DE LAS VANGUARDIAS A LA POSMODERNIDAD INTRODUCCIÓN En la edad del egocentrismo, la pintura ya no se entiende como medio de comunicación, sino más bien como arte. La pintura aparece con carácter artístico y no comunicativo. La pintura en particular y el arte en general no sólo han superado la frontera de la permisividad social, sino que han roto los diques de contención que los mantenían relativamente apaciguados en el perímetro de la tela o del muro, en el dela representación o en el de la abstracción, en el de los receptáculos que parecían un pozo sin fin y en los que se creía que cabía todo y que todo lo que cabía valía. Si los inicios del siglo XX vieron traumáticamente cómo se gestaban las vanguardias, fuesen El Fauvismo, el Cubismo, el Expresionismo y el Dadaísmo o el Surrealismo, los últimos años del siglo han tenido que reconocer que, en la creación artística, el concepto de “estar allí” o de “ir delante de” no tiene sentido alguno. Y este reconocimiento ha llevado implícito, sin duda, el de la caducidad de la homogénea, absoluta y prepotente modernidad, la modernidad concebida por el pensamiento ilustrado del siglo XVIII y desarrollada por el insaciable anhelo de progreso del siglo XIX y parte del XX. Por otro lado, el ser humano ha entrado en una nueva ''Edad'', aún sin nombre, y, con él, también lo han hecho el arte y la pintura. En los inicios del siglo XXI no sabemos qué quedará del siglo XX; lo podemos columbrar, y así lo hemos hecho en el volumen que el lector tiene en sus manos, pero no es descabellado considerar que la desaparición, en lugar de la muerte, que reclamaba Andy Warhol en The Philosofy of Andy Warhol. From A to B and Back Again (1975), sea uno de los principios que los siglos venideros consideren entre las principales características del arte del siglo XX. El arte puede ''desaparecer'', puede transformarse como la energía, pero no puede morir ni puede suicidarse. Si la gente, según Warhol, debiera convertirse en arena o en algo parecido, del arte siempre quedará, sin duda, su belleza o algo parecido. FAUVISMO El Fauvismo, nació en 1905, está considerado el primer movimiento de vanguardia. La denominación deriva de la palabra francesa fauve, que significa “fiera” y que define la aplicación exacerbada y violenta de los colores sobre lienzo, rompiendo la tradicional asociación con el objeto representado. Es decir, que por encima de la copia mimética de la realidad, prevalece la visión subjetiva y estética del artista. Esta autonomía del color con respecto a la forma tiene ciertos planteamientos propios del Simbolismo, como por ejemplo el concepto de no imitación de la realidad aplicado por Gustave Moureau, y del Postimpresionismo, como el uso de gruesos empastes y de la técnica divisionista (empleo del color puro junto al complementario), utilizado por Seurat. Los representantes más destacados del Fauvismo son Henri Matisse, André Derain, Maurice Vlaminck y Raoul Dufy. Henri Matisse: La Danza (1910), Museo de Ermitage, San Petesburgo. El artista francés consigue la sensación de tridimensionalidad y de perspectiva mediante el fuerte contraste cromático característico del Fauvismo. Andre Derain: Carteles de Trouville (1906), Centre Georges Pompidou, París. Una sencilla, tranquila y cotidiana escena urbana se convierte en una experiencia sensorial asociada a las relaciones entre cada uno de los diferentes colores y determinadas formas, y la reacción emocional que esto provoca en el espectador, características que van en detrimento del protagonismo de la línea y el dibujo. CUBISMO El cubismo es considerado el primer movimiento de vanguardia por una razón principal: la destapar de la perspectiva tradicional y del sistema de representación basado en ella y vigente desde el Renacimiento. En las obras cubistas las formas de la naturaleza se representa a partir de figuras geométricas y mediante la fragmentación de líneas y superficies. En lugar de la perspectiva central o única, los cubistas utilizaron la llamada <<perspectiva múltiple>>, que consiste en representar todas las partes de un objeto en un mismo plano. De este modo la representación del mundo pasó a no tener ningún compromiso con la apariencia de las cosas desde un punto de vista determinado, sino con lo que se sabe de ellas. Ésta es la razón por lo que aparecen, al mismo tiempo y en el mismo plano, diversas vistas de un mismo objeto: por ejemplo, un rostro humano en el que la nariz aparece de perfil y el ojo de frente. La conclusión principal del Cubismo fue que no existe un punto de vista único, lo cual se tradujo plásticamente en la extrañeza espacial y compositiva de unas obras carentes de sensación de profundidad, como ocurre en esta. La aparición del cubismo se vincula directamente a la realización de la obra Las señoritas de Aviñón de Pablo Picasso en 1907. La característica principal del Cubismo en la fragmentación geométrica del espacio y la