponder al impacto al comienzo del vuelco o bien a un impacto de un tercero lo cual es difícil de aseverar por no poder descubrirse restos de pintura u otro indicio debido a que las fotografías son en blanco y negro, habitual en esa época además se observa otro signo compatible con un impacto a nivel del extremo izquierdo del paragolpe trasero, siendo ambos compatibles con el vuelco o bien con el impacto de un vehiculo coincidiendo con el lado en que hubiera estado el supuesto automóvil Peugeot 404, que mencionara en primera instancia el padre Pinto. (…) de lo expuesto surge que la muerte de Monseñor Angelelli se produjo como consecuencia de un accidente de transito en principio el cual pudo ser como consecuencia de una maniobra desafortunada o bien provocado por la maniobra de un segundo automóvil lo cual es imposible probar con el solo examen del cadáver, por lo qué se debe relacionar el mismo con el resto de los indicios y testimonios. En cuanto al traumatismo de cráneo que produjo la muerte, no caben en nuestro poder pruebas que puedan aseverar la presencia de terceros en la producción del mismo por lo que también debe correlacionarse con el 106 Poder Judicial de la Nación resto de los indicios y testimonios, pero tampoco tenemos elementos sustanciales que puedan descartar la presencia de terceros o aseverar la ocurrencia de un accidente común y corriente mas aun si tenemos en cuenta el contexto general del momento que vivía la iglesia de la rioja y en especial monseñor angelelli en esa época. Por lo tanto resultaría irresponsable aseverar que la muerte de Monseñor Angelelli fue provocada por terceros si tenemos en cuenta no solo la autopsia si no también todos los elementos obrantes en la causa, pero desde el punto de vista técnico no menos equivoco seria aseverar de que esto no ocurrió”.De la transcripción de los párrafos relevantes de las pericias arriba citadas pueden extraerse conclusiones que les son comunes y otras que difieren. Las primeras, es decir las conclusiones comunes pueden resumirse en que: 1) la muerte de Monseñor Enrique Angelelli es producto de un traumatismo de cráneo con fracturas que produjo la muerte en forma instantánea, coexistiendo otras lesiones (fracturas costales, por caso) que si bien no menores, no fueron determinantes en el evento; 2) se descarta que la muerte sea producto de un disparo por USO OFICIAL arma de fuego, al no existir lesiones compatibles, ni rastros metálicos y/o de proyectil, conforme los estudios practicados. Ahora bien, respecto de las conclusiones que difieren, el Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N. por un lado afirma que no existen “…elementos en autos que permitan suponer la intervención de otro vehículo de motor que contribuyera a la colisión”, circunscribiendo la hipótesis a un “accidente” automovilístico. En tanto las conclusiones de los peritos Gasparrini y Vignolo resultan coincidentes entre sí, en cuanto a la posibilidad de la existencia de un “accidente provocado” con la intervención de otro vehículo. Entre la primera hipótesis y la segunda, aquella debe ser desechada dado el cúmulo probatorio existente e incorporado en autos, no solo por el contexto histórico en que se produjo el homicidio de Monseñor Enrique Angelelli, sino por los diversos testimonios incorporados en autos, y que ya fueran analizados “supra”, donde del testimonio de Mario Nelson Ibáñez (fs. 4309), quien efectuara tareas de reparación de la camioneta en que se conducía Monseñor Enrique Angelelli, surge que: observó un golpe en la parte trasera de la camioneta que provocó su desequilibrio, observando una mancha blanca de pintura en dicho lugar, siendo coincidente con la hipótesis que plantea el perito de parte Dr. Mario Germán Vignolo, en cuanto a las observaciones que efectúa en las conclusiones de su dictamen al señalar que: “Conclusiones Finales: 3) si bien el análisis del vehículo en ese momento es deficiente al igual que la documentación fotográfica, existe un impacto en el ángulo anterior izquierdo del mismo que pudo corresponder al impacto al comienzo del vuelco o bien a un impacto de un tercero lo cual es difícil de aseverar por no poder descubrirse restos de pintura u otro indicio debido a que las fotografías son en blanco y negro, habitual en esa época además se observa otro signo compatible con un impacto a nivel del extremo izquierdo del paragolpe trasero, siendo ambos compatibles con el vuelco o bien con el impacto de un vehiculo”.107 Ante el plexo probatorio indicado los encartados al momento de ejercer su defensa material manifestaron, en el caso de Luis Fernando Estrella, que era ajeno al hecho y que se desempeñaba como Ministro de Economía e interventor del Tribunal de Cuentas, de la provincia de La Rioja, no encontrándose en Chamical en la fecha del hecho y que ese día estaba en Córdoba, habiéndose desempeñado desde principios del año 1976 hasta el 24 de marzo 1976 como Jefe de Escuadrón tropas, señalando que en la fuerza aérea no existe el cargo de Segundo Jefe. Estas circunstancias, la de haber cumplido funciones públicas en el gobierno provincial no lo colocan fuera de la cadena de mandos ya que conservaba su situación de revista militar -en doble función-, y que si bien puede no haber existido formalmente el cargo de “segundo jefe”, en los hechos fungía como tal, siendo la segunda autoridad de la única repartición militar con asiento en Chamical y como eslabón intermedio en la mencionada cadena de mandos conservaba la capacidad para retrasmitir a sus inferiores y a quienes fueron los autores materiales de los delitos investigados las órdenes necesarias para su comisión.Luciano Benjamín Menéndez, en su defensa, expresa que el hecho es “…totalmente ajeno a esa guerra contrarrevolucionaria y se investiga un accidente lamentablemente fatal en una ruta nacional…”, habiendo recibido informes del entonces gobernador (Nanziot), Pérez Bataglia, del Jefe del CELPA Comodoro Aguirre, en este sentido. Niega haber conocido a Monseñor Angelelli y expresa que “La Rioja era un lugar donde no sucedían hechos terroristas como en Córdoba, Tucumán o Mendoza, hechos como enfrentamiento armados, entre las fuerzas armadas legales y la subversión terrorista o asesinatos de civiles, policías o militares o artefactos explosivos, etc”, y reconociendo haber “recibido la orden de aniquilar la subversión”. Analizada la declaración, y confrontada con la prueba incorporada en autos, la negación de que el encartado Menéndez hubiera conocido a Monseñor Angelelli cae por su propio peso, toda vez que el testimonio de Mario Angel Flores (fs. 3520) surge lo contrario. Es más, de la documentación manuscrita acompañada por el testigo Juan Aurelio Ortíz (fs. 3885) como perteneciente a Monseñor Angelelli se lee: “19.VII. 76 … - Ministro/Presidente denuncia – contexto histórico nacional – Vaticano… Chamical – Rioja. Viajar – Menéndez – viaje del Olimpo”; por ello, reitero, lo expresado por Menéndez no resulta cierto. Si conocía a Angelelli, si se entrevistó con él. También resulta “llamativo” en cuanto que el encartado se refiere a la provincia de La Rioja como una provincia tranquila y que no sucedían “asesinatos de civiles”; con esa visión entonces cabe preguntarse ¿qué sucedió con Longueville y Murias?, ¿qué sucedió con Pedernera?, ¿qué sucedió con el propio Angelelli?.En su declaración indagatoria Jorge Rafael Videla, considera que la muerte de Monseñor Angelelli es producto de un “accidente de tránsito” y acompaña documentación recibida de un ex colaborador, y sobre la que vale hacer una breve mención. 108 Poder Judicial de la Nación De dicha documentación surgen acompañadas copias simples de una supuesta publicación del “Centro Tiempo Latinoamericano”, del expediente judicial, de un “peritaje extrajudicial” supuestamente realizado a pedido del “Sr. Obispo de La Rioja” (?) y suscripto por un “Coronel D Héctor Maximiliano Payba – Dir Téc – EMGE”; y aquí lo más llamativo, a fs. 5261 y sgtes., se agrega: “DECLARACIÓN TESTIMONIAL DEL UNICO TESTIGO QUE PRESENCIO EL ACCIDENTE, ANTE EL Sr. OBISPO DE LA RIOJA, Mons. BERNARDO WITTE (No le fue tomada declaración en el Juzgado de instrucción de La Rioja) “El sobre conteniendo el acta testimonial del Sr Raúl Alberto NACUZZI fue entregado con posterioridad a su fallecimiento al Fiscal del Juzgado de la Ciudad de La Rioja (Federal o Provincial — no puedo determinarlo) por la Escribana actuante, luego de ser asaltada y revisada su escribanía, y sufrir una serie una serie de amenazas anónimas intimidantes. No pudo lograr que el Fiscal le entregara recibo de la documentación. Se encuentra bajo resguardo el duplicado del documento con las firmas y sello originales del testigo y del Obispo de La Rioja. En La Rioja reside el Padre Gustavo sobrino del Sr Nacuzzi, quién en una charla mantenida en Bs As. me manifestó que antes de USO OFICIAL fallecer, su tio le refirió detalles del accidente presenciado, coincidentes con lo declarado en el acta. Dicho sacerdote luego de terminar su Doctorado, es designado secretario del Obispado en La Rioja. (fines año 2006)”. (resaltado agregado) Llama la atención de que si se cotejan las