6 CONCEPCIÓN FILOSÓFICO/PEDAGÓGICA IDENTE EN FERNANDO RIELO 1. Introducción Las distintas teorías pedagógicas, apertrechadas de sus concepciones metodológicas y didácticas, han derivado de los modelos filosóficos vigentes. Es fundamental, por ello, ir más allá de los postulados que propugnan las diversas escuelas pedagógicas para poner de relieve la concepción filosófica de la que son tributarias: “Los modelos pedagógicos con sus métodos y técnicas se han inscrito en las filosofías de turno. No podemos desvincular el quehacer educativo de la filosofía subyacente que, implícita o explícita, incide en el discurso pedagógico”1. Y Fernando Rielo afirma: “La sicología, la ética y la pedagogía se pusieron al amparo de la razón filosófica porque creyeron que ésta les proporcionaba generosamente el status autonómico que, de momento, necesitaban”2. Los modelos filosóficos se han centrado en la explicación del ser sobre la base de un seudoprincipio, el de la identidad, que ha clausurado en sí mismos los dos polos de la relación educativa: estudiante y profesor, con sus consiguientes actividades, el aprendizaje y la enseñanza: “Alumno y profesor han sido dos realidades opuestas. La diferencia de modelos consistirá en la mayor o menor afirmación de una de estas realidades y la forma externa de actuación que se pretenda ejercer en ellas. Estos modelos […] llevan, en última instancia, a la destrucción del binomio educativo”3 A este hecho debe sumarse la problemática que la misma identidad arroja cuando se trata de una concepción de la persona humana. El seudoenunciado identitático “el ser es el ser”, aplicado al ser humano, lo cierra en sí mismo y conduce a una afirmación anómala del “yo en el yo” que hace que cualquier relación que se conciba respecto de este “yo” sea extrínseca y, por tanto, a la deriva. El “yo en el yo” no puede sustentar sino una concepción del ser humano reductiva, que, llevada al ámbito pedagógico, frustra la riqueza de la relación educativa: “Como educadores tenemos que ser conscientes de qué definición de ser humano partimos, para poder acometer la tarea en nuestras aulas”4 La Pedagogía Idente de Fernando Rielo parte de una definición mística del ser humano que permite romper las ataduras del seudoprincipio de identidad y propone la más elevada concepción antropológica5 Esta definición, que tiene la virtud de no cercenar lo que es más preciado en la persona humana, su dimensión transcendental, hay que remitirla al propio Cristo, “el único que ha dado la más sublime, transcendente y definitiva definición del hombre cuando, confirmando la Escritura, dice: ‘dioses sois’ (Jn 10,34)”6 Esta definición mística del hombre funda una ontología que tiene, como referente último, una metafísica entendida como la ciencia de la realidad absoluta7 En efecto, si el ser humano es dios místico, solo puede entenderse su 1 López, José M.(1985): “El modelo pedagógico”, Boletín Idente, n. 12, diciembre, , p. 30. Rielo,P. F. (2001): ”Tratamiento sicoético en la educación”, Mis meditaciones desde el modelo genético. Fundación Fernando Rielo, Madrid, p. 86. 3 Ibid. 4 Giménez A. y Gómez M. I., (2005): Pedagogos cristianos, UTPL, Loja, p. 75. 5 Rielo, (1991): “La persona no es ser para sí ni para el mundo”, en Hacia una pedagogía prospectiva F.F.R., Madrid, p. 95 6 Ibid. 7 Vid. Rielo, “Tratamiento sicoético de la educación”, p. 100 2