configuración de la figura en planos interaccionados. De esta manera la composición se subordina a diferentes visiones simultáneas de un mismo objeto y desaparece el punto de vista único, propio de la perspectiva lineal renacentista. En cuanto a los temas, además del retrato, el espectador puede reconocer en la producción del Cubismo mesas con objetos cotidianos como frutas, pipas, partituras, guitarras, vasos y botellas. Los actores más representativos fueron Pablo Picasso, George Braque, Juan Gris y Pablo Gargallo. En la historia de este movimiento se distinguen dos etapas; Fase analítica (1907 – 1911): caracterizada por el uso de colores cálidos (castaños, beige y ocres) y de frías tonalidades, como las azuladas y las grises. Fase sintética (1911 – 1914): en la que aparece el collage, técnica en la que se utilizan diversos materiales cotidianos como recortes de periódico, maderas, etc., pegados a la pintura. PICASSO: ANÁLISIS DE LAS SEÑORITAS DE AVIGNON. Las Señoritas de Avignon (1907).Técnica de óleo sobre tela. En el cuadro priman dos aspectos: el primitivismo y la disgregación espacial, se ve en el rostro de estas mujeres y en el uso de la combinación de El primitivismo de los rostros tiene una doble vertiente: las dos figuras de la derecha muestran una relación más clara con la escultura negra, sobre todo de corte oceánico, mientras que las dos centrales y la de la izquierda nos llevan a la estatuaria ibérica. El interés de Picasso en este tipo de arte radica en el sentido totémico y las formas simplificadas. Picasso traduce una aproximación romántica hacia estas obras pues no se queda en los rasgos estilístico, hay un elemento de expresividad, en el fondo estos rostros tienen algo de máscaras y como tal pasan a ser objeto de culto, parte de un rito. Para Picasso el arte primitivo es algo emocional, por eso traspasa los límites de la forma, estas máscaras nos producen una sensación de miedo, excitan el sentimiento y es el aspecto que a Picasso le interesa destacar en este cuadro. En este primitivismo estaría recogiendo lo que de misterio y salvaje encontramos en el arte oceánico. Colores: ocre-rosado y azul claro. En cuanto al color, es el color que se usa para pintar las máscaras oceánicas, es decir, aquellas máscaras de las colonias oceánicas francesas donde el juego de los rosas y blanco apaste lados son muy frecuentes. Para lograr plasmar la textura de máscaras en estos rostros, Picasso va a introducir un nuevo elemento: la respiración en blanco, deja una zona en blanco, un límite entre dos colores sin pintar, de forma que se ve el lienzo, pasando a convertirse el lienzo en elemento plástico en sí mismo. Esta herramienta le permite así introducir la sensación de profundidad utilizando el cuadro. ICONOGRAFIA DE PICASSO: EL GUERNICA. EXPRESIONISMO El expresionismo aglutina en su génesis parte de la filosofía nihilista de Nietzsche, la vigorosidad de algunos cuadros de Van Gogh y la angustia vital que aparece en la obra pictórica del noruego Edvard Munch. Con estos referentes, el Expresionismo reflejó, de modo vehemente, crítico y a veces cruel, la atmósfera sociopolítica que precedió el estallido de la Primera Guerra Mundial, de terribles consecuencias. El Expresionismo, que incorporo rasgos estilísticos del arte negro africano, dio preponderancia a las líneas quebradas y a las formas curvas y angulosas. Así consigue una esquematización formal que imprime a la obra un carácter agresivo y angustiado, que se intensifica con el uso de colores exaltados y muy contrastados. Dentro de este movimiento de carácter eminentemente germánico, se distinguen dos grupos: Die Brücke (El Puente), surgió en Dresde en 1905 y formado principalmente por Ernst Ludwing Kirchner y Erick Heckel. Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), fundado en Múnich en 1910 y liderado por Wassily Kandinsky y Franz Marc. Debe señalarse un importante foco de Expresionismo en Viena, en el que sobresalen Egon Schiele y Oskar Kokoschka. El primero pinta la figura humana atormentada, desesperadas y trágica. El segundo se decanta más por paisaje, género con el que muestra agitadas visiones de ciudades europeas, y por el retrato psicológico. Oskar Kokoshka: La esposa del viento (1914), Kunstmuseum, Basilea. Esta obra, conocida también como la tempestad, consigue transmitir la inestabilidad afectiva del artista a través de formas desgarradas y dinámicas. EL GRITO DE MUNCH El objeto de estudio del trabajo es el Grito, cuadro pintado por Eduard Munch en 1893 y que se encuadra dentro de su obra capital “el Friso de la Vida”. El objetivo que se pretende alcanzar, es responder qué es lo que Munch trató de reflejar en su cuadro a través del rostro angustioso de la persona que grita. Es decir, si se trata del reflejo de la angustia personal del pintor o si el grito pudiese también esconder una crítica a la nueva forma de organización socioeconómica de la época. En