copias que acompaña el imputado Videla, con las incorporadas a fs. 3976 y sgtes. y entregadas por la escribana actuante, estas últimas cuentan con el sello foliador del tribunal desde fs. 3976 al 3981, ambos inclusive, encontrándose certificadas dichas copias (ver las mismas) por la Sra. Secretaria de Fiscalía Federal con fecha 22/09/2006, en tanto las copias acompañadas por Videla carecen del sello foliador y de la certificación señalada.En consecuencia de ello surgen diversas preguntas, ¿Cómo obtuvo el imputado Videla dichas copias si no son las que se encuentran agregadas al expediente?, ¿Dichas copias son producto del delito que refiere el imputado Videla del que habría sido víctima la Escribana Ilda T. Rearte de Mercado?, ¿El imputado Videla, su “ex colaborador”, otra u otras personas tuvieron acceso a la documentación que se encontraba en poder de la escribana en forma previa a su entrega en el Tribunal?, ¿La obtención de la copia de dicha documentación fue producto de alguna operación de un grupo de “tareas” o “inteligencia”?, ¿Qué se quiere expresar cuando se señala “Se encuentra bajo resguardo el duplicado del documento con las firmas y sello originales del testigo y del Obispo de La Rioja”?, y un largo etcétera de interrogantes. Pero más allá de estas cuestiones, la documentación acompañada por el imputado Videla -en el caso de la “declaración” de Nacuzzi fue analizada “supra”- no posee el carácter probatorio que pretende asignarle puesto que de ella nada se infiere, salvo que la misma aparece como una “operación” tendiente a desviar la investigación y de tal forma lograr evitar la responsabilidad que le cabría en el presente hecho, no logrando desvirtuar la carga probatoria de su posible participación.109 Al momento de su defensa Albano Eduardo Harguindeguy, indica que el gobernador Nanziot de La Rioja, le informa que en un accidente había muerto el Obispo Angelelli, negando haber impartido alguna orden en relación a la ejecución del hecho; y sosteniendo que lo afirmado por el ex policía Peregrino Fernández es una falacia; no recordando nada en relación a Angelelli, salvo lo publicado en los diarios. Señala que cree haber conocido a Angelelli el día que lo puso en posesión al gobernador.Ahora bien, contrastada esta declaración del imputado con la prestada por Peregrino Fernández ante Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) (fs. 585 y sgtes.), surge una flagrante contradicción que me lleva a concluir que los dichos de Harguindeguy son a los fines de ocultar la verdad de los acontecimientos; más cuando -y como fuera señalado anteriormente en estas conclusiones- Peregrino Fernández señala detalles puntuales de la documentación que portaba Angelelli y que vio en poder de Harguindeguy después del homicidio, que solo puede haber conocido quien tuviera acceso a la misma.Respecto de la afirmación del encartado Harguindeguy en cuanto a que afirma que “cree” haber conocido a Monseñor Angelelli en el acto de asunción del gobernador de facto, se contradice con lo manifestado por el testigo Miguel Ángel la Civita (fs. 692), llevándome las conclusiones apuntadas, al igual que en el caso del imputado Menéndez, a presumir que la actitud de ambos encartados solo conduce a procurar ocultar o disimular la participación y responsabilidad que les cabe en el presente hecho.Por las razones antes expuesta, tengo por acreditado que la muerte de Monseñor Enrique Angel Angelelli y las lesiones que sufriera Arturo Aído Pinto son producto de un homicidio por accidente de tránsito provocado por la intervención de un automóvil marca Peugeot, color blanco, que habiendo embestido e interponiéndose en la línea de marcha de la camioneta Fiat Multicarga que conducía el primero de los nombrados, provocó su muerte, como las lesiones que sufriera su acompañante Pinto; hecho ocurrido el día 04 de agosto de 1976, entre las quince y quince y treinta horas, en proximidades del kilómetro 1056 de la Ruta Nacional N° 38, cuando las víctimas se conducían desde la ciudad de Chamical hacia la ciudad de La Rioja, debiendo en consecuencia dictarse el pertinente auto de procesamiento y prisión preventiva en contra de los encartados indagados, de conformidad a lo previsto por el art. 312 inc. 1° del C.P.P.N., en orden al delito de homicidio.Respecto de la situación particular del encartado Edilio Cristóbal Di Cesare, y ante la incapacidad mental sobreviviente, acreditada mediante el informe obrante a fs. 5413 efectuado por el Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N. del que surge que se encuentra imposibilitado de prestar declaración indagatoria en los presentes obrados, “evidenciando trastornos congnitivos a nivel de atención, la concentración y la memoria. Denotó un empobrecimiento de la vida psíquica, altamente condicionada por 110 Poder Judicial de la Nación factores anímicos a polo depresivo. La capacidad judicativa se mostró debilitada aún frente a lo concreto y cotidiano”.Ante tal circunstancia, prevista por el art. 77 del C.P.P.N., cabe la suspensión del presente proceso, a su respecto, y que lo tiene como imputado, toda vez que para el acto de defensa material del encartado es necesaria su aptitud mental, y el mismo constituye un acto personalísimo; lo que no impide que se averigüe el hecho o se prosiga aquél en contra de los demás imputados.No obstante lo señalado, deberá requerirse informe médico al Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N., a fin de que informe si le enfermedad que padece el encartado es incurable.DE LA CALIFICACIÓN LEGAL: Del delito de homicidio y la tentativa de homicidio: Debo expresar que comparto la calificación que propone el Ministerio Público Fiscal, con la siguiente salvedad, en cuanto los hechos investigados encuentran una calificación penal más grave y deben ser tipificados como homicidio USO OFICIAL calificado por el concurso premeditado de dos o más personas (art. 80 inc. 6° del C.P.), y tentativa de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas (arts. 42 y 80 inc. 6° del C.P.), concursados en forma real (art. 55 del C.P.) en relación a la muerte de Monseñor Enrique Angel Angelelli y la tentativa de homicidio de la que fuera víctima Arturo Aído Pinto, respectivamente, circunstancias que se acreditan Acta de Defunción con (fs. 63 y vta.) de Monseñor Enrique Angel Angelelli y constancias de Historia Clínica (fs. 1713) de Arturo Aído Pinto.En el delito de homicidio, en su figura básica (art. 79 del C.P.) la acción penada es la muerte de una persona, causado por otra; tratándose de un delito de resultado, admitiendo para su ejecución medios físicos, tanto directos como indirectos.Entre sus agravantes, la legislación ha previsto el concurso premeditado de dos o más personas (art. 80 inc. 6° del C.P.), que se funda en la mayor indefensión de la o las víctimas, y presupone, cuanto menos, la intervención del ejecutor (homicida) y dos o más personas que como partícipes hubieran premeditado el hecho en un acuerdo previo de la acción homicida; requisito este sobre el que se volverá más adelante al tratar sobre la participación criminal.Respecto de la tentativa, prevista en el art. 42 del C.P., se sanciona por vía de remisión al art. 44 del C.P., al que con el fin de cometer un delito determinado comienza su ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas a su voluntad.De las constancias de autos se desprende como conclusión que los autores dirigieron las acciones y el modo de realización del hecho con una franca resolución homicida, que en el caso de Pinto no resultó consumado.En relación a la participación criminal y conforme el criterio sentado por la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba en autos “Bruno Laborda” L° 111 266 F° 124, “Alsina” L° 298 F° 93 y “ESTRELLA, Luis Fernando y otros p.ss.aa. Homicidio calificado reiterado, Privación ilegítima de la libertad seguida de muerte y Tormentos” (Expte. 257/2008), entre otros, y sobre la cuestión aquí tratada, resulta aplicable la tesis del “dominio del hecho por dominio de la voluntad en aparatos de poder organizados”, expuesta por Claus Roxin y que se constituye en una “…respuesta teórica a la acción criminal sistemática aplicada por el poder nazi en Alemania y otros países de Europa durante la Segunda Guerra Mundial, ha dado apertura a la mencionada interpretación jurisprudencial en Argentina, como un nuevo supuesto de autoría mediata. Hasta la formulación de esta tesis, la autoría mediata había sido aceptada como una forma de atribución de responsabilidad a casos de coacción o error, por lo que la solución propiciada por Roxin ha encontrado así -tras la nefasta experiencia política sufrida también por nuestro país- un nuevo criterio que permite, más allá de la vertiente doctrinaria tradicional, adjudicar autoría a los “hombres de detrás”, esto es, a aquellos que, en el marco de una organización, ordenan acciones ilícitas “desde el escritorio” o a aquellos que transmiten tales órdenes que, al cabo, van a ser materializadas por los ejecutores directos (cfse. ROXIN, Claus, Autoría y dominio del hecho, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1998, Trad. Cuello Contreras y Serrano González de Murillo –versión en español de la sexta edición alemana de su tesis doctoral de 1963, titulada Täterschaft und Tatherrschaft-). Lo singular y novedoso de esta forma de concebir el dominio consiste en que el mentado “hombre de atrás” puede contar con que la orden dictada por él ha de ser cumplida sin necesidad de emplear coacción, o de prevalecerse de una situación de error en el ejecutor y, por lo demás, sin tener que conocer a éste. Esta doctrina confiere una eficaz solución a aquellos casos que se vinculan con la criminalidad organizada, a resultas de la cual la organización funciona de manera “automática”, sin depender de la persona individual del ejecutor (ROXIN, C., “Voluntad de dominio de la acción mediante aparatos de poder organizados”, Doctrina Penal, Año 8, N° 31, Jul/Set., 1985, Ed. Depalma, Buenos Aires, 401 y ss.). Su objeto concreto refiere a la constelación de casos en la que los delitos son llevados a cabo por miembros de organizaciones en cuyo seno se ha pergeñado la ejecución de un plan de acciones criminales que, por su entramado delictivo, escapan a la distinción clásica de autores y partícipes, en su calidad de agentes con un grado distinto de responsabilidad penal. En tales supuestos se plantea la cuestión de asignar responsabilidad penal a quienes no intervienen en forma directa en la realización de los delitos sino que se ocupan de su concepción, dirección y control (tema concerniente a la responsabilidad, esencialmente diferente a la del castigo por su pertenencia a un grupo que constituya asociación ilícita). Al objeto del presente análisis, los presupuestos indispensables de esta doctrina pueden sintetizarse como sigue: a) dominio de la organización, presente en quien, dentro de una maquinaria organizativa y desde cualquier lugar, imparte órdenes a sus subordinados, o retransmite órdenes, constituyéndose en autor mediato en virtud del dominio de la voluntad que le corresponde, al utilizar sus competencias para que se realicen acciones punibles. En este marco, resulta irrelevante la circunstancia de que lo haga por propia iniciativa o en 112 Poder Judicial de la Nación interés de instancias superiores que lo han comisionado, pero sí decisiva la circunstancia de que pueda dirigir la parte de la organización que le está subordinada, sin tener que dejar a criterio de otros la comisión del delito. Se configura así “un dominio de la cúpula organizativa precisamente porque, en el camino que va desde el plan a la realización del delito, cada instancia prolonga, eslabón por eslabón, la cadena a partir de sí misma.” (ROXIN, ibidem, p. 407); b) fungibilidad del ejecutor, esto es, cambiable a voluntad del “hombre de atrás”, en lo que constituye propiamente el dominio de voluntad. Aunque es evidente que continúa estando presente la libertad y la responsabilidad del ejecutor directo (que ha de responder como autor culpable y de propia mano), tales circunstancias carecen de interés para el sujeto de detrás, desde el momento en que el agente —dentro de la estructura organizada— no se presenta como una persona individual, libre y responsable, sino como una figura anónima y sustituible, en definitiva, como un engranaje más en la maquinaria de poder (ROXIN, ibidem, p. 401); cfme., asimismo, GARCÍA VITOR, Enrique, “La tesis del ´dominio del hecho a través de los aparatos organizados de poder´”, DONNA, E. (Director), Revista de Derecho Penal, Autoría y Participación I, 2005-1, Ed. USO OFICIAL Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2005, 171 y ss.). Conforme a tales fundamentos estructurales, resultan autores tanto quienes ejecutan materialmente las órdenes ilícitas impartidas por el “autor de escritorio” -que son repetidas por los niveles intermedios-, cuanto quienes están a cargo de la jefatura (dominan la cúpula organizativa) y en estadios intermedios, con atribuciones para decidir sobre la comisión de acciones ilícitas, siendo así los primeros autores directos o inmediatos y los últimos autores mediatos. Ciertamente que esta plataforma teórica se aviene perfectamente a las hipótesis fácticas que se ventilan en autos, siendo que, las conductas de los autores directos, habrían resultado consecuencias necesarias de órdenes emanadas desde la superioridad y retransmitidas por la cadena de mandos, en las respectivas áreas que componían la jurisdicción del Tercer Cuerpo de Ejército dedicada a la llamada “lucha contra la subversión”. A propósito de ello, hay que decir que la doctrina coincide en señalar que los criterios más frecuentes y convencionales de la dogmática penal no resultan suficientes para explicar e interpretar casos extremos de criminalidad organizada, cuando intervienen las propias instituciones del Estado (caso del exterminio de judíos por parte del régimen nacionalsocialista o el de los crímenes cometidos en nuestro país durante los años setenta) o incluso las estructuras mafiosas o clandestinas de poder. Es que, en efecto, tal clase de hechos escapa a la noción de delitos de carácter individual —en los que el autor puede o no arrepentirse, puede impedir la continuación del hecho— y resulta por tanto inapropiada cualquier pretensión de abordaje y comprensión con pautas conceptuales que —como los parámetros clásicos y habituales de autoría y participación— rigen más bien para hechos de una persona individual (DONNA, Edgardo A., “El concepto de autoría y la teoría de los aparatos de poder de Roxin” en AA.VV., Nuevas formulaciones en las ciencias penales. Homenaje a Claus Roxin, Ed. Lerner, Córdoba, pág. 309). Al fin y al cabo, los hechos involucrados en esta causa no son otra cosa que crímenes de lesa humanidad, en un todo diferentes a los casos de criminalidad 113 individual sobre la cual se han elaborado y desarrollado las teorías clásicas referidas a las nociones de autoría y participación criminal. Cabe remarcar, en el punto, que la amplitud de la regla contenida en el art. 45 del C.P., al definir a los autores como “los que tomaren parte en la ejecución del hecho”, admite perfectamente dicha interpretación en términos de autoría mediata por la utilización de aparatos de poder organizados. En tal sentido se ha expresado que “Las reglas sobre la autoría y participación en el Código Penal, en especial, sus arts. 45 y 46, son reglas amplias dominadas por dos conceptos asaz vagos: ´tomar parte en la ejecución del hecho´ (autoría) y ´prestar al autor auxilio o cooperación´ (participación). Por tanto, la interpretación del primero de acuerdo al cartabón de la denominada teoría del dominio del hecho no presenta inconvenientes. De allí que pueda concluirse que no existen trabas, en el derecho penal local, para una interpretación como la postulada”(SANCINETTI, Marcelo A./FERRANTE, Marcelo, El derecho penal en la protección de los derechos humanos, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1999, p. 206, coincidiendo en ello la jurisprudencia, v. por todos, C.N.C.P., Sala II, “Bambrilla, Juan”, 16.12.2005). De tal modo, siguiendo una interpretación ya no estrictamente gramatical, sino afín a un sentido jurídico-penal, es factible sostener que el enunciado de aquel dispositivo legal alcanza y engloba a los “hombres de atrás”, por entender que, con sus órdenes, están tomando parte en la ejecución del hecho”. (Cfr. C.F.Cba., “ESTRELLA, Luis Fernando y otros p.ss.aa. Homicidio calificado reiterado, Privación ilegítima de la libertad seguida de muerte y Tormentos” (Expte. 257/2008).En cuanto al grado de participación criminal cabe atribuir a los encartados: Jorge Rafael Videla quien a la fecha del hecho aquí investigado era Comandante General del Ejército Argentino y Presidente de la Junta Militar, teniendo la máxima responsabilidad militar en el país de acuerdo al rol asignado a su fuerza (Ejército) en la conducción de la "lucha contra la subversión". Además, al momento de los hechos, era titular espurio del Poder Ejecutivo, por presidir la Junta Militar que de facto usurpó el poder el 24/03/1976. Como Comandante General del Ejército, en atención al estricto régimen de subordinación que caracteriza la institución militar, no caben dudas de que los hechos atribuidos se cometieron como consecuencia de la planificación estratégica y táctica que emanaba de la cúpula de su arma, a la cual se le confió la responsabilidad primaria en la denominada lucha contra la subversión. El Ejército Argentino debía fijar los "objetivos" a seguir y además proveer de la infraestructura necesaria para la consiguiente actuación de toda la cadena de mandos en su consecución. La autoridad de Videla hace insoslayable su responsabilidad en lo actuado por quienes estaban bajo su mando, siendo factible así sostener que, durante la época de los hechos, el acusado tenía el dominio sobre los acontecimientos investigados, habida cuenta que, desde su posición institucional, controlaba la organización que los llevó a cabo. Conforme quedó probado en la sentencia de la Causa N° 13/84, "Causa originariamente instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en cumplimiento del decreto 158/83 del Poder 114 Poder Judicial de la Nación Ejecutivo Nacional". Esta