definitiva si Munch grita también contra las injusticias sociales y a las desigualdades económicas que acompañaron a la Revolución industrial. SURREALISMO El termino de Surrealismo se designa el arte que, en la década de 1920, partió de la iconoclasta dada, recogió de la pintura metafísica las imágenes producidas en el sueño, y añadido el automatismo, es decir, el proceso por el cual la expresión libre, rápida y fluida, sin el control de la razón, se convierte en el método de ejecución de las obras. La aparición del Surrealismo se vincula al Primer Manifiesto Surrealista (1924), firmado por el escritor André Breton, jefe ideológico del grupo y conocedor directo de las teorías de Freud relacionadas con la interpretación de los sueños, así como de las técnicas de psicoanálisis basadas en la asociación libre de ideas. Dentro del Surrealismo se distinguen dos corrientes: Corriente automatista, que reproduce un universo de símbolos, a veces abstractos, surgidos del inconsciente y del azar y representados de manera rápida y fluida. André Masson y Joan Miró, creador de un cosmos simbólico personal de gran originalidad y rico cromatismo, fueron sus principales representantes. Corriente onírica, que atendiendo las normas de la representación figurativa, recrea asociaciones extrañas e inquietantes propias de los sueños. En esta corriente se inscribe la obra de Salvador Calí y de René Magritte. EL SURREALISMO ONÍRICO DE DALÍ Salvador Dalí fue uno de los artistas más activos del movimiento surrealista, al que se incorporó en 1929. Fascinado por el subconsciente y los mecanismos de la locura, el pintor catalán aportó al movimiento surrealista el método paranoico-crítico, que consiste en asociar imágenes arbitrarias con la voluntad de plasmar sobre el lienzo del mundo irreal: el sueño. Con este método, Dalí realizó tan conocidas como la Persistencia de la memoria, el Gran masturbador o Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada, un segundo antes de despertar, obras que fueron definidas por el propio artista como “fotografías oníricas pintadas a mano”, es decir, composiciones desconcertantes desde el punto de vista racional, ejecutadas con una excelente técnica del dibujo. Otra característica de su pintura fue el uso recurrente de algunas imágenes que se han convertido en imprescindibles a la hora de caracterizar el universo iconográfico daliniano. Entre otras destacan sus relojes blancos, la figura humana a modo de cajonera con los cajones abiertos, y animales como las hormigas, los elefantes con largas patas y las langostas. Salvador Dalí: Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada, un segundo antes de despertar (1944), Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid. Más allá del tema, sobresale la precisión del pintor ampurdanés en el detalle y el dibujo. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX NEOVANGUARDIA OPTICAL ART En las obras de Op Art, también conocido como arte óptico, es un estilo de arte visual que hace uso de ilusiones ópticas. En las obras de Op Art el observador participa activamente para poder captar a la perfección el efecto óptico, por tanto se puede decir que no existe ningún aspecto emocional en las obras. Es un movimiento pictórico y sus elementos dominantes son: líneas paralelas rectas o sinuosas, los contrastes cromáticos marcados, los cambios de forma o tamaño, la combinación o repetición de formas o figuras; también utiliza figuras geométricas simples como rectángulos, cuadrados, triángulos o círculos. Tras la Segunda Guerra Mundial aparece una nueva generación de artistas abstractos. No sólo se preocupan por comunicar sino que exigen una participación activa del espectador. En sus obras el ojo debe estar mirando una obra que se mueve, buscando principio y fin. El centro de este arte se encuentra en Nueva York. Los autores que más destacaron fueron: Víctor Vasarely: Triond, Supernova, Yaacov Agam, con sus cuadros en relieve, Doble metamorfosis III, Bridget Riley: Current, Jeffrey Steele: La volta, Richard Anuszkiewicz: Iridiscencia, Michael Kidner: Azul, verde, violeta y marrón. POP ART (ANDY WARHOLL) Pocos artistas del siglo XX han sido objeto de tan rendidos elogios y de tan encendidas críticas como Andy Warhol. Mientras que para unos encarnó la figura del genio y la apoteosis de la sensibilidad pop, para otros no fue más que un oportunista, un manipulador despiadado que con su implacable voluntad comercial degradó la seriedad del arte contemporáneo. Fue el autor que cerró las puertas de la modernidad y abrió las puertas de la postmodernidad. Para él, cualquier tema y objeto podían ser o convertirse en obra de arte. Al mismo tiempo pintó lienzos cuya temática se basaba en algún elemento o imagen del entorno cotidiano, de la publicidad o el cómic. Pronto comenzó a exponer en diversas galerías. Eliminó progresivamente de sus trabajos cualquier rasgo expresionista hasta