orden genérica se materializó en la región de La Rioja mediante la actuación del imputado Menéndez, a cargo de la Zona de Defensa III, y del Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, a cargo del Área 314. En el caso particular de Angelelli, no se puede soslayar que se trataba de un sacerdote con alta jerarquía dentro de la iglesia católica -Obispo de la provincia de La Rioja- y que estaba investigando y denunciando los delitos cometidos por la represión en La Rioja, la opresión socio-económica de los humildes y el desapoderamiento de la tierra por grupos de poder económico. Cabe destacar que en el mes de Abril de 1976 Monseñor Angelelli viajó para entrevistarse personalmente con el General Albano Eduardo Hargunideguy -Ministro del Interior de Videla- para gestionar la libertad del párroco de Olta, Eduardo Ruiz -testimonio de la Civita-. Y regresó a La Rioja en micro, tras un confuso episodio en el que perdió su vuelo y su valija. Dicha valija llegó a la provincia varios días después con signos de haber sido violada. Asimismo, se entrevistó con militares de menor rango -tal como lo relata el testigo Bertaina- y también con el General Luciano Benjamín Menéndez, Jefe del III° Cuerpo de Ejercito -conforme surge del testimonio de Flores-. Estas investigaciones y denuncias no quedaban en su USO OFICIAL diócesis sino que trascendían la misma, ya que, por su rol dentro de la Iglesia, participaba de constantes reuniones con las más altas esferas eclesiásticas y aprovechaba estas reuniones para formular denuncias de los actos de represión que se sucedían en su provincia. Así mantenía constante correspondencias con Monseñor Zaspe (Obispo de Santa Fe y Vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, en representación directa del Papa), quien mantuvo una reunión con Videla donde le transmitió las denuncias formuladas por Angelelli. Era clara la amenaza de que la represión que se estaba llevando a cabo en la Argentina alcanzara trascendencia internacional. Conforme lo expuesto corresponde considerar a Jorge Rafael Videla como autor mediato del homicidio calificado por el número de personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art. 42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP). Albano Eduardo Harguindeguy el reproche que se le efectúa se funda en su condición de Ministro del Interior del presidente de facto Jorge Rafael Videla, durante el período comprendido entre el día 29 de marzo de 1976 hasta el día 29 de marzo de 1981. En ese carácter controlaba las diversas fuerzas de seguridad nacional. En pos del éxito de la finalidad ilícita de la cual se hallara munida la organización criminal que conformaba con el resto de los imputados, poseía la disposición del instrumento del Estado, no sólo en cuanto a su funcionalidad, sino también en lo inherente a su integración. En el marco de la “lucha contra la subversión”, Harguindeguy emitió directivas precisas para el control y persecución de los sacerdotes que respondían a los lineamientos trazados por el Concilio Vaticano II, tal como surge de la declaración ante la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) (fs. 585 y sgtes.) de Rodolfo Peregrino Fernández, policía federal, quien integraba la Ayudantía del Ministerio del Interior, siendo asistente personal de Harguindeguy, quien manifestó que “el general 115 Harguindeguy manejaba en forma personal todos los hechos referentes a la Iglesia”; y que en relación a la muerte del Obispo Enrique Angelelli, expresa “…este hecho fue denunciado desde distintos sectores como una muerte deliberadamente provocada. El dicente, en este sentido, quiere agregar que uno o dos días después de de ocurrido el suceso, los papeles que portaba el Obispo Angelelli en el momento de su fallecimiento llegaron a la Casa de Gobierno, dirigidos al Ministro Harguindeguy, en una carpeta remitida desde la Guarnición Militar Salta, con la expresa indicación de que se trataba de documentación “confidencial”. (…) Todas estas circunstancias motivaron que el dicente se decidiera a fotocopiar parte de esa documentación, que estaba integrada por correspondencia original intercambiada entre el Obispo de la Rioja y el Arzobispo de Santa Fe, Monseñor Vicente Zazpe, referida a la persecución que sufrían sectores de la Iglesia Católica por su actividad social, un cuaderno de notas y otros papeles.…documentación fue entregada al General Harguindeguy, quien se la entregó a Icely para que elaborara la información contenida en ella. Quiere aclarar el dicente que prestó especial atención al hecho por la forma estrictamente “secreta” que se dio a la existencia de esta carpeta”. Asimismo, repárese en lo señalado precedentemente en cuanto a la entrevista mantenida entre el imputado Harguindeguy y Monseñor Angelelli, quien no se caracterizaba como un pastor silente o dócil, y que frente a los atropellos del poder de facto supo enfrentar cara a cara a quienes fueron los autores de su muerte.Conforme lo expuesto corresponde considerar a Albano Eduardo Harguindeguy como autor mediato del homicidio calificado por el número de personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art. 42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP). Luciano Benjamín Menéndez se desempeñaba, al tiempo de los hechos, como Jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, a cargo de la Zona de Defensa III que tenía a su cargo la Subzona 31 y -dentro de ella- el Área 314, que abarcaba toda la provincia de La Rioja. Esto es, tenía el rol de la máxima autoridad bajo cuyas órdenes actuaron el Batallón de Ingenieros 141 (al mando del Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, fallecido), la Policía Federal, la Policía de la provincia de La Rioja (a cargo del encartado Edilio cristóbal Di Cesare), el destacamento Gendarmería Nacional de Chilecito (a cargo del Comandante Antonio Arnaldo Garay, ya fallecido) y la Base Aérea CELPA (a cargo del Comodoro Lázaro Aguirre, ya fallecido, y del Vicecomodoro Luís Fernando Estrella). Esto, puesto que a partir del dictado los decretos 2070/75, 2071/75, 2772/75, la Directiva del Consejo de Defensa 1/75 y la Directiva del Ejército 404/75, todas las fuerzas de seguridad del país estaban subordinadas al Ejército en la tarea de la lucha contra la subversión. Menéndez, por su cargo, era el máximo responsable de las acciones llevadas a cabo por el Ejército y las fuerzas de seguridad provinciales con el alegado motivo de reprimir la subversión que, entre otras formas, en La Rioja se expresó en la modalidad de persecución a individuos pertenecientes o vinculados con la iglesia católica -entre otros sectores- entre quienes se encontraban Monseñor Angelelli, Gabriel Longueville, Carlos de 116 Poder Judicial de la Nación Dios Murias y Wenceslao Pedernera, quienes fueran fríamente asesinados en el transcurso del año 1976. Como ya fuera señalado, también resulta relevante la entrevista mantenida entre el imputado Menéndez y Monseñor Angelelli, donde aquel le reclamaba al Obispo Diocesano que “debía revisar y examinar su fe”. De tal forma se le atribuye al imputado Luciano Benjamín Menéndez haber emitido al personal bajo su mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas respecto de la ejecución de los hechos investigados, proveer los medios necesarios para perpetrarlos y asegurar la impunidad de sus actos. Conforme lo expuesto corresponde considerar a Luciano Benjamín Menéndez como autor mediato del homicidio calificado por el número de personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art. 42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP). Luís Fernando Estrella quien era Jefe del Escuadrón Tropas y del Depto. Aeródromo de la Base Aérea CELPA, en Chamical, al tiempo de los hechos, y conforme la prueba reunida y luego de producido el mismo, Estrella habría USO OFICIAL ordenado el despliegue de personal dependiente del CELPA Chamical hasta Hospital Dr. Luis Agote de la ciudad de Chamical (conforme el testimonio de Mario Rubén Gorosito, a fs. 1456) quien afirma la presencia de personal del CELPA Chamical que entraba y salía constantemente de la sala donde se encontraba internado Pinto, ello permite inferir que el encartado Estrella, dispuso la concurrencia de personal bajo su mando a fin de asegurar el encubrimiento del hecho mediante el favorecimiento personal de los autores de los delitos investigados. Tal circunstancia permitió que habiéndose dispuesto la intervención del personal de Fuerza Aérea (Base Aérea Chamical) se “asegurara” el “aislamiento” del testigo Pinto, para la consecución del fin antes señalado, asegurando la impunidad de estos tipos de delitos, constituyendo uno de los objetivos finales que se trazaran como metodología para la eliminación física de las personas. Así, la posición que ocupaba Estrella en la estructura del poder militar, si bien mando intermedio, le permitió haber emitido al personal bajo su mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas respecto para asegurar la impunidad de los actos que llevaron a la ejecución del atentado contra la vida de Angelelli y Pinto.Conforme lo expuesto corresponde considerar a Luís Fernando Estrella como autor mediato del homicidio calificado por el número de personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art. 42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP). Edilio Cristóbal Di Césare era Jefe de Logística del Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 y Jefe de la Policía de la provincia de La Rioja. Conforme el reglamento RV 200-10 "Servicio Interno" del Ejército Argentino (del 27 de octubre de 1967), como miembro de la Plana Mayor, Di Césare coadyuvaba en las responsabilidades del Comandante de la Brigada (el Jefe de Área Teniente Coronel Osvaldo 117 Pérez Bataglia- fallecido) ocupándose de su asesoramiento, preparar el detalle de los planes de acción y transformar sus resoluciones en órdenes, haciendo que ellas se transmitieran a los demás integrantes de la fuerza y fueran ejecutadas tanto por militares como por personal de la fuerzas de seguridad de la provincia de La Rioja -éstas últimas actuaban bajo control operacional del Ejército. La interpretación de las funciones de asesoramiento de los integrantes de la Plana Mayor debe hacerse a la luz del contexto imperante tal como queda en evidencia a través de la Directiva 404/75 que establece que la misión principal era la "lucha contra la subversión". En lo específico, como Jefe de Logística, conforme al RV20010, entre sus funciones estaba la asesorar al Jefe del Batallón y, específicamente: a) abastecer las necesidades de los operativos; b) planear y dirigir el transporte de las subunidades de personal y de establecimiento por todos los medios; c) ejecutar el control de carreteras y del tránsito. También, la de coordinar, con el Jefe de Operaciones, la selección de los caminos. Como Jefe de Policía, era responsable de todas las actuaciones en los operativos antisubversivos en los que participara la policía de la provincia, que incluyen la ejecución de los hechos investigados. Se le atribuye haber emitido al personal bajo su mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas respecto de la ejecución de los hechos investigados, proveer los medios necesarios para perpetrarlos y asegurar la impunidad de sus actos.Como ya fuera adelantado precedentemente, y debiendo suspenderse el proceso en relación al encartado Di Cesare, y no habiéndosele receptado declaración indagatoria en los presentes, por las razones expuestas, no corresponde expedirme sobre el posible grado de participación que en los presentes hechos la cabría; pero tampoco puede dejar de analizarse el rol que el mismo habría desempeñado en la cadena de mandos de la estructura represiva del estado sin el grave riesgo de la descontextualización de la misma.Juan Carlos Romero (alias "Bruja") ostentaba el cargo de Comisario y se desempeñaba como Jefe del Servicio de Informaciones (D-2) de la Policía de la Provincia. Este sector de la Policía de la Provincia actuaba bajo la dirigencia del Jefe de Inteligencia y Operaciones del Batallón de Ingenieros 141 -el Teniente Coronel Rama- y con la asistencia y anuencia del Mayor Edilio Cristóbal Di Césare -a la sazón, Jefe de la Policía de la Provincia- quienes le proveían las órdenes que suponían el accionar materia de este requerimiento, así como la infraestructura y los recursos necesarios a los fines de llevarlos a cabo. La mecánica para 'aniquilar la subversión' consistió en obtener la información, utilizarla para localizar, por medio de operativos armados e ilegales, a personas y materiales para luego extraer de estas -en el menor tiempo posible- nuevos datos que dieran pie a nuevos operativos; desarrollándose así una actividad compleja cuyo elemento dinamizador fue la tortura sobre quienes estaban en condición 'prisioneros subversivos'. En su caso particular -como Comisario y Jefe del Servicio de Informaciones de la Policía de la Provincia, inmediatamente subordinada operacionalmente a la Jefatura de Policía de la Provincia de la Rioja- tuvo dominio sobre una parte del aparato de poder y 118 Poder Judicial de la Nación en consecuencia sobre los hechos, a partir de las órdenes que retransmitía y cuyo cumplimiento era de su incumbencia vigilar; al posibilitar de esta forma que el sistema ordenado por el entonces Comandante en Jefe del Ejército siguiese funcionando de un modo ilegal. Es significativa, en este sentido, su inmediata presencia en el lugar donde se produjo el atentado a Angelelli, junto con el coronel Maggi y el médico Herrera Paez, así como el hecho de que haya apuntado con una escopeta Itaka a los presentes para que se alejaran del lugar, como relatan los testigos Ramón Nicolás De La Fuente y Luis Maidana, respectivamente, para de esta forma asegurar el encubrimiento del hecho y la impunidad para sus autores.Conforme lo expuesto corresponde considerar a Juan Carlos Romero como autor mediato del homicidio calificado por el número de personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art. 42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP). De la asociación ilícita: En relación a la calificación del hecho como Asociación USO OFICIAL Ilícita, efectuada por el Ministerio Público Fiscal, comparto la misma, con las salvedades que seguidamente se exponen: Al tiempo de la comisión de los hechos aquí investigados éstos eran sancionados por el art. 210 bis Código Penal (conforme Ley N° 21.338).Conforme quedó acreditado, con el grado de probabilidad requerido en esta etapa procesal tanto a Videla, Harguindeguy, Menéndez, Estrella y Romero les corresponde el reproche penal como coautores del delito de asociación ilícita calificada en el carácter de “jefe”, el primero, y como “organizadores”, los restantes.En la presente causa se investiga la actuación de los encartados en relación a los hechos de los que resultaron víctimas Monseñor Enrique Angel Angelelli y Arturo Aído Pinto que ocurrieron el 04 de agosto de 1976, lo que habilita el análisis de su conducta también a la luz del art. 210 bis del C.P. (asociación ilícita agravada), artículo que fue introducido en el Código Penal por la ley n° 21.338 del 16 de julio de 1976.El art. 210 bis en su redacción al momento de los hechos según ley 21.338 establece: “Se impondrá reclusión o prisión de 5 a 12 años, si la asociación dispusiere de armas de fuego o utilizare uniformes o distintivos o tuviere una organización de tipo militar. La pena será de reclusión o prisión de cinco (5) a quince (15) años, si la asociación dispusiera de armas de guerra y tuviere una organización de tipo militar. Los cabecillas, jefes, organizadores o instructores serán reprimidos de ocho (8) a veinticinco (25) años de reclusión o prisión. La misma pena se impondrá si la asociación estuviere organizada total o parcialmente con el sistema de células.”.La norma del art. 210 del C.P., sanciona al “que tomare parte en una asociación o banda de tres o más personas destinada a cometer delitos por el solo hecho de ser miembro de la asociación” agravando el mínimo de la pena “para los jefes u 119 organizadores de la asociación”. Por su parte, el art. 210 bis, 2° párrafo (según ley 21.338), eleva el monto de la pena cuando “la asociación dispusiera de armas de guerra y tuviere una organización de tipo militar”.La razón de ser de la prohibición de una y otra norma y, por ende, de la tutela legal -respecto del orden público, desde el ángulo normativo- reside esencialmente en la idea según la cual, el orden es a la sociedad como ésta es al Estado; preexisten uno al otro para funcionar armónicamente, con el objeto de que el Estado logre sus verdaderos fines, en este caso, el afianzamiento del vínculo jurídico en la sociedad, asegurando la paz social. (cfr. Abel Cornejo, Asociación Ilícita y Delitos contra el Orden Público, Rubinzal Culzoni Editores, p. 15).El delito previsto en los arts. 210 y 210 bis del Código Penal, consiste en tomar parte en una asociación, lo que pone a la vista su carácter mediato, secundario y complementario. No se trata de castigar la participación en un delito, sino la participación en una asociación o banda destinada a cometerlos con independencia de la ejecución o inejecución de los hechos planeados o propuestos. (Cfr. Sebastián Soler, Derecho Penal Argentino, t. IV, Editorial t.e.a., 4° ed. Parte especial, 1987, p.711).En cuanto a los elementos integrantes de este injusto, en primer término debe tratarse de un acuerdo entre tres o más personas en forma organizada y permanente para cometer delitos.Se requiere así, un mínimo de organización o cohesión entre los miembros del grupo, sin necesidad de que esa asociación se forme por el trato personal y directo de los asociados. Basta que el sujeto sea conciente de formar parte de una asociación cuya existencia y finalidades le son conocidas.En efecto, tratándose de un delito colectivo o de pluralidad de personas, el número de integrantes reviste particular interés debido a que el propósito asociativo -cometer delitos- se nutre en el número de integrantes de la asociación para lograr una mayor eficacia delictiva, ya que la reunión de tres o más personas antecede a cualquier delito que se proponga cometer per se, razón por la que a cada integrante de la organización le tocará cumplir