reducir la obra a una repetición seriada de un elemento popular procedente de la cultura de masas, el mundo del consumo o los medios de comunicación. Dicha evolución alcanzó su cota máxima de despersonalización en 1962, cuando pasó a utilizar como método de trabajo un proceso mecánico de serigrafía, mediante el cual reproducía sistemáticamente mitos de la sociedad contemporánea y cuyos ejemplos más representativos son las series dedicadas a Marilyn Monroe, Elvis Presley, Elizabeth Taylor o Mao Tse-tung, así como su célebre tratamiento de las latas de sopa Campbell, obras todas ellas realizadas durante la fructífera década de 1960. El uso de imágenes de difusión masiva, fácilmente reconocibles por todo tipo de públicos, como las ya mencionadas latas de sopa o los botellines de Coca-Cola, se convierte en uno de los rasgos más interesantes y estables de toda su producción. En otras ocasiones, plasmó crudamente situaciones reales, como accidentes, luchas callejeras, funerales o suicidios; dentro de esta temática Electric chair es una de sus obras más significativas. Este apropiacionismo, constante en los trabajos de los partidarios del pop art, se extendió a obras de arte de carácter universal y de autores como Rafael, De Chirico, Munch o Leonardo. Se caracterizan las obras de esta época por su libérrima manipulación y la polémica que suscitaron en su momento. Tanto por el uso del color, unas veces monocromo y otro fuertemente contrastado, pero en todo caso vivo y brillante, como por la temática, su obra resulta siempre provocadora y, a menudo, angustiosa. Mediante la reproducción masiva consiguió despojar a los fetiches mediáticos que empleaba de sus referentes habituales, para convertirlos en iconos estereotipados con mero sentido decorativo. Otra faceta destacada de su obra es su potentísima fuerza visual, que en buena parte procede de sus conocimientos sobre los mecanismos del medio publicitario. En 1963 creó la Factory, taller en el que se reunieron en torno a él numerosos personajes de la cultura underground neoyorquina. La frivolidad y la extravagancia que marcaron su modo de vida establecieron a la postre una línea coherente entre obra y trayectoria vital; su peculiar aspecto, andrógino y permanentemente tocado con un rubio flequillo característico, acabó por definir un nuevo icono: el artista mismo. De hecho, fue uno de los primeros creadores en explotar conscientemente su imagen con objetivos autos promocionales; de ese modo, y mediante un proceso de identificación, adquirió a los ojos del público significaciones propias de un producto publicitario más. En 1963, inició una carrera cinematográfica basada en los mismos principios que su obra plástica (como la reiteración visual), de fuerte contenido sexual y erótico: Empire, Kiss, Chelsea girls. En una última etapa retornó a un formato más tradicional y rodó The love y Women in revolt. POSMODERNIDAD NEOEXPRESIONISMO Movimiento artístico que recupera modelos propios del expresionismo. Además sus fuentes de inspiración fueron muy variadas. No sólo toman elementos del Expresionismo sino de movimientos anteriores de signo contrario. De la mezcla de todo lograron crear un producto nuevo. Movimiento cuya principal característica es la heterogeneidad de planteamientos. Este aspecto es común a otros movimientos europeos contemporáneos como la Nueva Figuración francesa o la Transvanguardia en Italia. Este movimiento surge en Alemania y Estados Unidos a finales de los años sesenta y principio de los setenta, pero adquiere su consolidación en la década posterior. Se propone retomar la figuración desde su tratamiento violento y primitivo, determinado por la pincelada y el uso de colores contrastantes, aunque conservando la disposición tradicional de la composición. Sus características principales son: Retorno a las imágenes de tipo expresionista. Gusto por la fusión o combinación de elementos de tendencias anteriores. Yuxtaposición de elementos figurativos y abstractos: generalmente fondos a base de manchas o franjas de color sobre los que se disponen figuraciones contrastantes. Figuración (generalmente no imitativa) a base de formas esquemáticas de carácter emocional y expresivo. Representación de objetos de modo intuitivo y sin atender a su perspectiva dentro del conjunto de la obra. Ejecución de trazos amplios. Preferencia por el óleo, aunque es frecuente la combinación con otras técnicas (acrílicos, pinturas industriales, temple, acuarela, fresco). Temática amplia (mitologías individuales o de la cultura nacional, símbolos del poder, figuras heroicas, temas bélicos, dramáticos y satíricos, etc.) con predominio de la figura humana. Hombre desnudo, imagen obra de Banksy, en Park Street, Bristol, Inglaterra, en la pared de un centro de planificación familiar. Según consulta popular efectuada, el ayuntamiento ha decidido que esta imagen no será borrada3 en Park Street, Bristol, Inglaterra.