un rol determinado.Al respecto, enseña Soler que el número mínimo exigido por la ley -tres asociados- debe cumplirse no sólo en sentido objetivo, sino también subjetivamente; el partícipe debe saber que forma parte de una asociación de tres personas a lo menos. (Soler, Sebastián, ob. cit, p. 712). Asimismo, destaca el citado maestro, que no es necesaria la presencia simultánea de tres imputados en el proceso; pero es preciso que la acción esté dirigida, al menos, contra tres o que lo haya estado. En similar dirección se expresan también otros autores. (Fontán Balestra, Carlos, Tratado de Derecho Penal, Tomo VI, Ed. Abeledo Perrot, 2da. Ed. p. 472).Entre los elementos subjetivos del tipo, uno de fundamental importancia es el acuerdo previo que debe existir entre sus miembros. Dicho acuerdo debe llevar a que los integrantes de la asociación actúen en forma organizada y permanente, debe 120 Poder Judicial de la Nación existir un nexo funcional que denote en los actos que lleve a cabo la sociedad criminal una estructura delictiva estable.Se es parte porque se conoce que la asociación va a cometer delitos y además se integra con esa voluntad, o sea, se es parte para cometer delitos.La estabilidad se refiere a la estructura de la asociación, mientras que la permanencia alude al grado de pertenencia o adhesión de sus miembros para con la sociedad criminal.El autor alemán Urs Kindhauser, en su obra “Handlungs-und normtheore-tische Gundfragen der Mittaterschaft” (cita de Miguel Polaina Orts en “Delitos de Organización como Derecho Penal del enemigo” en Jakobs Gunter y Polaino-Orts Miguel, “Delitos de organización: un desafío del Estado”, Editora Jurídica Grijley, 2009, pág. 68) señala: “coautoría es la intercalación de acciones de diversos actores en un (deseado) esquema de interpretación congruente de una esfera de organización unida”.De otra parte, Ernst-Joachim Lampe (citado por M. Polaino Orts, en ob. cit. págs. 89-90), define los sistemas del injusto jurídico penal diciendo que son USO OFICIAL las relaciones entre individuos organizados hacia fines injustos. Para él, los sistemas del injusto constituido, no sólo son más que la suma de las partes -como los sistemas simples (coautoría)- sino que además, como instituciones, son independientes del cambio de sus partes. Como ejemplo menciona las agrupaciones criminales, las empresas económicas con tendencia criminal y los Estados y estructuras estatales criminalmente pervertidos. En esta misma línea de pensamiento, Hans Joachim Rudolphi (citado en la obra referenciada, pág. 104) al hablar de los delitos de organización como injusto anticipado, apunta que estas organizaciones desarrollan generalmente una dinámica propia que consiste en la comisión de los hechos proyectados, disminuyendo, o incluso anulando, el sentimiento de responsabilidad de los miembros individuales.Por su parte el español Jesús María Silva Sánchez (referido por M. Polaino Orts en esa misma obra, pág. 105) sostiene que con el criterio del injusto anticipado, a los miembros y colaboradores de la organización se los debe hacer responsables por sus propias actuaciones y no por ser parte en un sistema asocial.Teniendo en cuenta estas referencias dogmáticas, cabe afirmar que la organización criminal gestada en nuestro país y, específicamente, en nuestra provincia, se sustentó en la cadena de mandos con jerarquías que la estructura de las fuerzas armadas y de seguridad habilitaba, y que fue utilizada para la realización de procedimientos al margen de la ley, con la finalidad expresa de aniquilar a los oponentes políticos o ideológicos, los que fueron considerados a tales efectos subversivos o vinculados a la subversión.En efecto, la sentencia del 2 de diciembre de 1986 pronunciada en la Causa 44 del registro de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, (denominada “Causa incoada en virtud del decreto 280/1984 del Poder Ejecutivo Nacional”) estableció que para llevar a 121 cabo el plan clandestino de represión, el gobierno militar dividió al país en cinco zonas – que a su vez se dividían en subzonas– que se correspondían cada una con un Cuerpo de Ejército.Además de las nuevas funciones institucionales que se arrogaron las Fuerzas Armadas a partir del 24 de marzo de 1976 -que se describían en las Actas y Reglamentos del Proceso de Reorganización Nacional- se estableció en el país un sistema de represión clandestino mediante el cual se llevaron a cabo procedimientos paralelos e ilegales para reprimir a toda forma de oposición al régimen de facto.Ya en la sentencia pronunciada el 9 de diciembre de 1985, en el denominado “Juicio a las Juntas”, la Cámara Federal en pleno sostuvo: “En suma, puede afirmarse que los comandantes establecieron secretamente un modo criminal de lucha contra el terrorismo. Se otorgó a los cuadros inferiores de las fuerzas armadas una gran discrecionalidad para privar de libertad a quienes aparecieran, según la información de inteligencia, como vinculados a la subversión; se dispuso que se los interrogara bajo tormentos y que se los sometiera a regímenes inhumanos de vida, mientras se los mantenía clandestinamente en cautiverio; se concedió; por fin, una gran libertad para apreciar el destino final de cada víctima, el ingreso al sistema legal (Poder Ejecutivo Nacional o Justicia), la libertad o, simplemente, la eliminación física”.En la ya mencionada “Causa 44” en la que se juzgaron delitos ocurridos en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, cometidos por personal de las fuerzas armadas y de seguridad, con relación a las órdenes dictadas para llevar adelante el plan criminal, se estableció que éstas eran impartidas por el comandante de la Zona I, y siguiendo la cadena de mandos, por el jefe de Policía de la Provincia y por el director general de Investigaciones.En el marco de esta organización, es claro que existía una cadena de mandos que nacía en la Junta Militar, con el Comandante en Jefe del Ejército, el Ministerio del Interior, el Jefe del III Cuerpo, el Jefe de la guarnición militar local, que actuaba coordinadamente con el personal de la Policía de la Provincia de La Rioja, que a la sazón estaba a cargo de un oficial militar del Ejército, y en donde Juan Carlos Romero (a) “Bruja” era el Jefe del D-2. De esta manera, el accionar policial se manejaba en connivencia y coordinación con la estructura militar, donde, cada miembro contaba con la actividad y participación de los otros. Así por ejemplo, los “operativos” o “procedimientos” en los domicilios particulares y en la vía pública, efectuados sin conocimiento de juez, con la intervención de varias personas, con despliegue de vehículos, contaban con el auxilio y la logística de la Policía y del Ejército. Los jefes, los organizadores y los simples miembros, sabían que contaban con el otro, que había una reunión subinstitucional -subterránea en cuanto a la legalidad del Estado- para cometer los ilícitos que perpetraban; acuerdo que les permitía efectivizar las acciones y al mismo tiempo garantizar su impunidad. Destáquese en este sentido, que la documentación de la “Dirección de Coordinación y Enlace” y los Prontuarios Policiales entregados por la Dirección de Planeamiento Estratégico de la 122 Poder Judicial de la Nación Policía de la provincia de La Rioja, correspondientes a Enrique Angel Angelelli -entre otros- aportadas en el transcurso de la investigación dan cuenta del funcionamiento del “aparato de inteligencia” que incluía seguimiento, control ideológico y vigilancia de los ciudadanos, todo ello en modo clandestino, oculto y subterráneo como parte del accionar descripto.La circunstancia de que, Videla, Harguindeguy y Menéndez, integraran ese acuerdo previo, hayan sabido y querido integrarlo, exhibe el dolo requerido para el tipo subjetivo. Por otra parte, el art. 210 bis del Código Penal prevé que la sanción se agrave respecto a los jefes y/u organizadores, atento a que por su condición dentro de la estructura de la organización, tienen una mayor responsabilidad en la faz directriz.Explica Nuñez que son “jefes” los que comandan la asociación, cualquiera sea la jerarquía y el modo de su participación en el ejercicio del mando, y son “organizadores” los que han participado en las tareas del establecimiento u USO OFICIAL ordenamiento de la asociación. (Nuñez, R. C., Tratado de Derecho Penal, Lerner, Buenos Aires, 1971, t. V, pág. 190, citado por Abel Cornejo, ob. cit., pág. 82).En concordancia con lo que razona el profesor alemán Kai Ambos, es evidente que la organización criminal como un todo, sirve como punto de referencia para la imputación de los aportes individuales al hecho, los que deben apreciarse a la luz de sus efectos en relación con el plan criminal general o en función del fin perseguido por la organización criminal; de tal manera, puede hablarse de un dominio organizativo en escalones, de donde dominio del hecho presupone, por lo menos, alguna forma de control sobre una parte de la organización. Y afirma el citado autor, que la distinción tradicional entre autoría y participación es reemplazada por tres niveles de participación: “el primer nivel, más elevado, está compuesto por los autores que planifican y organizan los sucesos criminales, esto es, los que como autores por mando (Führungstäter) pertenecen al estrecho círculo de conducción de la organización; en el segundo nivel, encontramos a los autores de la jerarquía intermedia, que ejercitan una forma de control sobre una parte de la organización y por esto puede designárselos como autores por organización (Organisationstäter); finalmente en el más bajo nivel, el tercero, están los meros autores ejecutivos (Ausführungstäter) que aparecen sólo como auxiliares de la empresa criminal global” (Kai Ambos, ob. cit. pág. 233).Y en la misma línea, Creus expresa que “jefes son los que mandan a otros miembros de la asociación, sea a la totalidad de ellos o a una parte. Debe tratarse de un mando realmente ejercido, o sea, el autor debe recibir efectivamente obediencia en lo que atañe a los objetivos de la asociación de parte de sus miembros…” (Creus Carlos, Derecho Penal. Parte Especial, 2° ed. Actualizada, Astrea, Buenos Aires, 1988, p.101. Citado por Abel Cornejo, ob. cit., pág. 83).- 123 Conforme al plexo probatorio incorporado en autos Videla, Harguindeguy y Menéndez se ubicaban en un “primer nivel” ya que eran los jefes, quienes planificaban y organizaban los suceso criminales. En un “segundo nivel” o “jerarquía intermedia” se puede ubicar a quien entonces ostentaba la Jefatura del Batallón de Ingenieros 141 (Area 314) el ya fallecido Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, al encartado Di Cesare -recuérdese que era oficial del ejército- quien ejercía al momento de los hechos la Jefatura de la Policía de la provincia de La Rioja; en este mismo nivel se ubica el imputado Romero, quien era Jefe de Inteligencia (D-2) de la Policía de la Provincia.En forma paralela, y dentro de este contexto, también cabe ubicar al extinto Vicecomodoro Lázaro A. S. Aguirre, jefe del CELPA Chamical de la Fuerza Aérea -quien se encontraba enfrentado al Obispo Angelelli por su actividad pastoral y por las investigaciones que este desarrollaba en relación al homicidio de los sacerdotes Longueville y Murias-, y también al encartado Luis Fernando Estrella, que en los hechos respondía directamente al entonces Vicecomodoro Aguirre, y era el Jefe del Escuadrón Tropas del CELPA Chamical. Así, y conforme lo describe Kai Ambos, todos ellos ejercían el control y retransmitían las órdenes impartidas.Son claras las prueba (testimonios y documentos incorporados) ante valoradas en el marco de esta investigación y que acreditan con el grado de probabilidad requerido en la presente instancia en cuanto a la participación que en el hecho se les enrostra a los encartados, quienes formaban parte de una de “tipo” militar y portaban armas, dada su profesión o condición de miembros de una fuerza militar o de seguridad.Todo esto conduce a concluir que a Jorge Rafael Videla, Albano Eduardo Harguindeguy y Luciano Benjamín Menéndez les cabe el reproche penal en calidad de “jefes” de de la asociación ilícita que se examina; en tanto a Luis Fernando Estrella y Juan Carlos Romero -con la salvedad que se efectuara supra en cuanto a la intervención de Edilio Cristóbal Di Cesare en el presente proceso- se les atribuye la calidad de “organizadores” de la asociación ilícita, todo ello bajo los términos del art. 210 bis del C.P. (conforme ley N° 21.338), respecto de quienes corresponde dictar auto de procesamiento y prisión preventiva de los encartados indagados, de conformidad a lo previsto por el art. 312 inc. 1° del C.P.P.N., en orden al delito de Asociación Ilícita Calificada.DEL CONCURSO DE DELITOS: En relación al concurso de delitos, como se expusiera al momento de tratar la responsabilidad de los imputados, entiendo que media concurso real entre el delito de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, la tentativa de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y la asociación ilícita calificada.- 124 Poder Judicial de la Nación Sobre este punto en particular calificada doctrina ha sostenido que “[e]l presupuesto necesario del concurso de delitos es una pluralidad de conductas. En el fondo no deja de ser la concurrencia de varios delitos en un único proceso, lo que si bien hace que haya disposiciones al respecto en el Código Penal (arts. 55 y 56) en modo alguno debe ser considerado como una cuestión exclusivamente penal, sino también de enorme importancia procesal...” (Zaffaroni, E. Raúl, Alagia, Alejandro y Slokar, Alejandro: Derecho Penal. Parte General, Ed. Ediar, Buenos Aires, 2000, p. 826).Se trata de tipos penales que apuntan a distintas esferas de protección del bien jurídico, dado que la asociación ilícita apunta a atentar en contra del orden público mediante la comisión de diversos delitos; en tanto el homicidio -como el homicidio tentado- se cristaliza al tener en cuenta que el bien afectado por la acción típica prevista en el artículo 79 del C.P. -en su figura básica-, es uno distinto de aquel subyacente con la otra figura analizada, es más, y por tratarse de delitos contra bienes jurídicos eminentemente personales, la pluralidad de víctimas torna múltiple cualquiera de estos delitos. Al respecto, bien dice Jakobs que las lesiones a bienes personalísimos de distintas USO OFICIAL personas nunca constituyen una sola infracción, ya que no cabe definirlos sin su titular (Jakobs, Günther: Tratado de Derecho Penal, trad. de Joaquín Cuello Contreras, Ed. Marcial Pons, Madrid, España, 1995, pag. 1082).En definitiva, cabe concluir que el delito de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, la tentativa de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y la asociación ilícita calificada y la asociación ilícita calificada, habrán de concursar materialmente, conforme lo establece el art. 55 del Código Penal.DE LA PRISIÓN PREVENTIVA: Dada la entidad y naturaleza del hecho imputado a los encartados respecto de quien se dicta auto de procesamiento, y teniendo en cuanta que el límite impuesto por el art. 316 del C.P.P., que en caso de corresponder pena privativa de la libertad supera el tope punitivo previsto por la ley ritual, que es de ocho años; y ante una eventual declaración de culpabilidad del imputado en los presentes no correspondería condena de ejecución condicional por la naturaleza del ilícito que se les imputa; a lo que se suma la gravedad de los hechos que se les enrostran -no sólo por las extraordinarias condiciones de modo, tiempo y lugar en que se llevaron a cabo, sino además por multiplicidad de víctimas- existe el riesgo de que trate de eludir la acción de la justicia o se entorpezca la investigación.La jurisprudencia ha sostenido que: “... el derecho de gozar de libertad hasta el momento en que se dicte sentencia de condena no constituye una salvaguarda contra el arresto, detención o prisión preventiva, medidas cautelares que cuentan con respaldo constitucional en la medida que tiendan a la efectiva realización del proceso penal a través de presunciones basadas en la expectativa de pena aplicable al hecho imputado evitando su entorpecimiento, pauta valorativa positiva que, de concurrir, lleva a 125 hacer una excepción al principio general que consagra el derecho de estar en libertad durante el proceso ...” (CAMARA NAC. DE APELAC. EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL FEDERAL , CAPITAL FEDERAL, Sala 02 (Cattani - Luraschi Irurzun. J. 4. S. 8.) "GUERRIERI, Pascual s/ próroga pris. prev.". SENTENCIA del 4 de Octubre de 2005).A ello, se añade lo sostenido por la Cámara Nacional de Casación Penal, que señaló “...atento a la naturaleza y gravedad de los sucesos que se investigan (…) se presenta como posible que el imputado, gozando de tal beneficio, intente evadir la acción de la justicia ante el pronóstico de una futura pena grave y de efectivo cumplimiento. Ello así, dado que el llamado “riesgo procesal” constituye una presunción sobre lo que puede acaecer en el futuro, motivo por el cual ese “riesgo” no podría ser examinado con un juicio de certeza sino de probabilidad pues se trata de una eventualidad basada en que el imputado pueda obstruir el avance de la investigación o pueda fugarse.” (CNCP in re Sosa, Felipe Ramón s/recurso de casación”, causa n° 12.025, rta. el 16/12/09, reg. 15.127, del voto del Dr. Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso).No debe perderse de vista que los delitos aquí investigados han sido caracterizados como delitos de “lesa humanidad”, razón por la cual el Estado debe garantizar el sometimiento a proceso de los imputados, adoptando las previsiones indispensables para evitar todo intento de eludir el accionar de la Justicia que aquellos pudieran procurar.Por último corresponde tener en cuenta el pronunciamiento de la Excma. Cámara Nacional de Casación Penal del 30 de octubre del 2008, al dictar el Plenario N° 13: “ DIAZ BESSONE, Ramón Genaro s/ recurso de casación” en el que señala respecto a la posibilidad de conceder el beneficio de la excarcelación – materia aplicable al análisis en este punto referido a la posibilidad de ordenar en el particular la prisión preventiva de los causantes – que:“… y en lo que concierne puntualmente a la naturaleza del crimen investigado como pauta indicativa de la viabilidad del beneficio, no puedo dejar de mencionar que – en el caso que diera origen a la presente convocatoria plenaria – los hechos que se le atribuyen al encausado se encuentran comprendidos en la categoría de los denominados delitos de lesa humanidad, razón por la cual adquiere vocación aplicativa la doctrina sentada por nuestro más Alto Tribunal in re “Nicolaides, Cristino s/incidente de excarcelación” – CSJN N° XXXVIII, rta. El 16/06/04 (fallos 327:496)-, donde señaló que la desaparición forzada de personas –y los hechos colateraleseran considerados ya para la época de su comisión, tanto en el derecho interno como en el internacional, delitos de lesa humanidad, no resultando pues arbitraria la presunción de los tribunales inferiores de que quien está imputado de estos delitos gravísimos, en caso de ser puesto en libertad atentará contra los fines del proceso, conjetura que encuadra su debido fundamento – tal como lo exige el artículo 319 del C.P.P.N.-, en el indicio que si se buscó al cometerse los hechos una modalidad que asegurara la impunidad futura, este mismo afán de sustraerse al juzgamiento podría tener una posterior secuela al otorgarse la libertad al 126 Poder Judicial de la Nación procesado”. (Voto del Dr. Juan E. Fégoli). Es por ello que, en función de todo lo expuesto se puede considerar que el probable riesgo de obstaculizar el esclarecimiento de los hechos o evitar eventuales condenas es actual, concreto e inminente, por lo que procede en consecuencia ordenar la prisión preventiva de los imputados Jorge Rafael Videla, Albano Eduardo Harguindeguy, Luciano Benjamín Menéndez, Luis Fernando Estrella y Juan Carlos Romero.En cuanto a la situación del encartado Jorge Rafael Videla, la presente medida restrictiva de la libertad deberá cumplimentarse en el actual lugar de detención del mismo -Instituto Penal Federal “Campo de Mayo” Unidad Penitenciaria 34-, donde permanecerá alojado a disposición de este Juzgado Federal.Acerca de Albano Eduardo Harguindeguy, y por razones humanitarias que este Juzgado no desconoce, por lo que deviene necesario morigerar su restricción de libertad, y tal los antecedentes remitidos por el Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N., obrantes a fs. 5196/5198, acorde los mismos surgen acreditados los extremos requeridos por el art. 32 incs. a) y d) -edad avanzada y estado de salud- de la ley N° 24.660, USO OFICIAL a los fines pertinentes deberá el imputado designar un tutor o persona encargada de la guarda y el cuidado, quien deberá ser notificada, en lo que respecta al cumplimiento de las obligaciones inherentes al beneficio concedido, el que será cumplimentado en el domicilio de calle Eva Perón N° 1331 -ex Wilson- Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires, no pudiendo ausentarse del mismo -el encartado Harguindeguy- siendo la única excepción admisible para su egreso aquellas fundadas en motivos de salud personal, que deberán ser comunicadas al Tribunal con suficiente antelación, debiendo hacerlo siempre acompañado por quien resulta guardador. En caso de no resultar ello factible por razones de urgencia, dicha circunstancia deberá ser comunicada dentro de las veinticuatro horas hábiles siguientes.En relación a Luciano Benjamín Menéndez, y conforme los antecedentes obrantes en este Juzgado Federal (Expte. N° 1828/00 “Z”, caratulados: “MENEDEZ, LUCIANO BENJAMIN S/ DETENCIÓN DOMICILIARIA”) y por el cual se le concediera oportunamente la detención domiciliaria al encartado, y no habiendo variado la situación fáctica del mismo, conforme el informe médico de fs. 5623/5626, remitido por el Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N., y surgiendo acreditados los extremos requeridos por el art. 32 incs. a) y d) -edad avanzada y estado de salud- de la ley N° 24.660, a los fines pertinentes deberá el imputado designar un tutor o persona encargada de la guarda y el cuidado, quien deberá ser notificada, en lo que respecta al cumplimiento de las obligaciones inherentes al beneficio concedido, el que será cumplimentado en el domicilio de calle Illolay N° 3269, B° Bajo Palermo, de la ciudad de Córdoba, no pudiendo ausentarse del mismo -el encartado- siendo la única excepción admisible para su egreso aquellas fundadas en motivos de salud personal, que deberán ser comunicadas al Tribunal con suficiente antelación, debiendo hacerlo siempre acompañado por quien resulta 127 guardador. En caso de no resultar ello factible por razones de urgencia, dicha circunstancia deberá ser comunicada dentro de las veinticuatro horas hábiles siguientes.Respecto de Juan Carlos Romero, y conforme los antecedentes obrantes en este Juzgado Federal (Expte. N° 1828/00 “S”, caratulados: “ROMERO, JUAN CARLOS S/ DETENCIÓN DOMICILIARIA”) y por el cual se le concediera oportunamente la detención domiciliaria al encartado, y no habiendo variado la situación fáctica del mismo, acreditados los extremos requeridos por el art. 32 incs. a) y d) edad avanzada y estado de salud- de la ley N° 24.660, a los fines pertinentes deberá el imputado designar un tutor o persona encargada de la guarda y el cuidado, quien deberá ser notificada, en lo que respecta al cumplimiento de las obligaciones inherentes al beneficio concedido, el que será cumplimentado en el domicilio de calle Buenos Aires N° 438, de esta ciudad de La Rioja, no pudiendo ausentarse del mismo -el encartado- siendo la única excepción admisible para su egreso aquellas fundadas en motivos de salud personal, que deberán ser comunicadas al Tribunal con suficiente antelación, debiendo hacerlo siempre acompañado por quien resulta guardador. En caso de no resultar ello factible por razones de urgencia, dicha circunstancia deberá ser comunicada dentro de las veinticuatro horas hábiles siguientes.En lo referente a Luis Fernando Estrella, (Expte. Nº 5144/06”F”, caratulados: “ESTRELLA, LUÍS FERNANDO S/ DETENCIÓN DOMICILIARIA”) a quien se concediera la detención domiciliaria, y dado que a la fecha se mantienen las condiciones por las que fuera otorgado dicho beneficio, cabe mantener la modalidad alternativa de encierro, a la que hasta el momento se encuentra sujeto el nombrado, conforme ley N° 24.660.En aquellos casos en que el cumplimiento de la prisión preventiva fue establecida bajo la modalidad de detención domiciliaria, y para un correcto control, respecto a una adecuada observancia del régimen de detención domiciliaria, deberá librarse Oficio al Patronato de Liberados con competencia jurisdiccional a los fines que efectúe el contralor de cumplimiento de la misma, cada 30 días, elevando a este Juzgado Federal las actas que se labren al respecto.Por ello; RESUELVO: 1) Dictar el PROCESAMIENTO, CON PRISION PREVENTIVA, en contra de JORGE RAFAEL VIDELA, ALBANO EDUARDO HARGUINDEGUY, LUCIANO BENJAMIN MENENDEZ, LUIS FERNANDO ESTRELLA y JUAN CARLOS ROMERO, ya filiados en autos, p.s. autoría mediata de los delitos de HOMICIDIO CALIFICADO POR EL CONCURSO PREMEDITADO DE DOS O MÁS PERSONAS (ART. 80 INC. TENTATIVA DE HOMICIDIO 6° DEL C.P.), un (01) hecho y CALIFICADO POR EL CONCURSO PREMEDITADO DE DOS O MÁS PERSONAS (ARTS. 42 Y 80 INC. 6° DEL C.P.) un (01) hecho, ASOCIACIÓN ILÍCITA AGRAVADA (ART. 210 BIS DEL C.P.),un 128 Poder Judicial de la Nación (01) hecho - todo ello acorde ley n° 21.338- CONCURSADOS EN FORMA REAL (ART. 55 DEL C.P.), de conformidad a lo establecido por el art. 312 del C.P.P.N., quienes continuarán detenidos cumpliendo la detención conforme lo considerado.2) Establecer que la Prisión Preventiva sea cumplida bajo el Régimen de Prisión Domiciliaria (art. 314 C.P.P.N.), respecto de los encartados Albano Eduardo Harguindeguy, Luciano Benjamín Menéndez y Juan Carlos Romero, fijándosele como domicilio, los inmuebles indicados en los considerando, bajo la responsabilidad de un familiar y/o persona que asuma su cuidado, las que deberán ser individualizadas al momento de labrarse la correspondiente acta y asumir en la ocasión el respectivo compromiso; librándose oficio al Patronato de Liberados que por domicilio corresponda el que deberá supervisar la detención domiciliaria dispuesta debiendo elevar en forma mensual los informes correspondientes, conforme lo considerado.3) Trabar embargo sobre bienes de los procesados JORGE RAFAEL VIDELA, ALBANO EDUARDO HARGUINDEGUY, LUCIANO BENJAMIN MENENDEZ, LUIS FERNANDO ESTRELLA y JUAN CARLOS USO OFICIAL ROMERO, hasta cubrir la suma de PESOS TRESCIENTOS MIL ($ 300.000,00), por cada uno de los encartados, de conformidad a lo establecido por el art. 518 del C.P.P.N..4) SUSPENDER el presente proceso penal respecto de EDILIO CRISTOBAL DI CESARE, de conformidad a lo previsto por el ART. 77 DEL C.P.P.N., requiriéndose informe al Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N., a fin de que establecer si la enfermedad que padece el encartado es incurable, conforme lo considerado.5) Regístrese, notifíquese, firme y consentida que fuera la presente, dése cumplimiento a la ley n° 22.117.- FDO.: DR. DENIEL HERRERA PIEDRABUENA – JUEZ FEDERAL – ANTE MI: DR. VICTOR DARDO HERRERA (h) – SECRETARIO FEDERAL (c) 129